El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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miércoles, 8 de junio de 2016

Plenitud ¡Ser tú!

¿Te has sentido muchas veces transportado a un mundo increíble mientras leías o escuchabas la historia de alguien a quien le cambió su vida? Seguro que sí, aunque no estés en ninguna búsqueda específica de nada. Seguro que sí, porque todos los seres humanos nos preguntamos alguna vez en la vida ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Qué sentido tiene la Vida? ¿Por qué sufro, porqué solo soy feliz en algunos momentos? ¿Por qué no me pasará a mí como a otros que han cambiado su vida, lo han dejado todo y han seguido su corazón? Y en esos instantes te has imaginado haciendo lo que verdaderamente quieres hacer, lo que sientes y te has sentido el hombre, la mujer más libre del mundo.

Pero, casi al mismo instante ha aparecido tu mente y te ha dicho “Eso solo les pasa a los demás” A algunos, a muy pocos, y yo soy una persona normal y corriente. ¿Pero, sabes una cosa? Los demás son tú y tú eres los demás. Es decir lo que tú piensas, ellos también lo piensan, Porque todos somos exactamente lo mismo. Almas, almas con una sed increíble de ser felices. Pero no felices con nuestras posesiones materiales.



Así pues, hablamos de Plenitud, de plenitud interior, de sentirte presente, muy presente en tu propia vida y ver como todo sucede y darte cuenta de que tú puedes intervenir. De hecho, debes hacerlo, es tu obligación. Y de hecho, lo haces. Constantemente eliges esto o aquello en tu quehacer diario. Así pues ¿Por qué no eliges para ti? ¿Por qué no dejas ya de pensar que sentirán los demás si haces esto, o si haces lo otro? Qué más da. No harás nada que les pueda hacer daño si lo haces con Amor, con el convencimiento de que eso es lo mejor para ti.

Porque cuando haces lo que es mejor para ti, estás haciendo lo mejor para todos los que te rodean. Porque eres completo y feliz y no puedes más que dar felicidad y amor.

Párate, deja de leer como “otros sí pueden y tu no”. No te pongas excusas mentales que sabes que no te sirven para nada y que solo son excusas movidas por el miedo.

¿Pero dónde queda el miedo cuando eres feliz? No existe. Haz, camina, cae, levántate y confía, confía, confía. No estás nunca solo. Jamás, porque estas contigo. Y en ti lo tienes todo. La capacidad de amar, de sentir, de vibrar con la energía del Universo. Porque eso eres, un “ínfimo” fragmento del Universo, que dejó un día de tener esa conciencia y se encarnó. Pero no perdió nada. La llevas contigo. Tú eres luz, tú eres vida. Tú eres esa pieza imprescindible, aunque esté en una esquina lejana, de ese puzle Universal que no puede construirse sin ti.  Seria incompleto.

Siéntete tú, siéntete yo. Un yo no mental, un yo en los demás y con todo. Tú eres Buda, tú eres Dios, tú eres Luz, tú eres camino, tú eres Maestro.

Y por encima de todo tú eres ¡libre! Libre para elegir y ser ese “otro” que ha cambiado su vida y al que envidias muchas veces. Eso te puede pasar a ti, de hecho te está pasando pero no quieres escuchar.

Haz tu camino sin miedo y los demás se colocaran en el lugar correcto para dejarte andar. Da igual, no pienses en “mi madre, mi padre que dirán, que pensaran, mis hijos, mi pareja, mi hermano…………..”Da igual. Si tú estás bien ellos estarán bien, seguro.

Quizá tarden un tiempo en darse cuenta y aceptarlo. Y, ¿Qué? Es su tiempo, no el tuyo. Es su elección, no la tuya. Tú eliges amarles desde ese tú que eres, y ellos, poco a poco, sentirán esa energía que les llegará sin palabras, sin discusiones, sin luchas, sin tener que convencerles de nada. Llegará así, tal cual.

¿Qué fácil parece, verdad? Pues lo es. Lo verdaderamente difícil, y muy cansado, es que sea al revés. Es decir que sea una lucha entre tu sentir y tu ”deber”. No hay deberes.

Obsérvate como el Ser Divino que eres y camina desde ahí. Nadie es más que tú. Ni Jesús, ni Buda, ni nadie. Todos somos elegidos.

Recuerda: el puzle está incompleto sin ti.

Te quiero hermano, hermana. Te quiero y te reconozco.

domingo, 15 de mayo de 2016

No viven, solo duermen

                Crecer………., evolucionar……….., madurar……….. Siempre hablamos de crecimiento, siempre hablamos de evolución. Algunos creen que van a conseguirlo con los años, lo que no sé si todos tienen claro que el hecho de cumplir años no implica ni madurez, ni crecimiento, ni evolución. Para crecer y evolucionar es imprescindible que en algún momento de la vida la persona empiece a tomar sus propias decisiones, y dejarse guiar por……., ¿El sentido común?, si, el sentido común, o mejor esa voz interior, que es quien te va a guiar de vuelta a casa. 

        Para volver a casa, lo primero y principal es alcanzar a saber quién eres realmente, y por supuesto de dónde vienes, de cuál es tu casa, para volver a recorrer el camino de regreso.

         Saber quién eres, implica despertar. La inmensa mayoría de las personas duermen, ni tan siquiera nos atrevemos a decir que viven dormidos porque no es así, no viven, sencillamente duermen. No saben quienes son ni de dónde vienen, duermen guiados en su sueño por su mente poderosa, y lo que ellos creen que viven solo es ilusión, y creen en su sueño que esa ilusión lo es todo, y se dejan guiar, y ellos mismos aconsejan, sin saber que no viven, sino que tan solo duermen.



Pero esa ilusión es nada, sólo ilusión. Es ilusión su aprendizaje, ya que despiertos pueden tener acceso a todo el Conocimiento; es ilusión su mirar, ya que despiertos pueden ver más allá de la materia; es ilusión sus pensamientos que les hacen vivir una vida de creencias engañosas, ya que despiertos pueden vivir la Totalidad; es ilusión su amor, ya que despiertos pueden vivir el Amor Divino.

Es en la ilusión de esa vida de donde nace el miedo, la crítica, la mentira, la defensa del espacio propio, los celos, la incomprensión, la desigualdad, el egoísmo, el sufrimiento, la tristeza, la desconfianza, el engaño, etc. Y todo esto, lo único que hace es retrasar, obstaculizar y empobrecer vuestra conciencia, vuestros días, vuestra vida.

Para poder acabar con todo eso, sólo hay que despertar. Incluso los que viven completamente dormidos pueden hacerlo, sólo es necesario que alguna vez pongan en duda quienes son realmente, ya que ese es el camino, saber quién eres, y alcanzar la meta de ser quien eres; de esta manera vas a tener la energía que te va a llevar a la dicha de crear la vida desde el Amor.

Despierta, vive desde el centro de tu Ser y comenzarás a ver los frutos; comenzarás a ser consciente de las sincronicidades, comenzarás a ser consciente de que eres guiado, y será más fácil para ti vivir tu tiempo, tu único tiempo: el presente; porque sólo existe hoy, lo que llamas pasado y futuro no existe, por eso has de romper con esa mente de ilusión que crea los pensamientos que te sujetan a las acciones de ayer o te proyectan al mañana.

Tu cambio es ahora, es este el momento de empezar a tomar tus propias decisiones, y seguir los dictados de tu voz interior, sin dejar que aquellos que todavía están dormidos, viviendo su ilusión, influyan en tu nueva vida.

          Cuando consigas dejar de vivir la ilusión, será cuando comiences a vivir. ¡Que sea ahora!, un segundo de retraso sólo es un segundo más de infelicidad.


viernes, 13 de mayo de 2016

Toma las riendas de tu vida

PERLAS PARA EL ALMA



Toda tu vida se desarrolla en “piloto automático”. Sería bueno que en algún momento tomaras los mandos para pilotar tu vida. Ya que si no, te vas a enojar sin saber muy bien por qué, vas a gritar sin saber muy bien por qué, vas a sufrir sin saber muy bien por qué, vas a enfermar sin saber muy bien por qué y vas a morir sin haber sido consciente de que has vivido.


miércoles, 11 de mayo de 2016

Enseñanza espiritual

PERLAS PARA EL ALMA


La enseñanza para la vida espiritual no debería estar deslindada de la enseñanza para la vida física, pero desgraciadamente si lo está. En la familia y en la enseñanza para la vida, enseñan temas religiosos, que no espirituales,  es por lo tanto la persona la que una vez alcanzada la edad adulta tiene que buscar su espiritualidad si es que su alma así lo demanda.


Toda la enseñanza que recibimos los seres humanos es aquella que es científicamente demostrable, más o menos necesaria para que nuestra economía sea rentable, y a todo eso hay que añadir todo lo que nos cause satisfacciones físicas. En ningún momento nos enseñan los pasos esenciales para conseguir la felicidad, cuando es el objetivo de búsqueda inconsciente de todos los seres humanos; en ningún momento nos enseñan cómo vivir en paz, sin estrés, con alegría y sin sufrimiento. Se supone que con la enseñanza impartida va a ser suficiente para conseguir todo aquello que sea físico o afecte a este de manera directa, y que cualquier emoción desbocada ha de ser gestionada por la propia persona, se supone que a través de ciencia infusa, porque otra no se ha recibido.


sábado, 30 de abril de 2016

Un viaje de ida y vuelta

                  Estamos en un viaje de ida y vuelta y nuestras pertenencias materiales a la vuelta van a ser las mismas que a la ida. Nuestra maleta de vuelta sólo va a contener las experiencias del alma: más paciencia que a la ida, más amor, más voluntad, más misericordia, más hermandad.


lunes, 25 de abril de 2016

Pensamiento único (Directos a la meta 2 de 2)

Podemos llegar al mandamiento único que nos dio Jesús:
“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”,
con un pensamiento también único:
“Amo a Dios y le bendigo con amor”

Decía que se trata de avanzar a paso ligero y recorrer en una sola vida tanto trayecto como veinte o treinta vidas con los pequeños aprendizajes anteriores.

         Para esto es imprescindible tener claras las respuestas a las preguntas del millón: ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, y ¿Adónde voy?

         Las respuestas quiero suponer que todos las tenemos claras: Soy hijo de Dios, vengo de Dios y a Él he de retornar.

         Es decir, los espacios de vida física no son más que ese tiempo intermedio entre nuestra llegada desde Dios hasta nuestro regreso a Él. Ese trayecto, vida tras vida, podemos realizarlo lentamente con pequeños avances, o podemos hacerlo más rápidamente. Es nuestra decisión.

         Para hacerlo más rápidamente podemos llevar el enunciado de “energías iguales se atraen” a su máxima expresión. Hasta ahora tratamos de crear energías positivas con nuestros pensamientos y nuestra emociones para no atraer cosas malas y para atraer cosas para la vida física, es decir para vivir en paz y felices y para conseguir nuestros deseos.

         Estaréis de acuerdo conmigo que no es tan fácil como parece, que todo requiere trabajo, voluntad y paciencia.



         Pues bien, ¿Por qué no dedicamos nuestro trabajo, nuestra voluntad y nuestra paciencia para llegar directamente al final, para llegar directamente a Dios, dejando de caminar por caminos que serpentean y pasan varias veces por las mismas postas?

         Como energías iguales se atraen trabajemos para generar la energía de Dios y así Su Energía llegará a nosotros a manos llenas. Pero hará más: En la actualidad trabajamos para que el dinero llegue a nosotros, pues bien, con Dios seremos tan prósperos como Él, siempre según esté establecido en nuestro Plan Divino. En la actualidad trabajamos para tener a determinada pareja y que nuestros hijos tengan unas características determinadas, pues bien con Dios tendremos la pareja y los hijos que nosotros, junto a ellos, hemos programado para acelerar nuestro crecimiento, según esté establecido en nuestro Plan Divino. Y así será cada aspecto de nuestra vida, ya que dejaremos de vivir contra corriente tratando de tener la vida que nos gustaría vivir, para vivir según nuestra programación, la vida que hemos venido a vivir, que es, ni más ni menos, que la que necesitamos para terminar cuanto antes nuestro paso por la materia.

         Vivir en Dios y cumplir en un porcentaje elevado nuestro Plan de Vida es un salvoconducto para conseguir reducir a la mínima expresión el número de encarnaciones en la materia.

         Como lo que queremos será acercarnos a Dios, nuestro trabajo solo será generar una energía que vibre como la energía de Dios. Lo mejor para eso, será mantener en la mente un pensamiento único, el pensamiento en Dios. Pero no para pedir, ni para suplicar, ni para rogar. Que sea un pensamiento alegre, un pensamiento de vida, un pensamiento de amor, un pensamiento de gratitud.

         No es necesario orar ni realizar ninguno de los ritos establecidos por las religiones. No es necesario apartarse del mundo. Sólo se trata de llegar a Dios de la manera más fácil posible, y que mejor y más sencillo que hacerlo bendiciendo a Dios, con una fórmula que no tenga ninguna complicación, que no se olvide, como puede ser: “Dios mío, yo te bendigo con amor”.

         Manteniendo ese pensamiento en la mente, y repitiendo la bendición, hace que la Energía Divina llegue a nuestro ser sintiendo tal cantidad de amor, que a veces pudiera parecer que nos desborda. Inténtalo durante unos días, cuantas más horas mejor.  



         

Directos a la meta, sin peajes (1 de 2)

Existe algo mucho más importante
que una mente vacía de pensamientos,
y ese algo es una mente con un pensamiento único,
el pensamiento de Dios.

         Seguro que nadie duda ya de esa parte del Principio de Vibración que dice que “Energías iguales se atraen”, y es este principio la base de prácticamente todos los cursos, talleres, técnicas y métodos de crecimiento, de expansión de la conciencia, de construcción del carácter, de espiritualidad y sanación. Aprendemos a meditar para tratar de vaciar la mente de tantos y tantos pensamientos negativos con los que convivimos sin ser realmente conscientes, para que no atraigan la miseria que estamos generando. Aprendemos técnicas para atraer aquello que deseamos, a base de generar pensamientos conscientes positivos hasta conseguir la emoción correspondiente. Realizamos talleres para aprender a liberarnos de nuestros miedos y de nuestras limitaciones, que son muchas. Asistimos a clases de yoga y similares para liberarnos del estrés y mantener la serenidad y la calma. Leemos ávidamente un libro tras otro con lo que nuestra sabiduría en temas de “espiritualidad” se incrementa después de cada lectura, pero sin hacer prácticamente ningún uso de esa sabiduría, salvo impresionar a los demás. Y es posible que con todo esto consigamos algunos pequeños éxitos, es posible que consigamos ganar alguna “batallita”: Que se serene un poco la mente, que consigamos algunas de las muchas cosas que deseamos, que desaparezca el terror a la muerte y hasta que consigamos vivir una vida más serena. Pero… ¿Nos podemos conformar con eso?, y ¿Por qué no intentamos ganar la “guerra”?


         Si nuestra vida se circunscribiera al espacio de tiempo transcurrido entre el nacimiento y la muerte, sería más que suficiente, ya que el único objetivo de la vida sería vivir bien, sería vivir una vida feliz, carente de problemas y preocupaciones, una vida en la que consiguiéramos satisfacer todos nuestros caprichos.

         Pero el espacio de tiempo que transcurre entre el nacimiento y la muerte solamente es una vida física, es como esa “batallita” que comentaba en el párrafo anterior. Nuestra vida abarca más, mucho más, muchísimo más, tanto como una eternidad. Esta es la auténtica “guerra”, y nuestro objetivo, no es vivir bien, o vivir una vida feliz, o conseguir nuestros caprichos. Nuestro objetivo es otro, nuestro objetivo es la unión con Dios, lo cual no quiere decir que tengamos que renunciar a esos pequeños placeres.

         Los cursos, talleres, técnicas y métodos de crecimiento y sanación, con los que nos movemos todos en la actualidad son una excelente herramienta para poder acercarnos a vivir una vida feliz, para ir vaciando la mente de pensamientos, incluso para realizar un tímido acercamiento a vivir una vida desde el corazón, una vida basada en el amor. Pero en caso de conseguirse, lo cual es bastante difícil para un porcentaje importante del total de personas que tratan de transitar por este sendero, puede ser válido para la vida actual, pero de poco alcance para nuestra eternidad, porque el aprendizaje del alma va a ser limitado, ya que se va a circunscribir a pequeñas ganancias, que si que vamos a mantener para nuestra siguiente vida, pero que nos va a obligar a volver muchas veces e ir caminando vida tras vida a paso lento.


         Y nuestro avance va a ser tan lento que nos va a obligar a encarnar un sin fin de vidas más, cuando podríamos intentar, incluso sin tantas técnicas, avanzar a paso ligero y recorrer en una sola vida tanto trayecto como veinte o treinta vidas con los pequeños aprendizajes anteriores.

Continuará....................

lunes, 18 de abril de 2016

Qué diferente sería la vida....

PERLAS PARA EL ALMA



Qué diferente sería la vida si nos enseñaran desde la cuna que somos hijos de Dios, que venimos de Él y a Él hemos de retornar. 

Qué diferente sería la vida si nos enseñaran desde la cuna que todos somos hermanos. 

Qué diferente sería la vida si nos enseñaran a amar, a compartir, a aceptar y a respetar. 

Es muy posible que no habría guerras, que no habría hambre, que no habría discriminación, y todos nos ahorraríamos un buen número de encarnaciones que en la actualidad resultan inútiles o con un ínfimo crecimiento. 


sábado, 16 de abril de 2016

Libres de equipaje

La vida física solo es un medio para la manifestación del espíritu, nada más. Todo lo que el ser humano viene a hacer a la materia no es más que el trabajo elegido por el propio espíritu. No es casualidad lo que el ser humano se encuentra en la Tierra, ni el hijo del potentado ni el hijo del pobre lo son por caprichos del destino, lo son, sin error, por su propia voluntad, lo son porque es justamente esa situación la elegida por ellos, por ser la más idónea para la realización de su trabajo.

No viene el ser humano a la vida para tener una cuenta corriente que haga palidecer de envidia a sus congéneres, no viene para tener una profesión de éxito, ni para ganar ningún concurso, viene con un objetivo concreto: Desarrollar lo antes que pueda y lo mejor que sepa su trabajo y su aprendizaje, para no volver, y quedarse así definitivamente en su casa, en  “la casa del espíritu”, donde morará eternamente.

Ya son muchos los seres humanos que saben eso, y muchos más son los que lo intuyen, pero muy pocos son los que actúan en consecuencia con ese saber en su vida física.



Es por la falta de integración de esa sabiduría en su conciencia, o por ignorancia de lo que son y de lo que han venido a hacer aquí, que su actuación a lo largo y ancho de la vida no es más que una pobre, no, más que pobre, mísera competición con todos los espíritus afines, sus hermanos, que coinciden con ellos en la vida, no por casualidad, sino por propia elección.

Como consecuencia de esta ceguera, la vida no es más que una triste caricatura de lo que realmente ellos mismos esperaban realizar, y lo que estaba minuciosamente planificado se derrumba de manera estrepitosa socavado en sus cimientos por unos males que el espíritu no conoce: miedo, tristeza, odio, envidia, celos, y un sinfín de emociones más, generadas por una mente que no sabe actuar según el papel asignado de servidora del alma.

Y entre todas esas emociones negativas, hay una que destaca por ocupar un lugar prioritario entre todas ellas: el miedo a la muerte. La angustia que produce a los seres humanos el pensar que un día, que además no sabe cuál va a ser, se va a terminar todo con la muerte, les afecta de manera dramática sacando a la luz miedos paralelos, como pueden ser el miedo a la enfermedad, al dolor, o a la soledad, que pueden afectarle durante toda la vida.

De poco vale el tener conocimiento de la manifestación de seres que están al otro lado de la vida, Maestros, Ángeles, Guías, o familiares que han partido con anterioridad, de poco vale tener información de lo placida que es la estancia en ese plano, de poco vale creer que en la vida en la Luz no existe dolor, ni enfermedad, ni necesidades físicas, que son las que preocupan a la humanidad, de poco vale saber todo eso, el miedo a la muerte está ahí, perenne, inamovible.

Pero tenemos suerte los seres humanos. Conscientes de nuestro miedo, los seres que están al otro lado de la vida, cuando llega el mágico momento de traspasar el umbral de la vida, todos se vuelcan en nuestra ayuda, haciendo que el transito normalmente sea placido y sereno.

Podemos hacer, en nuestras manos está, que toda la vida sea plácida y serena, desterrando los miedos que son como una losa que los seres humanos tenemos que ir arrastrando por el camino de nuestra vida, y que además de nada vale ese pesado equipaje.


Pongámonos en manos de Dios. Detengamos la locura de nuestra mente. Dejemos hablar al corazón, y si no entendemos con claridad cuál es nuestra misión en la vida, podremos intuirlo, y si ni tan siquiera lo intuimos, vivamos con amor, esa manera de vivir va a hacer que nuestra vida sea un paseo, libre de equipaje, por un ancho camino sembrado de pétalos de rosa.

sábado, 26 de marzo de 2016

Aceptar: El pórtico de una vida feliz (I)

         Todo está bien. La vida es perfecta, es completa, es total, ni le sobra ni le falta nada; somos nosotros los que decidimos experimentarla en formas diferentes, y lo hacemos de múltiples maneras, pero sobre todo lo hacemos en la dualidad del “bien” y del “mal”.

         “Esto está bien”, “esto está mal”, y bajo ese prisma actuamos durante toda nuestra vida, y es esa visión la que determina como nos encontramos. Cuando “creamos” algo que calificamos como “bueno”, nos sentimos bien, somos felices, estamos alegres; pero cuando nuestra “creación” se  decanta por algo calificado como “malo” llega a nosotros el sufrimiento, la tristeza o el dolor.

         Entre este “bueno” y este “malo”, se pueden intercalar todos los estados imaginables. A fin de cuentas es nuestra propia creación, pero no dejará de ser la forma en que cada uno decide experimentar su propia vida, totalmente alejada de la realidad.



         Toda nuestra vida solo es fruto de nuestra propia creación. Es claro que no somos conscientes de ello, pero vivimos la vida que hemos decidido vivir, nuestras acciones de este momento están determinando nuestro mañana, y cuando recogemos el fruto de nuestras acciones, si ese fruto es de dolor, de desencuentros, de desengaños o de sufrimiento, en nuestra ceguera no somos capaces de comprender que sólo estamos recogiendo el fruto de nuestra siembra, de nuestro abono, del cuidado que hemos realizado de nuestras acciones en cada momento. Es como el labrador, recoge lo que siembra: No puede recoger melones si ha plantado zanahorias.

         Nuestra alma necesita vivir todas las experiencias, pero no es necesario que esas vivencias sean un sufrimiento continuo. Para eso la formula es aceptar, es vivir cada instante de la vida como si fuera el último, sin ningún condicionante, sin culpar a nadie de nada, sólo vivir ese instante, sólo estar; ni tan siquiera es necesario que investiguemos el por qué de la situación o de las acciones que nos han llevado hasta ese punto, sólo hay que aceptar el momento.

         Aceptar el momento no es resignarse, no es convivir con una pesada carga de sufrimiento. Aceptar es ser activos para conseguir la felicidad que es nuestro derecho de vida.

         Sólo así podremos comprobar que cuando parece que no hay esperanza aparecen apoyos o situaciones que nos llevan directamente a encontrar la salida de nuestro dolor, aparece la luz que nos va a permitir atravesar nuestra oscuridad. No son necesarios planteamientos del tipo “tengo que…..”, “debo de...…”, no es necesaria la idea de que necesitamos algo para cambiar la situación, porque esta cambia sola, y vamos a lograr cualquier cosa de manera instantánea en cualquier nivel de nuestra existencia, desde la cuestión más nimia hasta la más importante, porque no hay en la vida nada que sea más importante que nada, todo es sólo vida.


Continuará………………..


domingo, 13 de marzo de 2016

¿Cómo sé que me amo? (y 2)

¿Cómo sé que me amo? es la continuación de ¿Por qué amarse a uno mismo?

No se puede amar a nadie si no nos amamos a nosotros mismos, ya que como decíamos en la entrada anterior para dar algo es imprescindible tenerlo, y para dar la energía del amor también, por lo tanto el primer paso es trabajar en nosotros, es aprender a amarnos.

¿Cómo hacerlo?

Sé tu mismo siempre, en cualquier circunstancia, ante cualquier situación, con independencia de quien está delante de ti. Cuando alguien se ama a sí mismo no tiene porque esconder nada, está satisfecho de sí mismo tal cómo es, por lo tanto no tiene que fingir ser quien no es y no tiene que ponerse ninguna máscara en función de la persona que tiene delante.


Ya sé que puedes pensar: “Si me presento tal cual soy, a veces, las personas pueden ofenderse, o no entenderme, o pueden forjarse una idea errónea sobre mí, o no valorarme en su justa medida. Además soy consciente de algunos aspectos de mi personalidad y de mi carácter que en según qué condiciones, es mejor que no salgan a la luz, Creo que lo más seguro es presentarme tal como le gusta a la persona con la que interactúo, y con mucha más razón si es una persona a la que quiero complacer o una persona de la que quiero conseguir algo. Sobre todo si no me cuesta excesivo trabajo, tengo practica en fingir ser quien no soy”.

Ese pensamiento es una prueba irrefutable de que no te amas. No te sientes satisfecho de ti, entregas tu poder al primero que llega presentándote ante él tal como a él le gusta, le estás engañando dando una imagen ficticia, y te estás engañando a ti, lo cual no te va a permitir evolucionar, vas a quedarte estancado en tu engaño ocultando tus carencias y divulgando tu mediocridad.  

Como inicio del trabajo conseguir ser consciente de tus máscaras, ya tiene algo bueno: Eres consciente de tus debilidades, eres consciente de tu carácter, eres consciente de tus limitaciones, eres consciente de tus malos hábitos.

La parte no tan buena es que una vez eres consciente de todo eso, en lugar de mejorarlo lo escondes. Así no vas a llegar a ningún sitio, y mucho menos a Dios, que es realmente tu destino aunque no seas consciente.

Has de conseguir desprenderte de cada una de tus máscaras, para interactuar en la vida tal cual eres sin esconderte detrás de nada. Por eso has de analizar cuando te escondes, por qué te escondes, para qué te escondes, y como es la actuación que realizas.

Las personas con las que te vas encontrando en la vida solo han sido colocadas por ti, en tu camino, precisamente para que seas consciente de ese defecto que traes de fabrica, para que seas consciente de la debilidad de tu carácter, para que seas consciente de la baja autoestima que sientes por ti, para que seas consciente de tus miedos, de tus malos hábitos, de tu pereza o tu falta de voluntad, para que seas consciente de tu falta de respeto y de tu falta de compasión, en suma, esas personas han pactado contigo en tu Plan de Vida ser un espejo donde aparezcan reflejadas tus debilidades, para que sea más fácil para ti subsanar todos esos “defectillos”, y empezar así a amarte para acumular la energía del amor con la que comenzar a entregársela a los demás.

Cuanto más seas tu mismo, sin máscaras, más cerca estarás de amarte a ti y de amar a los demás.

Carta de Albert Einstein a su hija Lieserl.
“Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.
Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor.
Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.
El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!

Tu padre: Albert Einstein”


sábado, 27 de febrero de 2016

Te vas a morir incompleto

         ¿Buscas ganar más dinero?, ¿Buscas a tu media naranja?, ¿Buscas a tu alma gemela?, ¿Buscas la perfección en tus hijos?, ¿Buscas la casa de tus sueño?, ¿Buscas ascender en tu trabajo?, ¿Buscas la felicidad?, ¿Buscas el último modelo de teléfono?, ¿Buscas la salud?, ¿Buscas vivir sin estrés?, ¿Buscas el amor?, ¿Buscas crecer espiritualmente?, ¿Buscas la iluminación, ¿Buscas a Dios?

         Está claro: Si estás buscando algo es porque careces de ese algo.


         A los que buscan se les denomina buscadores, aunque más que buscadores habría que decirles “carecedores”, ya que la carencia es anterior a la búsqueda y causa de esta, sin embargo, como la palabra no existe en la lengua castellana, les tendríamos que llamar necesitados. Necesitados de amor, necesitados de felicidad, necesitados de Dios, y a la vez: buscadores de quimeras, buscadores de sueños, buscadores de ilusión.

         Reflexiona: ¿Estás seguro de que te falta algo, o de que tienes carencia o necesidad de algo?

Si la respuesta es “si”, si crees que te falta algo es que no estás aprovechando tus recursos al cien por cien, ya que realmente no tenemos carencias, nada necesitamos, estamos completos con lo que tenemos, estamos completos tal como somos, ¿Crees que Dios nos hubiera dejado incompletos en el mundo?, ¿Crees que Dios hubiera permitido que vivieras con todo eso que crees que te falta?

Y, ¿Cuándo esperas conseguirlo?, ¿Mañana?, ¿Más adelante?, ¿Dentro de algunos años?, y ¿Qué vas a hacer hasta que lo consigas?, y si te mueres antes ¿Qué?, ¡Te morirás incompleto!, sin embargo, viniste completo a la vida.

Mientras luchas, porque eso es lo que se supone que haces para conseguirlo, ¿Estás aprovechando tus recursos para vivir al cien por cien, o estás utilizando esos recursos para conseguir lo que te falta, dejando claramente de vivir?

         Somos completos, estamos en Dios, pero tenemos un problema creemos que no es así, creemos que tenemos que conseguir algunas cosas para ser felices, y esto nos convierte en esclavos, esclavos de fuentes externas, tenemos que lograr…., tenemos que conseguir…., tenemos que poder…..

Tenemos todo lo material que necesitamos para realizar el trabajo que cada uno ha venido a hacer, pero si no lo mantenemos y lo perdemos de vista tratando de conseguir más lo perderemos todo. La misma Ley de la Atracción tiene algunas excepciones: La más importante es que si lo que deseas atraer está en contraposición con la esencia de tu Plan de Vida, es decir con aquello que es el “leitmotiv” de la vida, no lo vas a conseguir de ninguna manera.

Y en cuanto a nuestro bagaje espiritual todos tenemos el mismo y es un bagaje completo. Somos espirituales por naturaleza, el Amor es nuestra esencia, la felicidad nuestro derecho de vida.
Dios ya está en nosotros, no le busques, cuando le buscas en el exterior pierdes de vista tu centro, pierdes de vista a Dios.

lunes, 8 de febrero de 2016

Camino del corazón

PERLAS PARA EL ALMA


Para transitar por el camino que nos va a llevar a Dios, tenemos que hacer un ligero reciclaje en nosotros mismos. Tenemos que transitar el camino nos va a llevar al interior, a nuestro interior, tenemos que transitar el camino que nos va a llevar de la cabeza al corazón, el camino que nos va a llevar desde los pensamientos al Amor y ese viaje hacia el interior, se realiza suavemente, deslizándose con la respiración consciente, tratando de dominar los pensamientos, manteniendo una atención constante y aceptando todo lo que el fluir de la vida nos ofrece, que no es más que aquello que nos envía el Universo, fruto de la atracción que nuestros pensamientos han generado con anterioridad.