Presta atención
a tus impresiones, vigílalas día y noche, pues no es poca cosa lo que
custodias: el respeto y la fidelidad a ti mismo, la ecuanimidad, la mesura; una
mente que no es esclava de las emociones, del dolor, del miedo, de los
contratiempos; en una palabra, la libertad.
EPICTETO

No hay comentarios:
Publicar un comentario