Si
te detienes a reflexionar de manera honesta, serena y profunda, como si fueras un
observador imparcial, sin permitir que te perturben o condicionen los
acontecimientos que envuelven tu existencia, llegarás a la conclusión de que vivir
la vida es mucho más sencillo de vivir de lo que la mayoría de las personas
experimentan.
Considera la última
ocasión en la que te enfureciste o perdiste la paciencia, cuando alzaste la voz
o castigaste a alguien con tu silencio, quizás incluso a alguien muy cercano a
ti. ¿Realmente valió la pena? ¿Lograste resolver algo? ¿Ganaste más alegría, felicidad,
salud o dinero? O, por el contrario, ¿simplemente malgastaste un tiempo valioso
y único, irrecuperable en toda tu vida futura, además de sumergirte en un
estado emocional digno de los moradores de los círculos infernales que Dante
describe en "La Divina Comedia"?
Reflexiona,
también, si esos pensamientos de carencia, de miedo, de dolor, de dudas o de
preocupación por tu incierto futuro. ¿Están, realmente, resolviendo tus
problemas o, simplemente, te mantienen atado a la ansiedad, impidiéndote vivir
una vida plena?
Al analizar esos episodios
de conflicto, observa qué parte de tu deseo no cumplido, posiblemente
desconocido por la otra persona, contribuyó a tu insatisfacción personal o a
tus expectativas sobre el comportamiento ajeno. De esta manera, si buscas
culpables, tal vez te encuentres mirándote a ti mismo.
Si,
a pesar de todo, aún no estás convencido de que la vida puede ser más sencilla
de lo que la estás viviendo, considera que cada suceso, por insignificante que
parezca, es simplemente una manifestación de tu "Contrato Divino" o
tu "Plan de Vida", aceptado antes de tu llegada a este mundo. Todo lo
que ocurre en tu vida ha sido organizado y planificado por ti para cumplir con
el propósito de tu existencia, que quizás no estás llevando a cabo debido a
pensamientos o deseos que te limitan.
Y
si aún albergas dudas sobre lo simple que podría ser la vida, te planteo otra
reflexión: ¿Qué propósito habría servido si tu corazón dejara de latir después
de un episodio de ira, enfado o un pensamiento erróneo?
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