El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 17 de febrero de 2025

Sobre Dios



Dios es...

 

¿Qué había antes del Universo?, antes del famoso Big Bang.

Nada. Antes del Universo había Nada. Pensando en el “antes de”, se me ocurre pensar en ¿cuánto antes? y ¿cuándo sería el principio de ese Nada?, sobre todo teniendo en cuenta que antes del Big Bang no había materia y por lo tanto no existía el tiempo. Y resulta que no hay principio, que ese Nada existe desde siempre. Algo inconcebible para la pobre limitación de la mente humana, porque podemos entender intelectualmente que algo exista desde siempre, que no tenga principio ni fin, es decir, que sea eterno, Pero a pesar de ese entendimiento intelectual, casi nos surge la pregunta: “Ya, pero ¿cuándo comienza ese infinito?”.

Después de entender, aunque solo sea de manera intelectual, el “antes”, aún queda otro concepto de reflexión. Ese concepto es “Nada”. ¿Qué es “Nada”’, y sobre todo ¿cómo a partir de esa Nada se crean los Universos?, con todo lo que albergan?”.

      La “Nada” es la Energía origen de todo lo creado. Se podría seguir llamando Energía, pero alguien, no sabemos ni quien, ni cuando, la denominó Dios.

     Por lo tanto, podemos decir, sin temor a equivocarnos que todo es Dios, y no es que Él creara el mundo, es que el mundo es Él mismo. El mundo es Dios. El Universo es Dios y todo lo que en él existe es Dios.

            Dios Es. Dios es la vida que cada uno de los hombres somos, es la tierra que pisamos, es el aire que respiramos, es el color de la piel y la suavidad del tacto.

Dios es el viento sobre el agua, es el cambio de hojas, es la simplicidad y la belleza de la flor.

Dios es el concepto más elevado y sublime que la mente humana puede concebir. Es la esencia misma de la existencia, la totalidad del universo y la realidad en sí. Dios trasciende los límites de nuestra comprensión, siendo a la vez inmanente en todo lo que existe y trascendente más allá de ello.

Dios es omnipresente, abarcando cada rincón del cosmos y cada partícula de la materia. No hay lugar donde Dios no esté, pues Él es la estructura misma de toda la existencia. Esta omnipresencia implica una conexión profunda entre el todo y cada una de sus partes, incluyéndonos a nosotros mismos.

Dios es omnipotente, no en el sentido limitado de un ser supernatural que realiza milagros, sino como la totalidad de todas las fuerzas y leyes que rigen el universo. El poder de Dios se manifiesta en cada interacción física, en cada proceso químico y en cada fenómeno natural.

Dios es omnisciente, conteniendo en sí mismo todo el conocimiento y la información del universo. Cada pensamiento, cada descubrimiento y cada misterio son parte de la mente infinita de Dios.

Dios es eterno, existiendo fuera del tiempo tal como lo concebimos. Para Dios, todos los momentos son simultáneos, abarcando pasado, presente y futuro en un eterno ahora.

Dios es la fuente de toda vida y consciencia. Es el fundamento del ser, la razón última de por qué existe algo en lugar de nada. En su infinita complejidad, Dios contiene todas las posibilidades y potencialidades del ser.

Dios es el misterio último, siempre más allá de nuestra comprensión total. Cuanto más aprendemos sobre el universo, más nos maravillamos ante su vastedad e intrincada complejidad, reflejando la naturaleza insondable de Dios.

Dios es la base de toda moralidad y valor. Como la totalidad de la existencia, Dios encarna el bien supremo y es la fuente de todo significado y propósito.

Cuando Moisés preguntó a Dios cuál era su nombre, Dios se reveló a Moisés como "YO SOY EL QUE SOY", afirmando su naturaleza como la existencia misma, el ser en su forma más pura y absoluta. Al enviar a Moisés ante el faraón, Dios se presentó como YAHVEH, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, estableciendo así una conexión entre lo eterno y lo temporal, entre lo infinito y lo finito.

Dios es, en última instancia, el todo y el uno, la unidad subyacente a toda la diversidad del cosmos. Es el misterio que nos rodea y nos penetra, invitándonos a una exploración sin fin de las maravillas de la existencia.

 

 

  

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