El día en
que los seres humanos seamos conscientes del poder creador de nuestros
pensamientos podremos, oficialmente, dar por concluida la etapa de sufrimiento
sobre la faz de la Tierra.
El día en
que los seres humanos dejemos de ser como una hoja movida por el viento, y
tengamos la suficiente voluntad para pensar y actuar al unísono con el alma, se
habrá acabado el ciclo de nacimientos y muertes.
El día en
que los seres humanos tengamos con todos nuestros semejantes la misma tolerancia,
la misma paciencia y el mismo amor que tenemos con un bebé de meses se
erradicará todo lo malo del mundo: guerras, asesinatos, robos, odios mentiras,
traiciones, celos, …..
El día en
que los seres humanos den la espalda a las religiones, tan discriminatorias,
tan intolerantes, tan hipócritas, y abran su corazón a Dios, sabremos realmente
lo que es amar.
El día en
que los seres humanos seamos conscientes de que todos somos lo mismo, todos la
misma energía, todos la misma divinidad, entenderemos al fin que “si tu ganas
gano yo”, y “si tu pierdes pierdo yo”, con lo que el “leitmotiv” de todos y
cada uno será ayudar a los demás.
El día en
que los seres humanos entendamos que ser Hijo de Dios significa que somos Su
Creación, que somos Su Energía, que sería como decir que llevamos sus genes,
trataremos al resto de Hijos de Dios como hermanos, porque es lo que somos.
El día en
que los seres humanos entendamos que el Universo nos devuelve ciento por uno
aquello que pedimos, aquello que permanece con intensidad en nuestra mente, todos
viviremos en la abundancia y en la opulencia divina.
El
día en que los seres humanos entendamos que a cada acción le corresponde una
reacción y que cada causa produce un efecto, (Ley del Karma), se erradicará la
maldad entre los hombres, recordar: “El que a hierro mata, a hierro muere”,
“Cada uno va a recoger exactamente lo que siembra”.
El día en
que los seres humanos nos volvamos como niños, nuestro será el reino de Dios.
Ya lo dijo Jesús: “Dejad a los niños, y no les impidáis que
vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos”.
El
día en que los seres humanos comprendamos, por fin, que aprendemos siguiendo el
ejemplo, cambiarán los comportamientos para que nuestros hijos se eduquen en la
bondad, en la tolerancia y en el amor.
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