PERLAS PARA EL ALMA
La
pareja, que es el mejor campo de aprendizaje y de crecimiento para el
alma, se ha convertido,
desgraciadamente, en un campo de batalla, en un campo de deudas kármicas, que
ata a sus integrantes al ciclo de reencarnaciones para tratar de liberar en
vidas posteriores los efectos nocivos de esas relaciones dañinas.
La
pareja es el espacio ideal para empezar a desarrollar el Amor Divino. Nada es
dado porque sí, todo se ha de trabajar, el Amor Divino también, y la mejor universidad del Amor Divino es la
pareja.
Mantener el amor
“humano” del enamoramiento más allá del inicio de la relación, más allá del
nacimiento de los niños, más allá de la jubilación, es desarrollar el Amor
Divino.
Sentir como se abre
tu pecho cuando miras a tu pareja en cualquier situación, es desarrollar el
Amor Divino.
Decir de manera
permanente a tu pareja cuanto la amas y cuanto te importa, es desarrollar el
Amor Divino.
Escuchar a tu pareja,
apoyarla, reconocer sus éxitos, es desarrollar el Amor Divino.
Mantener y reforzar
la confianza entre los dos, es desarrollar el Amor Divino.
Nadie es servidor de
nadie, repartirse el trabajo y la educación de los niños, es desarrollar el
Amor Divino.
Respetar la libertad
del otro y sus diferencias, es desarrollar el Amor Divino.
Comunicarse, no
olvidarse de contar nada, no dejar que se enquisten las dudas y los problemas,
es desarrollar el Amor Divino.
Si
creen que el proyecto común ha concluido, hacer lo que corresponda con amor, con comprensión, con generosidad, es
desarrollar el Amor Divino.
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