La espiritualidad no se gana en las cocinas comiendo verdura, ni en
los centros de retiro manteniéndose diez días en silencio, ni en las
bibliotecas leyendo tres libros diarios.
Se gana en el corazón. Se gana Amando.
Se gana en el corazón. Se gana Amando.
Hari Krishan Singh
Cada vez que leo o escucho que la
Tierra está cambiando su vibración y que todos nosotros estamos más cerca de la
“iluminación”, miro a mi alrededor para ver si me estoy perdiendo algo bueno,
porque lo que veo mirando al frente no me indica que avancemos ni un ápice en
nuestro crecimiento como raza.
Y cuando leo
de rejillas, de nuevos portales de energía, me quedo tan frio como cuando
escucho hablar de la evolución del planeta. Convivimos con el hambre, con la
miseria y con las guerras, votamos y elegimos a mandatarios corruptos,
asistimos a los oficios que dirigen las distintas confesiones que viven
enfrentadas, las diferentes civilizaciones se observan de reojo, sin fiarse
unos de otros, los mas locos matan por no sabemos muy bien que, unos matan a
cientos para defender sus ideas o para satisfacer a su dios, otros de uno en
uno para ganarse la vida. Todo eso genera en el mundo sufrimiento, odio y
temor. El respeto, y la generosidad con el otro no existen. Ante esto me sigo
preguntando, ¿Dónde está el avance?
La vibración
de la Tierra no va a cambiar sola, como no cambia la de las personas porque si.
La persona tiene que trabajar para sí misma, y será ese trabajo y su cambio el
que consiga que la Tierra cambie su vibración. Pero no será el de una sola
persona, han de ser miles, millones las personas que cambien para afectar a la
vibración de la Tierra.
No amigos,
no existe tal evolución del Planeta. Lo que existe es la evolución de las
personas, y hoy más personas que ayer se encuentran un poco más adelante en el
camino del despertar, ¡Solo faltaría que no fuera así!, pero nada
extraordinario, cada persona va a tener que seguir haciendo su trabajo, la tan
cacareada evolución de la Tierra no la va a llevar en volandas. Es al
contrario, es la evolución de las personas la que va a conseguir la evolución
del Planeta. La diferencia estriba que en el mundo de la globalización en el
que nos movemos nos apuntamos los méritos de otros, o creemos que hemos
alcanzado algo porque tenemos la oportunidad de leer algo de alguno de los
enseñantes, pero eso no basta. No basta con leer, no basta con escuchar, hay
que practicar, hay que practicar el Amor. Nada más tiene valor. La evolución,
la espiritualidad no se gana en las cocinas comiendo verdura, ni en los centros
de retiro manteniéndose diez días en silencio, ni en las bibliotecas leyendo
tres libros diarios. Se gana en el corazón.
Proponía en
la entrada anterior cambiar conscientemente los pensamientos para influir en
las formas de pensamiento globales. Esto es más de lo mismo. Es la única manera
de influir en los otros. Es la única manera de avanzar como raza.
Para empezar
digamos “no al no”. Vamos a dejar de manifestarnos por el “No a la guerra”, por
el “No al terror”, por el “No a la discriminación”. Cuando hacemos eso estamos
pensando en la guerra, en el terror y en la discriminación para negarlas, y eso
supone darles energía.
Cambiemos la pancarta en nuestra
manifestación por “Si a la Paz”, “Si al Amor”, “Si a la Igualdad”.
Pasemos de la cocina al respeto del
otro, pasemos del retiro a la humildad, pasemos de la biblioteca a la
generosidad, pasemos del ego al corazón, pasemos de las ínfulas al Amor. Esa es
la única manera en que la Tierra va a cambiar su vibración.