Nunca,
bajo ninguna circunstancia, se debe atajar el agua que ya pasó por debajo del
puente.
En
otras palabras, las experiencias desagradables, las pérdidas o cualquier
imperfección que haya ocurrido en tu vida no deben jamás ser abrazadas y
mantenidas en el presente. Ya pasaron; olvida y perdona.
El
dar y perdonar es Divino. Por ejemplo, si un individuo ha entrado en un negocio
y ha fracasado, es siempre por la inarmonía mental de su actitud y sus
sentimientos.
Si
cada individuo en circunstancias semejantes mantuviera con firmeza que solo
existe DIOS EN ACCIÓN, lograría el éxito más perfecto.
Del Libro de oro de Saint Germain.
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