Nuestra etapa en Cusco ha finalizado. Han sido años intensos, en los que hemos conocido a personas increibles, de los que siempre guardaremos un grato recuerdo.
Gracias, gracias a todos, gracias por vuestra amistad, gracias por vuestra comprensión, gracias por vuestro apoyo.
Entre esas personas hay una especial: Patricia. A modo de despedida transcribo la suya.
Para Alfonso:
No sé si volveré a verte, porque además cuando
finalizamos la terapia me encontré en mi camino con una gripe muy fuerte, con
muchas flemas y mucha fiebre. En fin, ya pasó.
El motivo de esta nota es porque quería decirte
lo mucho que valoro tu trabajo, y como tardaríamos mucho si te lo digo
hablando, por lo de mi lengua de trapo, te lo digo escribiendo.
Quería decirte que eres un buen ser humano, y
que nunca cambies, porque lo que necesita el mundo es gente como tú y como
Elisenda. Si en el mundo hubiera más personas como vosotros el planeta sería
otra cosa.
Muchas, muchísimas gracias por tanta paciencia,
y sobre todo por ser esa fuente de amor incondicional. Permanecerá en mi
memoria esa sonrisa, esa calidez y toda la buena onda que trasmites.
Comprendo que así es la vida, conoces a alguien,
disfrutas de su compañía y en otro momento lo tienes que dejar partir a
recorrer su propio camino, y todo debe fluir, porque así es la vida, pero es
mucho más fácil escribirlo que sentirlo.
Y por favor, nunca sientas que no has hecho nada
por mí. “Me has curado el alma”, me has dado tanta paz y tanta fuerza, que
afrontar este reto que es mi vida es mucho más fácil. En verdad has hecho mucho
por mí, lo valoro inmensamente. ¡Bendito seas allá donde Dios te lleve!, siempre
voy a ser tu paciente del alma.
Patricia Flores Núñez
De Alfonso para Patricia
En el continuo de la vida
llegó el momento de cerrar una etapa, llegó el momento de abrir la puerta a una
nueva experiencia, a una nueva vida. Primero fue de España a Cusco, ahora de
Cusco a Lima, mañana……, ¡Dios dirá!
Pero ni la ilusión del
cambio, ni la alegría de la nueva experiencia pueden impedir que vayan pasando
por mi corazón todos los momentos vividos en Cusco, todas las personas, y sobre todo todas las
terapias contigo, vernos dos veces a la semana durante muchos meses, crean un
vínculo especial. Nuestras conversaciones, a pesar de “tu lengua de trapo”,
permanecerán en mi recuerdo.
Ahora mis ojos están
brillantes, quieren salir las lagrimas, ¡soy un llorón!, pero no es por
tristeza, ni por añoranza, es por amor; el mismo que estoy poniendo en cada
letra para que cuando leas esto, puedas sentir, aunque sólo sea un instante, el
amor que ahora vive en mí.
Ya estás en mi corazón y en mi alma, pero
también estarás siempre en mi pensamiento, en mis oraciones y en mi meditación.
¡Bendita seas!, ¡Cuídate!, ¡Te quiero!
Escuchar la canción, es el mismo video que puse
cuando me despedía de mi país de nacimiento.
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