El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 26 de diciembre de 2025

Enseñanza universal



Todo el mundo anda buscando la felicidad, a veces llamada dicha, y, sin embargo, muchos de los que la buscan con tanto ahínco continúan pa­sando de largo ante la llave de esa felicidad.

La llave simple de la dicha perfecta y el poder inherente que la mantiene constante es el “autocontrol” y la “autocorrección”. Pero esto es facilísimo de lograr una vez que se aprende la verdad de uno mismo es la presencia YO SOY y la inteligencia que controla y ordena todas las cosas.

Alrededor de cada individuo hay todo un mundo de pensamientos creados por él mismo. Dentro de este mundo mental está la semilla, la Presencia Divina, el «YO SOY», que es la única Presencia que actúa en el Universo y la cual dirige toda energía. Esta energía puede ser intensificada más allá de todos los límites por medio de la actividad conscien­te del individuo.

La Presencia Divina Interior puede ser comparada con la semilla de un durazno. El mundo de pensamientos que la envuelve semeja la pulpa. La pulpa representa no sólo el mundo mental creado por el individuo, sino la sustancia electrónica universal, siempre en espera de ser activada por la determinación consciente del individuo, para ser precipitada a su uso visible en la forma que a él le convenga o desee.

El camino seguro hacia la comprensión y uso de este po­der consciente nos viene por medio del autocontrol. ¿Qué quiero yo decir con esa palabra “autocontrol”?:

1)    El reconocimiento de la Inteligencia «YO SOY» como única Presencia activa.

2)    Que sabiendo esto, sabemos también que no existen límites o limitaciones para el poder de su uso.

3)    Que los humanos, habiendo recibido libre albedrío, libre selección y libre actuación lo que crean en su mundo circundante es todo aquello en que fijan su atención.

SAINT GERMAIN


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