PERLAS PARA EL ALMA
La enseñanza para la
vida espiritual no debería estar deslindada de la enseñanza para la vida
física, pero desgraciadamente si lo está. En la familia y en la enseñanza para
la vida, enseñan temas religiosos, que no espirituales, es por lo tanto la persona la que una vez
alcanzada la edad adulta tiene que buscar su espiritualidad si es que su alma
así lo demanda.
Toda la enseñanza que recibimos los seres humanos es aquella que es
científicamente demostrable, más o menos necesaria para que nuestra economía
sea rentable, y a todo eso hay que añadir todo lo que nos cause satisfacciones
físicas. En ningún momento nos enseñan los pasos esenciales para conseguir la
felicidad, cuando es el objetivo de búsqueda inconsciente de todos los seres humanos;
en ningún momento nos enseñan cómo vivir en paz, sin estrés, con alegría y sin
sufrimiento. Se supone que con la enseñanza impartida va a ser suficiente para
conseguir todo aquello que sea físico o afecte a este de manera directa, y que
cualquier emoción desbocada ha de ser gestionada por la propia persona, se
supone que a través de ciencia infusa, porque otra no se ha recibido.
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