El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 9 de agosto de 2013

Beneficios del sufrimiento


            Aunque pueda parecer que el sufrimiento tiene múltiples y variados beneficios por la gran cantidad de personas que viven enganchadas a él en muchas épocas de su vida, no, no tiene ningún beneficio. Antes al contrario, todo son perjuicios.
El sufrimiento es una sensación motivada por cualquier condición que somete al sistema nervioso a un fuerte desgaste.
Decía Buda que el dolor es inevitable, pero que el sufrimiento es opcional. El sufrimiento, como cualquier otra emoción o sensación, es una forma de energía  motivada por otra forma de energía: Un pensamiento.
No creemos que merezca la pena entrar en que tipos de pensamiento son los que generan el sufrimiento, da igual, no podríamos abarcarlos a todos, ni queremos, porque si realizamos una encuesta sobre cuál es el pensamiento de cada sufridor, tendríamos, con los correspondientes matices, tantos pensamientos de sufrimiento como sufridores.
Alguien podría pensar que el sufrimiento es algo que traemos en nuestra mochila kármica para trabajarlo y liberarnos de él en algún momento de la vida. Pues no, nada tiene que ver el sufrimiento con el Karma. Con el Karma tiene relación el dolor, pero no el sufrimiento.
Dejando aparte a las personas adictas al sufrimiento, que las hay, hay otras muchas que sufren, sin ser del todo conscientes de su sufrimiento, incluso tienen la conciencia de que ante el problema que envuelve su vida, es normal y obligatorio ese sufrimiento, es lo que toca en ese momento, y que liberarse de él, sería una especie de traición, lo cual les acarrearía un nuevo sufrimiento.
¿Qué hacer entonces?, porque la formula: “Deja de sufrir que no sirve de nada”, no tiene ningún valor para la persona que sufre, es un consejo inútil. Lo primero que piensa la persona es: “Ya me gustaría verte en mi lugar, a ver si eras capaz de no sufrir”.
Para salir del sufrimiento es imprescindible tener claros algunos conceptos:
1)      Ser consciente del sufrimiento.
-          Si una persona no es consciente de que tiene un problema, difícilmente podrá ponerle remedio.
2)      Tener conciencia de que el sufrimiento no aporta ningún beneficio.
-          Una persona que sufre no puede dar el cien por cien de su energía, ya que una parte de su energía está dedicada al sufrimiento. Tiene una especie de minusvalía energética.
3)      Tener, al menos, la duda de que se puede salir de él.
-          Si la persona cree que el sufrimiento es una situación consustancial con la vida y no tiene solución, no se puede hacer nada. La persona ha de tener la creencia de que tiene solución.
4)      Saber que no es una traición a la persona por la que se sufre.
-          Si un ser querido se encuentra enfermo, por ejemplo, no tienen porque enfermar sus familiares. El sufrimiento es una forma de enfermedad. Al final todos enfermos, ¿Quién cuida a quien? Para cuidar a un enfermo es mejor estar sano.
5)      Querer salir del sufrimiento y trabajar para que esto suceda.
Si se dan las cuatro primeras condiciones, la persona está lista para comenzar su trabajo de cambio y transformar su vida de sufrimiento en una vida de paz y serenidad, en la que podrá dar de sí el ciento por ciento para solucionar el problema o ayudar a la persona causante del sufrimiento anterior.
Como el sufrimiento es una energía generada por un pensamiento, el trabajo ha de centrarse en eliminar el pensamiento.
Los pasos serían:
1)      Comenzar a meditar para que la mente aprenda y empiece a permanecer más tiempo en silencio. Ojo, no es algo rápido. No se puede cambiar en una meditación la inercia de una mente que lleva muchos años a su libre albedrío. Requiere tiempo, constancia, voluntad y paciencia.
2)      Cada vez que aparezca el pensamiento, y se sea consciente, cambiar ese pensamiento por otros pensamientos de carácter positivo y a ser posible con una vibración más sutil, para que además de evitar el pensamiento de sufrimiento, vaya limpiando de energía negativa el cuerpo energético.
o   Yo le llamo letanías: Se puede cambiar el pensamiento por la repetición consciente de frases como: “Yo Soy el alma”, Yo Soy paz”, “Yo Soy amor”, Yo Soy alegría”, etc. Con el “YO SOY” delante se pueden repetir todas las cosas buenas que desee la persona para sí misma.
A partir de aquí, la persona se irá liberando de su minusvalía, sintiéndose cada día con más fuerza, más energía, más paz y serenidad.
 

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