El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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sábado, 13 de agosto de 2011

Humildad & Soberbia (Santa Rosa de Lima)


            Deseo de aparentar, de ser admirados y conocidos, amor propio, orgullo, deseo de reconocimiento. ¿Dónde dirías que queda aquello que dijo Jesús: “Quien se humilla será ensalzado”? Todas, o casi todas las personas tienen una especie de necesidad de hacer algo grande, de alcanzar un ideal, algo superior, algo que haga hablar a los demás de ellos.
            Se puede alcanzar algo grande, o pequeño, y se puede conseguir con soberbia o con humildad.
            No merece la pena hablar de la soberbia. Los soberbios y orgullosos, lo son tanto, que ni tan siquiera son capaces de reconocerlo, no se conocen a sí mismos. Será cuando reconozcan que esa faceta, es una parte muy importante de su pobreza y su debilidad de carácter, cuando den comienzo a la maduración y construcción de este. Será cuando empiecen a rectificar y a vivir más humildemente, cuando reciban el reconocimiento, cuando ya no lo busquen.
           Sí prefiero hablar de la humildad. Porque ser humilde no es negar las propias cualidades, ni dejar de aspirar a realizar algo grande, ni hablar mal de uno mismo, o fingir defectos que no se tienen. Es sencillamente, tener un conocimiento cabal de uno mismo, conocer tanto los defectos como las virtudes, y no alardear de ninguno de ellos. El humilde ve las cosas como son, lo bueno como bueno, lo malo como malo. En la medida en que una persona es más humilde crece una visión más correcta de la realidad. Ser humilde es acercarse a la Verdad, porque es acercarse a Dios.
            Una buena manera para vivir en humildad, es dejar de compararse con los hombres, y compararse con los Santos, o con el mismo Dios. Ahí es donde se aprecia la infinita pequeñez de la que disfrutamos los humanos. Ahí es de donde nace el verdadero afán de superación, el afán de llegar más lejos en la vida espiritual, dejando, sin más importancia que la que realmente tiene, la vida terrenal, que desgraciadamente se rige, en la actualidad, por lo que podríamos denominar “intercambio interesado”: Yo te quiero para que me quieras, yo te doy para que me des, para que me lo agradezcas, para que dependas de mí, para tener poder sobre ti.
            He llegado aquí leyendo la biografía de Santa Rosa de Lima, nacida humilde y hermosa, llegando a ser muy culta, entregó su vida, para remediar las enfermedades y miserias de quienes iban a buscarla, creyendo ciegamente en su virtud y santidad. Murió con treinta y un años y en tan corta edad, ya era considerada una santa en vida. Hizo caso omiso a cualquier beneficio terrenal, porque sólo deseaba alcanzar la Unión con Dios. Vivió una vida de servicio, oración y penitencia. Lejos, muy lejos de las vidas que vivimos hoy.
            No es necesario flagelarse, ni vivir una vida de aflicción para acercarse a la santidad, o si no te gusta la palabra santidad, cámbiala por evolución, o crecimiento, o madurez, o felicidad, o paz interior, o iluminación. Pero si es necesario el trabajo en uno/ mismo/a, con humildad, con la misma humildad con la vivió Santa Rosa de Lima. Es necesaria la unión en esta vida terrenal con la naturaleza y con el resto de seres humanos, para alcanzar la Unión con Dios, que es nuestra única y verdadera finalidad.
            Sintiendo la energía de la casa donde vivió tan magnífica mujer, sentía que mi alma iba a escapar de la cárcel del cuerpo, ya que era incapaz de contener tanta paz y tanto amor como se respiraba en el lugar, y pensaba que ojala todos los mortales pudieran sentir por un instante la fuerza del alma y la desidentificación del cuerpo, ya que así antepondrían el trabajo espiritual y la humildad, al afán de conseguir bienes terrenales. Ojala supieran los mortales cual es la verdadera vara con la que son medidas nuestros avances y cualidades.
            Quiero terminar, con la mayor humildad, con un himno dedicado a Santa Rosa:
Cuando, Señor, en quieta lontananza
Se encienden los fulgores de este día,
No dejes avivar nuestra esperanza,
Atiende al corazón que en ti confía. 

Van a pasar por manos laboriosas
Los granos de un rosario de ilusiones,
Acógelas, Señor, que son hermosas,
Amor y don de nuestros corazones. 

Mujer llena de Dios, oh Santa Rosa,
Vivir para el Señor, para el Amado,
Fue el ansia de tu amor, gracia divina,
Llevada de Su fuerza y de Su mano.

No olvides los que vamos de camino
Siguiendo en el desierto tus pisadas,
Aboga ante el Señor favor divino,
Seguir como seguiste sus llamadas. 

Proclamen nuestros labios la grandeza
Del Padre que en el Hijo nos dio gozo,
Y, siendo nuestra herencia la pobreza,
Nos colma de su amor el Fuego Santo.

jueves, 11 de agosto de 2011

Alabanzas & Críticas

            Creo, que la inmensa mayoría de las personas, no somos especialistas en destacar las virtudes de los demás. Estamos especializados en hacer hincapié en lo que consideramos defectos, y ahondamos en ellos hasta casi hacer sangre.

            ¿Alguna vez habéis reflexionado sobre esto?, yo lo he hecho esta mañana, mientras escuchaba a dos señoras como criticaban a una tercera que, lógicamente, no estaba presente. Y me preguntaba: si lo más característico de la señora ausente sería eso que sus “amigas” comentaban indignadas con tanta saña. Solamente era un aspecto, y ¿todo lo demás?, ¿Por qué no alababan con la misma vehemencia algunas de sus cualidades?, ¿Serían capaces de tener la misma conversación si estuviera presente “su amiga”?
            ¿Por qué costará tanto trabajo destacar las virtudes, y se crítica, sin embargo, tan a la ligera, algún defecto?, ¿Quiere esto decir que los que hacen de la crítica su deporte favorito son perfectos?, ¿Sabrán los críticos, que cuando no están presentes son criticados de la misma manera?, lo cual es normal, ya lo dijo Jesús: “Con la vara que mides serás medido”, sólo es la ley del Karma.
            Cuesta el mismo trabajo criticar que alabar, y sin embargo, los efectos generados son opuestos según se hable bien o mal. Alguien puede decir que comentar un defecto no es hablar mal, sino que únicamente es la constatación de un hecho. Pero ¿No es también constatar un hecho hablar de una virtud?, ¿Por qué no hacerlo? La energía generada por una crítica, es como un puñal lanzado a la persona criticada, por el contrario, la energía generada por una alabanza, es como un nube de algodón.
El Karma de la crítica es negativo, han de devolver la crítica;  es cierto que también han de devolver la alabanza, pero es mucho más agradable. Recordar que ya no se genera Karma, cuando todo se hace con y por Amor. ¡Cuando se critica no hay mucho amor por el medio, al contrario, normalmente hay miedo, o envidia, o rencor, u orgullo, pero sobretodo lo que hay es el reconocimiento de los propios defectos reflejados en el espejo de la persona que está delante!
Os propongo que durante la segunda quincena de este mes no hablemos absolutamente de nadie que no se encuentre presente, pero si alguien no puede evitarlo, que al menos, evite la crítica, cualquier crítica, y ya que tiene esa necesidad imperiosa, (sepa Dios porque), de hablar de los demás, que únicamente alabe las virtudes de la persona sobre la que ha decidido disertar.
No hay que hablar de nadie que no se encuentre presente, pero si se hace, que el tema de conversación sea algo que se pueda hablar sin problemas, con la persona de la que se hable.
Todas las personas tenemos muchas más virtudes que defectos, por lo tanto va a sernos muy fácil, cuando hablemos de alguien, poder elegir alguna de sus virtudes y hablar, y hablar, y hablar.

martes, 19 de julio de 2011

Claves para la vida eterna


         Más de una vez hemos dicho, que necesitamos tener la inocencia de los niños para crecer espiritualmente, lo suficiente, como para no volver a encarnar, y acabar así con nuestro ciclo de nacimientos y muertes.
          Al decir que hemos de tener la inocencia de los niños, nos estamos refiriendo a su bondad innata, a su gran corazón, a su falta de maldad, a su falta de crítica, a su desconocimiento del rencor.
          Esa es la misma inocencia de la que disfrutan los seres que están al otro lado del cuerpo, y que han llegado a ella en virtud de su esfuerzo, han llegado a ella porque han comprendido lo que es la fraternidad, la solidaridad, la compasión, la unión y el amor. Los seres que ya viven, para siempre, en otras dimensiones, se caracterizan por la fraternidad y el servicio desinteresado. Pero, no han llegado a disfrutar de esas virtudes una vez han abandonado el cuerpo, no. Para vivir en esas otras dimensiones para siempre, es imprescindible trabajar esas cualidades en la Tierra, y hasta que no se consigan esas cualidades desde el cuerpo, seguiremos en nuestro ciclo de muerte y reencarnación.
          El primer paso, es comprender de manera clara, que los pensamientos y las emociones, afectan grandemente al crecimiento espiritual. Por una razón muy sencilla, porque pretenden amarrar el alma a la materia. Pero el alma no puede atarse a la Tierra, y lo único que se consigue es la desconexión del alma, es retraso en el verdadero conocimiento, es retraso en el crecimiento espiritual.
          Hoy día, en que la información está al alcance de todos, es raro encontrar personas en los países del primer mundo que no hayan oído hablar del alma, de la reencarnación, del crecimiento espiritual, de la energía, del sentido de la vida, etc., etc. Unas personas, no hacen caso, porque están acostumbradas a vivir desde el sufrimiento, desde la mente, y no quieren escuchar que tienen la felicidad al alcance de la mano, ¡no es su momento!, han de seguir siendo bebés espirituales unas cuantas vidas más. Otras muchas, creen efectivamente, que la vida material sólo es un aprendizaje para acercarnos a Dios, nuestra única y definitiva realidad, pero sólo lo creen mentalmente, ya que consideran duro el trabajo a realizar, y prefieren seguir leyendo libros en vez de poner en práctica lo aprendido, prefieren comentar las vidas de otros que si han buscado a Dios por diferentes caminos, en vez de imitarles; prefieren quejarse de la vida material, antes de empezar a vivir la vida espiritual; en suma, también siguen siendo bebés espirituales, aunque traten de disimularlo.
          A ti, qué crees realmente que está vida solo es un lapsus en la vida eterna, y que quieres dejar a un lado el auto-engaño en el que vives, te detallamos unas cuantas claves para que puedas comenzar a vivir una vida plena, una vida de felicidad, una vida de satisfacciones, una vida de hermandad, una vida de servicio, una vida de amor:
- Se sincero/a y honesto/a: Que tus pensamientos, tus palabras y tus actos sean coincidentes. No pienses una cosa, digas otra y hagas otra diferente.
- Cambia los malos hábitos que afectan a tu cuerpo, a tu mente y a tus emociones: Al cuerpo aliméntale de manera sana y natural, además de mantenerle sano y fuerte. Enseña a descansar a tu mente de pensamientos equivocados y circulares. No vivas permanentemente las mismas emociones.
- Elimina la pereza, fortalece la voluntad: Para trabajar cualquiera de las claves que aquí aparecen es imprescindible la voluntad. Empieza por pequeños retos, para ir fortaleciendo tu carácter, los grandes retos llegarán solos.
- Acepta los obstáculos, las crisis, las caídas: Sólo son pruebas que se han de pasar, igual que los estudiantes han de pasar sus exámenes. Estos sólo hacen que fortalecer a la persona y acercarla a Dios.
- Evita el auto-engaño: Se ha de permanecer alerta de manera permanente, la mente utiliza miles de estrategias para convencerte de que lo estás haciendo bien.
- Selecciona a las personas con las que te relacionas: No todas están vibrando en la Luz. Si deseas evolucionar has de seleccionar y frecuentar a las personas que vibran en un nivel alto de evolución. En la etapa de la evolución es mejor ser alumno que maestro.
- Ser humildes: Ninguno estamos exentos de vanidad.
- Evita cualquier tipo de explotación, de especulación, de manipulación: Por una sencilla razón, “todos somos hermanos”.
- Respeta el proceso de los que te rodean: Y ayúdalos cuando lo necesiten, de manera desinteresada, sin orgullo, sin vanidad, con humildad.
          Tú, que si crees en la vida eterna, y que sabes que esta vida sólo es un aprendizaje, aprende rápido y practica para no tener que volver.

miércoles, 29 de junio de 2011

Kundalini (II)

            Sigamos con la Kundalini: Decíamos que la energía Kundalini en el cuerpo humano se encuentra en la base de la columna vertebral; en donde, tratándose de una persona corriente, permanece dormida y desconocida durante toda la vida. Es mucho mejor que permanezca así, dormida, hasta que la persona haya alcanzado el adecuado desarrollo moral, hasta que su voluntad sea bastante fuerte para regularla, y sus pensamientos bastante puros  para hacer frente a su despertar sin riesgo.
Aunque parezca una tontería hablar de voluntad, moralidad y pensamientos; y unirlos al movimiento de una energía del cuerpo, no lo es. Si el despertar de la Kundalini va parejo al crecimiento de la persona como ser espiritual, es normal esa unión. “Crecer” significa fortalecer la voluntad, dejar en la mente los pensamientos puros, tratar a los demás como iguales, desechar los deseos, vivir una vida de amor hacia todo y hacia todos, ser compasivo/a, ser honesto/a, ser generoso/a con los que más lo necesitan.
            El movimiento de la Kundalini es ascendente, desde la base de la columna, hasta alcanzar la coronilla. En su recorrido va limpiando, purificando y fortaleciendo cada uno de los centros energéticos, (chakras), por los que va pasando. Si en alguno de esos centros hay bloqueos, la energía se estanca, provocando distintas reacciones, dependiendo de los centros que se encuentran bloqueados.

Es posible que hayáis oído o leído que la Kundalini es peligrosa. No lo es, siempre y cuando se sigan ciertas normas, como son:
            Mantener un cuerpo físico puro y sano: Esto significa aumentar en el cuerpo la proporción de las clases más finas de la materia y eliminar o disminuir las más toscas.     Es mediante el sistema nervioso que el alma opera cuando usa el cuerpo físico. El cuerpo es un instrumento, pero el sistema nervioso es el instrumento especial por el que se expresan las emociones y los pensamientos.
Tal como sea la calidad del cuerpo físico será la del sistema nervioso, y por lo tanto su capacidad de responder a vibraciones de diferentes clases, una de ellas, la energía Kundalini.

El cuerpo físico se construye con el alimento y las bebidas que ingerimos, y naturalmente, de la calidad de sus constituyentes dependerá la calidad de esos alimentos.

Es imprescindible el seguir una dieta adecuada:
                   o   Eliminación de  la carne de cerdo.
                   o   Reducción del resto de carnes.
                   o   Incrementar frutas y verduras.
                   o   Abstenerse de:
                               Fumar.
                               Tomar drogas.
                               Bebidas alcohólicas.
                               Beber con moderación (vino, cerveza).

Mantener el cuerpo fuerte y elástico, con alguna de las actividades como:
                              -          Yoga.
                              -          Natación.
                              -          Ejercicio físico.

¿Por qué comer poca carne?: Las carnes son proteína animal concentrada. Cuando matan al animal, sus proteínas se coagulan en pocas horas. Es un proceso llamado de autoputrefacción, en el que la sustancia original empieza a descomponerse liberando diversas toxinas.

Cuando se come carne no se puede descomponer completamente en el tracto digestivo superior, y su proceso de descomposición y liberación de toxinas continua en el colon. Estas toxinas pueden, inicialmente, ser absorbidas por el hígado, pero al cabo de un tiempo el hígado no las puede soportar y el cuerpo se contamina.

Las proteínas vegetales no sufren una autoputrefacción ya que su residuo es la celulosa, que es estable.

La carne está entre los alimentos que más acidez produce y deja un residuo de ácido úrico en la corriente sanguínea. El ácido úrico es una toxina que hace más difícil alcanzar los estados meditativos más claros y superiores debido a que es un irritante en el estómago.

La carne tarda 3 días en pasar a través de todo nuestro sistema. Para una buena salud, los hombres necesitan digerir los alimentos dentro de las 24 horas, y las mujeres en 18 horas.

De cualquier forma, tampoco conviene ser un “integrista”, no se consigue la espiritualidad en la cocina.

La pureza corporal es un medio para conseguir un fin.

Salud significa funcionamiento armonioso de todos los órganos vitales del cuerpo físico.          La persona que goza de buena salud casi no se da cuenta de su cuerpo físico, mientras que la que sufre de mala salud está siempre pendiente de alguna parte de su cuerpo.

Cuando la enfermedad es causa de distracción, es un obstáculo en el camino de unión con el alma. En muchos casos, la enfermedad resulta de desarmonía interna y falta de dominio propio, y desaparece cuando desaparecen esas causas.

Pero a veces, la enfermedad no se puede superar por causas kármicas o por ser necesaria esa enfermedad para el trabajo que ha de desarrollar esa persona. Entonces la persona debe proseguir su trabajo, manteniendo la actitud correcta.
           Mantener una mente sana y un equilibrio emocional:
                              -          Libre de pensamientos impuros
                              -          Agudeza y claridad mental.
                              -          Mantener la calma y la paz interior para ver las cosas con desapego.
                              -          Humildad, gratitud, respeto.
                              -          Honestidad, bondad, compasión, misericordia

Seguir estas pautas es el salvoconducto que va a permitir el ascenso de la Kundalini sin peligro.
            Los peligros del despertar esta energía con un cuerpo insano, una mente enferma de pensamientos y deseos, o mantener desequilibrios emocionales, se denominan: “Síndromes de Kundalini”, y pueden ser físicos, emocionales, mentales, sexuales, kármicos, espirituales y místicos.

Manifestaciones del síndrome físico: Insomnio, fiebre, debilidad física, dolores musculares, irritación cutánea, depresión.

Manifestaciones de los síndromes emocional y mental: Irritabilidad y rabia, problemas de relación, crítica e intolerancia, orgullo, amplificación de los aspectos negativos de la persona.

Manifestaciones del síndrome sexual: Aumento del deseo sexual, deseo sexual incontrolado.

Manifestaciones del síndrome kármico: Mala suerte en cualquier circunstancia de la vida, problemas económicos por doquier.

Manifestaciones de los síndromes espiritual y místico: Superactivación de los sentidos (vista, oído, olfato), experiencias místicas, pérdida del sentido práctico.

Es posible que con un incorrecto despertar de la Kundalini, y sobre todo en los síndromes espiritual y místico, a ciertas personas se les desarrollen ciertos poderes supranormales, con los que ellas, en su ignorancia se sientan orgullosas y poderosas, pero son de una clase que los pone en contacto con una evolución de orden inferior, con la cual no hemos de tener relación. Al otro lado de la vida, no todo son ángeles y querubines, hay verdaderas fuerzas oscuras, que arden en deseos de captar para “su causa” a cuantos más humanos mejor. Es fácil saber si se entra en contacto con estas fuerzas oscuras: Con ellas “nada se hace por amor”.

El despertar incorrecto de la Kundalini tiene otras consecuencias desagradables. Lo intensifica todo en la naturaleza de la persona, y alcanza a las cualidades bajas y malignas antes que a las buenas. En el cuerpo mental, por ejemplo, se despierta muy pronto la ambición desmedida a un grado increíble, probablemente acompañada de un gran poder intelectual, con orgullo anormal, en medida casi inconcebible para lo que es común en las personas.

Si a pesar de todo: Trabajar el cuerpo y mantenerlo fuerte y sano, purificar la mente de pensamientos insanos, mantener el equilibrio emocional, etc., etc., tienes alguna manifestación de estos “síndromes”, consulta con un experto, (ojo, hay muchos que se consideran expertos y no saben, ni han sentido jamás la circulación de la Kundalini). Pero mientras tanto sigue estas normas:

-          Que tu ejercicio físico sea saltar. ¡Sí!, no es una tontería, así la energía vuelve a su lugar de origen.

-          Toma dos o tres baños al día en agua salada. En media bañera echa dos kilos de sal, y permanece en el agua veinte minutos. Si no tienes bañera, al gel de baño añádele sal fina y frota toda tu cuerpo.

-          Mientras dure el síndrome, que la alimentación sea solamente fruta y verdura.

-          Y si realmente has trabajado tu mente, toma contacto con el lugar de tu cuerpo en que se encuentra estancada esa energía y muévela con tu pensamiento: Devuélvela a su punto de partida, o intenta hacerla subir hacia la coronilla.

            Esperamos haber aclarado un poco lo que es la energía Kundalini, y con qué se pueden encontrar las personas en la época actual. Estamos en la Era de Acuario, en ella el crecimiento espiritual va a ser infinitamente superior al que hasta ahora llevaba la humanidad, y puede ser normal el despertar de esta energía. Que al menos se tenga la información imprescindible para tratar con ella.

            Ten por seguro, si estás leyendo esto, que de los cuarenta y nueve niveles de energía Kundalini que todos hemos de despertar, tienes como mínimo tres o cuatro despiertos, y no te has enterado. Así que no sufras por los cuarenta y cinco restantes.

Cuida tu cuerpo, lleva una vida honesta, busca la paz interior y trata a todos como si fueras tú mismo/a. Es la mejor receta para que la energía Kundalini, se manifieste rápida y segura.

viernes, 10 de junio de 2011

Yo confieso (II)

            He perdido la cuenta de cuándo fue la primera vez que me senté a meditar, pero lo que no he perdido es la sensación de cambios en mi carácter a lo largo de esta vida de meditación.

            Han sido muchos los cambios, y todavía muchos que quedan por cambiar, (parece que no se acaba nunca de construir el carácter). Pero para que esos cambios se produjeran ha sido imprescindible “darme cuenta” de “las fallas en mi carácter”.

            El primero del que soy consciente, fue la “falta de voluntad”. A pesar de que me encontraba muy bien meditando, me costaba sentarme, o al menos, me costaba sentarme a ciertas horas, como podían ser las horas del amanecer. Tuve que trabajar duro para poder dominar a esa especie de animalito que todos, o yo al menos, llevaba dentro y que me decía quedito: “¿Dónde vas a estas horas con lo bien que se está en la cama, y con lo poco que has dormido?”. Como entonces todavía me identificaba al ciento por ciento con mi cuerpo, cuando vencí al animalito, lo sentí como un triunfo personal y me sentí muy “orgulloso” de mí mismo.

            El segundo fallo que tenía, era “esperar algo”. Cuando escuchaba hablar a los maestros que guiaban mis meditaciones del “despertar de la Kundalini”, de “la serenidad de la mente”, de los “siddhis o poderes psíquicos”, de la “sanación a través de la meditación”, etc., yo, quería conseguirlos todos en una hora, mejor que en un día, o en un  mes, o en un año. ¡Pobre infeliz!, entonces todavía no sabía, y no terminaba de hacer todo el caso que debía a mis maestros, que meditar esperando un objetivo, es la mejor manera de no conseguir ese objetivo, y casi añadiría más, no es meditación. Sólo empezaron a suceder “cosas”, cuando me senté a meditar por puro placer. Pero entonces, lo importante para mí, no era lo que sucedía, sino la propia meditación. Y volví a sentirme “orgulloso” de mi mismo.

            Recuerdo ahora, que uno de mis maestros me dijo un día: “Tendrías que trabajar tu orgullo”, y recuerdo mi respuesta como si fuera hoy: “Yo soy así, es mi carácter”.  Claro que era mi carácter, pero un carácter a medio construir. Cuando fui consciente y empecé a trabajar el orgullo, un ochenta por ciento desapareció de inmediato. Después de eso, ya no me sentí orgulloso. Todo empezaba a estar bien.

            He seguido y sigo “dándome cuenta” de cada acontecimiento que sucede en mi vida, y las preguntas que me hago en cada suceso son: ¿Esto tiene amor?, ¿Está hecho con amor?, ¿Esto lo quiero para mí?, ¿Me gustaría que eso que he dicho me lo dijeran a mí? Por supuesto que las respuestas a esas preguntas no siempre son las acertadas, aun sigo errando, por eso sigo meditando, por eso sigo trabajando mi carácter.

            Yo sé que no soy perfecto, como ninguno de los que estamos en un cuerpo en la Tierra. El día que llegue esa perfección, en esta vida o posteriores, se habrá acabado nuestro ciclo de nacimientos y muertes, ese día nos iremos a otro lugar, ya sin cuerpo, para seguir trabajando otras facetas que ahora no alcanzo a entender.

            Y tampoco quiero entenderlo, sólo sigo meditando, sólo quiero ser cada día una mejor persona, y espero conseguirlo algún día, en alguna vida.

            Si te has visto retratado por tu falta de voluntad, por tu querer conseguir poderes meditando, por tu orgullo, por tu intransigencia, etc., etc., sólo puedo decirte que no te desanimes, que puedes conseguir eliminar todos esos defectillos. ¡Sigue meditando!

jueves, 19 de mayo de 2011

Miedo a lo desconocido

                Lo desconocido asusta, da miedo, estremece. Al noventa y nueve por ciento de nosotros, nos han inculcado, o nosotros mismos hemos asumido, unos conocimientos, unas creencias, unos valores, que son nuestra brújula en la vida, que son nuestra guía, y es con ellos con los que vivimos, con los que nos relacionamos. Son el patrón con el que cortamos los retales de nuestra existencia.

            Cualquier nueva idea, nuevos pensamientos, nuevos conocimientos, otras maneras de actuar ante la vida, el desapego de lo material, cualquier cosa que se desvíe aunque sólo sea un milímetro de la senda aprendida, aterra a un porcentaje enorme de personas. Y ¿qué hacer ante esas personas? Nada, no se puede hacer nada, porque ¡Sólo es falta de amor!

El miedo es lo opuesto al amor. El amor inunda completamente el ser de la persona, no dejando espacio para nada más, ni para el orgullo, ni para la tristeza, ni para la rabia, ni para el egoísmo, ni para el ridículo, ni, por supuesto, para el miedo.

Cuando alguien se asusta ante lo desconocido, es que no existe la energía del amor llenándolo todo, y entonces aparece el miedo, miedo a perder su estatus, miedo a perder su poder, miedo al ridículo. Es seguro que en ese espacio que debía ocupar el amor, se encuentran esas otras emociones negativas, es seguro que la felicidad no es lo que define a esas personas. Y ante eso, querríamos hacer algo, querríamos ayudar a esas personas, ayudar a comprender, ayudar a despertar. Pero no podemos. Cada persona despierta cuando suena el despertador de su vida. Mientras tanto tenemos que respetar, e incluso velar su sueño.

            ¿Seguro que no podemos hacer nada? No, sólo hay que seguir el ejemplo de nuestra Madre Naturaleza, seguir ahí. ¿A cuántos no les agrada el tiempo que hace, o el color del paisaje, o el aroma de la flor o el discurrir de las aguas del rio?, y que hace la Naturaleza, nada, seguir estando. Sigue regalando el aroma de las flores, para que lo disfruten los que gozan con él, sigue su camino el río, para que se abstraigan en su corriente los que disfrutan con su discurrir, sigue luciendo el sol, y escondiéndose para que disfrutemos de la luz del relámpago. La Naturaleza no se siente ofendida nunca, Ella deja hacer, Ella sigue su ritmo, y el que quiera ver, que mire; y si alguien no quiere mirar, a la Naturaleza le da igual, Ella sigue ahí.

            Nosotros también tenemos que seguir nuestro ritmo ante aquellos que temen a todo lo que no sea su propia comodidad, su propio pensamiento, hemos de seguir ahí, sintiéndoles, amándoles, bendiciéndoles. Y cuando despierten de su sueño, que nos encuentren con los brazos abiertos, con una sonrisa, sin recriminar, sin juzgar, sin una sola crítica, ofreciendo nuestro brazo para que caminen más seguros.

            No existe nada desconocido. Cuando una persona abre sus ojos, se da cuenta de que todo es conocido, de que todo estaba planificado, de que todo es un aprendizaje, de que pasamos por la materia justo hasta el momento de abrir nuestros ojos, justo hasta el momento de despertar. Y es en ese despertar cuando somos conscientes de que somos ángeles, de que somos divinos, y de que nada hemos de temer, porque nada puede hacernos daño.

            Ama y no temerás nada.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Avanzar etapas

                Hay una cita de Lao Tse que dice: “Un viaje de mil millas empieza con un paso”. Para llegar al final de cualquier viaje es necesario dar ese primer paso, y otro, y otro, y muchos más; no vamos a llegar al final del camino, sin haber recorrido cada paso de ese camino, no hay atajos,

            Así es nuestra vida. Un día abrimos un poquito los ojos y nos preguntamos qué hacemos aquí, y leyendo, o asistiendo a seminarios, empezamos a plantearnos que la vida tiene que ser algo más, que no puede ser lo que nos han vendido, que es una sinrazón el montaje que la sociedad nos presenta, entre otras razones, o quizás la razón más importante: Es que ese montaje no nos hace felices, y no sólo no nos hace felices, sino que nos ata a una rueda de ansiedad, de angustia, de sufrimiento, de desigualdades. No puede ser bueno lo que nos enseñan nuestros educadores, nuestros políticos, nuestras religiones, nuestros periodistas, nuestra televisión; porque sólo buscan la explotación, la explotación del hombre por el hombre.
            Y en esas lecturas, o en los seminarios, o en las clases de yoga, o en las meditaciones, empezamos a comprender que la vida es un viaje, un aprendizaje, y que ese aprendizaje puede realizarse con alegría, y que aunque parece que no hay un final de viaje, si hay un camino que recorrer, y que ese camino no lo vamos a recorrer a lomos de nadie, y menos a lomos de nuestros explotadores. Ese camino, como el viaje de Lao Tse se ha de recorrer paso a paso, en solitario, sin saltarnos ninguna curva, sin tratar de engañar a nadie, ya que en ese camino no hay vigilantes, el único vigilante somos nosotros mismos, no se pueden hacer trampas en el recorrido, ya que el engaño sólo supone un paso atrás.

            ¿Cuáles son los pasos que se han de dar?  No son muchos los pasos que nos separan del final de la etapa de la vida, de cada vida, ya que cada vida es una etapa.
            Las claves para llegar al final de esta etapa, que es la que hemos elegido transitar, son:

- Desidentificarse del cuerpo.
- Sentir a tus semejantes como tus hermanos.

- Vivir desde el corazón.
           Desidentificarse del cuerpo: Si amigos míos, mientras creáis que sois ese cuerpo alto o bajo, hombre o mujer, viviréis para él, para satisfacerle. Y eso sólo va a llevaros a la separación, a defender el cuerpo y todo lo que a él esté agregado: Vuestro honor, vuestra vida física, vuestras pertenencias, vuestras creencias. Así permitiréis el sufrimiento, el vuestro y el de vuestros hermanos.

          Empieza a creer que no eres un cuerpo, empieza a creer que eres un alma, ya que ese cuerpo que te has dado es únicamente el vehículo que está, de alguna manera, transportando tu alma en este tramo del camino. Y después de tener claro lo que eres, vive como tal: El alma no necesita defensa porque es inmortal, nadie puede hacerla daño, no tiene que defender sus pertenencias porque lo tiene todo y lo tendrá para siempre, no tiene creencias porque está en posesión de la Verdad.
          Sentir a tus semejantes como tus hermanos: Tus semejantes como tú, también son alma. Al que llamas tu hermano porque ha nacido de la misma madre terrenal, sólo va a ser hermano, hermano de cuerpo, hermano del vehículo en que transitáis los dos, en la etapa de una vida. Pero el resto de tus semejantes, a los que no consideras tus hermanos, son los verdaderos hermanos, desde siempre y para siempre, porque todos venimos del mismo Padre, todos venimos del mismo Dios.  

          Aprende a sentir y a tratar a todos tus semejantes, ni tan siquiera como un hermano, sino como si fueras tú mismo. Es la única manera de no juzgar, de no explotar, es la única manera de intentar, por encima de todo, de hacer felices a todos los que te encuentres en tu camino, es la única manera de avanzar siempre adelante, porque no tendrás débitos con ninguno de tus hermanos, porque no dejarás sin resolver ninguna deuda.
          Y por último, vive desde el sentimiento que impele tu corazón. Tu mente sólo es el guardián de tu cuerpo, es la que favorece la separación, es la portadora de las creencias, es la que lleva con orgullo el estandarte del honor. Vivir desde la mente es vivir desde el cuerpo, mientras que el corazón es el garante del alma, es el garante del amor, es el faro que va a iluminar tu camino de vuelta a casa.  

lunes, 28 de marzo de 2011

4ª dimensión

            La inmensa mayoría de las personas está viviendo en la tercera dimensión. La tercera dimensión es vivir en la materia con un cuerpo y utilizando la mente. Es la dimensión conocida por todos, porque, o estamos en ella, o nos movemos entre la tercera y la cuarta.
            Todo es conciencia, en la tercera dimensión vivimos con una conciencia determinada, la que nos permite la mente. Es esa conciencia en la que de manera constante estamos haciendo planteamientos mentales, tratando de organizar nuestra vida y la de los demás, suspirando por conseguir un tipo de vida determinado, buscando la felicidad fuera de nosotros, necesitando sentir que nuestro amor es correspondido, acumulando riquezas materiales, luchando porque se reconozcan nuestros meritos, permitiendo que se desboquen las emociones, pidiendo explicaciones, de manera permanente, y ofreciéndolas, culpabilizando al otro, pisoteando los derechos de los distintos, (por el color, por la clase social, por el idioma, por las creencias religiosas, por el sexo, por la nacionalidad). Viviendo, en fin, una vida ficticia creada por nuestro pensamiento.
            Lo terrible, no es vivir en la tercera dimensión dirigidos por la mente, todos llevamos mucho tiempo y muchas vidas en ella, lo verdaderamente terrible es no ser conscientes. Ya que mientras no seamos conscientes estaremos atados de pies y manos para realizar el siguiente paso: la cuarta dimensión. Y no seremos conscientes mientras nuestras “pre”ocupaciones estén dirigidas a la materia, estén dirigidas al control del prójimo, estén dirigidas al exterior.
            Este es el momento para dar el salto, es el momento del cambio de conciencia, de no hacerlo, nuestro ciclo de reencarnaciones sufrirá un parón de varios millones de años, justo el tiempo que tarden en completar su ciclo evolutivo, el ciclo de vuelta al Espíritu, el ciclo de vuelta a Dios, todos los que ahora están inmersos en el cambio de conciencia, en el traspaso a la cuarta dimensión.
            La cuarta dimensión es nuestro siguiente peaje. La Tierra y sus habitantes estamos evolucionando hacia esa dimensión. También utilizamos el cuerpo, pero el instrumento que nos mueve en ella ya no es la mente, es el corazón. 
            Cuando hablamos del corazón, no nos estamos refiriendo al corazón físico, nos estamos refiriendo al chakra cardiaco. El chakra cardiaco es el que gobierna el corazón, y es la sede del amor. Vivir en este chakra es sentir las energías que hay en él, el amor, la compasión, la misericordia, la caridad, la bondad, la grandeza, la abundancia. Pero para llegar aquí hemos tenido que purificar la energía de los chakras inferiores, las energías terrenales de los chakras base y sexo, y de los emocionales, ombligo y solar. Será entonces cuando se empiece a sentir la energía del amor, el verdadero amor, el que da todo a cambio de nada, el que sólo busca la felicidad de los demás, el que no pregunta ¿cuánto? cuando le dicen “te quiero”, el que da la libertad, el que respeta, el que no exige nada a cambio, el que no tiene que perdonar porque nunca se siente ofendido. Vivir en el corazón, vivir en el chakra cardiaco es vivir en la cuarta dimensión.
            El camino, a partir de aquí, es más sencillo, es como si el chakra cardiaco diera paso, (no es así, ya que todos los chakras se pueden activar a la vez), a la creatividad superior del chakra de la garganta y al inicio del conocimiento, que se va a concretar en el chakra ajna, que es el chakra de la facultad mental superior. Un poco más arriba nos espera el chakra frontal, el chakra de la conciencia búdica, el chakra de la sabiduría y de la intuición inferior, para llegar a la cima de la cabeza donde se encuentra el chakra corona, el centro del Amor Universal, el centro de la voluntad para amar, para manifestar la bondad y la voluntad al bien.  
            El camino hacia el Amor Universal sólo requiere un primer paso importante, hacerse consciente del dominio de la mente y después trabajar para dominarla. ¿Cómo?: meditar, meditar, meditar, meditar, meditar. Dejarse llevar por las preocupaciones, dejarse arrastrar por los deseos, por el orgullo, por los celos, por la rabia, por la avaricia, supone quedarse anclado en la tercera dimensión, mientras los compañeros de curso siguen avanzando hacia la felicidad, hacia la paz, hacia el Amor que se encuentran esperándonos en nuestra siguiente etapa: la cuarta dimensión.               

viernes, 11 de febrero de 2011

El camino. Un cuento para despertar

            Señor, ¿hasta dónde lleva este camino?,  hasta la Gloria señor; y ¿falta mucho para llegar?, depende de sus pasos señor, y de su ritmo,  y de su fuerza, y de su corazón, ¡que sea feliz en el camino señor!
            No sabía cómo estaba ahí, caminando, en un camino que a veces era ancho y otras, estrecho, a veces bordeado de árboles, y otras seco, árido y pelado. Sólo recordaba que no era feliz, y alguien me dijo: “Si buscas la felicidad, la puedes encontrar en el camino de la Gloria”.  Y ni corto ni perezoso, abandone todo, mi trabajo, mi esposa, mis hijos y me fui en busca de la felicidad a recorrer ese camino, camino del que nada pudo explicarme nadie, pero como ya lo había probado todo, médicos, pastillas, diversiones, viajes, casi todo lo conocido, y yo quería la felicidad, me puse a caminar por ese camino. Mi esposa me había dicho: Espero que encuentres lo que buscas, yo te esperé mientras tanto.
Al segundo día de caminata, me encontré con un niño sentado a una orilla del camino. Era un niño triste, muy triste, la imagen de su tristeza desgarraba el alma.
-          Hola niño, ¿Qué haces aquí?
-          Te estaba esperando.
-          Pero, ¿cómo ibas a esperarme si no sabes quién soy, ni que iba a pasar por aquí?
-          Si se quién eres.
-          ¿Quién soy?
-          Eres yo.
-          ¿Qué?
-          Sí, soy tú cuando tenías diez años. ¿Te acuerdas el día que con la pelota rompiste un cristal de la casa del vecino, y te golpearon y te castigaron y te quitaron la pelota?
-          Si me acuerdo, yo lo hice sin querer, fue un día muy triste.
-          Y ¿qué pensaste?
-          Que no era justo, y por primera vez, mis padres que para mi eran los mejores del mundo, dejaron de serlo,
-          Y ¿no les has perdonado?
-          No.
-          Los mayores también se equivocan, y cargan sus problemas sobre los pequeños, pero nosotros, los niños, cuando ya entendemos las cosas tenemos que perdonar a los mayores, y sobre todo si estás en este camino. Si quieres llegar al final, has de aprender a perdonar.
-          Si yo les perdono, me prometes que vas a dejar de estar tan triste.
-          Si tú les perdonas, sólo por eso dejaré de estar triste, y tú lo sabrás porque vivo dentro de ti.
Y el niño desapareció del camino.
El caminante se retiró a un costado del camino, se sentó debajo de un árbol y rememoró la situación, y con la imagen de sus padres en su memoria empezó a decir en su interior: “Yo os perdono, os perdono por lo que me habéis hecho consciente e inconscientemente, ahora sé que no era vuestro deseo que llegara a mí la tristeza, yo os perdono. Y os pido perdón por todo lo que yo haya podido hacer también de manera consciente e inconsciente, os pido perdón por todos estos años de rencor. Yo os bendigo con amor, os quiero”. Nada más terminar de decir eso, sus ojos se inundaron en lágrimas, sintió una paz en su interior desconocida, era como si el niño que había visto en el camino saltara y se regocijara dentro de él.
Pero aun había algo dentro de él que no le permitía ni tan siquiera asomarse a la felicidad. Permaneció debajo del árbol meditando en silencio, y fueron pasando por su memoria muchos momentos, en los que él había sido injusto con sus hijos, y les pidió perdón. Siguió meditando y siguieron pasando por su memoria los momentos en que había sido injusto con otras personas, y siguió y siguió pidiendo perdón, hasta que  sintió un gran alivio interior, y una sonrisa se instaló en su rostro, después de muchos, muchos años de seriedad y de tristeza.
Por fin se levantó y siguió caminando y se encontró con otra persona que se cruzaba en su camino: “Señor, ¿falta mucho para llegar a la Gloria?”, “ahora ya le falta menos, señor”.
Dos días más de camino y se encontró con un ejecutivo sentado en un sillón en mitad del camino:
-          ¿Qué hace aquí señor?
-          Te estaba esperando.
-          ¿A mí?, y ¿Cómo sabía que iba a pasar por aquí?
-          Porque soy tu orgullo.
-          ¿Mi orgullo?
-          Si, tu orgullo, ese que no te permite reconocer lo que hacen de bien otras personas, ese que no te permite aceptar las ideas y sugerencias de las personas más próximas a ti, ese que no te permite entregarte a la vida y dejarte fluir en ella por tener que estar siempre a la defensiva, ese que te hace controlarlo todo, ¿me reconoces?
El caminante asintió con la cabeza, dio las gracias, y cabizbajo volvió a salir del camino para sentarse nuevamente debajo de un árbol y meditar en la situación. Y revivió cada acto de orgullo y comprendió que sólo estaba actuando en contra del libre fluir de la vida, que todo era miedo, miedo a perder lo que él creía que era su posición social, su posición en la familia, su posición en el trabajo; sin darse cuenta que cada vez era menos preguntado, era menos solicitado para colaborar, era más esquivado por su familia y por la sociedad, reconoció su inmadurez, sintiendo que algo se movía en el interior de su pecho y que activaba la humedad en sus ojos, y se prometió a sí mismo permanecer alerta para que no volviera a suceder.
Y volvió al camino, mucho más ligero, más alegre, más feliz, si, más feliz, era verdad caminando por este camino se puede encontrar la felicidad. Cuando de repente se encontró con un nuevo caminante que se cruzaba con él, y le preguntó:
-          ¿Falta mucho para la Gloria señor?
-          Ya estás en ella hijo mío.
-          ¿Ya he llegado?
-          Si, cuando reconociste tus errores y pediste perdón, cuando perdonaste a los demás, cuando reconociste tu orgullo y tu miedo, cuando aceptaste la vida como es y dejaste que empezase a fluir dentro de ti, cuando sentiste el amor dentro de ti, cuando te has prometido permanecer alerta. Todo eso te ha permitido entrar en la Gloria.
-          Perdone señor, pero para esto no hacia falta venir a este camino, podía hacerlo en el comedor de mi casa.
-          Estás en tu casa, estás meditando. Yo te bendigo, vuelve ahora a tu cuerpo y enseña a los demás esto que has aprendido. Bendito seas. 
El caminante sintió una fuerte sacudida en su cuerpo, abrió los ojos y se encontró sentado en su espacio de meditación. Sólo habían transcurrido treinta minutos. Sus ojos se llenaron de lagrimas, se levantó, entró en el salón donde su esposa y sus hijos veían la tele, se acercó a ellos, les abrazó, les beso y quedamente les iba diciendo: “Perdóname, te quiero” .