El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 24 de enero de 2014

El Plan Divino. (Meditación: La mente neutral)


El arte de vivir (II)     
En la anterior entrada sobre “El arte de vivir” utilizaba el símil de que la Tierra es un enorme escenario en el que cada persona interpreta el papel de su vida, y que para la escenificación de ese papel, cada uno de los actores tiene su actuación planificada, organizada, consensuada y aceptada con su Director.
            Y que el Director no es más que el mismo Dios, y que el libreto de la obra es, ni más ni menos, que el Plan Divino.
Tanto nuestra vida, como nuestro cuerpo, han sido diseñados, con nuestra colaboración y consentimiento, para llevar a cabo un plan que concuerda completamente con el Plan Divino. Por lo tanto, ya podemos estar seguros de que el plan para nuestra vida, es perfecto, sin errores. Ninguno de los mortales estamos abandonados a nuestra suerte: Todo ha sido perfectamente planificado, tanto las vidas agradables, como las vidas duras, todo está perfectamente milimetrado. Lo único que tenemos que hacer, es ser conscientes de eso y aprovechar cada oportunidad para extraer las enseñanzas y asimilarlas. 
Es cierto que, a veces, parece que la vida es dura, demasiado dura, pero eso sólo es parte del aprendizaje que hemos decidido realizar a lo largo de esa vida. Es sobre todo en los momentos de sufrimiento cuando hemos de tener presente que el objetivo de la vida no es más que conseguir la manifestación en la Tierra del Amor Divino. Y si hemos decidido, en nuestra planificación de vida, aprender a sentir y a manifestar nuestro Amor a través del sufrimiento, así será. En esos momentos sólo queda la rendición y entregarse por completo a Dios, al Plan Divino.
Pero… ¿Cómo sé yo cual es el Plan Divino para mí?, ¿Por qué en mi hoja de ruta está marcado el sufrimiento y el Plan de mi vecino es de felicidad? Ha sido nuestra propia elección, en función de nuestras anteriores vidas. Cada vida no es independiente, no es un oasis en mitad del desierto. Cada vida está concatenada con todas las anteriores, y es en función de todos los aspectos, comportamientos, aprendizajes, servicio a los demás, etc., etc., de cada vida, que se planifica la siguiente.
            Sin embargo, es claro, que ninguno de los que pisamos el escenario de la vida  recordamos, en absoluto, cual es el papel reservado para nosotros en dicho Plan Divino. ¡Qué fácil sería si cada ser humano llevara debajo del brazo su plan de vida!, y cada mañana al levantarse consultara la página correspondiente a dicho día, para ver qué era lo establecido para el nuevo día. Aunque es muy posible que alguno se revelara y no siguiera su plan establecido, somos tan……., humanos.
Es claro que no se lleva el plan de vida debajo del brazo, pero eso no quiere decir que no tengamos conocimiento de él. El Plan Divino se encuentra integrado en el corazón de cada persona, y llega a esta una vez que la persona está dispuesta a escuchar los mensajes de su corazón. Ya….., pero ¿Cuándo está dispuesta y preparada la persona para escuchar los mensajes de su corazón? Siempre está preparada la persona para tal menester, solo depende de su disposición, y la disposición se consigue cuando consciente de su verdadera identidad, decide detener el desenfreno de su mente. Una mente en silencio es el camino más rápido para llegar al corazón, para llegar al Plan Divino.
Invertir la energía, pasar a vivir desde el corazón en lugar de hacerlo desde la mente, es la manera más rápida de alinearnos con el Plan Divino, es sentir el apoyo, el sostén y la protección que Dios nos proporciona en cada momento, pero que a causa de nuestro ruido interior no llegamos a percibir. Y en lugar de sentir a Dios, lo que tenemos son dudas y confusión, y todo ello debido a que hemos programado un plan, llamémosle humano, un plan mental, lleno de deseos, lleno de apegos y miedos.
Nuestro plan de vida humano, organizado por nuestras familias, la sociedad y nosotros mismos, es todo caos y confusión, es efímero y nos aparta del mensaje verdaderamente importante de nuestro papel dentro de la Creación.
Dios siempre nos habla y nos envía señales, pero… ¿Mantenemos el suficiente silencio para escucharle?, ¿Permitimos la entrada de Sus señales a través de la puerta de nuestro corazón, cerrando la puerta de la mente?
Nuestra mente es una jaula de grillos, en la que es imposible escuchar nada ¿Podemos escuchar el canto de un pájaro con los audífonos puestos en nuestros oídos escuchando música a todo volumen?,  ¿Verdad que no?, pues la Voz de Dios es como el canto de ese pájaro que canta dulce y suavemente, pero no llega a nosotros porque en la mente siempre está instalada esa música al máximo de decibelios que impide que el canto llegue a ella.
Percibir las señales de Dios es muy sencillo, sólo hay que permanecer en silencio, sólo hay que atravesar el espacio que existe entre nuestro pensamiento y nuestra sensación, sólo hay que aparcar el pensamiento y centrar la atención en el corazón. Ahí vive Dios en nosotros. Y para llegar no vale escuchar discursos llenos de amor, ni asistir a misas donde se hable de Dios. El ser humano ha de encontrar a Dios en solitario. Sin embargo, así como no vamos a salir en la búsqueda de un tesoro si no se sabe que existe, hemos de tener el pleno convencimiento de que Dios habita en nuestro interior para establecer contacto.
Para cerrar las puertas de la mente y abrir de par en par tu corazón, medita. Te dejo una hermosa meditación. La enseñó Yogui Bhajan, que dejó un legado extensísimo de enseñanzas, de kriyas y meditaciones hermosísimas.  
 

LA MENTE NEUTRAL

·         Es  fácil  escuchar  la  verdad,  pero  difícil vivirla,   imbuirla   profundamente  en  el  corazón y en la mente.
·         La  mente  neutral  abre  la  puerta a esa profunda remembranza del yo y el alma.
·         La  mente  neutral vive para el toque de la inmensidad.
·         Deja  que  existan los pensamientos de los demás sin que molesten la propia luz interior.
·         Llamar al Yo Superior y mantenerse firme hacia delante a través de todas las barreras.
·         Dejarse ir, fluir.
·         Observar como provee el Universo.

Postura:
· Sentado en postura fácil o en una silla, con la espalda recta.
· Suprimir cualquier tensión que se sienta en cualquier parte del cuerpo.
· Sentarse derecho, con equilibrio.

Concentración:
· Los ojos están cerrados.
· Imaginarse sentado tranquilamente y llenos de luz.
· Dejar que gradualmente esa energía se acumule en el punto de la frente, como si fluyera.

Respiración:
· Dejar que la respiración se regule a sí misma de una manera lenta y meditativa.
· Se respira siempre por la nariz.

Mantra:
· “Wa-he” “Gu-ru”.
· Hacer vibrar mentalmente un simple tono monocorde como si se cortara el sonido.
· Proyectar cada sílaba de manera clara: WA-HE GU-RU.

Significado del mantra:
· Este es el mantra del éxtasis.
· Significa: “Fuera de la oscuridad, en la luz”.

Mudra:
· Las  dos  manos en el regazo, con las palmas hacia arriba.
· Colocar la mano derecha sobre la izquierda. (Las mujeres al revés).
· Las puntas de los pulgares pueden tocarse o no.

Tiempo:
· De 11 a 31 minutos.

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