El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




Mostrando entradas con la etiqueta Dudas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dudas. Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de julio de 2012

El poder de elegir


            Todo es elección. Aunque no seamos conscientes de ello, nos pasamos la vida eligiendo, y nuestra primera elección es, sin ninguna duda, nuestra llegada a la vida. Elegimos nacer por el inmenso deseo que tiene el alma de purificarse y acercarse a Dios, cuando sería más fácil para ella quedarse en los planos en los que se encuentra, sin ninguna de las necesidades y padecimientos del cuerpo. Pero es igual, el alma necesita acercarse a su esencia divina y vivir su divinidad de manera completa, para lo cual tiene que completar su aprendizaje, tiene que vivir todas las experiencias, tiene que liberarse de sus deudas y recibir las que le son debidas.
            Lo realmente dramático, es que una vez en el cuerpo, no recordamos nada de esa, nuestra primera elección, y nos encontramos en la vida, envueltos en pañales, creciendo y aprendiendo, en casi todas las ocasiones, con dudas y con miedos, unas lecciones que no son las que necesariamente hemos venido a aprender. Es como si nos matriculáramos en la Facultad de Filosofía y en vez de enseñarnos a razonar, nos enseñaran a construir puentes. No nos sirven “casi” de nada las enseñanzas que vamos recibiendo a lo largo y ancho de nuestra vida, y no es porque nuestros maestros no lo intenten, en muchos casos con amor, aunque con esa peculiar manera que tenemos de amar los humanos, el amor del cuerpo, y no el amor del alma. Pero siguen sin sernos útiles sus enseñanzas, ya que no nos enseñan a vivir para el alma. Sus enseñanzas están basadas en como engañar a la vida.
            Es posible, que incluso en ese engañar a la vida, tengamos algunas opciones para elegir nuestro camino: Estudiar o trabajar, ser ingeniero o escritor, permanecer solteros o casarnos, tener un hijo o dos, vivir en una casa o en un piso, etc., etc. Pero siguen siendo opciones de vida, no opciones de alma. Elijamos la opción que sea, siempre nos faltarán las opciones más importantes, de las que ni tan siquiera podemos ser conscientes de que están ahí, al alcance de nuestra mano. Esas opciones, se refieren a la vida del alma, y es normal que no tengamos conocimiento de ellas, porque nunca, nadie, nos ha hablado de otras opciones que no sean las referidas a la vida física del cuerpo.
            Esas otras opciones, desconocidas para casi todos los mortales, no van en contra de la vida, o mejor dicho, no van en contra del libre fluir de la vida. Van a favor de la vida, y por lo tanto, van a favor del alma.
            No se trata de elegir entre nada físico, ni entre dos deseos, que según nos han enseñado, nos pueden dar algún momento de efímera felicidad. Se trata de elegir las condiciones para conseguir, de manera cada vez más duradera, hasta llegar a permanente, “la felicidad”.
            Se trata de desaprender lo aprendido. Se trata de elegir la paz en lugar de la guerra. Se trata de elegir la alegría en lugar de la tristeza. Se trata de elegir la acción en lugar de las dudas. Se trata de elegir la risa en lugar del llanto. Se trata de aceptar en lugar de criticar. Se trata de elegir el respeto en lugar de despreciar. Se trata de elegir el perdón en lugar del odio. Se trata de bendecir en lugar de maldecir. Se trata de elegir el servicio al prójimo en lugar de ignorarle. Se trata de elegir al amor en lugar del miedo. Se trata en vivir desde el alma, mimando al cuerpo. Se trata de elegir la humildad y no la soberbia. Se trata de vivir en la verdad y no en el engaño. Se trata de alegrarte por el bien de tu hermano sin envidias. Se trata de vivir desde el corazón. Se trata de amarnos a nosotros mismos. Se trata de aceptar el libre fluir de la vida sin oposición. Se trata de aceptarnos y presentarnos ante los demás tal como somos, sin máscaras, sin engaños.
            Se trata de elegir la felicidad en lugar del sufrimiento.

domingo, 18 de marzo de 2012

Pensamientos de alta frecuencia

            ¿Cuáles son los pensamientos superiores? Son todos aquellos que se escapan del pensamiento de la generalidad, aquellos que se escapan del pensamiento de la sociedad.

            El pensamiento más poderoso es “Yo Soy”. Si nuestros pensamientos y nuestras palabras fueran:
Yo Soy
Yo Soy Absoluto
Yo Soy Completo
Yo Soy Dios
ya no estaríamos limitados a este plano de materia.
            Si nuestros pensamientos siguieran la línea de:
Yo sé que Yo Soy
Yo sé que tal cosa ocurrirá
Yo sé que Soy feliz
Yo sé que soy Dios
lo sabríamos siempre todo.
            Cada vez que decimos que no sabemos: No lo sabremos nunca. Cada vez que decimos que no podemos: No lo haremos nunca. Lo único que tenemos que decir es: SÉ, PUEDO.
            Y si sabemos, ya no tenemos que juzgar nada. Cuando llega a nosotros un pensamiento superior, rápidamente determinamos si es bueno o malo, si es correcto o incorrecto, si debemos hacerlo o no, si es posible o imposible, si es real o imaginario. Cada vez que hacemos esto, estamos manipulando el pensamiento, hasta el punto de hacer de él un pensamiento inferior, de muy baja frecuencia, aunque el pensamiento inicial fuera un pensamiento superior de una frecuencia altísima.

Un ejemplo: Imagina que te llega un pensamiento como: “El cuerpo puede curarse y regenerarse a sí mismo”. Este es un pensamiento superior, ya que no es normal que eso sea lo que piensa la sociedad, porque al menor síntoma de resfriado todos los componentes de la sociedad dicen: “Estoy resfriado, tengo que tomar pastillas”. Por lo tanto si llegara el pensamiento de que el cuerpo puede sanarse a sí mismo, rápidamente la mente empezaría a catalogar el pensamiento como: ¡Vaya tonterías que pienso!, ¿Cómo va a ser eso posible?, ¡Tengo una imaginación muy viva!, etc., etc. Con lo que hemos transformado un pensamiento superior en un pensamiento inferior de tan baja frecuencia, que lo normal sería que el resfriado se convierta en neumonía.
El “Saber” es algo del alma, del interior del Ser, y cuando se sabe, no se juzga. Todos los pensamientos que llegan a la mente son correctos, son verdaderos, son reales, son posibles.
La manera de recibir pensamientos superiores es permitirlos, nada más, sin juzgarlos. Los pensamientos superiores activan otras partes del cerebro, con lo que el cerebro empezará a expandir su capacidad.

sábado, 27 de agosto de 2011

¿Un sueño o algo más?

            Iba caminando por un camino entre árboles, era un lugar en el que la naturaleza parecía haber expresado toda su belleza. Flores de todos los colores daban al ambiente una fragancia, que si me preguntaban cual era el olor predominante, sólo podría decir: que era un aroma celestial. Aves de plumajes exóticos llenaban el ambiente con un canto, que más parecía un coro de ángeles. Árboles gigantescos filtraban el sol para que la temperatura fuera siempre primaveral. De haber existido el paraíso, hubiera sido esto, sin lugar a dudas. En cualquier momento podían haber aparecido Adam, Eva y la serpiente.

Pero no, ellos no estaban, sólo estaba yo, disfrutando del momento, disfrutando del lugar. No sabía de dónde venía, no sabía adónde iba, ni que hacia en ese lugar, pero no me importaba en absoluto. Me veía vestido de blanco en un cuerpo que no sentía, en un cuerpo sin ningún tipo de molestia, ni calor, ni frío, ni hambre, ni sed. No tenía pensamientos, sólo disfrutaba de la belleza con cada poro de mi piel, y un solo pensamiento hubiera hecho que me perdiera en sus vericuetos, perdiéndome durante ese momento de la hermosura del lugar. ¡Nunca me había sentido tan bien!
Corría detrás de los pájaros, saltaba con las ranas, me sentaba en el suelo a disfrutar de la fragancia de las flores, o me tumbaba mirando como las ramas filtraban los rayos del sol.
Creo que me dormí en mi sueño, hasta que el ruido del roce de algo con las ramas hizo que abriera los ojos y prestara atención. Yo creía que estaba solo, pero no, allí, delante de mí apareció el caballo blanco más hermoso, más majestuoso y más impresionante que había visto nunca, con una crin y una cola largas, que se movían con la brisa, y además, tenía unas alas blancas, muy blancas, a los costados de su lomo, ¡era un caballo con alas!
Parecía disfrutar de mi cara de incredulidad, mientras doblaba sus patas delanteras e inclinaba la cabeza, invitándome a subir a su lomo. Por supuesto que el caballo no hablaba, ni yo relinchaba, pero  podía comunicarme con él. Su pelo era suave, me abracé a su cuello, sintiéndome aun mejor de lo que me encontraba en el paraíso que había encontrado. Sentía que me inundaba una paz, una alegría y un amor desconocidos hasta ahora.
Con suavidad, con dulzura, como si llevara sobre si una valiosa pieza de porcelana, empezó a elevarse, batiendo sus alas y moviendo sus patas como si estuviera trotando en una pradera. Se elevó y elevó, nuestra Tierra empezó a hacerse pequeñita, me hizo saber que daríamos un rodeo para ir al lugar a donde me llevaba, para que pudiera disfrutar del paseo. Dio varias vueltas a la Tierra para que pudiera admirar su belleza, pero ralentizaba su marcha, allá donde había guerras y los hermanos se mataban unos a otros, allá donde se estaba maltratando a la Tierra por su sobreexplotación, por la tala indiscriminada de bosques, por la polución generada por el bienestar del primer mundo, allá donde se hacinaba a la gente en campos de refugiados. El paseo era hermoso mientras no aparecía la mano del ser humano. Allá donde esta mano aparecía, comenzaba la destrucción, la guerra, la discriminación, el hambre, el maltrato, el dolor, la destrucción y la muerte.
No pude reprimir mis lágrimas por el dolor que la visión de la miseria humana producía en mí. La crin del caballo me envolvía acariciando mi cara para consolarme. Y por fin, cuando todavía no se habían secado mis lágrimas, el caballo alado empezó a descender sobre una especie de nube blanca y luminosa.
Una vez en tierra, o en nube, no sé muy bien, volvió a doblar sus patas delanteras y a inclinar la cabeza para que pudiera descender. Así lo hice y nada más apearme del caballo aparecieron ante mi unos seres, o no, porque sólo podía apreciar luminosidad, pero era tan intensa que me sentí envuelta en ella. En un instante, sentí mi unión con esos seres, era como si los conociera desde siempre.
-          Efectivamente, nos conocemos desde siempre, - dijeron -,  pero en el tiempo que llevas en la Tierra, has perdido la memoria de quien eres, has perdido la memoria de tu grandeza, de tu poder, de tu divinidad, al igual que todos tus hermanos allá abajo.

-          Pero tú, - prosiguieron -, con tus dudas, con tus preguntas, con tus experimentos, con tus luchas, con tu cabezonería, con tu voluntad, con tu paciencia, con tu valentía, con tus desafíos, y sobre todo con ese amor con el que has aprendido a conectar, has tenido destellos de quien eres, y en esos destellos has entendido que tienes un cuerpo, para a través de él, conectar con tu alma, justo con eso que ahora está aquí con nosotros. Todos somos alma, nosotros, tú, y tus hermanos en la Tierra.

-          En los últimos tiempos te has preguntado, nos has preguntado, casi suplicado, que era eso que tenias que hacer tan lejos de casa. Pero ¿Cuál es tu casa?, hijo mío, esta es tu casa, y la Tierra, toda la Tierra, sólo es el lugar donde tienes que llegar a recordar de dónde vienes y adónde vas, sólo es el lugar en el que tienes que aprender a amar, y después ayudar a recordar a tus hermanos, para que también despierten al amor.

-          Lo estás haciendo bien, pero aun tienes que amar más para confiar totalmente. Has dejado atrás casi todos los apegos, pero aun tienes apego a la duda de que has de hacer y al miedo de no hacerlo bien. Recuerda que todo siempre está bien. Recuerda que no estás sólo, ninguno en la Tierra estáis solos. Permanece atento a las señales y ama. Es todo lo que tienes que saber. Y ahora vuelve a tu cuerpo. Vuelve con el amor de todos nosotros.

-          No, – dije yo –, no quiero volver, quiero quedarme aquí por siempre.

-          Has de volver, cada vez estás más cerca de quedarte aquí para siempre, pero ahora, vuelve, mucha gente te está esperando. Te amamos.
En un instante me quedé solo y empecé a sentir que caía a una velocidad increíble, veía como iba acercándome a mi cuerpo, que un instante después despertaba con una fuerte sacudida.

sábado, 20 de agosto de 2011

Con un lirio en la mano

            “Eso que estás diciendo, es lo mismo que decir que vaya por el mundo con un lirio en la mano”. Esto me lo decían, después de que yo hiciera una mínima exposición de mi pensamiento sobre cómo actuar con las demás personas, en todos los casos, sin hacer excepciones.

            Mi exposición fue: “El pensamiento es energía, es vibración. Esa vibración es una señal que se envía y atrae otra vibración de la misma calidad que la enviada.

Por lo tanto, si la señal que envías de manera permanente es de desconfianza, vas a recibir, también de manera permanente, engaños y trampas, vivirás en un mundo que siempre te parecerá un mundo de tramposos, vivirás en una espiral de sospechas, vivirás siempre con cautela, con precaución, con miedo, con recelo; en lugar de tener una vida de confianza, de seguridad, de tranquilidad.

Lo que hay que hacer es no sospechar permanentemente de la gente, es no desconfiar de nadie. Si tu desconfías de los demás, ¿Crees tú, que ellos van a confiar en ti? Si la energía que reciben de ti es de desconfianza, te van a dar aquello que estás pidiendo casi a gritos, ¡que te engañen!”.
En principio, todo el mundo es bueno, y si hacen algo mal, o te dan un peso erróneo, o quieren cobrarte de más, etc., etc., no te están engañando a ti, se están engañando ellos, se están haciendo mal a ellos mismos, ya que tendrán que pagar por ese engaño que pretenden hacer contigo. Se denomina la “Ley del Karma”. ¡Si no somos el cuerpo, ¿cómo vamos a sentirnos engañados por 50 gramos de menos en un peso?! Somos un alma, y al alma le dan igual los 50 gramos.
Por lo tanto, ¡Si, vete con un lirio en la mano, y además del lirio, vete enviando amor! Si la energía que envías es amor, es confianza; se supone, por definición, que la energía de vuelta será la misma, y así será, aunque, desgraciadamente, no en todos los casos. Ya que aunque en todas las interacciones vayas con estas energías, alguno te va a engañar. Es normal, son esa pobre gente que sólo vive en su cuerpo, y basan su felicidad en estafarte un poco de dinero, para amasar más, o en engañarte en cualquier otro aspecto. ¿Qué hacer? Pues lo normal, decírselo, con todo el amor. Y si no tienes ocasión de decírselo, lo que has de hacer es perdonarle, bendecirle y no volver con esa persona. Yo creo que no hay que poner la mejilla dos veces.
    Si consigues una vida de silencio, si consigues vivir observando la vida, es seguro que el Universo te va a indicar en forma de intuición, en forma de saber porque sí, en que tienda has de entrar para que te atiendan desde el alma. Pero si en vez de vivir en el silencio vives en un pensamiento circular de desconfianza, entrarás en la tienda en la que necesites hacer realidad tus pensamientos, entrarás en la tienda de un troglodita para que te atienda como te mereces, engañándote. 

jueves, 18 de agosto de 2011

Si me caigo, no me queda más remedio que levantarme

            Trabajamos duro para conseguir incrementar nuestro nivel de energía y de vibración, para ser cada día mejores personas, para ayudar cada vez más, para ser más compasivos y más tolerantes, para acercarnos más a Dios. Es cierto, que caemos y nos volvemos a levantar, pero seguimos trabajando con determinación. Y según vamos alcanzando mayores niveles de vibración, somos conscientes del “conocimiento y del poder” que se encuentra en nosotros y, cuando descubrimos “eso”, queremos mantener, a toda costa, el nivel de vibración alcanzado.

Mantener la energía, no es difícil, sólo hay que mantenerse en el nivel de pureza de la vibración conseguida. Me explico: A más vibración, más sutileza; ¡recordar que nuestro fin es llegar a integrarnos con la Energía Divina!, es decir, Sutileza Total. Por lo tanto, hemos de actuar, física, mental, emocional y espiritualmente, de acuerdo con aquello que queremos alcanzar, hemos de actuar como si ya estuviéramos vibrando con la Energía Divina: Bondad absoluta, Verdad absoluta, Amor absoluto, Paz infinita, Certeza total.
             Y cada vez que nuestra actuación se sale de estos parámetros de “totalidad”, nuestro nivel de energía decrece: Cada vez que no decimos la verdad absoluta, cada vez que intentamos manipular, cada vez que intentamos sacar beneficio a costa de otros,  cada vez que dudamos de nuestra divinidad, cada vez que se apodera el miedo de nosotros, cada vez que no compartimos nuestro conocimiento, nuestro poder, nuestro dinero, nuestra compasión; cada vez que juzgamos o criticamos. En todos estos casos nuestro nivel de energía desciende, unas veces somos conscientes de ello, y otras no lo somos. Pero cuando eso ocurre, nos volvemos más terrenales, alejándonos del espíritu y perdiendo el contacto con nuestra alma.
            Es cierto, que cuando desaparece la causa del descenso de energía, esta vuelve, normalmente, al punto de partida. Pero mientras dura la bajada, ¡y puede ser de larga duración!, estamos más expuestos a los peligros del cuerpo y de la mente, a todos esos peligros que con tanto trabajo y sacrificio, vamos dejando atrás: miedos, dudas, anhelos, deseos, tristeza, etc. Y son justamente todos estos peligros, la causa primera del descenso de la energía, ya que es la identificación con el cuerpo y la conexión a través de la mente con las cuestiones terrenales, la causa más normal de la desconexión de nuestra alma.
            Es como la pescadilla que se muerde la cola: Estamos fantásticos, pero por alguna razón, desconocida o no, aparece un punto de, por ejemplo, miedo en nuestra mente. De manera inmediata desciende la energía, la mayoría de las veces bruscamente. Con el nivel de energía y de vibración en su punto más bajo, el pensamiento de miedo se apodera de nosotros con  tanta fuerza, que somos incapaces de tener consciencia de la desconexión. En ese momento, nos convertimos, nuevamente, en los trogloditas, que éramos antes de alcanzar nuestro nivel superior de vibración.
            Afortunadamente, nuestro trabajo sirve para algo y, siempre, en algún momento, somos conscientes de nuestro estado. Es entonces cuando elegimos seguir terrenales, o volver a nuestro estado inicial de vibración. Para volver al estado inicial, no es suficiente con proponérselo, ni tan siquiera con sentarse a meditar en ese momento, ya que la mente ha tomado el mando y no lo va a dejar fácilmente.
            Aunque cada persona, sabe mejor que nadie como volver a dominar a su mente, cuento mi formula: Si puedo, trato de tomar contacto con la naturaleza: no hace falta escalar una montaña, puede ser un jardincito, un árbol de la calle o una maceta de casa; lo importante es que sea un espacio de energía limpia y más poderosa de la que en ese momento me rodea; y en ese espacio, respiro lenta y suavemente por la nariz, mientras imagino, pienso o visualizo como esa energía limpia hace crecer mi aura. La punta de la lengua la tengo en el paladar, y entre la inhalación y la exhalación, hago una pequeña retención. A la vez, voy repitiendo lentamente en mi interior “Yo Soy el Alma”.
            Con esto se recupera nuevamente el nivel de vibración inicial. Todo son técnicas. Lo importante es tener la paciencia y la voluntad para llevarlas a cabo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Marionetas de la mente

            No hay medida en el amor, como no la hay en la felicidad, o en la paz interior, o en la alegría, o en la bondad.

            No se es bueno de diez a doce y, malo de cuatro a seis, como no se es feliz a ratitos, o no se quiere por la noche mucho, y por la mañana se grita. Si a alguien le sucede esto, ni es bueno, ni ama, ni es feliz.
            La felicidad, el amor, la paz interior, la alegría, son estados inherentes a la persona, son cualidades del alma y, no hay posibilidad de conseguirlos con estímulos procedentes del exterior. La única forma de conectar con esos estados, que no son tales, sino que es solamente uno, yo me atrevería a llamarle AMOR, es vivir el presente, es detener los pensamientos, es desechar los deseos, es permanecer en el interior. No es que al vivir de esa manera, se abra una cajita y aparezca ese amor, no. Lo que se consigue es cambiar la vibración de la energía, y conectar con otras energías superiores que nos conducen directamente a tales estados. Y una vez conseguida esa vibración es difícil perderla, aunque si puede disminuir, y lo hace, cuando la persona tiene miedo, o duda, o no dice la verdad, o sencillamente no utiliza su mente y se deja utilizar por ella.    
Lo que producen los estímulos externos: un aumento de sueldo, una pareja extraordinaria, unos hijos inteligentes, un premio de la lotería, etc., etc., sólo es una ilusión pasajera, sólo es la satisfacción de las perspectivas marcadas por la mente.  La mente, tan poderosa ella, se programa para alcanzar la felicidad cuando se consiga equis, y una vez conseguido equis, la mente dice que es feliz, y la persona, que vive en la mente y se identifica con ella, se cree a pies juntillas lo que esta va dictando. No es tal. Sólo es una ilusión pasajera, ya que la mente, una vez conseguido aquello que anhelaba, va a marcarse otro objetivo, con lo cual, la persona vuelve a no ser feliz, hasta que consiga obtener el nuevo capricho de la mente.
Los padres que dejan de hablar a su hijo, porque se ha casado, por ejemplo, con una persona que no es de su agrado, ni quieren, ni han querido nunca a su hijo, aunque ellos digan que lo hacen por el inmenso amor que le tienen a su hijo. Sólo son marionetas de su mente, manejadas a su antojo y además engañadas por esta. Porque ¿dónde queda el amor? ¿No es más amor seguir al lado del hijo, apoyarle, ayudarle y  darle su mano por si realmente un día la necesita? Cuantos familiares y amigos, cuantas personas, invocando el falso nombre del amor, están siendo manejadas por sus mentes, como las marionetas en los teatrillos para niños.
Si estás en una tesitura parecida, ¡reflexiona!, ¿a dónde te está llevando tu irracionalidad?, ¿a satisfacer a tu mente?, ¿a satisfacer tus deseos?, puede incluso que tengas razón, paro no te enteras al haber dado por muerto y enterrado a tu…… ¿ser querido?, o puede que no tengas razón y te estés perdiendo la felicidad de ese ser. Corta el hilito que mueve tus pasos y empieza a tomar las riendas de tu vida. Tu felicidad, tu amor, tu paz interior y tu alegría no dependen de lo que otros hagan o dejen de hacer, sólo depende de ti.         



miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Seguro que quieres ser feliz?

            Voy recibiendo correos con comentarios de las distintas entradas del blog, y leyendo alguno de ellos, tengo que utilizar casi todas las técnicas que conozco para no deprimirme. Ya que después de más de ciento cincuenta entradas hablando de lo mismo, porque siempre es lo mismo con distintas palabras, unas veces comenzando por la “a” y otras por la “z”, recibo algún comentario en el que me dicen que no saben cómo hacer para sentir paz, felicidad, alegría y amor, que no saben cómo hacer para dejar de sufrir, o para dejar de darle vueltas a los mismos pensamientos una y otra vez, o que se sienten invadidos por la rabia, por el rencor o por el odio y no saben cómo parar esa rueda.
            Leyendo estos correos, yo me pregunto: ¿Realmente quieren salir de la rueda en la que se encuentran inmersos?, porque para dejar atrás cualquier pensamiento circular, que es la única razón de cualquier tipo de sufrimiento, de ira, de tristeza, etc., sólo hay que desearlo. ¡Sí!, ¡Ya sé!, que nadie quiere sufrir, y que todos deseamos dejar atrás esos pensamientos que vuelven una y otra vez. Bueno, todos no………. Hay muchas personas, más de las que nos pensamos, que ni tan siquiera son conscientes de que la razón de su triste vida sólo son sus pensamientos, incluso hay algunos, que se jactan de ser unos buenos pensadores, y llaman analfabetos a los que intentan no pensar.
            No me dirijo a esos grandes pensadores, ni a los que no saben que la razón de su desdicha son sus pensamientos. Me dirijo a los que si sabéis toda la teoría, pero que no llegáis a la práctica. Pero os digo más, lamentándoos no llegareis nunca. Sólo se llega actuando y trabajando con valentía y decisión.
            Creo que lo decía no hace mucho, ¿cómo quieres vivir? Si quieres sufrir, o pasarlo mal, o no ser feliz de la mañana a la noche, ¡ya lo tienes!, no tienes que hacer nada extraordinario, pero si lo que quieres es lo contrario, si lo que quieres es ser feliz, tendrás, forzosamente, que cambiar algo de tu vida, ya que si sigues haciendo lo mismo, los resultados  serán los de siempre. Los lamentos no sirven de nada. Esto es como el fumador que cada mañana se levanta tosiendo, que quiere dejar de toser, pero que es incapaz de dejar el tabaco.
            Para cambiar algo es imprescindible tener claro que todo lo que ocurre en tu vida, es sólo lo que tú buscas, y programas en tú mente, y que nadie, absolutamente nadie, tiene ninguna culpa de tus desdichas. Este primer paso, que parece el más fácil, no lo es tanto, porque seguro que vas a encontrar, de inmediato, una disculpa fuera de ti: la enfermedad, la falta de dinero, la familia egoísta, etc., etc. Pero ten claro que sólo son disculpas y lamentos. Si consigues traspasar la puerta de este primer punto, y saber que ocurre has dado un paso importante.
Una vez que sabes que buscas, has de traspasar el segundo umbral: Saber que has de hacer para conseguir esa vida que sabes que quieres. Es otro paso importante, porque puede ser que lo que necesitas es renunciar a algo a lo que estás acostumbrado/a, familia, trabajo, ciudad, y eso es ir en contra de la sociedad. ¡Hay que ser muy valiente!, y tener en cuenta que nada en esta vida es permanente, ni importante, ni imprescindible. Todo es pasajero, lo es la misma vida. y la renuncia podría implicar un cambio radical en tu vida. También puede ser que lo que necesites sea trabajarte: meditar, hacer deporte, ir a misa, no sé, eso lo decides tú en tu silencio interior para encontrar la estabilidad que estás buscando y que sabes que necesitas. Sea lo que sea, ¡es otro paso difícil!
Y después ya sólo te queda llevar a la práctica, con decisión, aquello que te va a llevar a la solución de todos tus problemas, y trabajar, trabajar, trabajar, trabajar, cada día, sin desfallecer, sin hacer caso a tu mente ni a tu pereza.
A partir de aquí, ya llegarán los resultados, pero no los esperes, porque “quien espera desespera”. Sólo trabaja, cada día de tu vida.
Espero que a partir de hoy, sea más fácil para ti trabajar que lamentarte, ya que el lamento, sólo es otro pensamiento circular.

lunes, 4 de julio de 2011

Somos Luz

Somos Luz, somos energía, y es hora de saberlo, y cómo es posible que intelectualmente ya lo sepas, es hora de aceptarlo, y es hora de permitir que la sabiduría que creó el cuerpo corra por él; y que sea esa sabiduría la que nos permita avanzar en esta vida sin miedo, que sea esa sabiduría la que nos permita liberarnos de las ataduras que nos mantienen ligados a la materia, a la oscuridad, al sufrimiento, a la tristeza y al dolor.

Es hora de trabajar y avanzar para conectarnos con esa Luz, para sentir nuestra propia energía, para escuchar a nuestra Alma. Porque nos mantenemos estáticos, en el mismo lugar, no avanzamos. Sin ataduras o con ataduras, con miedo o sin miedo; no avanzamos. Siempre estamos en el mismo sitio, siempre los mismos problemas, siempre las mismas quejas.

Hoy por pereza, mañana porque estamos esperando al maestro que nos guíe, al otro día porque tenemos dudas de si estaremos preparados, al otro por el que dirán, y así sucesivamente un día tras otro. Siempre hay una disculpa, una buena disculpa para quedarnos sentados mirando la tele antes de meditar, antes de ayudar, antes de sentir, antes de amar.

Y entonces, sentimos ansiedad, sentimos estrés, sentimos una incómoda bola en nuestro interior que crece y crece, y que intentamos ignorar, pero no podemos. Sentimos de todo, porque esa sabiduría, esa luz, ese punto de conciencia que somos nosotros, no está de acuerdo con lo que hace nuestro cuerpo, no está de acuerdo con los caminos por donde le hace transitar la mente.

Leí una vez en algún sitio: “Benditos sean los seres humanos que comprenden que las dudas se irán resolviendo mientras avanzan por el camino, que los preparativos que antes hicieron, ahora no son necesarios. Que los cambios serán reconocidos y solucionados a medida que se presenten”.

No nos movemos porque vamos a esperar como se hace una meditación o como es esta o aquella terapia, o como es esa postura; o esperaré al día X para comenzar.

Pero la lección no es como sentarnos a meditar o como pensar, no. La lección es aprender a SER, porque la libertad de SER nos va a liberar de lo que calificamos como ignorancia, como obligación, del tener que……, o del deber de…….

Aprender a SER, es conectar con nuestro interior, es vivir desde el corazón; y en ese momento, de manera automática conectamos con la sabiduría que nos lleva más allá de los conocimientos de este mundo, del conocimiento de los libros, del conocimiento de los Maestros.

Todos hemos leído infinidad de libros espirituales o de crecimiento. Pero ninguno de esos libros imparte sabiduría, porque la sabiduría ya está en nosotros, y está desde siempre. Sólo hemos de trabajar para conectar con ella.

Y el trabajo no es duro, sólo es vivir desde nuestro centro. Nuestro centro es el corazón, sólo hemos de realizar un pequeñísimo viaje desde la mente al corazón, sólo hemos de dejar los pensamientos a un lado, y dejar que en su lugar se instale el Amor.

            Desde ese lugar, impregnados de sabiduría, podremos entender que la vida es como un pequeño, pequeñísimo paréntesis de nuestra eternidad. Pero que en ese ínfimo paréntesis hemos de realizar un trabajo, el trabajo de Ser, el trabajo de conectar con nuestra Alma, todo lo demás se nos dará por añadidura, y será muy fácil porque cualquiera que llegue a su interior podrá descubrir que el trabajo a realizar en el tiempo de nuestro paréntesis tiene que ver con el Amor.

            Entrar en nuestro interior, y sentir ese Amor, nos permite aceptar con total tranquilidad lo que somos. Sin juzgar, sin ira ni amargura, sin hostilidad ni remordimiento, sólo una tranquila disposición a aceptarlo, en lugar de combatirlo.

Cuando aceptamos lo que somos y vivimos cada momento de nuestra vida con plenitud y amor, las cosas, todas las cosas, todas las dudas, todos los problemas, se van resolviendo. Sin necesidad de tanta planificación y estudio. ¡Todo se resuelve mientras avanzamos por el camino!

domingo, 27 de febrero de 2011

Unidad

                En la Tierra o por encima de las nubes, en manos de Dios, de los Ángeles, de los Maestros. No existe el cielo separado de la Tierra, no hay separación. Todo es Unidad, un espacio y un tiempo únicos para todo y para todos, y en este lugar, se escribe con letras que nacen y surgen directamente del corazón, del corazón humano, del corazón de Dios. Y leemos y sentimos Amor.
                Y ya no cabe pensarlo, ni observarlo, ni atraparlo. Sólo sentirlo. Porque ya Es…….., en Todo. Y en ese Todo somos nosotros, ni vivos, ni muertos, ni amigos, ni enemigos. No hay diferencia entre nada, porque no existe la separación, porque todo Es.
                Escucha el susurro del aire, escucha ese vaivén, ese oleaje interior que en un instante se calma y en el siguiente es bravura. Siente su dulzura acariciando tu piel, inundando tu Ser con la fuerza y el poder de ser, con la fuerza y el poder de existir.
No hay lugar………, no hay espacio………, por bello que parezca a tus ojos, nada hay que pueda compararse a tu corazón. Nada es más que nada…….., nadie en más que nadie. Nada eres y eres todo, nada soy y soy todo, SOMOS TODO, unidad, integración, eres la rosa que contemplas con admiración, eres montaña que acoge, eres valle de reposo para el alma, eres agua que discurre por su cauce, eres viento que transporta las caricias, eres aire que a la vida das aliento, eres luz que necesita nuestra alma, eres padre, eres madre, eres hermano y hermana, eres pájaro que en cada rama encuentra su morada.
Dime tú si no eres nada………., vive………., siente………., vibra en cada ser que te conviertes y regálale a la tierra, a los seres, a la vida, regálale tu fragancia, la esencia de tu Ser.
Transfórmate a cada instante y siente tu poder.  No te pierdas en la separación a la que te conduce la mente, no te pierdas en el miedo que te atenaza y te impide avanzar, no te pierdas en el dolor que te impide ver tu grandeza y la de tus hermanos, no te pierdas en el sufrimiento que te separa del alma.   
No existe el miedo, no existe el dolor, ya no hay sufrimiento porque tú eres cada cosa que temías, eres la duda que te paraliza, eres cada dolor que oprimía tu pecho y cada sufrimiento que tu mente creaba.
Ahora te enfrentas a esa mente sin lucha, sin esfuerzo, sin pena, sin llanto, porque vives en ti, porque vives en tu Ser Supremo, porque vives en el Amor Divino.
Entrada publicada por Elisenda.

sábado, 19 de febrero de 2011

Paz interior

¿Cómo definir la paz interior?, podríamos decir que la paz interior es el bienestar emocional, o esa tranquilidad, tranquilidad profunda que llega cuando el ser humano logra desconectarse de la batalla que mantiene consigo mismo, la batalla que el ser humano mantiene con su mente. La paz interior llega cuando el ser humano se aparta mental, emocional y físicamente de lo que podríamos denominar “el pensamiento social”: el qué dirán, el afán de juicio y de crítica, culpar a todos de los errores propios, el deber de….., el miedo al futuro, lamentarse por el pasado, la envidia, etc., etc., etc. La paz interior llega con el conocimiento de que todo está bien, la paz interior llega con la comprensión  de que Dios lo tiene todo bajo control, aunque parezca que el mundo está a punto de explotar
Alcanzar la paz interior supera toda comprensión, de la misma manera que supera toda comprensión la felicidad y el Amor. Es imposible para el ser humano que vive bajo “el pensamiento social”, alcanzar la paz interior, la felicidad y el Amor, y ni tan siquiera comprender que pueda existir. Es necesario separarse de ese pensamiento social, dejar ir las preocupaciones, el miedo, el estrés, etc., para llegar a la paz interior y adquirir, entonces, conciencia de lo hermosa que es la vida, y de las incontables maravillas que nos ofrece.
¿Cuál es el camino para conseguir la paz interior?: Los caminos que te van a llevar a conseguir la paz interior: es vivir en el momento presente, es el silencio interior, es la meditación y es la oración. Recorrer cualquiera de estos caminos, ayudan a trasladar la atención al momento presente y ayudan al control de la mente. Te vuelven a traer a casa y te ayudan a soltar las preocupaciones y estar consciente de la presencia divina; son una manera excelente de desarrollar la conciencia y madurar el carácter, que son las puertas de la paz interior. No conocemos otro medio más eficaz para conseguir la paz interior. Destinar un rato cada día a esta actividad será el mejor de los remedios para todos los males que acechan al ser humano.
Al iniciar cualquiera de estos caminos vas a ser consciente de tus batallas internas, de tus debilidades, de cómo te culpabilizas por lo que crees que son tus errores, de cómo culpabilizas a los demás, del resentimiento por tus debilidades, de tu falta de voluntad para alcanzar la felicidad, de tus juicios y de tus críticas,
Sentir por primera vez el gozo que produce en el cuerpo, la mente y el alma, la paz interior, es una invitación a su continua búsqueda por encima de cualquier otra sensación terrenal que puede interponerse en esa búsqueda.
Pero, la mente y el cuerpo son débiles, y aunque puedas sentir ese principio de paz interior, puedes volver a las preocupaciones, al miedo, a las actitudes habituales de ataque y defensa; es normal, es el principio y todos los principios son duros, sólo hay que persistir en el camino elegido, y poco a poco irás consiguiendo que la paz sea duradera.
Mantener una vida bajo los parámetros del pensamiento social, genera un desgaste de energía enorme, ya que los conflictos internos agotan los recursos energéticos, hasta hacer, en muchos casos, enfermar al cuerpo físico. Es imprescindible declarar una tregua en esa batalla que se mantiene con uno mismo. El camino para conseguir la paz interior engendra energía. El incremento de energía es notorio, ya que no se derrochan recursos en preocupaciones, lamentaciones, culpabilidades o indecisiones.
Conseguir la paz interior es conseguir la paz del alma, es conseguir la paz que puede sanar a uno mismo y al mundo, y cuando esa energía se utiliza para realizar el bien, esa energía aumenta y aumenta, hasta conseguir un elevado nivel de espiritualidad en la persona. La paz interior te hace libre para ser feliz y ayudar a los demás en su búsqueda de la felicidad. El camino entonces a la realización, y a la finalización de este ciclo de nacimientos y muertes, está próximo para tí. 

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un camino para recorrer

            ¿Cuántas veces te has preguntado si estás recorriendo el camino adecuado, y si estás  realizando en tu vida aquello que estaba programado por tu Ser Superior?
Pero, una vez hecha la pregunta, ¿te permites obtener la respuesta?, ¿te mantienes en silencio para escuchar?, ¿te permites dejar espacio en tu mente para que lleguen las respuestas? Hay momentos en que te preguntas y no te permites obtener ninguna respuesta porque tu mente está llena de preguntas y más preguntas que no vacías, está llena de miedos, llena de preocupaciones, llena de prejuicios. 
En la vida diaria son muchas las personas que preguntan sin dejar espacio para las respuestas, es como los niños que preguntan pero no quieren ni escuchar las respuestas porque para ellos todo es como un juego. Y si, la vida es un juego……….., pero no un juego de niños………., sino un gran juego, donde cada uno debe ocupar su lugar y estar atento no solo al paso que debe dar en ese juego, sino del paso de todos y cada uno de los integrantes de esa gran partida, de ese gran juego que es la vida y que en consecuencia nos atañe a todos, a toda la humanidad.
Es posible que ya estés haciendo lo que corresponde, eso sucede cuando te olvidas de tu cuerpo físico y sus apetitos, cuando te olvidas también de todo lo material, a partir de aquí, entras en un estado de conciencia que te permite bucear hacia el centro de tu corazón donde está tu parte más divina, la parte amorosa que representa a tu SER SUPERIOR.
Y ¿cómo sabes que estás en el camino correcto?, estás en el camino correcto  cuando la vida no representa ningún esfuerzo, si todo se desarrolla tal como estaba previsto, la vida es fácil, alegre, feliz.
Sin embargo, no se desarrolla todo tal como estaba previsto en el Plan Divino  si la vida supone un esfuerzo, si genera sufrimiento,  si dependes de cualquier persona o cosa para tu estabilidad o felicidad. En este caso, lo aconsejable es parar, sentarse en silencio con uno mismo, entrar en tu interior, y preguntar qué es lo que te  distrae, que es lo correcto en tu camino; a partir de entonces, quédate en silencio, siempre llegan las respuestas. Y a partir de esa respuesta que tu Ser te da de forma amorosa, actúa sin perder ni un segundo en esa dirección.
Todos los caminos están entrelazados con el camino de nuestros hermanos, de tal manera que un solo pensamiento, una sola palabra, una sola acción, influye en la totalidad de nuestro mundo y en todo el Universo. Mantén este concepto, e intégralo en tu corazón. ¡Cualquier movimiento en tu energía repercute en todo el Universo!
Ama, respeta y se consciente de todos tus actos, responsabilízate de tu propia vida, sin importarte lo que hagan los demás.
El camino de la LUZ  es el Amor y la rectitud de conciencia, no importa si practicas o no alguna religión, sólo tienes que Ser.
Date permiso para Ser quien Eres y sigue tu camino sin dudas, olvídate de cómo, el corazón ya sabe, simplemente mantén la atención en el deseo de llegar hasta tu  corazón, permite que tu Ser te guie y confía en el resultado final que no puede ser otro que el camino elegido por tu Ser Superior.
Ya muchos de vosotros habéis cruzado al otro lado de las emociones, de las dudas y del miedo, habéis cruzado el umbral del penúltimo portal, permitiros ahora SER realmente vosotros mismos unidos a vuestros Seres Superiores, ya es tiempo  de emprender la ascensión a las esferas superiores con plena conciencia.

sábado, 5 de febrero de 2011

Ser tú

¿Te has sentido muchas veces transportado a un mundo increíble mientras leías o escuchabas la historia de alguien a quien le cambió su vida? Seguro que sí, aunque no estés en ninguna búsqueda específica de nada. Seguro que sí, porque todos los seres humanos nos preguntamos alguna vez en la vida ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Qué sentido tiene la Vida? ¿Por qué sufro, porqué solo soy feliz en algunos momentos? ¿Por qué no me pasará a mí como a otros que han cambiado su vida, lo han dejado todo y han seguido su corazón? Y en esos instantes te has imaginado haciendo lo que verdaderamente quieres hacer, lo que sientes y te has sentido el hombre, la mujer más libre del mundo.
Pero, casi al mismo instante ha aparecido tu mente y te ha dicho “Eso solo les pasa a los demás” A algunos, a muy pocos, y yo soy una persona normal y corriente. ¿Pero, sabes una cosa? Los demás son tú y tú eres los demás. Es decir lo que tú piensas, ellos también lo piensan, Porque todos somos exactamente lo mismo. Almas, almas con una sed increíble de ser felices. Pero no felices con nuestras posesiones materiales. Ya sabes bien, aunque seas muy rico/a económicamente hablando, que eso no te llena, no hace falta que te lo digamos aquí.
Así pues, hablamos de Plenitud, de plenitud interior, de sentirte presente, muy presente en tu propia vida y ver como todo sucede y darte cuenta de que tú puedes intervenir. De hecho, debes hacerlo, es tu obligación. Y de hecho, lo haces. Constantemente eliges esto o aquello en tu quehacer diario. Así pues ¿por qué no eliges para ti? ¿por qué no dejas ya de pensar que sentirán los demás si haces esto, o si haces lo otro? Qué más da. No harás nada que les pueda hacer daño si lo haces con Amor, con el convencimiento de que eso es lo mejor para ti.
Porque cuando haces lo que es mejor para ti, estás haciendo lo mejor para todos los que te rodean. Porque eres completo y feliz y no puedes más que dar felicidad y amor.
Párate, deja de leer como “otros sí pueden y tu no”. No te pongas excusas mentales que sabes que no te sirven para nada y que solo son excusas movidas por el miedo.
¿Pero dónde queda el miedo cuando eres feliz? No existe. Haz, camina, cae, levántate y confía, confía, confía. No estás nunca solo/a. Jamás, porque estas contigo. Y en ti lo tienes todo. La capacidad de amar, de sentir, de vibrar con la energía del Universo. Porque eso eres, un “ínfimo” fragmento del Universo, que dejó un día de tener esa consciencia y se encarnó. Pero no perdió nada. La llevas contigo. Tú eres luz, tú eres vida. Tú eres esa pieza imprescindible, aunque esté en una esquina lejana, de ese puzle Universal que no puede construirse sin ti.  Seria incompleto.
Siéntete tú, siéntete yo. Un yo no mental, un yo en los demás y con todo. Tú eres Buda, tú eres Dios, tú eres Luz, tú eres camino, tú eres Maestro/a.
Y por encima de todo tú eres ¡libre! Libre para elegir y ser ese “otro” que ha cambiado su vida y al que envidias muchas veces. Eso te puede pasar a ti, de hecho te está pasando pero no quieres escuchar.
Haz tu camino sin miedo y los demás se colocaran en el lugar correcto para dejarte andar. Da igual, no pienses en “mi madre, mi padre que dirán, que pensaran, mis hijos, mi pareja, mi hermano…………..”Da igual. Si tú estás bien ellos estarán bien, seguro.
Quizá tarden un tiempo en darse cuenta y aceptarlo. Y, ¿qué? Es su tiempo, no el tuyo. Es su elección, no la tuya. Tú eliges amarles desde ese tú que eres, y ellos, poco a poco, sentirán esa energía que les llegará sin palabras, sin discusiones, sin luchas, sin tener que convencerles de nada. Llegará así, tal cual.
¿Qué fácil parece, verdad? Pues lo es. Lo verdaderamente difícil, y muy cansado, es que sea al revés. Es decir que sea una lucha entre tu sentir y tu ”deber”. No hay deberes.
Obsérvate como el Ser Divino que eres y camina desde ahí. Nadie es más que tú. Ni Jesús, ni Buda, ni nadie. Todos somos elegidos.
Recuerda: el puzle está incompleto sin ti.
Te quiero hermano, hermana. Te quiero y te reconozco.
Entrada publicada por Elisenda.

miércoles, 12 de enero de 2011

Visión humana versus visión divina

Imagínate lo que vería un miope sin gafas…….., poco ¿verdad?, imagínate, ahora, la sensación de claridad y de iluminación que tiene en el momento de ponerse sus gafas……. ¡increíble! Bien, acuérdate de esto que nos vale para llevar la comparación al ser humano.
Podríamos decir que el ser humano tiene dos visiones, (hablamos de la visión de la vida, no de la visión del ojo), una visión humana y otra visión divina; aunque casi nadie es consciente de que es miope, (visión humana), y que puede ver más allá, (visiónn divina), solamente colocándose las gafas adecuadas.
La visión humana es la que las personas están acostumbradas a tener, tanto  hacia su interior como hacia su exterior: Hacia dentro la persona se ve, básicamente, como un ser con deseos: quiero que me mantengan el puesto de trabajo, quiero tener una casa en la playa con piscina, quiero que mis hijos tengan una vida feliz, quiero que mi pareja viva pendiente de mí, quiero tener hijos, quiero que siempre tengamos salud, quiero que nunca nos falte el dinero, quiero ser el/la mejor, quiero que me escuchen, quiero que me quieran, quiero que nunca faltan mis padres, quiero…….. quiero…….. quiero…….., un sinfín de deseos que llenarían una lista casi interminable.
Pero si la persona sigue mirando hacia dentro, también se ve con miedos, con ansiedad, con estrés, con incertidumbre, con dudas; aunque todo esto, sólo es una consecuencia del deseo. Un solo deseo puede generar todo lo demás, por ejemplo: El deseo “Quiero que me mantengan el puesto de trabajo”, genera: miedo a perder el trabajo, miedo a no poder llegar a final de mes, miedo a que dirá la gente, miedo a no encontrar otro trabajo, miedo a un millón de cosas más; pero no acaba todo con el miedo, el miedo le genera ansiedad: ¿Qué pasará si me echan del trabajo?, ¿cómo pagaremos la hipoteca?, todo esto pone a la persona los nervios a flor de piel, y el estrés no la deja vivir, y duda de si seguir con este colegio o cambiar a los niños, duda de las reacciones de su jefe y piensa: “me va a echar seguro”, y ¿buscaré trabajo o esperaré en el paro?………… ¡Que locura!, sólo de pensarlo da estrés. ¿Cómo podrán vivir así?
Y si la persona mira hacia afuera, aun es peor, aunque sean cosas menos importantes, pero con la diferencia de que del exterior sí es consciente, porque es materia. Afuera ve el exterior de las personas, y  las compara, y las juzga, y critica lo que ve. Afuera se ve sus arrugas, ve sus kilos, si pudiera cambiarse por……. lo haría, etc., etc.
Esta es la vida de muchísima gente, quizás también la tuya. Un solo deseo, que no es más que un pensamiento, genera una reacción en cadena de tal magnitud y envuelve a la persona con una energía tan densa, que a veces les cuesta moverse físicamente, con el resultado ya anunciado y deseado por ellos, “le echarán del puesto de trabajo”, “no llegará a final de mes”, “enfermará”, “no encontrará otro trabajo”.
Aunque parezca una exageración, no lo es. Cambia el ejemplo del miedo a perder el trabajo, por tu “deseo” personal, y verás el tiempo que te ocupa ese único pensamiento, y analiza las consecuencias, y lo que te estás perdiendo si no tuvieras ese pensamiento.
Pero de la misma manera que el miope cuando no ve se pone las gafas,  el ser humano que está viendo esa noria que tiene por vida, puede salir de su círculo vicioso sólo colocándose las gafas de la divinidad.
Con la visión divina, hacia fuera se ven otros seres divinos, que como tú, están tratando de hacer mejor las cosas cada día, seres a los que ayudo en su evolución diaria, seres a los que amo porque son mis hermanos, seres que se alegran de los éxitos de los que están a su lado, seres atemporales, seres eternos.
Y si miras hacia dentro, sólo hay un deseo, un deseo que no genera miedo, ni ansiedad, ni estrés, ni dudas; sólo hay el deseo de ser mejor cada día, sólo hay el deseo de ayudar y de servir, sólo hay deseo de Amar.
Como no todo el mundo va a tener puestas las gafas de la divinidad, es posible que pienses que si vas así por la vida, con un lirio en la mano, te van a  abofetear en los dos carrillos, es posible, pero como decía Teresa de Calcuta, “hazlo de todos modos”.
Lee una de sus reflexiones:
Las personas son a menudo, irrazonables, ilógicas y egocéntricas...… ámalas de todos modos.
Si haces el bien, la gente te acusará de egoísmo y de motivos escondidos...…
haz el bien de todos modos.
Si tienes éxito, tendrás falsos amigos y verdaderos enemigos……
ten éxito de todos modos.
El bien que hoy haces, será olvidado mañana……
haz bien de todos modos.
La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable……
se honesto y franco de todos modos.
Los más grandes con las más grandes ideas pueden ser abatidos por gente inferior mezquina, sin ideas…… piensa en grande de todos modos.
La gente favorece a los desvalidos, pero sigue a los poderosos……
lucha por los desvalidos de todos modos.
Lo que se toma años edificar, puede ser destruido en un momento……
edifica de todos modos.
La gente necesita ayuda, pero te ataca si les ayudas……
ayuda a la gente de todos modos.
Da al mundo lo mejor de ti y te golpeará en la boca…… da al mundo lo mejor de ti de todos modos, porque en el análisis final, te darás cuenta que el asunto es solo entre tú y Dios, ya que en todo caso, jamás fue un asunto entre tú y ellos……

¿Cómo ponerse las gafas de la visión divina?: SIENDO CONSCIENTE. Se consciente de cada pensamiento. Como ser consciente de todos los pensamientos es imposible, lleva el pensamiento donde tu quieres llevarlo y PLANTEATE UN OBJETIVO CADA DÍA, o cada semana o cada mes, según sea de difícil el reto. Y vete repitiendo ese objetivo hasta que lo conviertas en un hábito. Te propongo algunos:
Durante todo el día no voy a criticar nada ni a nadie.
Durante todo el día solo voy a hablar de cosas positivas.
Durante todo el día voy a hacer una sola cosa, sin pensar en la siguiente
Durante todo el día no voy a decir: No puedo, no sé, no tengo.
Durante todo el día voy a alabar lo bueno de los demás.
Durante todo el día no voy a levantar la voz a los niños.
Hoy voy a decir a mi pareja: “te quiero”, y mañana, y al otro, y al otro y…….
Durante todo el día no voy a quejarme ni una sola vez.
Durante todo el día voy a tener paciencia con la vecina que habla mucho.
Durante todo el día no voy a fumar.
Durante todo el día no me voy a enfadar.

viernes, 7 de enero de 2011

Dudo.... luego existo, pero...... no vivo

            Hay una cita de Mario Vargas Llosa que dice: “La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”.
            Es demasiado el tiempo que muchas personas, en vez de vivir, le dedican a la duda. Dudan de si se ha de subir o se ha de bajar, dudan de si se ha de comprar o se ha de vender, dudan  de lo que dicen, dudan de lo que hacen, dudan de lo que piensan, dudan de lo que sienten, dudan…… dudan……. dudan……..
            Dudar es como retorcer la vida por todos los lados, en lugar de vivirla y disfrutarla, en lugar de tomar un camino y seguirlo, para lo cual es mucho más fácil dejar el plano de la vida liso, sin arrugarlo, sin entrujarlo. Sobre un plano liso es mucho más cómodo el camino.
Dudar es volver incesantemente sobre todos los entresijos conocidos, ¿para qué?, ¿para que vuelves siempre a los mismos escondites de tu mente si ya los conoces todos? Tu mente no quiere que resuelvas la duda, porque si lo haces  es una partida ganada a la mente, y la mente no te va a dejar que ganes ninguna partida, por eso te va a mantener de un sitio a otro, dudando, negándote la vida, porque la mente no quiere que encuentres la solución.
Dudar es recorrer de arriba abajo todos los senderos una y otra vez. ¡No!, ¡Párate! Y busca el norte, tú norte y síguelo sin dudar. Es posible que no sepas cual es el norte, pero de lo que si estás segur@ es de que no quieres ir al sur, es decir, que lo que tienes no te causa felicidad, ni te da amor, ni te da serenidad, solo te genera dudas. Si no tienes claro cuál es el norte, coge cualquier otro camino que no sea el sur, el sur ya es conocido, ya es vivido, ya es experimentado, ya es caduco, ya se acabó.
Dudas y no sabes que camino elegir porque crees que en una de las bifurcaciones está tu felicidad, está tu amor, está tu alegría, y no sabes cuál es. Pero no es cierto. Lo único que vas a encontrar en cada bifurcación son las experiencias que necesitas vivir para tu crecimiento, para tu evolución, para tu aprendizaje. Y nunca hay bifurcación equivocada, porque en la otra hay otra experiencia distinta que también tienes que vivir.
Dudar es mirar una y mil veces el mismo aspecto, como si quisieras que alguien decidiera por ti. Pero no puede ser, tu trabajo es decidir la experiencia que vas a aprender, tu trabajo es decidir la experiencia que vas a vivir, tu trabajo es decidir si sigues viviendo en el sur con sufrimiento y aburrimiento, o no.
En la casa de la duda, el mayordomo es la ignorancia, porque no se sabe, porque no se decide, porque no se tiene la certeza, en definitiva, porque no se vive, porque no "se Es". La verdadera tragedia de la duda es “no Ser”.
Y  “no Ser” supone que toda tu vida queda condicionada a los demás, que todo tú poder se lo entregas a la sociedad, a esta sociedad capitalista, caduca y perversa, porque tú eres incapaz de dirigir tu vida, por “el qué dirán”, por “qué pasará si…”, por “si yo supiera”. El “no Ser”, es la negación de tu divinidad, negación que te lleva a una falta de amor y de respeto hacia ti mism@ tan grande que pones tu vida, tu crecimiento, tu amor y tu felicidad en manos de cualquiera. ¡Eres tu quien tiene que decidir tu vida!  Porque ¡TU ERES!