Raramente se ha logrado comprender la
oferta y la demanda. Positivamente hay abundante y omnipresente oferta, pero la
demanda tiene que ser estipulada antes de que la Ley del Universo le permita
surgir a la expresión y uso del individuo.
El individuo, ya que tiene libre
albedrío, debe hacer la petición y la demanda conscientemente y con plena
determinación, y ya verá como no puede dejar de expresarse, no importa lo que
sea, siempre que el individuo mantenga una conciencia resuelta y sin debilidades.
La siguiente afirmación sencilla,
usada con sincera determinación, le traerá al individuo todo lo que él pueda,
posiblemente, desear: “Yo Soy la gran opulencia de Dios hecha
visible en mi uso, ahora y continuamente”.
El elemento limitador que tantos
estudiantes sienten es, por ejemplo, que ellos comienzan declarando la Verdad
cuando usan la afirmación antes dicha, pero antes de que hayan pasado muchas
horas, si se analizan ellos conscientemente encontrarán que en sus sentimientos
hay trazas de duda o temor. Estos dos sentimientos, naturalmente, neutralizan
en gran parte la fuerza constructiva que traería rápidamente el deseo o la
demanda.
Una vez que el estudiante puede darse
cuenta de que todo buen deseo es Dios en Acción impulsando Su Energía hacia el
pleno cumplimiento, y que es autosostenida, comprenderá el amor sin límites, el
poder y la inteligencia que posee y con los que podrá lograr cualquier propósito.
SAINT
GERMAIN

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