El desapego no es que tú no debas
poseer nada
Es que nada te posea a ti.
Ali ibn Abi Talib
Comienza
haciendo lo que es necesario,
después lo
que es posible,
y de
repente estarás haciendo lo imposible.
San Francisco de Asís.
“La ley del desapego dice que para adquirir
cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella.
Esto no significa que renunciemos a la intención de cumplir nuestro deseo. No
renunciamos a la intención ni al deseo, renunciamos al interés por el resultado”.
(Deepak Chopra).
Pero no se trata solamente de conseguir cualquier cosa
en el universo físico, se trata de más, se trata de ser feliz, se trata de
permanecer serenos y en paz, se trata de no realizar movimientos inútiles en la
vida, se trata de no generarnos falsas expectativas, se trata de no divagar, se
trata de ver la vida en su verdadera perspectiva, se trata de observar a los demás sin
prejuicios, se trata de vivir la realidad y no tener una visión distorsionada
de la vida, se trata de ser solo un observador imparcial, se trata de aceptar
sin más, se trata de ser feliz, se trata de amar porque sí, se trata de no
derrochar fuerzas.
El desapego es una de las cualidades del alma, por
lo tanto, conseguir vivir sin apegos es acercarnos un poco más al alma.
Podremos hablar de misiones para la vida, podemos
hablar de deudas o de activos kármicos, podemos hablar de cerrar círculos con
otros seres que han coincido con nosotros en otras muchas vidas, pero la
verdadera razón de la vida es aprender a vivir desde el alma, es aprender a
vivir en el cuerpo sin identificarnos, ni poco ni mucho, con lo que ocurre en
los planos físico y emocional, es aprender a vivir sin reacciones mentales de
ningún tipo, es aprender a vivir en Dios.
El desapego no significa aislamiento personal. El
desapego soluciona muchos de nuestros problemas, podríamos decir, sin exagerar,
que soluciona todos los problemas que en la actualidad están generando el
sufrimiento en los seres humanos. Y cuando eso se consigue el ser humano
consigue la tan ansiada libertad porque deja de identificarse con las personas,
con las cosas y con las circunstancias, y sobre todo desaparece el miedo de
cualquier tipo.
Es entonces cuando el apego desaparece, cuando el
ser humano se va a acercar a otras almas, que no a otros cuerpos, que no a
otras personas, y eso le va a permitir fusionarse con el alma de su hermano y
conocer y asegurarse el mejor modo de ayudarle. Con el desapego, va a aparecer, poco a poco la humildad, humildad con
la que se va a dar todo lo que se tiene para servir de manera altruista
y luego olvidar lo que cada uno dio de sí mismo. Sólo cuando el desapego y la
humildad están presentes, puede un ser humano servir en realidad.
Pero, a fin de cuentas, todo esto no son más que
palabras, más o menos bonitas. Lo importante es pasar de las palabras a los
hechos. Lo haremos en la próxima entrada.
Continuará………
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