El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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martes, 18 de diciembre de 2012

La Era de Acuario (II)


            La constelación de Piscis, está representada por dos peces colocados en oposición, y los grandes acontecimientos de la Era de Piscis tienen relación con el agua. El pez es el símbolo religioso de los cristianos.
Cada una de las constelaciones zodiacales tiene una palabra clave a la que obedecen los pueblos cuando están bajo su regencia. La palabra de Piscis es "yo creo", por eso la civilización europea, obedeciendo a las vibraciones de su constelación, se estableció sobre bases religiosas, o sea, el poder papal y el dogma de la fe.
Cada era está representada también por un chakra. En el caso de Piscis, es el chakra solar. El chakra solar es el centro del poder, de las emociones, de la voluntad. Este centro puede acoger las fuerzas de la naturaleza inferior o la voluntad del alma superior. Cuando la voluntad inferior del ser humano, se ajusta con la voluntad del alma superior, es cuando la persona entra en el verdadero sendero espiritual.
Mantener fuera de control este chakra hace que las emociones se desboquen. Una de las principales características de este signo es su profunda emotividad y, también, la búsqueda de sabiduría. Por tal motivo, la humanidad perteneciente a la Era de Piscis buscó la manera de llegar al conocimiento través de la actividad espiritual formal (las grandes religiones monoteístas, el acentuado misticismo de la Edad Media) y la ciencia (el Renacimiento, el Siglo de Oro, la Revolución Industrial), pero ciertamente no logró manejar adecuadamente sus emociones y, por ello, muchas circunstancias escaparon a su discernimiento.
De esta manera, la Era de Piscis, que se inició con el amoroso apostolado de Cristo, desembocó en la intolerancia de la Inquisición, continuó con el severo deterioro del medio ambiente que causaron los excesos de nuestra tecnología y finalizó con sendas guerras mundiales.
El hombre de la Era de Piscis fue un individuo que intentó por todos los medios plasmar sus sentimientos, y si bien fue capaz de los actos más altruistas también causó graves desastres. Como sentimental, vivió en un mundo donde prevalecieron las desbordadas emociones del cuerpo sobre el equilibrio espiritual del alma. Adquirió enormes cantidades de conocimiento… ¡pero no supo manejarlas!
La civilización de Piscis ha presentado sus características definidas y distintas a las de las otras civilizaciones, y coincidirá el fin de esta civilización con un cambio total de las costumbres y las creencias.
Se termina el mundo de Piscis y comienza el mundo del Acuario, con una nueva estructura, una época de transición. Se derrumba una civilización y se levanta una Nueva Era y todo sufrirá una transformación, una evolución: la política, la ciencia, la religión, el arte, la filosofía, la moral, en fin, todo será transformado.
Desde el punto de vista filosófico; el mundo está entrando en una época de sapiencia y saliendo de una época de creencia, ya que la palabra clave de la constelación de Acuario es "yo sé". Sólo hay que observar que lo que está presenciando el hombre de hoy en materia de ciencia es algo asombroso, sin precedentes en la historia. Esto, a no dudarlo, está trayendo un despertar en la humanidad en todos los aspectos del pensamiento. La ciencia está comprobando hoy la verdad de postulados filosóficos antiguos que son base de los conocimientos actuales, por ejemplo: la ciencia está comprobando el principio hermético que dice "todo es vibración, nada está en reposo". Einstein, al presentar la teoría de la relatividad, no ha hecho sino afirmar el principio hermético que dice: "los planos se corresponden, todo es relativo"; "como es arriba, es abajo".
Por un lado se celebran los grandes avances científicos, tecnológicos, sanitarios, políticos y sociales, y por otro lado asistimos a un deterioro sin precedentes del medio ambiente, a un incremento y sofisticación del poder destructivo de la industria armamentística y a la profundización de las desigualdades en la distribución de la riqueza. Las antiguas convicciones morales y religiosas han entrado en crisis en grandes capas de la población que, desorientadas, buscan una alternativa. Se ha mezclado así el temor al desplome de la civilización tal como la hemos conocido hasta ahora con el deseo del advenimiento de un tiempo nuevo, una era de luz, de justicia, de colaboración, de concordia, de libertad, de belleza, de limpieza de sentimientos, de respeto por el medio ambiente, en suma, un nuevo paraíso terrenal.
En esta forma estamos viendo que la humanidad actual está despertando a un profundo conocimiento de la llamada Verdad.
La auténtica evolución humana consiste en el desarrollo de las facultades físicas, mentales y morales, de acuerdo a una moral universal.
Con este desarrollo que será alcanzado por la raza del futuro, el hombre nuevo estudiará todas las ciencias con miras elevadas y no especulativas; estudiará la verdadera expresión del arte; practicará el amor universal, tratará de ser sabio y útil; sano de cuerpo y de espíritu, en vez de aspirar a ser solamente poderoso; su conocimiento de Dios no tendrá fronteras; su sentido religioso se basará en ser uno con el Universo, y sabrá asistir en todo momento al sublime ceremonial que nos ofrece la madre naturaleza.
La Era de Acuario es un umbral para el ser humano que sirve a sus semejantes.
En los principios de Acuario, el pensamiento ha penetrado en el interior del individuo, instaurando en él la ley del corazón y atenuando la ley meramente sentimental que hasta ahora había regido sus actos. Al llegar a Acuario, estamos más cerca de la armonía psíquica y espiritual… ¡pero aún falta mucho trabajo!
En ninguna Era precedente, el conocimiento se ha democratizado tanto y en tan poco tiempo como en este principio de Acuario. El fenómeno de internet, la mundialización de las comunicaciones y los negocios, revelan un creciente e indetenible proceso de interconexión planetaria.
En los tiempos que corren, todas las culturas se mezclan; las disciplinas científicas y humanísticas se acercan; el saber mágico y el saber tecnológico se funden en armonioso mestizaje; y las religiones y credos espirituales empiezan a ver más sus similitudes que sus diferencias.
Podríamos describir la figura del Hombre de Acuario con estas palabras del maestro Jesús: "El que quiera ser grande entre ustedes, sea servidor de los demás; el que quiera ser el primero, hágase servidor de todos, igual que yo. No he venido a que me sirvan, sino para servir" (Mateo, 10:16). Son una especie de avanzadilla de la Era de Acuario, tantos filántropos, tantos voluntarios, gente que ayuda de manera totalmente desinteresada a sus semejantes.
De esta manera, los seres de Acuario, integradores y poseedores de conocimiento, son además, hombres y mujeres de servicio, capaces de asistir a sus semejantes y manejar inteligentemente sus emociones, como el agua que fluye y es capaz de adaptarse a cualquier espacio.
            El chakra que regirá la Era de Acuario es el chakra cordial, el chakra del corazón.
La expresión del centro cardíaco en el nivel emocional se traduce en comprensión, solidaridad y una búsqueda de armonía en la vida. Existe una menor preocupación por los asuntos personales para ocuparse con mayor interés por lo comunitario. Corresponden a este chakra las virtudes de la compasión, la misericordia, al amor, el dar y el compartir.
Hasta ahora hemos vivido en los tres primeros chakras. Los tres primeros chakras son animales, los tres últimos son divinos, y entre los dos grupos está el cuarto, Anahata: el chakra del corazón, la flor de loto del corazón, el chakra del amor. Este es el puente. El amor es el puente entre lo animal y lo divino.
Por debajo del corazón el ser humano es un animal; por encima del corazón se vuelve divino. El verdadero ser humano es el hombre que puede sentir, que puede amar, que puede rezar, llorar, reír, que puede compartir, que puede sentir compasión.
La Era de Acuario traerá consigo una edad de hermanamiento universal arraigada en la razón, donde será posible solucionar los problemas sociales de una forma justa y equitativa, y con mayores oportunidades para la mejora intelectual y espiritual, ya que Acuario es un signo científico e intelectual y el planeta que lo rige, Urano, está asociado con la intuición (el sentimiento de lo irracional por encima de la razón) y las percepciones directas del corazón.
La Era de Acuario marcará un cambio en la conciencia del ser humano, que ya estaría empezando a notarse y que llevaría asociado un tiempo de prosperidad, abundancia y paz.

sábado, 10 de noviembre de 2012

La carrera de la vida


            En un momento del tiempo, el alma decide su vuelta a la materia para retomar su aprendizaje, en el mismo punto en que quedó al finalizar su encarnación anterior, y se reúne con los Señores del Karma para terminar de organizar la que será la nueva vida: El lugar de nacimiento, la familia, los amigos, los diferentes encuentros, el Karma a liberar, el aprendizaje a recibir o la enseñanza a realizar.
            Y para eso, de la misma manera, que una vez en la Tierra el cuerpo elige el vestido adecuado para salir a la calle, el alma elige la vestimenta adecuada para el trabajo a realizar, y se reviste de materia, con forma de hombre o de mujer.
            Durante mucho tiempo he pensado que era una pérdida de tiempo inútil todo el tiempo que tardábamos en crecer, desde nuestro nacimiento hasta la edad adecuada en la que comenzamos a poder ser conscientes de la vida, pero ahora sé, que ese es también un tiempo de experiencia para el alma, un tiempo de aprendizaje total, un tiempo en el que permitimos a otros, casi siempre nuestros padres, para que liberen parte de su Karma, un tiempo para liberar Karma propio.
            La vida es como una carrera de obstáculos que vamos corriendo por diferentes pistas a la vez. Es como si en una carrera fuéramos el mismo corredor por las diferentes calles, y en cada una de ellas, vamos avanzando en todas las experiencias que el alma ha decidido vivir en la presente vida.
            Cada calle podría tener un nombre, aunque siempre distinto para cada persona: En una calle avanzamos para trabajar la voluntad, en otra la paciencia, en otra el orgullo, en otra……., etc., etc. Y es claro que en todas las pistas no vamos a llegar a la par, podemos avanzar rápidamente en unas y más lentamente en otras, podemos finalizar la carrera en unas y casi no comenzar en otras.
            La carrera finalizada, perdurará por siempre, será un aprendizaje aprendido para toda la eternidad; y aquellas otras que queden pendientes volverán en nuestra mochila en la próxima encarnación. Ninguna va a quedar en el olvido.
            Todos vamos a completar todas las asignaturas, unos antes, otros después. Y teniendo en cuenta los obstáculos con los que nos encontramos, ¿Por qué tratamos de pasarlos todos cuanto antes? 

jueves, 2 de agosto de 2012

Secretismo


            Existen un sinfín de enseñanzas que no pueden salir a la luz, porque así lo indican los maestros que enseñan estas técnicas, y que podrían acercar al ser humano a algunos de los miles de caminos, que existen para su despertar, y poder así, separarse paulatinamente del cuerpo para acercarse al alma.
            La razón del secretismo, no es otra, de que podría caer en manos de personas que no están preparadas para tales técnicas, y además, podría desvirtuarse la enseñanza.
            Yo mismo, tengo firmados documentos de confidencialidad de técnicas, que más tarde he visto recogidas en libros, que se encuentran al alcance de todo el mundo, previo pago, por supuesto. Y sigo manteniendo la confidencialidad, por cuestión de palabra. Siempre he creído que la palabra de una persona es una de las cosas más hermosas y valiosas que existen, y no cumplir esa palabra, sería como retozar en un lodazal.
            Antes pensaba y ahora sigo pensando con más fuerza, si cabe, que si las técnicas salieran a la luz, es muy posible que las personas que no están preparadas para recibirlas, no las hagan caso, o se les olvide, (hay muchas experiencias sobre esto), o en el peor de los casos si tuvieran algún problema, siempre hay otros que podrían ayudarles a solucionar ese problema. Pero si podría haber otras personas que si las aprovecharían sin ningún problema, y sin embargo, les estamos privando de ellas, por si acaso…..
            Creo, (sólo es un pensamiento), que en la encrucijada actual en que se encuentra la humanidad, es imprescindible sacar a la luz el mayor número de enseñanzas posibles para ayudar a la persona a despertar. Todos no tienen el suficiente dinero para la realización de cursos en los que se explican estas técnicas, cursos, que además son lo suficientemente caros como para privar de ellos a muchas personas. ¿Quién puede decir que las personas carentes de recursos no están preparadas para recibir tales enseñanzas?
Así como la Naturaleza, obra de Dios, no esconde su belleza, ni discrimina por el coeficiente intelectual de las personas, ni por la raza, ni por el sexo, pienso que nosotros, los seres humanos, que aunque a imagen y semejanza de Dios, somos algo menos que Él, tampoco deberíamos de discriminar a nadie.

miércoles, 25 de abril de 2012

Salvar el alma


Nadie quiere salvar su alma,
todo lo que queremos es cuidar la cara.
Yogui Bhajan

            Este es el quid de la cuestión. En el tiempo que llevo dedicándome a la práctica del yoga, de la meditación y de la sanación, y a poner mi experiencia a disposición de todos aquellos que crean y sientan que les puede ayudar a despertar, a sanar, a acercarse a su alma, a ser feliz; me he encontrado, y me sigo encontrando, con que las personas que se quejan de lo infelices que son, de la mala suerte que tienen, de su soledad, de su ansiedad o de su enfermedad, cuando les insinúas que todo eso puede cambiar, con un mínimo de trabajo diario por su parte, buscan un millón de excusas, siendo la falta de tiempo la estrella de esas excusas, o desaparecen, o sencillamente realizan ese trabajo de una manera tan superficial, que no les sirve nada más que para demostrarse a sí mismos, y demostrar a los demás, de que eso ya sabían que no iba a funcionar. Por supuesto, siempre hay algunas maravillosas excepciones.
Las personas quieren ser felices, ¡sí!, pero tomando una pastilla cada ocho horas, y que no les hablan de dejar sus actividades diarias, (paseo, cama, televisión, cerveza con los amigos, etc.), o incrementar estas, aunque sea media hora, para dedicarse a crecer y evolucionar. Prefieren seguir siendo bebés, prefieren seguir dormidos, a fin de cuentas, en su sueño, no son conscientes ni de la talla de su conciencia, ni de su sueño.  
            Son muy pocos los que realmente quieren salvar su alma, o más fácil todavía, son muy pocos los que realmente quieren experimentar la felicidad de manera permanente. No creen que pueda existir la felicidad permanente, y mucho menos que se pueda encontrar en el interior de la persona, sin depender para nada de la consecución de los deseos. Es posible que lo expliquemos mal y no consigamos hacernos entender, por eso, no es que no lo crean, es que ni tan siquiera lo entienden.
En mi ignorancia, creo que piensan, al menos muchos de ellos, que si sanan de cualquiera de sus múltiples enfermedades, ya sean físicas o emocionales, no podrían quejarse y entonces, es posible que sientan que no pueden captar la atención de los demás, con lo que su soledad aun sería mayor.
            ¿Puede ser que antes de tener acceso a la felicidad y al amor necesiten vivir otras experiencias? El alma necesita vivir todas las experiencias, entre ellas las del dolor, la soledad y el sufrimiento, en todas sus múltiples facetas, de abandono, de soledad, de muerte, de enfermedad, de engaño, etc. Sin embargo, para asimilar la experiencia, no es necesario pasar una vida entera llena de sufrimiento, puede asimilarse en poco tiempo, el necesario para que la persona sea consciente de ese dolor, el necesario para que la persona sea consciente que lo puede erradicar sólo con su voluntad y con su pensamiento.
            Si eres de los que crees que es más importante la cara que el alma, te dejo una reflexión: La cara es caduca, se la comerán los gusanos dentro de unos días. El alma, sin embargo, eres tú, y es eterna.

domingo, 22 de abril de 2012

Sueños rotos


            ¿Tienes un sueño?, ¿Cuál es tu sueño? , pero……….. ¿Quién sueña?, ¿No sueña sino quien está dormido? Bien podemos decir entonces, que soñar, al igual que desear, o esperar que sucedan ciertos acontecimientos, no es más que un sinónimo del dormir.

            Permanecer dormidos no es más que mantener un nivel bajo de conciencia, no es más que vivir en un permanente murmullo que nos aleja de las palabras del maestro que habita en nuestro interior, no es más que caminar a oscuras, cuando disponemos en nuestro corazón de la Luz más brillante que jamás hayamos conocido, la Luz del Amor; no es más que vivir separados del alma, no es más que sentirse un ser solitario e independiente, que pasa su vida de sueño defendiendo su parcela, su integridad, su honorabilidad frente a todo el mundo, ya que no reconoce a los demás como sus hermanos, ni sabe de su conexión con ellos.

            ¿Sientes insatisfacción, ansiedad, estrés, incomodidad? Es posible que estas emociones, y muchas más, sean la manifestación de tus sueños, la manifestación de tus sueños incumplidos, la manifestación de tus sueños rotos. Es posible que sean la prueba irrefutable de que vives dormido, y tu alma, que conoce tu programación de vida, intenta llamar tu atención, como si de un despertador se tratara, para que abras tus ojos, para que abras tus ojos a la Luz, y te preguntes, ¿Dónde estoy?, ¿Quién soy?, ¿Qué hago aquí?. ¿De dónde vengo?, ¿A dónde voy?

            Pero si consigues entreabrir tus ojos, no es suficiente con que te hagas las preguntes, es indispensable que trates de encontrar las respuestas. Y esas respuestas, no las busques en los libros, ni en ningún curso, ni tan siquiera preguntándoselas a alguien que consideres un maestro. Las auténticas respuestas, las que llevan junto a la respuesta la vivencia, el crecimiento y un nivel superior de conciencia, están en ti, las tiene ese maestro interior que comparte tu vida, en silencio mientras dormías, pero hablando con verdadera verborrea cuando despierto, llamas a su puerta haciéndole tus preguntas.

            Tu maestro interior te está esperando a las puertas de tu corazón. Desplázate desde la mente, viaja a tu corazón, medita desde él, vive desde él, siente desde él. Déjate llevar por él de la mano, y descubrirás que vivir despierto te lleva directamente por anchos caminos a la Felicidad, a la Paz y al Amor.  

miércoles, 18 de abril de 2012

Un mundo absurdo

                ¿Hasta qué punto se podría vivir sin comprometerse, con ninguna organización, que persiga algún tipo de ideal, ya sea esta organización religiosa, política, deportiva, económica o social, ya sea como asociado, como simpatizante o como militante?

            Ha surgido en mí la pregunta, razonando sobre el ser humano. Si tenemos claro que no somos el cuerpo, que somos fruto de nuestros pensamientos y creencias, que nuestro objetivo es alcanzar el Amor, la Verdad, la Paz y la Felicidad; y que, como decía Buda, para evitar el sufrimiento se ha de evitar el deseo. Es posible, que pertenecer a cualquier tipo de organización de tiene como bandera la consecución de un deseo puede ser contraproducente para el crecimiento del ser.
            A no ser que ese deseo sea, permitirme la expresión, “superior”, y sirva como espoleta para ponerse en camino hacia algo “divino”, hacia algo “espiritual”, olvidando de inmediato que el camino se inició por un deseo, ya que la satisfacción llega con el caminar y no con la consecución de ese deseo inicial.
            Si dejamos a un lado las ONG’s y fundaciones de ayuda humanitaria, que son las únicas que parecen acercarse a ese ideal “superior”, (no todas), el resto de organizaciones más bien parecen una especie de lavanderías donde lavar los cerebros y conseguir, unos pocos, vivir a cuerpo de rey, a costa de todos los demás.
            Los fines de cualquier otra organización, (es posible que haya alguna excepción), sólo persiguen el embrutecimiento del ser humano, llenando su mente de deseos, criticando y enfrentándole a organizaciones contrarias, apegando a este al cuerpo, separándole del alma, incluidas las organizaciones religiosas. Separando al ser humano cada vez más de ese que decíamos nuestro objetivo: la consecución del Amor, de la Paz, de la Verdad y la Felicidad.
            Como un ejemplo vale más que mil palabras, permitirme algunos en los que he meditado en esta reflexión, que pueden expresar de manera muy gráfica lo negativo de la pertenencia del ser humano a cualquier tipo de organización:
¿Qué pasa con los simpatizantes de una agrupación deportiva?, por ejemplo de un club de futbol. Como hay dos clubs de España que levantan pasiones en el mundo, nos valen como ejemplo, Real Madrid y Barcelona. Los socios o simpatizantes de estos clubs quieren que su equipo gane siempre, pero no se conforman con eso, necesitan que pierda el contrario, es decir necesitan de lo malo para alcanzar una felicidad tan efímera que durará solo una semana. ¿Dónde encontrar el ideal superior?, ¿Dónde la Verdad?, ¿Dónde el Amor?, ¿Dónde la Paz?, ¿Cuántas personas que viven en la más absoluta de las miserias podrían comer con el dinero que se despilfarra en el futbol? Yo ya pasé por esta reflexión, la dejo ahora en tus manos.
Y la pertenencia física o moral a un partido político, ¿Adónde nos lleva? Se supone que el fin de cualquier partido político es llegar al poder para conseguir el bienestar de los ciudadanos. Y mi reflexión me lleva a preguntar: ¿A qué ciudadanos? En cualquier régimen, sea este de derechas, de centro o de izquierdas, los únicos ciudadanos que parecen salir siempre favorecidos son los que tienen más potencial económico, por lo tanto parece que ya no están cumpliendo con su premisa principal que es “el ciudadano”. Y si realmente quieren nuestro bienestar, ¿Para qué tantos partidos diferentes?, ¿Por qué hay corrupción?, ¿Por qué se enfrentan unos partidos con otros?, ¿Por qué se enfrentan unos países con otros?, ¿Por qué nos llevan a las guerras?, ¿Por qué permiten que haya conciudadanos que pasen hambre, mientras ellos viven en la opulencia? Si un gobierno quisiera terminar con la pobreza de su país, lo conseguiría de inmediato, sólo hay que repartir equitativamente la riqueza, ¿o no?
Aun es más dramático con las organizaciones religiosas. Predican el Amor, y matan en nombre de Dios, o discriminan en Su nombre, o viven en palacios de oro, permitiendo la miseria a su alrededor. Los que parece que podrían estar más cerca de la Verdad, viven engañando y atemorizando a sus seguidores con castigos divinos y eternos.
Ante esta perspectiva, he llegado a algunas conclusiones: La pertenencia a cualquier organización es apego, y además parece que sus afiliados y dirigentes no parecen gente sería, sino más bien superficiales, ya que discriminan, critican, juzgan y desean lo peor para los contrarios. La pertenencia a estas asociaciones no potencian el crecimiento de las personas, no buscan la Verdad, no conocen el Amor, ni la Compasión, ni la Tolerancia, ni la Hermandad. Viven del engaño, de la prepotencia, de la amenaza y del miedo.
Por lo tanto, si realmente queremos alcanzar la Verdad y conocer el Amor, hemos de apearnos del mundo, pero ya que no podemos, si que podemos separarnos de cualquier organización con fines “inferiores”, es decir, cualquier organización que no persiga el ideal de la Felicidad, de la Paz, de la Igualdad, de la Hermandad, de la Verdad y el Amor.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Nadie nace maestro, pero todos tenemos la maestría

            Los seres humanos estamos viviendo un momento apasionante. Hemos nacido justo en la época en la que tenemos la posibilidad de trascender de seres humanos a seres espirituales, y la única escuela expedidora de certificados es nuestro corazón. Es a través de él como vamos a realizar la conexión con nuestra alma, para recordar así de dónde venimos, y comportarnos, de una vez por todas, como los seres divinos que somos, dejando de lado los sueños ilusorios que nos va presentando nuestra mente.
Cualquier cambio de conciencia, cualquier sanación, cualquier crecimiento, cualquier evolución, ha de realizarse, en soledad, desde el interior de la persona. Y es momento ya de comenzar ese trabajo, si es que aun no estás inmerso de lleno en él, porque el ser humano debe poner fin a esa fuerza centrífuga que le mantiene alejado de sí mismo.
            El cambio de conciencia, con todo lo que arrastra tras de sí, debería de ser nuestra tarea principal, y no la especulación ridícula que realizan miles y miles de personas, que trabajan para el cambio cuando sobra tiempo, cuando no se puede ya doblegar la ansiedad o como fuerza de arrastre después de un curso.
            Nadie nace maestro, y sin embargo, todos tenemos la maestría, porque todos tenemos en nuestro interior todo el Conocimiento de Luz y de Amor. Sólo hay que aprender a vivir desde el corazón, y una vez en él, de manera automática sale a flote toda la Luz, todo el Amor y todo el Conocimiento.
            Sin embargo, podemos tener  un problema. Estar en la creencia de que ya vivimos desde el corazón, y no aparecer ni rastro de ese Conocimiento.  El problema estriba en que tenemos la creencia de que vivimos en el corazón, pero no vivir realmente en él. Eso solamente es otra ilusión de la mente, posiblemente una de las peores, ya que genera una especie de orgullo espiritual, que en vez de acercarnos al corazón, nos separa cada vez más.
            Hay señales claras que indican que se vive desde el corazón:
·       Sentir al resto de la humanidad como verdaderos hermanos: Cero críticas, cero juicios.
·       Respetar la libertad y el libre albedrío de todos: Familia, amigos, conocidos y desconocidos. No manipular.
·       No discriminar a nadie por razón de raza, de sexo, de estatus social, de religión o de tendencia sexual.
·       Ayudar y servir física, material, moral y espiritualmente a todos los que lo necesiten. No con lo que te sobra, sino con lo que te falta.
·       Ser totalmente honestos, claros y coherentes. El pensamiento, el sentimiento y la palabra han de ir siempre en la misma dirección.
·     Perdonar cualquier ofensa, y bendecir al ofensor. No existen ofensas, existen lecciones. Recuerda que sólo se perdona de manera natural, cuando el ofendido se coloca en lugar del ofensor.
·       Amar a todos y a todo por igual. Aceptar a todos y a todo de la misma manera.
·       Aceptar únicamente las verdades que resuenen en el corazón o en el alma, dejando que la intuición sea la guía de la vida.
·      Sentir que “todo está bien”.
Para todo esto, has de comprometerte contigo, has de tener voluntad de trabajo y paciencia para esperar los resultados, sin expectativas. La meditación y el silencio son dos grandes aliados en el viaje al corazón. Es fundamental el silencio, ya que cuando la mente está viviendo en la plenitud de su ruido, no deja espacio para escuchar los mensajes, más sutiles, del corazón.

jueves, 23 de febrero de 2012

Nada sucede porque si.

            Cuántos proyectos cancelados, cuántos deseos incumplidos, cuántas empresas fracasadas, cuánto trabajo inútil, cuánta planificación inservible.
            Seguro que todos, en uno o en otro momento de nuestra vida, hemos sufrido un revés de este tipo, en el que se nos ha truncado o retrasado algún proyecto, o alguna empresa no ha llegado a buen término, o se ha desmoronado alguna ilusión.
            Pero todo eso no es un revés, sólo es un acontecimiento más en el ciclo de la vida, y nuestra vida no se inició el día que vimos la luz por primera vez con los ojos que estamos leyendo esto. Nuestra vida viene de largo, de muchas idas y venidas, de un espacio físico, de energía densa, a un espacio de energía mucho más sutil; y la vida física actual sólo es una continuación de todas esas vidas, por lo que cualquier proyecto que deseamos emprender, es una continuación de algo que viene de atrás, para cumplir con el trabajo que tiene programado el alma para esta vida física.
Nada sucede porque sí, todo tiene una razón, todo contiene una enseñanza, todo contiene la cancelación de una deuda pendiente, a nuestro favor o en contra. Deprimirnos por algo que no se cumple, lo mismo que saltar alborozados por una ilusión satisfecha, es señal de que a nuestro carácter le falta, aún, un punto de maduración; es señal de que seguimos identificados con el cuerpo; es señal de nuestra falta de fe en nuestra divinidad.
Te propongo que tanto en la depresión como en la euforia, te sientes en meditación y valores los beneficios o los perjuicios que tal circunstancia acarrea a tu alma, o valores si tu crecimiento hacia la divinidad está más cerca o más lejos.
También puedes meditar en cuál sería el beneficio o el perjuicio que tal circunstancia traería a tu vida, en el hipotético caso de que vida finalizara en la próxima hora. Y realmente tu vida no se acaba en la próxima hora, tu vida se está terminando a cada instante, porque a cada instante tu vida se renueva. La vida es como el agua de un rio, siempre corriendo, siempre renovándose, sin que la misma agua pase dos veces por el mismo punto. Querer detener la vida en un acontecimiento es como querer detener la corriente del rio en un lugar determinado, es imposible.
Es tu mente la que de manera insistente hace que te quedes anclado en un momento de esa vida, disfrutando o sufriendo el momento de ese anclaje, que puede durar, dependiendo de tu evolución, una hora, un día, un mes, un año o toda la vida; pero mientras tanto, la vida va pasando, sin que tu seas consciente de ello, sin que te des cuenta de las nuevas oportunidades, de los nuevos proyectos o las nuevas empresas que van pasando ante ti, que son lecciones para tu crecimiento, también desaprovechadas, como tantas y tantas con anterioridad.

martes, 24 de enero de 2012

Con Dios todo es posible (II)

            “Con Dios todo es posible”, es una especie de recopilación de vida, o el diario de un viaje a través de la materia.

Hay infinidad de maneras de aprender, y supongo que cada persona elige aquellas con las que se siente más cómoda. Elegí varios caminos: Yoga, meditación, construcción del carácter, lectura y cursos; y en cada uno de esos caminos el avance era y es, totalmente desigual. Es como si en una carrera, yo fuera el mismo corredor en todas las calles, y por supuesto, en cada calle avanzando a distinta velocidad. Incluso en algunos aspectos parece, a veces, que retrocedo, pero no es así, es el estancamiento el que da la sensación de retroceso, pero cuando se vuelve a entrar en la pista se recupera el último tramo recorrido casi de inmediato.
En algunas filosofías explican que si en la última vida la persona ha llevado una  vida poco acorde con los principios y cualidades del alma, en su próxima vida retrocede, pudiendo incluso encarnarse en algún animal, sobre todo si no ha sido compasivo con ellos y les ha quitado la vida sin necesidad. No creo que sea así, y hay otras filosofías y textos que avalan mi creencia. ¿Cuál es cierta?, no lo sé, pero me apetece mantener mi creencia.
Nuestro paso por el cuerpo es una escuela, primaria, muy primaria, en la que vamos eliminando defectos, trabajando virtudes, y adquiriendo o recordando conocimiento. Todo esas experiencias las necesita y las asimila el alma y es un bagaje permanente e imborrable, lo que implica que en la próxima vida, el alma encarne en un cuerpo y un lugar adecuado, y poder así seguir adelante con su proyecto de vida, su proyecto para conseguir la perfección del alma, y conseguir alcanzar el Amor, que es la única meta de nuestra vida en la Tierra. Parece lógico, por lo tanto, que quien haya ido trabajando en vidas anteriores, y avanzado en su carrera hacia el amor, encarne con todas las condiciones favorables para seguir realizando su trabajo.
En la planificación de la vida no se deja nada al azar, está programada cada meta, cada encuentro, cada interacción. Dicha programación es realizada por los Señores del Karma, que se la presentan al alma que va a encarnar, y esta, la acepta casi siempre. Depende después de la libertad de la persona y de su capacidad de elección, (libre albedrío), el que realice, con aprovechamiento o no, su plan de vida. Y aunque para desgracia nuestra, puede más el “ego” que el alma, siempre realizamos avances, aunque sean pequeños, que nos permiten acercarnos, aunque sea poco a poco, al esperado final de nuestra vida en la materia. Y avanzamos porque una acción de amor tiene diez veces más peso que cualquier acción incorrecta.
Además del primer curso de profesor de yoga, de yoga integral, iba realizando cualquier curso que tuviera relación con la energía y sobre todo con la muerte, mi gran pasión. Tan desconocida y temida por la inmensa mayoría de la gente, a mi me atraía y me atrae por encima de cualquier otra cosa, ¿Cómo será el traspaso al otro lado?, ¿Qué haremos allá?, ¿Cómo sentiremos a los que quedan en el cuerpo?, ¿Cómo nos comunicaremos con ellos?, ¿A qué dedicaremos el tiempo?, ¿Cómo se medirá el tiempo?, ¿Cómo será la vuelta a un nuevo cuerpo?, ¿Cómo será la relación con todos los que han sido nuestra familia en vidas anteriores?, realmente apasionante. No sabemos casi nada de la muerte, y sin embargo, es el único hecho que podemos predecir con absoluta seguridad.
            Más adelante seguiré con el tema de la muerte, quiero ahora seguir con el yoga. Nunca he sido un yogui, en cuanto a la flexibilidad de mi cuerpo, pero como practicante de yoga y estudiante para ser instructor, aprendí a respirar, a relajar el cuerpo y la mente, a entrar dentro de mí, a conocer un poco a las personas sólo por su manera de sentarse en las clases, a hacer un poco más de caso a la intuición, a trabajar con mis pensamientos, a sentir el silencio interior, y sobre todo empecé a oír hablar de la Kundalini.
            Kundalini…., según las primeras enseñanzas que recibí, es una energía que se encuentra dormida en nuestro interior. Nuestro trabajo y nuestro camino de evolución están ligados con la Kundalini, con su despertar y con su recorrido por el cuerpo. Aprendí, entonces, que cuando esta energía se despierta, la persona está en condiciones de terminar su viaje en el cuerpo, podríamos decir que ha llegado al final de su camino en la tierra, al final de su escuela primaria, pero para que esta energía despierte es imprescindible preparar el cuerpo y la mente.
            Poco más que eso fue lo que aprendí, tanto en mi curso de profesor de yoga integral, como más tarde en el curso de profesor de Kundalini Yoga. Y claro, teniendo en cuenta que soy “una mente con patas”, empezaron a surgir preguntas: Si despertar la Kundalini es alcanzar la Iluminación, ¿Cómo puede ser que tantos profesores de yoga o meditadores, por ejemplo, que se supone que trabajan específicamente para despertar la energía Kundalini no la tengan despierta?, ¿Cómo puede ser que además tengan problemas emocionales?, ¿Cómo puede ser que no dediquen su vida totalmente, o en parte, al servicio a los demás?, y muchas, muchísimas preguntas más. Algo debía de fallar, o la enseñanza era incompleta.
            La enseñanza era, efectivamente incompleta. Creo que la enseñanza sobre la Kundalini aun no la he completado, pero si aprendí mucho más sobre ella, y eso gracias a un gran maestro: Master Choa Kok Sui, y a otro maestro, discípulo de Master Choa: Maurizio Parmeggiani. Fue en todos los cursos realizados de Sanación Pránica.
Aprendí que la energía Kundalini es una energía que permanece dormida en la base de la columna, (entre la cuarta y quinta vértebras lumbares, a un pulgar por debajo del ombligo, en la espalda), y se representa como una serpiente enroscada tres veces y media con la cabeza hacia arriba.
Es posible, que algunas de las personas que leáis esto, no hayáis oído hablar nunca de la energía Kundalini y cuál es su función. Pues bien, se conozca o no, esta energía es nuestro más alto potencial, ya que no podemos alcanzar ninguna forma de conciencia más elevada si no trabajamos con la Kundalini.
Ya sabemos que no somos un accidente de la naturaleza, ni el producto de una noche de amor. Somos un alma que sólo tiene un objetivo, volver al seno de la Energía Divina, volver al seno del Padre, volver a nuestra auténtica morada. Pero para eso hemos de conseguir un equilibrio físico, psíquico y espiritual, hemos de conseguir un estado de conciencia mucho más elevado, hemos de conseguir ser amor, amor puro; hemos de conseguir la unión de nuestro cuerpo y nuestra alma, hemos de conseguir la unión de nuestra conciencia con la Conciencia Divina.
La consecución de todos esos objetivos va estrechamente unida con el “despertar de la energía Kundalini”. Ya hay una parte de esa energía circulando por nuestro cuerpo energético, dependiendo de nuestra evolución, de la madurez de nuestro carácter y de nuestro equilibrio emocional.
¿Cómo se puede despertar? Permitirme un símil: Todas las personas tienen los mismos músculos, pero si una persona los trabaja, esos músculos se van desarrollando. Estaban ahí, pero estaban dormidos, realizando el trabajo para el que estaban concebidos, sin más. Con la energía Kundalini, pasa lo mismo, hay una parte pequeña que se usa en determinadas funciones, pero para desarrollarla, hay que trabajarla, hay que despertarla. Para desarrollarla, no es necesario ir al gimnasio. El lugar para desarrollar la energía Kundalini es la vida. Y lo mismo que para desarrollar los músculos se hacen cientos de repeticiones, para despertar la energía Kundalini se han de realizar cientos de repeticiones de actos de compasión, de actos de misericordia, de actos de comprensión, cientos de repeticiones de actos de amor.
Los practicantes de yoga y muchos meditadores, sueñan con el despertar de la Kundalini. ¡Dejar de soñar!, ya la tenéis despierta. Lo que no sabéis es en qué grado. La Kundalini tiene grados de elevación o de despertar: Tiene siete niveles, y cada nivel siete subniveles. Es decir, si cada despertar fuera uniforme, tendría la persona que conseguir cuarenta y nueve subidas de Kundalini para alcanzar su grado máximo. Esto se consigue a lo largo de muchas vidas, y su conquista se ha de repetir en cada encarnación, puesto que los vehículos son nuevos en cada una; pero una vez se ha conseguido dominarlo, las repeticiones son cada vez más fáciles.
La energía Kundalini es una energía muy potente, por lo que además de prepararse psíquica y emocionalmente, es bueno también preparar el cuerpo. Es necesario un cuerpo sano para que la Kundalini, en su ascensión por la columna vertebral energética o canal central, no encuentre bloqueos energéticos debidos a un mal funcionamiento o un maltrato del cuerpo, drogas, tabaco, alcohol, comida insana, exceso de carne, etc. Todo el ser se purifica con la Kundalini, y para que esta energía circule sin peligro, se necesita un cuerpo y una mente fuertes, preparados para superar el cambio que experimenta la conciencia.
Cuando esta energía despierta, empieza a subir chakra a chakra, hasta alcanzar la coronilla. Al atravesar cada chakra produce el despertar de la región correspondiente y cuando la travesía ha concluido se dice que la persona ha alcanzado la iluminación completa.
La Kundalini es el poder latente del alma, no es una experiencia de revelación mística. Es un proceso gradual a través del cual la persona puede ir elevando y transformando su conciencia hasta alcanzar un grado de conciencia superior.
De la misma manera que cuando se empiezan a ejercitar los músculos aparecen agujetas, también pueden aparecer en el despertar de la Kundalini, que en este caso se denomina “síndrome Kundalini”.
¡Es increíble!, todo está ligado entre sí. Para ayudar a despertar la Kundalini es necesario trabajar varios aspectos: El cuerpo, que con la práctica del yoga, para mí, era suficiente, la meditación, una mente serena y tranquila que no juzgue ni critique, una vida correcta en la que el trato hacia los demás sea de igual a igual, una vida en la que los actos de ayuda, de compasión y misericordia no sean la excepción, en definitiva, una vida de amor.
El despertar de la Kundalini va estrechamente unido al crecimiento de la persona como ser espiritual, por lo tanto es imprescindible que la persona alcance un adecuado desarrollo moral, hasta que su voluntad sea bastante fuerte para regularla, y sus pensamientos bastante puros para hacer frente a su despertar sin riesgo. “Crecer” significa fortalecer la voluntad, dejar en la mente los pensamientos puros, tratar a los demás como iguales, desechar los deseos, vivir una vida de amor hacia todo y hacia todos, ser compasivo/a, ser honesto/a, ser generoso/a con los que más lo necesitan.
Es mejor que la Kundalini permanezca dormida, hasta que la persona esté preparada para su despertar. Aunque parezca una tontería hablar de voluntad, moralidad y pensamientos, y unirlos al movimiento de una energía del cuerpo, no lo es, es normal esa unión. El movimiento de la Kundalini es ascendente, desde la base de la columna, hasta alcanzar la coronilla. En su recorrido va limpiando, purificando y fortaleciendo cada uno de los centros energéticos, (chakras), por los que va pasando. Si en alguno de esos centros hay bloqueos, la energía se estanca, provocando distintas reacciones, dependiendo de los centros que se encuentran bloqueados.
Es posible que hayáis oído o leído que la Kundalini es peligrosa. No lo es, siempre y cuando se sigan ciertas normas, como son: Mantener un cuerpo físico puro y sano, y mantener una mente sana y un equilibrio emocional.
Cuidar el cuerpo, llevar una vida honesta, buscar la paz interior y tratar a todos como si fuera uno/a mismo/a. Es la mejor receta para que la energía Kundalini, se manifieste rápida y segura. (Continuará) 

lunes, 12 de diciembre de 2011

Hermanos del alma

La hermandad es la única gran realidad, todos los seres somos hermanos, con independencia del color, de la religión, de la cultura o la civilización; sólo existe una humanidad. Todos los seres humanos somos iguales y divinos, y la única diferencia estriba en el progreso que cada ser humano ha realizado, manifestándose ese progreso en una mayor inteligencia y experiencia.
¿Qué pasaría si todos los seres humanos tuviéramos conciencia de nuestra hermandad?, ¿Qué pasaría si actuáramos bajo ese concepto de hermandad en todos los aspectos de la vida?, ¿Qué pasaría si el político, el empresario, el obrero, el pueblo, el religioso, se sintieran los unos a los otros como hermanos?, ¡Es tan fácil!, en la Tierra solo habría paz, alegría, equidad y amor. ¡Es tan sencillo y, sin embargo, tan lejos de que la mayoría alcance esa comprensión!
Hace poco más de dos mil años, Jesús difundió un postulado fundamental: “Ama al prójimo como a ti mismo”, sin embargo, a pesar de nuestros golpes de pecho, de nuestras visitas a las iglesias, o de emocionarnos en las procesiones, o con el sufrimiento de un niño, parece que hemos hecho poco caso.  Es posible que nos amemos a nosotros mismos y que tratamos de amar a las personas que nos agradan y a nuestra familia. Pero amar como verdaderos hermanos del alma, de manera incondicional, y amar al prójimo, sólo porque es un alma como nosotros, de naturaleza perfecta y con un destino infinito, ha sido siempre considerado como un sueño, un hermoso sueño del que hablamos y escribimos, pero para el que no trabajamos ni un ápice.
Desde que recibimos el mensaje de que nos amemos los unos a los otros como Dios nos ama, no hemos hacho absolutamente nada realmente práctico. Seguimos con nuestras peleas, nuestros odios, nuestro egoísmo, tratando de satisfacer nuestros cuerpos y nuestros apetitos materiales, dedicando todos nuestros esfuerzos para la consecución de nuestros egoísmos personales. 
            El amor, para la mayoría de la gente, no es realmente amor, sino una mezcla de deseo de amar y deseo de ser amado, más un deseo de realizar cualquier cosa para demostrar y evocar este sentimiento y, en consecuencia, sentirse más cómodo en la propia vida interna.
Este seudo amor, basado principalmente en la “teoría” del amor y del servicio, es la característica de casi todas las relaciones humanas, entre marido y mujer o padres e hijos. Ilusionados por un sentimiento hacia ellos y conociendo muy poco el amor del alma, amor que es libre en sí mismo y deja libres también a los otros.  
Más que amor, ese sentimiento es afecto; y el afecto sólo es el deseo, proveniente del cuerpo astral o emocional; no es el amor del alma, espontáneo, altruista, que no pide nada separado, que no pide nada para sí, ya que todo es hermandad. Y este sentimiento de afecto o seudo amor ata y confunde a toda la gente de buena voluntad, imponiéndole obligaciones que no existen y produciendo una especie de sueño del que se debe despertar mediante la difusión del amor verdadero y desinteresado.
Ese sentimiento que llamamos amor, en el ser humano más inferior se manifiesta como pasión animal, y es a medida que el ser va evolucionando cuando la facultad de amar va evolucionando también con la persona, pasando por distintas etapas: amor a la pareja, amor familiar, a los conocidos, al medio ambiente, y por último a la humanidad. Aumentando también gradualmente la sensación de hermandad, ya que ese último eslabón del amor, es el amor del alma, y para el alma no hay separación, sólo existe la identificación del corazón con total amor; cuanto más amor se demuestre, más amor llega. Sin obligaciones, sin ataduras.
Sentir y amar a todos como hermanos lleva al servicio, y el servicio incrementa la energía del amor. Entonces el ser humano da y recibe, porque el Universo le responde y las riquezas materiales y espirituales, llegan a él hasta la saciedad, cuando ya nada pide para sí.
Amor es la expresión de la vida de Dios, Amor es la fuerza coherente que renueva todas las cosas, Amor es todo lo que es, Amor es hermandad porque todos somos hijos de Dios y por lo tanto hermanos en la divinidad. Cuando se alcanza el Amor por todos los seres, sin tener en cuenta quienes son, el único propósito de la vida es servir y ayudar al mundo, siendo las necesidades del prójimo de mayor importancia que las propias.
Sólo quienes aman verdaderamente a sus semejantes pueden ver las cosas con claridad, sin sentirse atados hacia nada ni hacia nadie, y ayudando a todos sin distinción.

viernes, 25 de noviembre de 2011

El juego de la vida

            Vivimos confinados en un cuerpo, sin tener ni idea de quienes somos, creyendo que somos ese cuerpo, creyendo que los acontecimientos de nuestro entorno son los que nos hacen ser felices o infelices, creyendo que somos entes separados de todo y que tenemos que defender nuestro espacio, creyendo que en esa separación somos hombres o mujeres, blancos o negros, cristianos o musulmanes, creyendo que tenemos que lidiar con todo lo que va llegando a nosotros.

            Nos tomamos la vida con tanto dramatismo que para defender nuestra verdad discutimos, insultamos, peleamos y hasta hay quien llega a matar, directamente si no tiene el suficiente poder, o indirectamente arrastrando tras de sí a las masas iniciando una guerra.
            Pero la vida no tiene nada de dramática, la vida es un juego, un juego creado por nosotros mismos, en el que todo lo que existe es lo que cada uno experimenta. No tenemos idea de la grandeza de quienes somos: Todos somos uno, siempre lo hemos sido, y lo único que existe es el Amor. Solo nosotros en nuestro juego de la vida hemos creado nuestra propia limitación, nuestra ilusión, nuestra separación, nuestra dualidad, nuestro miedo.
            Nos pasamos la vida queriendo alcanzar algo que llamamos iluminación, queriendo regresar al seno del Padre. Pero no hay adonde regresar porque nunca nos hemos ido, es como cuando éramos niños en nuestro colegio y salíamos al patio a jugar. Estar en el colegio y salir al patio no nos obligaba a un trabajo extraordinario para volver a casa. El juego de la vida es igual. No hay a donde ir, todo está en nuestra conciencia. El seno del Padre no está lejos, nuestra casa no está lejos, la iluminación no está lejos. Todo está en nuestro interior.
            Si estamos viviendo esta experiencia humana, tan magnífica, es sólo para jugar, y las reglas de nuestro juego nos permiten crear las experiencias necesarias para jugar. El problema estriba en que una vez creada la experiencia nos identificamos con ella, nos creemos que somos aquello que hemos creado, y esto sólo nos lleva al dolor y al sufrimiento, generados por la separación y por la distancia que ponemos entre nosotros y nuestra verdad.
            Nuestra experiencia, nuestro juego, es vivir la vida desvinculándonos de cada suceso, exprimiendo la experiencia al máximo, sin identificarnos con esas experiencias que se van sucediendo, ya que todo lo que acontece en la vida es fruto de nuestra creación, es el tablero y los peones necesarios para nuestro aprendizaje; ya que todas las personas con las que vamos teniendo contacto, están ahí para que nosotros podamos hacer nuestro juego, a la vez que ellos hacen el suyo. Todas las personas estamos creando lo que necesitamos, con el único objetivo que llegar a vivir desde el interior, para llegar a la verdad de lo que somos, para llegar a la Fuente de todo, para llegar a Dios.
            Sabrás que estás en tu interior o a punto de cruzar el umbral cuando te inunde el Amor, el Amor porque sí, el Amor por todo, el Amor por todos, y además en cada instante, porque esa es la única energía que mora en ti, es tu esencia. Las otras energías son las que tú creas cuando te identificas con los sucesos cotidianos. Y cuando llegues ahí, sabrás que es Amor, porque la sensación que se vive es de una total y absoluta serenidad, es de paz, duradera en el tiempo, con independencia de las experiencias que te has creado, para vivir y aprender de ellas.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Dejemos de ser bebés

            La sociedad actual, nuestra sociedad, está inmersa en una crisis, y no solamente en la crisis económica que afecta a todo el primer mundo. Está inmersa en una crisis de valores, no, más que una crisis de valores, mejor llamarle ausencia de valores. Porque ¿Dónde queda la verdad, el bien, lo sagrado, la solidaridad, la honestidad, la generosidad, la colaboración, la lealtad, la palabra, el respeto?

El ser humano está prisionero del trabajo, de la moda, de la comodidad, de la superficialidad, del dinero, del poder, del halago, de la admiración de los demás, del que dirán; y para conseguir liberarse de esa prisión de acaparamiento de cualquier tipo, no repara en medios, aunque sea pisoteando y engañando a otro ser humano.
Lo único que ofrece nuestra sociedad es un ambiente tóxico y nocivo en el que es imposible poder cultivar los valores humanos, que son, justamente, con los que se puede conseguir un cambio de rumbo en el mundo actual. Es imprescindible apartarse de los estamentos de poder, ya sean políticos, religiosos o de otro tipo, porque estos, que deberían ser servidores del pueblo y procurar por su bienestar y su felicidad, lo están utilizando para satisfacer cualquiera de esos fines tóxicos que la sociedad y sus más afamados representantes tienen como bandera.
Por lo tanto, ha de ser la persona, en solitario, y en su soledad, la que ha de cambiar los planteamientos que le presenta la sociedad y actuar por cuenta propia. Ha de ser cada persona, la que consiga cambiar la sociedad a través de su propio cambio, para que surja una nueva, basada en el respeto, en el amor y en los valores del corazón.
Antes de seguir dejarme presentaros un relato muy gráfico que encontré en Internet: Había una vez un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para disminuirlos y pasaba días y días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo pequeño invadió su lugar de trabajo, diciendo que quería ayudarle a trabajar, y el científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar, pero viendo que era imposible sacarle de allí, el padre pensó en algo que pudiese darle, con el objetivo de distraer su atención por un largo rato.
Se encontró entonces con una revista en donde venía el mapa del mundo, ¡justo lo que necesitaba! Con unas tijeras recortó el mapa en varios trozos y junto con un rollo de cinta autoadhesiva transparente, se lo entregó a su hijo diciendo: "Como sé que te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pedazos para que tú lo repares sin ayuda de nadie".
El científico calculó que al niño le llevaría mucho tiempo componer el mapa, que no conocía de nada, por lo que se dispuso a volver a su tarea.
Pero no fue así. Pasado un breve tiempo, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente: "Papá, papá, ya hice todo, he conseguido terminarlo".
El padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que se habría aburrido y que querría irse a jugar. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño, pero para su sorpresa, el mapa estaba completo y perfectamente ensamblado.
"¿Cómo había sido capaz si no conocía nada del mundo?", se preguntó el padre. El niño, respondió feliz: "Papá, yo no sé cómo es el mundo, pero al otro lado del mapa del mundo estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí conozco bien. Y entonces, cuando conseguí arreglar al hombre, también había logrado arreglar el mundo."
Grafico, ¿no? Es el hombre el que tiene que cambiar para que el mundo cambie. Es el hombre el que ha de hacer una transición de lo viejo a lo nuevo, y así, todos juntos, lograremos un mundo mejor.
Ese cambio, esa transición, sólo es un cambio de conciencia, o crecer, o evolucionar, o madurar, o construir el carácter. En la actualidad, el ser humano es como un bebé, o como un borreguito. Va allá a donde le dictan los patrones de esta sociedad caduca, y va como las ovejas, sin salirse del patrón, porque……. ¿Qué pensará la gente? Si se sale del patrón, y empieza a respetar a los demás, y a ayudarlos, y a sentir compasión, y empieza a meditar, y no buscar las alabanzas, y no criticar, y tratar a los demás, sean quienes sean, como sus hermanos, y a ser honesto y generoso; la gente, la sociedad, puede pensar que es un loco, o que está abducido por una secta.
En muchas ocasiones, o en todas, el disparo de salida para empezar a dejar de ser bebé, y empezar a crecer, se siente en el interior: Es como un vacio, como un aburrimiento, las cosas que antes llamaban la atención, ahora cansan. A partir de ese instante es cuando hay que dejar atrás eso que impide el crecimiento: El miedo, miedo al rechazo, miedo a la crítica, miedo a la soledad.
La vida de los seres humanos, está construida sobre ese miedo, que los padres y educadores se encargan de incentivar. La persona está encogida por ese miedo, lo que la hace estar permanentemente a la defensiva, siempre la falta algo, siempre tiene necesidad de más. Más amor, más dinero, más poder, más aceptación, más atenciones. La persona está vacía, y ese vacío, no lo puede llenar con nada de lo que le pueda presentar la sociedad.
Para aliviar ese vacío, la persona ha de recogerse desde el exterior, hacia su interior, para empezar a sanar sus heridas, las producidas por la lucha permanente contra el vacío generado por la sociedad. ¿Cómo?, aceptando, permitiendo, perdonando y amando. Sin querer que las cosas sean como a uno le gustaría. No, las cosas son como son, y no hay que tener ningún interés en como deberían ser.
A fin de cuentas, lo único que hay que sanar es el miedo que hay detrás de todo: miedo a enfrentarse con la propia oscuridad, miedo a vivir, miedo a dejar que se exprese lo que el corazón siente. Y todo eso equivale a falta de Amor.
Es bueno, al llegar a ese punto, preguntarse: ¿qué quiero realmente?, porque si se ha llegado aquí, ya no valen los modelos y las normas que dan los ideales políticos, personales o espirituales, los estándares de salud, de belleza o sanidad, de cómo deberían ser las cosas, o de cómo hay que comportarse. Todos tratan de definir lo que es bueno e interesa a la persona.
¡Que pocos aciertan: lo único que es bueno para la persona es el Amor!, y el Amor no está en el exterior, está dentro, rodeando a la persona con su presencia, ¡sólo hay que permitirlo! Porque nosotros, ya somos Amor, y Paz, y Luz, y Sabiduría; pero no permitimos que se exprese ninguna de esas cualidades, las tapa el miedo.
Deja que el mundo sea como es, no quieras cambiarlo a través de la mente, no lo vas a conseguir; pero si puedes cambiar “tu mundo”, únicamente cambiando tú, únicamente creciendo y dejando de ser ese borreguito que va detrás de los cánones que la sociedad marca. Y si somos muchos los que cambiamos, el mundo dará un giro de 180 grados.