El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 21 de enero de 2011

Nos vemos en Cusco

            Namaste        
Con los ojos empañados en lágrimas me peleo  con el teclado del ordenador….., no veo las letras,  me moquea la nariz. ¡Ya está!………., ¡ya está!............, en el continuo de la vida llegó el momento de cerrar una etapa, llegó el momento de abrir la puerta a una nueva experiencia, a una nueva vida.
Pero ni la ilusión del cambio, ni la alegría de la nueva experiencia pueden impedir que vayan pasando por mi corazón todos los momentos vividos en Sabadell, todos los momentos vividos en Tikum: cada clase, cada meditación, cada terapia, cada curso, y sobre todo cada profesor/a y cada alumn@, todos estáis en mí………, yo no sería yo sin vosotr@s.........., yo no sería yo sin vuestras enseñanzas, sin vuestra paciencia, sin vuestra comprensión, sin vuestro compromiso, yo no sería yo sin vuestro amor. Sería otra cosa, pero es tan grande lo que me habéis dado, que cualquier otra cosa carece de valor.
Las lágrimas que empañan mis ojos, no son de tristeza, no son de añoranza, son de amor; el mismo que estoy poniendo en cada letra para que cuando leas esto, puedas sentir, aunque sólo por sea un instante, el amor que ahora vive en mí.
¡Ya está!............ ¡Ya está!.............. Gracias, …………., gracias Denisa, gracias Elisenda, gracias Consol, gracias Guifré, gracias Ardaas, gracias Rosa Mª, gracias Ángeles, gracias Tubi, gracias Javi, gracias Montse, gracias Antonia, gracias Víctor, gracias Linda, gracias Bea, gracias  María, gracias Georgina, gracias Magda, gracias Gemma, gracias Rosa, gracias Sergi, gracias Antonio,  gracias a tod@s……………, gracias…………, gracias……….., me gustaría nombraros a tod@s, porque a tod@s os siento, porque tod@ estáis en mí. Gracias. Os quiero.
Uffffff!,…………….. Esta es mi despedida física de Sabadell, pero no es la despedida del blog. A partir de la semana que viene, “el inca escribirá desde casa”, pero eso sí, escribiré cuando tenga una conexión a Internet, no tengo ni idea, si pasará una semana o pasará un mes, el Señor proveerá.
Espero ver a algún@ de vosotr@s en Cuzco, no……… Cuzco no, Cusco, a partir de ahora para mi, Cusco, como le dicen los cusqueños.
Gracias desde el corazón. Un abrazo desde el alma. Os quiero con todo mí Ser. 
  ¡Nos vemos en Cusco!

jueves, 20 de enero de 2011

Sociedad sin alma

            La vida está llena de corazones enormes que aman, pero que permanecen dormidos bajo los efectos anestesiantes de la sociedad; mientras que la sociedad, si tuvo corazón alguna vez, ya no se acuerda. La sociedad empezó a perder su corazón cuando permitió el primer asesinato, cuando patrocinó la primera guerra, cuando distribuyó por el mundo drogas y alcohol, cuando se lucró con la explotación del hombre, de la mujer, del niño; cuando empezaron a proliferar los “ismos”, terrorismo, capitalismo, racismo, consumismo, nacionalismo, ……………, y una sociedad sin corazón…………, es una sociedad muerta.
            Vivimos en una sociedad sin alma, sin corazón, sin escrúpulos; ¡pero la sociedad………., la forman las personas!, ¿cómo es posible que personas con corazones enormes que aman, puedan formar una sociedad sin corazón?: Por la anestesia de la propia sociedad. La sociedad anestesia creando necesidades a sus componentes, y estos, dormidos, responden como autómatas.
            La sociedad crea la necesidad de tener casa en propiedad, casa de segunda residencia, vacaciones cuanto más lejos mejor, coche para cada miembro de la familia, televisión en cada sala de la casa, días especiales: del padre, de la madre, de reyes….………, consumo………., consumo………., consumo. Resultado: cincuenta años de hipoteca, trabajar de sol a sol a sueldos de miseria, no tener relación con la familia, ¡no vivir!, en vez de vivir los componentes de la sociedad, mueren para satisfacer las necesidades que la sociedad les ha creado.
            La sociedad es muy lista, cuando se encuentra con miembros que no caen en las redes del consumo, genera necesidades de discriminación: necesidades religiosas y  necesidades políticas. Lo importante para la sociedad es que ningún miembro consiga despertar su corazón, y solo le den vueltas y vueltas a su cabeza para ver la manera de consumir más, para ser uno de los miembros más respetados de la sociedad.
            ¡Despierta!, ¡despierta! La sociedad eres tú. Si tú despiertas y tú cambias vas a cambiar el mundo. Si una ley, la ley antitabaco, pensada por una persona, ha sacado el humo a las calles. Tú puedes sacar a la calle el Amor, y la energía del Amor es mucho más poderosa que todo el humo que llena ahora las calles.
            Imagina como sería el mundo si en cada calle viviera una Madre Teresa de Calcuta. Imagina si en cada ciudad viviera un Vicente Ferrer. Imagina si en vez gastar el dinero en equipos de futbol se gastara en investigación. Imagina si el dinero que se dedica a financiar los ejércitos y las guerras lo enviaran a países africanos, asiáticos, centroamericanos. ¿Dónde quedaría el hambre?, ¿dónde quedaría la discriminación?, ¿Dónde quedaría la enfermedad?
¡Despierta!, ¡despierta! Ayuda a despertar a los demás, y entre todos, poco a poco, construiremos un mundo distinto, un mundo mejor,……….. para nuestros hijos,  para los hijos de nuestros hijos, para sus nietos, para todos. A fin de cuentas, si existe la reencarnación, volveremos un día, y podremos así encontrarnos con el vergel que ahora estamos ayudando a destruir.     ¡Despierta!........... ¡Despierta!.
Hablando de corazones, he encontrado este cuento, que no sé de quien es, pero que es precioso. Disfrútalo,................, si tu hipoteca te permite relajarte un poco.
Corazonada era una ciudad muy pequeña habitada sólo por ratones, todos bigotudos y orejones. El nombre de la ciudad se debía a que, si bien en apariencia todos los ratones eran igualitos, se distinguían por su corazón.
Los había con corazones grandes, otros pequeños, algunos más enamoradizos, otros un poco más duros y algunos más blandos.
Corazón de Piedra era un ratón de mediana edad al que todos llamaban así porque realmente daba la impresión de tener una roca en lugar de corazón. No era que fuese malo, sino que parecía siempre enojado y tenía muy pocos amigos. Todos decían que, con el tiempo, su corazón se había endurecido y era cierto.
Corazón de Piedra no siempre había sido así. Cuando era un pequeño tenía el corazón blandito, tierno y de color rosa. Era un ratoncito como todos, excepto por un problema: no sabía perdonar.
Cuando tenía apenas un añito, un amiguito, sin maldad alguna y sólo por hacer una travesura, le escondió su chupete preferido que tenía sabor a queso Roquefort y era de color azul. Nuestro ratoncito lloró mucho al no encontrar el chupete, tanto que hubo que sacar el agua de su cuevita con veinte baldecitos. Como su amiguito vio que la cosa se estaba complicando, fue en búsqueda del chupete de Roquefort y se lo devolvió.
“¡Pensé que lo había perdido! ¡Eres un tonto!” Gritó Corazón de Piedra enfurecido, mientras chupaba el chupete y se secaba las lágrimas.
“Perdón amigo, no pensé que te pondrías tan mal, sólo quise hacer una broma”. Se justificó Corazón de Chocolate (así le decían porque era un ratón de color marrón oscuro).
“¡Qué perdón, ni perdón! Ya no soy más tu amigo y no te voy a perdonar jamás”. Volvió a gritar el ratoncito que seguía muy enojado.
Corazón de Chocolate se fue muy triste, pues realmente no había querido dañar a su amigo. Pensó que, con el tiempo, el enojo pasaría pero no fue así. Corazón de Piedra jamás volvió a dirigirle la palabra.
Cuando empezó el colegio, un compañerito un poco atolondrado tropezó con nuestro ratoncito, quien con el golpe dejo caer los útiles al piso. La cartuchera con aspecto de quesera que Corazón de Piedra tanto amaba, quedó aplastada y muy sucia. Inútil fue tratar de hacerle entender que había sido un accidente y que nadie había querido dañarlo a él o a su amada cartuchera.
Como una vez más, nuestro ratón no quiso perdonar a su compañero, perdió así otro amigo más y fueron muchos los que quedaron en el camino. El tiempo fue pasando y parecía que con cada perdón no dado, su corazón se convertía más y más es una roca. Perdió su color rosa, se volvió gris, duro y seco, como si no tuviese vida.
Corazón de Esponja, en cambio, era un ratón que siempre perdonaba y que tenía muchísimos amigos. Decía que en cada poro de esa hermosa esponjita que era su corazón, había un amor y sus poros eran muchos realmente.
Como era muy bueno, pensó en que algo debía hacer por Corazón de Piedra. No se resignaba a que el corazón de este ratón siguiera endureciéndose más y más cada día.
Ideó un plan. Debía hacer que Corazón de Piedra entendiese realmente el valor del perdón.
Llamó a todos aquellos ratoncitos a quienes nuestro amigo no había perdonado. Eran muchos por cierto. Les pidió su ayuda para solucionar el problema de Corazón de Piedra y como por suerte, ninguno era rencoroso, todos aceptaron ayudar. Faltaba muy pocos días para el cumpleaños de nuestro amigo, ésa sería una oportunidad ideal llevar a cabo su plan.
El mismo día del cumpleaños, reunió a todos los ratones que no habían sido perdonados en la plaza de la ciudad que tenía forma de corazón, como podrán imaginarse.
A cada uno le puso un sombrerito de cumpleaños y un globito atado en la colita y les pidió que no trajeran regalo alguno.
Cuando estuvieron todos reunidos, fue a buscar a Corazón de Piedra. Primero le dijo “Feliz Cumpleaños” y luego le tapó los ojos, pidiéndole que lo acompañara a la plaza.
Cuando llegaron, Corazón de Esponja con una seña les indicó que todos juntos cantaran el feliz cumpleaños, cosa que así hicieron. Al terminar la canción, destapó los ojos de su amigo.
Corazón de Piedra no podía creer lo que veía, Todos aquellos ratones a los que él había dado la espalda y les había cerrado su corazón estaban allí agitando globitos con sus colitas y cantándole el feliz cumpleaños. Se sintió realmente conmovido. Pero eso no era todo.
 “Todos ellos tienen un regalo especial para darte”, dijo Corazón de Esponja.
“Un… regalo… no…. No…. hace falta”. Contestó un poco avergonzado Corazón de Piedra.
“Sí que hace falta y mucha”. “A ver ahora todos juntos y en forma clara ¿qué tienen para darle al cumpleañero?” Preguntó el noble ratón.
“Nuestro perdón”. Dijeron todos.
“Creo que no entiendo”, comentó confundido Corazón de Piedra.
“Es evidente que no entiendes. En distintas oportunidades no perdonaste a cada uno de estos ratoncitos. Les cerraste las puertas de tu corazón y los alejaste de tu vida. Ninguno de ellos, por más que quisiera, pudo volver a ser tu amigo”. Dijo muy firme Corazón de Esponja. Luego continúo.
“Espero hayas aprendido con la soledad de todos estos años, que el perdón nos acerca al otro, nos une y nos hace más buenos. Perdonar a un amigo ablanda nuestro corazón, le da energías, lo hace brillar más”.
Corazón de Piedra escuchaba atento y con la cabeza baja. Su amigo siguió hablándole.
“Son ellos los que ahora tienen que perdonarte y como te quieren y desean tener corazones rosas y mulliditos lo hacen justamente desde lo más profundo de su corazón”.
Parecía raro, él que jamás había perdonado, ahora deseaba con toda el alma ser perdonado por los demás.
Ahora sí que Corazón de Piedra había entendido, agradecido y emocionado aceptó el regalo de sus amigos: el perdón.
El ratoncito jamás olvidaría ese cumpleaños. Había recibido el mejor de los regalos pues también se perdonó a sí mismo. Así, dándose una nueva oportunidad, volvió a tener muchos amigos, aprendió a ser feliz y su corazón de a poquito fue cambiando de color, de textura y de forma.
Con el tiempo nadie recordaría su viejo nombre, ahora todos los llamaban Corazón Algodón de Azúcar. El nombre era largo pero a él no le importaba, lucía muy orgulloso un corazón rosa, grande, blandito y muy dulce.            

miércoles, 19 de enero de 2011

Aprendizaje y karma

            Toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, es una acumulación de experiencias, y una incesante recepción de lecciones. Esto sucede desde nuestra individualización como almas, y en cada vida, desde la experiencia del primer nacimiento, hasta la última muerte en nuestra última vida terrena, se van sucediendo situaciones que llevan implícito el aprendizaje que hemos decidido tener en esa vida en concreto y en cada determinado momento. Y excepto, posiblemente, en la segunda mitad de nuestra última vida, ese aprendizaje se realiza normalmente de manera totalmente inconsciente y en un gran porcentaje de ocasiones, con sufrimiento.
            Somos inconscientes del aprendizaje que conlleva cada situación y cada experiencia, pero sí que somos conscientes de la experiencia; es decir: Imagina que reaccionas siempre con rabia ante una determinada situación, que se produce con un compañer@ de trabajo.  La inconsciencia está en que no sabemos que esa situación lleva implícito un aprendizaje, y mucho menos cuál es el aprendizaje, pero si somos conscientes de la rabia que nos genera esa situación, y de nuestra actuación para con el compañer@ de trabajo debido a esa rabia.
            Esa actuación que tenemos debida a la rabia, no sucede gratis, lleva implícito un efecto. La relación entre la causa, (la rabia), y el efecto, (la actuación), se denomina karma.
            Cualquier causa, sea de pensamiento, de palabra o de acción, genera un efecto, genera karma. Y lo mismo da que esa causa sea un buen o un mal pensamiento, una buena o una mala palabra, una buena o una mala acción; en todos los casos genera un efecto, es decir, genera karma.
El karma producido por un mal pensamiento una mala palabra o una mala acción genera un débito por parte del emisor del pensamiento, palabra o acción, hacia el receptor. Y el karma producido por un buen pensamiento, una buena palabra o una buena acción, genera un débito del receptor hacia el emisor. En el primer caso, se ha de pagar, en el segundo, se ha de recibir.
Más allá de nuestra mente no existe distinción entre el karma producido por una acción sea buena o sea mala. Los dos tipos de karma van a tener el mismo resultado, van a hacer que la persona tenga que encarnar nuevamente para pagar o cobrar la deuda. Ante esto cabría preguntarse, ¿Cuándo se acaba esta rueda?, porque siempre se están realizando acciones. La rueda del karma se acaba cuando todo se realiza sin deseo. Está claro que según se va evolucionando se van realizando cada vez menos malas acciones y más buenas acciones. Cuando llegue el momento que todo sean buenas acciones y se hagan desinteresadamente, se acaba el karma, se acaba el ciclo de reencarnaciones, se entra en una nueva dimensión sin cuerpo.
Mientras todo esto sucede, se está produciendo el aprendizaje, y es difícil poder concretar cuáles son las claves que indican cuando se ha aprendido la lección. Pero sí que hay ciertos indicios. ¿Eres consciente que hay situaciones en tu vida que se repiten y se repiten, una y otra y otra vez? Esa es una evidencia concreta de que hay una lección para aprender y que no la estás aprendiendo, y se va a seguir repitiendo hasta que hayas aprendido la enseñanza contenida en esa experiencia.
De cualquier forma, cuando se planificó nuestra vida, se planificaron también las ayudas. Y en esas ayudas están los mensajes, está la sincronicidad. Recuerda, que cada acontecimiento, que cada palabra, que cada mirada, que cada pájaro, que cada soplo de viento, nos está hablando de los pasos que hemos de seguir en la experiencia, para vivirla al cien por cien, para extraer la enseñanza, y para plantarnos ante la próxima situación, energéticamente reforzados por la energía que suministra el alma satisfecha por el aprendizaje.
Sólo hay que ser conscientes de las señales. Para ser consciente de las señales y de los mensajes, se ha de estar atent@, se ha de tener la mente lo más calmada posible, sin esperar las señales, sin juzgarlas, sin tratar de entenderlas, solamente dejandose llevar.
Sólo así se puede ser consciente del sufrimiento que puedan generar las experiencias, para de forma inmediata poner los medios que ayuden a la liberación del posible sufrimiento, sin quedar enganchados a él, aprovechando para el alma esa nueva experiencia y ese nuevo aprendizaje.

martes, 18 de enero de 2011

Triple salto hacia la Luz

Saber quién eres:
Es imprescindible, es importantísimo, es vital, el reconocimiento de que eres Luz, o un alma, o una Chispa Divina, lo que quieras, pero que ese reconocimiento sea total y absoluto. En un principio es suficiente con que ese reconocimiento sea racional, es normal no integrarlo en la conciencia al comienzo del camino y actuar desde ahí. Ya que vivir desde la conciencia de la Luz es algo que se dará al final del trabajo.
El reconocimiento de que eres Luz va a desligarte de tu cuerpo: “Yo no soy el cuerpo”………., pero vives en él. Empieza a reconocer a tu cuerpo como el templo del alma, como el santuario del espíritu. Eso hará que empieces a valorarlo, a respetarlo, a amarlo. Y cuando lo valores, lo respetes y lo ames, empezarás a cuidarlo con mimo, empezarás a cuidarlo con devoción, dándole al cuerpo todo lo que sea correcto para su buen funcionamiento, evitándole sustancias tóxicas y corrosivas. Todo el trabajo que has venido a hacer aquí, lo vas a hacer desde ese cuerpo, por lo que es tu obligación mantenerlo, sano, joven y fuerte, el mayor tiempo posible.
Este reconocimiento de que eres Luz, lleva implícita la sensación de libertad; la Luz, el alma, es libre, no se siente ligada a nada ni a nadie. No debe nada a nadie, no tiene que inclinar la cabeza ante nadie. ¡Eres libre!
Vivir como si ya fueras Luz:
            Vivir como si ya fueras Luz, es vivir la divinidad.  Y ¿cómo se vive la divinidad?, se vive la divinidad amando:
            Alejar pensamientos negativos: Recuerda: “somos lo que pensamos”. No puedes permitirte el mantener pensamientos negativos en tu mente. Para eso has de permanecer consciente la mayor parte del tiempo posible. En el momento que seas consciente de un pensamiento negativo contrarresta esa energía con el pensamiento positivo contrario, o con la virtud contraria, o pidiendo perdón.
            Utiliza palabras correctas: Que ninguna de las palabras que salgan de tu boca sean para herir, o lastimar, o molestar a nadie. Utiliza siempre palabras de alabanza, y destaca siempre los méritos de los demás, sus cualidades positivas, sus virtudes. Si se consigue mantener los pensamientos negativos bajo control, es mucho más fácil no herir con la palabra.
            Realizar buenas acciones: Ayuda a los demás, son Luz como tú. Ayudar no es dar un plato de lentejas o unas monedas, ayudar es sonreír, es apoyar, es abrazar, es escuchar, es besar, es no molestar, es respetar, ayudar es colaborar con el otro, siempre que el otro lo permita
Perdonar: El objetivo final, es que nada debe ser motivo de tu ofensa. Pero hasta que llegue ese momento, perdona de inmediato cada ofensa, no esperes al día siguiente, porque si tardas un día en perdonar, será un día tomando veneno por tu parte. Recupera la “meditación del perdón” que está en este blog y realízala si crees que la necesitas.
            Aceptación: Sólo una frase: “Todo está bien”.
Eliminar obstáculos:
Los obstáculos en esta carrera no hay que saltarlos, no hay que ignorarlos, hay que eliminarlos. Los obstáculos en esta carrera son los bloqueos emocionales, son los hábitos negativos, es la debilidad de carácter.
            Conocer los bloqueos: Para poder eliminar algo, es imprescindible saber que existe, por lo tanto, de la misma manera que decíamos al principio que tienes que saber quién eres, es importante saber cómo eres. Relee la entrada “Pedir ayuda”.
Amar:
 Veinte entradas en este blog están dedicadas al amor. Si tienes alguna duda de lo que es amar, elige la que quieras. Pero las veinte entradas actuales o las doscientas que haya dentro de un año, permitirme resumirlas en dos frases, una en positivo: “Trata a los demás como tú quieres ser tratad@”; y otra en negativo: “No quieras para los demás lo que no quieres para ti”

lunes, 17 de enero de 2011

Claves para vivir el Amor Incondicional

Permitirme que comparta un regalo, un regalo que me ha ofrecido Bea Monzón, (Hariang Kaur), alumna, amiga, hermana del alma: Son las claves de los Hermanos Hopi para vivir en el Amor Incondicional.
He pedido permiso a Bea para poder compartir con vosotr@s su regalo, pero no la he pedido permiso para agradecerla públicamente las canalizaciones que ha hecho para mí. Bea canaliza a los Maestros Jesús y Kuthumi. (Llamarla y pedirla que canalice para vosotr@s si queréis saber que necesita vuestra alma).
Permitirme que comparta también la dedicatoria que lo envolvía, y que en este compartir, vaya mi amor por todas las muestras recibidas de amistad, de cariño y de amor. Gracias. Os quiero.

Bendecido tú que has llegado hasta este punto del camino……….,
seguiremos tus pasos………., tu estela,
para estar cerca de ti lo primero y para seguir andando el camino,
que es lo que hay que hacer, segundo.

Te abrazo, con un abrazo infinito, que traspasa fronteras,
te llevas, me llevo la energía del Amor que nos unirá por siempre;
en el mismo instante que le prestes atención……..
estaré…….. estarás…….. te adelantas ahora unos pasos……..
que no me permiten verte a lo lejos del camino………..
pero Dios es tan grande y generoso………. que si puedo sentirte.

Bendición Hermano…….. seguiremos juntos…….. GRACIAS

(Bea Monzón)


Claves de los Hermanos Hopi para vivir en el Amor Incondicional
Eres único, diferente de todos los otros.
Sin reserva ni duda, permito que estés en el mundo como eres,
sin un pensamiento o palabra de juicio...
No veo error alguno en las cosas que puedas decir, ni hacer, sentir y creer porque entiendo que te estás honrando a ti mismo al ser y hacer lo que es verdad para ti.
No puedo recorrer la vida con tus ojos ni verla a través de tu corazón.
No he estado donde tú has estado ni experimentado lo que has experimentado, viendo la vida desde tu perspectiva única.
Te aprecio exactamente como eres, siendo tu propia y singular chispa de la Conciencia Infinita, buscando encontrar tu propia forma individual de relacionarte con el mundo.
Sin reserva ni duda, te permito cada elección para que aprendas
de la forma que te parezca apropiada.
Es vital que seas tu propia persona y no alguien que yo u otros piensen
que "deberías" ser.
En la medida de mi capacidad, sin denigrarme o ponerme en un compromiso,
te apoyaré en eso.
No puedo saber que es lo mejor para ti, lo que es verdad o lo que necesitas, porque no sé lo que has elegido aprender, cómo has elegido aprenderlo,
con quien o en qué periodo de tiempo.
Solo tú puedes sentir tu excitación interna y escuchar tu voz interna,
 yo sólo tengo la mía.
Reconozco que, aunque sean diferentes entre sí, todas las maneras de percibir y experimentar las diferentes facetas de nuestro mundo, todas son válidas.
Sin reserva ni duda admito las elecciones que hagas en cada momento.
No emito juicio sobre esto porque es imprescindible que honre tu derecho a tu evolución individual, porque esto da poder a ese derecho
para mí y para todos los otros.
A aquellos que elegirían un camino que no puedo andar o que no andaría, y aunque puede que elija no añadir mi poder y mi energía a ese camino, nunca te negaré el regalo de amor que Dios me ha concedido para toda la Creación.
Como te amo, así seré amado.
Así como siembro, recogeré.
Sin reserva ni duda, te permito el derecho universal de libre albedrío para andar tu propio camino, creando etapas o manteniéndote quieto
cuando sientas que es apropiado para ti.
No puedo ver siempre el cuadro más grande del Orden Divino y así no emitiré juicio sobre si tus pasos son grandes o pequeños, ligeros o pesados o conduzcan hacia arriba o hacia abajo, porque esto sólo sería mi punto de vista.
Aunque vea que no haces nada y juzgue que esto es indigno, yo reconozco que puede que seas el que traiga una gran sanación al permanecer en calma,
bendecido por la Luz de Dios.
Porque es el derecho inalienable de toda vida el elegir su propia evolución, y sin reserva ni duda, reconozco tu derecho a determinar tu propio futuro.
Con humildad, me postro ante la comprensión de que el camino que veo es mejor para mi, no significa que sea también correcto para ti, que lo que yo creo no es necesariamente verdad para ti.
Sé que eres guiado como yo lo soy, siguiendo tu entusiasmo interno
por conocer tu propio camino.
Sé que las muchas razas, religiones, costumbres, nacionalidades y creencias en nuestro mundo nos traen una gran riqueza y nos procuran los beneficios
y enseñanzas de tal diversidad
Sé que cada uno de nosotros aprende en nuestra manera única para devolver ese amor y sabiduría al TODO.
Entiendo que si sólo hubiese una forma de hacer algo,
sólo necesitaría haber una persona.
Apreciaré tu luz interna única te comportes o no dé la manera en la que considero que deberías, aunque creas en cosas que yo no creo.
Entiendo que eres verdaderamente mi hermano y mi hermana, aunque puede que hayas nacido en un lugar diferente y creas en diferentes ideales.
El amor que siento es por absolutamente todo lo que ES.
Sé que cada cosa viva es una parte de una conciencia y siento un amor profundo por cada persona, animal, árbol, piedra y flor, por cada pájaro, río y océano
y por todo lo que es en el mundo.
Vivo mi vida en servicio amoroso, siendo el mejor yo que pueda, haciéndome más sabio en la perfección de la Verdad Divina, haciéndome más feliz, más sano, y cada vez más abundante y gozoso.
Aunque a lo largo del camino puede que me gustes, sienta indiferencia por ti, o me disgustes, no voy a dejar de amarte, de honrar tu singularidad y de permitirte ser tú.
Esta es la llave de la paz y armonía en nuestras vidas y en nuestra Tierra porque es la piedra central del Amor Incondicional.
In La K’Ech

domingo, 16 de enero de 2011

Los niños y el Amor

                Algunas veces no sé lo que está escrito hasta que termino. Hoy ha sido uno de esos días, y al leerlo, he comprobado que se mezclan dos temas, pero a mí me han parecido interesantes, y además me gusta, así que lo he dejado tal cual.
                Los dos temas son: Uno cortito al principio en que aparece como hemos de llegar a tener el corazón tan puro como el de los niños para conseguir la felicidad, y un segundo de cómo enseñar a los niños a mantener ese corazón puro.
Ya sé que a los que todavía no sabéis como dejar de pensar en el amor para amar desde el corazón no os ha dado tiempo, ni tan siquiera, para empezar a practicar, pero no podíamos dejar que pasara el tiempo para esta nueva entrada que trata de “Los niños y el Amor”, porque los niños son la luz divina que nos va a guiar en este camino de la vida, porque como dijo Jesús: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.
Está claro que el proceso de la vida lleva a la madurez y al envejecimiento, no a la niñez, por eso Jesús se refiere a nuestro comportamiento: “ser como niños”,  sinceros, juguetones, alegres, inquietos. En la humillación que reciben los niños en silencio está su puerta de entrada al cielo (a la felicidad), ya que por ser más pequeños e indefensos, se les vive regañando, dirigiendo, chillando y castigando, los niños son objeto de nuestro blanco para descargar sobre ellos nuestra ira, nuestro enfado, nuestra rabia, ya sé que también, a veces,  descargamos en ellos nuestro amor y nuestra ternura, ¡pero son tan pocas!
En el “ser como niños”, viene implícita la negación a uno mismo, todos sabemos muy bien que los niños no poseen una identidad individual sino que son reconocidos como el hijo de……….. Hemos de perder la identidad hasta negarse a uno mismo para llegar a Dios.
No os asustéis, no es un trabajo nuevo, es más de lo mismo. Para ser como un niño solo hay que amar. Eso es lo que hacen los niños, “amar”, imagínate si aman que te si siguen amando a ti, que les golpeas, que les chillas, que les sientas delante de la tele para no bajar a la calle con ellos a jugar con la pelota, que la palabra que más te escuchan es “no”………………, imagínate si aman.
Pero no está este escrito sólo para que tú aprendas a ser un niño. El objeto de este escrito es, también, para que no conviertas a los niños en lo que tú eres. Perdón, estamos hablando a la generalidad, si tú ya amas, si ya vives desde el corazón, si no quieres que tu niño sea “coloca aquí cualquier carrera” por encima de cualquier cosa, felicidades, este escrito no es para ti.
Pero si eres de esa generalidad, que utiliza a los niños como arma arrojadiza, que les levantas la mano, que les gritas, que no les besas, ni abrazas, ni les recuerdas cada día diez o doce veces cuanto les quieres, si criticas delante de los niños, si prometes en falso, si mientes, si eres perezos@, si no tienes voluntad, si no cumples tus promesas con ellos, etc., etc., etc., este escrito si es para ti. ¡No hagas a los niños a tu imagen y semejanza!
El mayor aprendizaje de los niños no son tus palabras, son tus hechos, el mayor aprendizaje es tu ejemplo. Las palabras y los discursos a los niños les entran por un oído y les sale por el otro, pero tu ejemplo se va a grabar a fuego en su corazón, y ese será su verdadero aprendizaje.
Tienes que cambiar tú para que tus hijos aprendan a ser felices. Les puedes hablar, con dulzura, para explicarles lo que quieras, pero sobre todo que tu actitud sea acorde con lo que tratas de enseñarles. No les digas, por ejemplo, que el tabaco es malo si tú fumas; lo que tienes que hacer es dejar de fumar, porque su pensamiento es: Si mi padre/madre fuma, debe ser bueno, porque ellos son los mejores y lo saben todo. Igual en cualquier otro aspecto de la vida. Recuerdo haber leído una historia sobre Gandhi, en la que una madre se presenta a él con su hijo y le dice:”Señor Gandhi, le traigo a mi hijo para que le diga que deje de comer caramelos, que no son buenos para él”, y Gandhi la contestó: “Vuelva dentro de quince días, por favor”. Se marchó la señora con su niño y volvió a los quince días, y cuando se presentaron ante Gandhi este le dijo al niño: “Tienes que dejar de comer caramelos porque no son buenos ni para tus dientes ni para tu salud”. Entonces la señora le dice: “Y ¿Por qué no se lo dijo la primera vez que vinimos, en lugar de hacernos volver?; y Gandhi la contesta: “Es que hace quince días yo comía caramelos”.
Tener hijos y educarlos en el amor, es mucho más comprometido y difícil de lo que cualquiera puede pensar. Seguramente es lo más difícil que existe. Piensa que solo para que tus hijos aprendan a leer, la persona que les ha de enseñar, (que tampoco sabe enseñar, pero no es tema de hoy), ha tenido que hacer unos cuantos años de estudios y oposiciones. Tú, que no les vas a tener un ratiro para enseñarles a leer, sino que les vas a enseñar a vivir, ¿cuáles han sido tus estudios y oposiciones para padre/madre?, ¿cuáles tus meritos?, ¿una noche loca? Tener una noche loca y soltar una criatura infeliz al mundo lo sabe hacer cualquiera.
Si, ya sé que tu deseo, como el que todos los padres tenemos para nuestros hijos, es que consigan la felicidad. La manera más fácil de que tus hijos sean felices, es que aprendan de tu felicidad, con tu ejemplo. Si no es así, tendrán que llegar a tener cuarenta años, aparecer por un centro de yoga y meditación, para que otros les empiecen a hablar de que la felicidad no es una utopía y de que pueden conseguirla por si mism@s, que es la única manera de conseguir una felicidad autentica y permanente, ya que la carrera o el oficio conseguido a base del propio sacrificio y del ahorro de los padres no le ha dado la felicidad, ni se la ha dado la pareja por la que sus padres tanto suspiraban, ni se la ha dado la segunda residencia en la costa, ni los descensos por la nieve, ni el tratamiento antiarrugas, nada le ha dado una felicidad duradera. Tendrá que ser un extrañ@ quien les diga lo que es el amor y como se consigue.
¿Por qué no lo haces tú?, a fin de cuentas son tus hijos y dices que les quieres con locura. Deja de decir que les quieres y quiéreles, y enséñales ese amor y como se ama.

sábado, 15 de enero de 2011

La pareja y el Amor (el amor que puede morir no es amor)

                Si en un recipiente viertes agua y aceite, verás el agua y verás el aceite. Pero si en el recipiente viertes agua y leche, verás un líquido de distinta textura de la leche original, y el agua y la leche habrán desaparecido como líquidos independientes. Si se juntan dos personas que saben mentalmente que se quieren, serán dos personas dentro de una pareja, como el agua y el aceite dentro de un recipiente; pero si se juntan dos personas que sienten que se aman, formarán una pareja, igual que el agua y la leche forman un único líquido dentro del recipiente.
            ¿Has visto la diferencia? La pareja que quiere con la cabeza formaliza una relación basada en el apego, la pareja que se establece con formas de pensamiento de amor sigue la conciencia y los convencionalismos sociales, la pareja  que vive el querer desde la mente ama con el cuerpo, la pareja formada por dos mentes exigen amor a cambio del que entregan. Es una pareja en la que existe el peligro de que el amor se extinga, es una relación en la que un miembro de la pareja puede llegar a dominar al otro, es una relación que culpabiliza consciente o inconscientemente, es una relación que puede llegar a mantenerse por la inercia, por la comodidad, por la sociedad, por la familia, por la economía. Es una relación en la que no existe el amor, porque sus propios defensores reconocen que el amor no dura toda la vida, y que ha de sustituirse por el cariño.
            El amor que puede morir no es amor, el amor verdadero dura toda la vida física y no física, y si la formalización de una pareja se basa según la sociedad y la religión en el amor, ¿Qué tipo de parejas estamos formando entre personas que no se aman?, ¿no estaremos fomentando la creación de núcleos en los que existe la indiferencia, la tristeza, a veces el odio, la incomprensión, el dominio sobre el otro, la soledad, el maltrato físico y emocional, a veces la muerte. Y es en ese núcleo donde vienen al mundo los hijos de esas parejas que no se aman. ¿Qué pueden enseñar esos padres?, ¿cómo van a enseñar la felicidad quien no sabe de que le están hablando?, ¿cómo van a enseñar la felicidad personas que dicen que….. bueno…… la felicidad es algo que se puede conseguir algunos ratos?, ¿algunos ratos?, ¿cuándo?, ¿cuándo gana tu equipo?, ¿cuándo engañas a tu pareja?,  ¿cuándo?
            El amor que no muere es el que vive en el corazón. Y el amor que vive en el corazón consigue para ti la felicidad SIEMPRE, por nada, porque si, sólo porque amas. El proceso que has de seguir es el siguiente: Primero has de aprender a amar, y es después, cuando ya sabes amar cuando podrás amar a alguien, incluido en ese alguien a los que serán tus propios hijos. Mientras no sepas amar, ¿cómo vas a amar?
¿Qué cómo se aprende a amar?, ¿cómo se aprende a conducir?, pues conduciendo, ¿cómo se aprende a cocinar?, pues cocinando. ¿Ya sabes cómo se aprende a amar?, claro........, amando. En algún sitio de este blog hay una cita de San Agustín que dice: Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.
Por eso, la pareja que se forma entre dos personas que se aman desde el corazón, forman un todo, no serán nunca dos individualidades independientes dentro del aura común de la pareja. Serán independientes y mucho más fuertes y poderosos cuando actúan como unidad al margen de la pareja, pero serán Uno y Total dentro de esa relación.  Dentro de la pareja solo van a buscar la felicidad de su compañer@, porque ell@s ya son felices por que si; dentro de esa pareja el pensamiento es uno, el deseo uno, único el amor.
Vivir ese amor en pareja es…….., permitirme la expresión: brutal.

viernes, 14 de enero de 2011

¡Y qué más da!

            ¿Dónde estará la raya que separa la vida física de la vida no física?, ¿hay vida antes de nacer?, ¿dónde estábamos, entonces, antes del nacimiento?, ¿hay vida después de la muerte?, ¿dónde iremos cuando dejemos el cuerpo?, si somos multidimensionales, ¿dónde están las otras partes de nuestro yo?, esas otras partes, ¿serán conscientes de algo?, ¿quiénes son y dónde descansan los gurús, los maestros?, ¿cómo puede ser que todos estemos interconectados?, ¿cómo se aguantará la Tierra y los demás planetas en la nada sin que nadie los sujete?, si cada noche salimos del cuerpo, ¿dónde vamos?, ¿por qué no lo recordamos?, ¿por qué hay algunas personas que ven la energía y otras no?, ¿por qué nacer?, ¿por qué seremos todos distintos?, ¿todos veremos igual la misma cosa física?, ¿quién es Dios, o qué es, o cómo es?, ¿cómo…………………?, ¿dónde…………………?, ¿por qué………………?
            ¡Qué más da!
            ¿Para qué necesitamos saber todo eso?, ¿por cultura?, ¿por orgullo?, ¿por placer?, ¿nos ayudará a ser mejores?, ¿nos ayudará a ser felices?, ¿nos ayudará a sentir el Amor?, ¿sentiremos así la conexión con Dios?
            ¡Qué más da!
            De lo que si somos todos conscientes es que estamos vivos, es que hay vida después del nacimiento, y hay vida antes de la muerte.
            Las preguntas correctas son: ¿sabemos vivir?, ¿tenemos una vida feliz, alegre sana, plena, placentera, serena, amorosa, tranquila?
            Puedes aparcar las preguntas de lo que hay alrededor de la vida y centrarte en la vida. En vez de gastar el tiempo en investigar cualquier aspecto del entorno de la vida, puedes diseñar tu propia vida. Pero diseñarla seriamente, escribiendo el diseño, casi te diría que levantando un acta. Ten en cuenta que no hay acuerdo que se precie que no se recoja por escrito, haz tú lo mismo, escribe el acuerdo contigo mism@, escribe el diseño de tu vida, ya que si lo dejas en tu mente, esta te va a cambiar el diseño, como mínimo, sesenta veces cada minuto.
            Y una vez que tengas el diseño claro, vete desarrollándolo. En cada aspecto vete escribiendo tus fortalezas y tus debilidades, vete programando las acciones a seguir y cuando ya lo tengas claro, y tu mente acepte el plan, adelante, ponte en marcha, con voluntad y con constancia, sin desfallecer.
            En el diseño puedes recoger cualquier aspecto, físico, mental, emocional o espiritual; cabe cualquier aspecto que quieras mejorar o conseguir. No trabajes todo de golpe, porque vas directamente al fracaso, vete trabajando aspecto por aspecto. ¡No hay prisa!, si ya llevas un buen número de años viviendo como vives en la actualidad, bien puedes estar alguno más trabajando para cambiar tu realidad, sin prisas.
Lo que si te puedo asegurar, es que según vayas cambiando tu manera de vivir, vas a ir obteniendo respuestas a las primeras preguntas. En realidad, las respuestas van a llegar cuando ya no te importen, porque tu vida ya no estará constreñida al corsé que la mantiene rígida en la actualidad, tu vida se habrá expandido hasta ocupar un espacio mucho mayor, se habrá expandido hasta donde están las respuestas.
Hasta entonces, ¡qué más da!

miércoles, 12 de enero de 2011

Visión humana versus visión divina

Imagínate lo que vería un miope sin gafas…….., poco ¿verdad?, imagínate, ahora, la sensación de claridad y de iluminación que tiene en el momento de ponerse sus gafas……. ¡increíble! Bien, acuérdate de esto que nos vale para llevar la comparación al ser humano.
Podríamos decir que el ser humano tiene dos visiones, (hablamos de la visión de la vida, no de la visión del ojo), una visión humana y otra visión divina; aunque casi nadie es consciente de que es miope, (visión humana), y que puede ver más allá, (visiónn divina), solamente colocándose las gafas adecuadas.
La visión humana es la que las personas están acostumbradas a tener, tanto  hacia su interior como hacia su exterior: Hacia dentro la persona se ve, básicamente, como un ser con deseos: quiero que me mantengan el puesto de trabajo, quiero tener una casa en la playa con piscina, quiero que mis hijos tengan una vida feliz, quiero que mi pareja viva pendiente de mí, quiero tener hijos, quiero que siempre tengamos salud, quiero que nunca nos falte el dinero, quiero ser el/la mejor, quiero que me escuchen, quiero que me quieran, quiero que nunca faltan mis padres, quiero…….. quiero…….. quiero…….., un sinfín de deseos que llenarían una lista casi interminable.
Pero si la persona sigue mirando hacia dentro, también se ve con miedos, con ansiedad, con estrés, con incertidumbre, con dudas; aunque todo esto, sólo es una consecuencia del deseo. Un solo deseo puede generar todo lo demás, por ejemplo: El deseo “Quiero que me mantengan el puesto de trabajo”, genera: miedo a perder el trabajo, miedo a no poder llegar a final de mes, miedo a que dirá la gente, miedo a no encontrar otro trabajo, miedo a un millón de cosas más; pero no acaba todo con el miedo, el miedo le genera ansiedad: ¿Qué pasará si me echan del trabajo?, ¿cómo pagaremos la hipoteca?, todo esto pone a la persona los nervios a flor de piel, y el estrés no la deja vivir, y duda de si seguir con este colegio o cambiar a los niños, duda de las reacciones de su jefe y piensa: “me va a echar seguro”, y ¿buscaré trabajo o esperaré en el paro?………… ¡Que locura!, sólo de pensarlo da estrés. ¿Cómo podrán vivir así?
Y si la persona mira hacia afuera, aun es peor, aunque sean cosas menos importantes, pero con la diferencia de que del exterior sí es consciente, porque es materia. Afuera ve el exterior de las personas, y  las compara, y las juzga, y critica lo que ve. Afuera se ve sus arrugas, ve sus kilos, si pudiera cambiarse por……. lo haría, etc., etc.
Esta es la vida de muchísima gente, quizás también la tuya. Un solo deseo, que no es más que un pensamiento, genera una reacción en cadena de tal magnitud y envuelve a la persona con una energía tan densa, que a veces les cuesta moverse físicamente, con el resultado ya anunciado y deseado por ellos, “le echarán del puesto de trabajo”, “no llegará a final de mes”, “enfermará”, “no encontrará otro trabajo”.
Aunque parezca una exageración, no lo es. Cambia el ejemplo del miedo a perder el trabajo, por tu “deseo” personal, y verás el tiempo que te ocupa ese único pensamiento, y analiza las consecuencias, y lo que te estás perdiendo si no tuvieras ese pensamiento.
Pero de la misma manera que el miope cuando no ve se pone las gafas,  el ser humano que está viendo esa noria que tiene por vida, puede salir de su círculo vicioso sólo colocándose las gafas de la divinidad.
Con la visión divina, hacia fuera se ven otros seres divinos, que como tú, están tratando de hacer mejor las cosas cada día, seres a los que ayudo en su evolución diaria, seres a los que amo porque son mis hermanos, seres que se alegran de los éxitos de los que están a su lado, seres atemporales, seres eternos.
Y si miras hacia dentro, sólo hay un deseo, un deseo que no genera miedo, ni ansiedad, ni estrés, ni dudas; sólo hay el deseo de ser mejor cada día, sólo hay el deseo de ayudar y de servir, sólo hay deseo de Amar.
Como no todo el mundo va a tener puestas las gafas de la divinidad, es posible que pienses que si vas así por la vida, con un lirio en la mano, te van a  abofetear en los dos carrillos, es posible, pero como decía Teresa de Calcuta, “hazlo de todos modos”.
Lee una de sus reflexiones:
Las personas son a menudo, irrazonables, ilógicas y egocéntricas...… ámalas de todos modos.
Si haces el bien, la gente te acusará de egoísmo y de motivos escondidos...…
haz el bien de todos modos.
Si tienes éxito, tendrás falsos amigos y verdaderos enemigos……
ten éxito de todos modos.
El bien que hoy haces, será olvidado mañana……
haz bien de todos modos.
La honestidad y la franqueza te hacen vulnerable……
se honesto y franco de todos modos.
Los más grandes con las más grandes ideas pueden ser abatidos por gente inferior mezquina, sin ideas…… piensa en grande de todos modos.
La gente favorece a los desvalidos, pero sigue a los poderosos……
lucha por los desvalidos de todos modos.
Lo que se toma años edificar, puede ser destruido en un momento……
edifica de todos modos.
La gente necesita ayuda, pero te ataca si les ayudas……
ayuda a la gente de todos modos.
Da al mundo lo mejor de ti y te golpeará en la boca…… da al mundo lo mejor de ti de todos modos, porque en el análisis final, te darás cuenta que el asunto es solo entre tú y Dios, ya que en todo caso, jamás fue un asunto entre tú y ellos……

¿Cómo ponerse las gafas de la visión divina?: SIENDO CONSCIENTE. Se consciente de cada pensamiento. Como ser consciente de todos los pensamientos es imposible, lleva el pensamiento donde tu quieres llevarlo y PLANTEATE UN OBJETIVO CADA DÍA, o cada semana o cada mes, según sea de difícil el reto. Y vete repitiendo ese objetivo hasta que lo conviertas en un hábito. Te propongo algunos:
Durante todo el día no voy a criticar nada ni a nadie.
Durante todo el día solo voy a hablar de cosas positivas.
Durante todo el día voy a hacer una sola cosa, sin pensar en la siguiente
Durante todo el día no voy a decir: No puedo, no sé, no tengo.
Durante todo el día voy a alabar lo bueno de los demás.
Durante todo el día no voy a levantar la voz a los niños.
Hoy voy a decir a mi pareja: “te quiero”, y mañana, y al otro, y al otro y…….
Durante todo el día no voy a quejarme ni una sola vez.
Durante todo el día voy a tener paciencia con la vecina que habla mucho.
Durante todo el día no voy a fumar.
Durante todo el día no me voy a enfadar.

martes, 11 de enero de 2011

Yo no soy el cuerpo

            Todos los que estamos viviendo en la Tierra, tenemos trabajos pendientes que hacer, no hay nadie, o si hay alguno, son muy pocos, los que lo tengan todo hecho y estén aquí sólo para servir y para ayudarnos en nuestro trabajo.
            Sólo tienes que fijarte en cualquier aspecto de tu vida que su realización te cause la más leve molestia, la más leve dificultad o la más leve incomodidad, ya que eso es síntoma de que en ese aspecto concreto hay algún aprendizaje por realizar o alguna experiencia por completar.
            Tengo un amigo, que como yo, está a punto de embarcarse en una aventura apasionante, sólo que él se va al lado opuesto y sólo por dos años, se va a China, y hace pocos días me comentaba, que era feliz, pero que había algo que le causaba una cierta incomodidad, y era el hecho de tener que despedirse, y que meditando sobre eso, no encontraba cuál podría ser la causa de dicha incomodidad.
            Yo traté de ayudarle a buscar la posible causa, y le decía si podría ser la tristeza, ya que deja aquí su casa y parte de su familia, y decía que no, que no sentía ningún tipo de apego; le hablaba de la incertidumbre por lo que se podría encontrar, y seguía diciendo que no, que entre él y su pareja habían completado una lista con las posibles causas y todas fueron descartadas una a una.
Dejamos el tema, ya que no nos conducía a nada, hasta esta mañana, que en mitad de mi meditación, apareció como un flash:”Tu amigo no tiene asumido al cien por cien que es un ser divino, y de la misma manera que no existe la muerte, tampoco existen las despedidas”. Ese fue el mensaje.
Cuando se lo expliqué a mi amigo, abrió unos ojos como platos, que parecía que se iban a salir de sus órbitas y dijo; “Es cierto”, “Ya está, eso es”.
La incomodidad de una simple despedida, en su caso, era la punta del iceberg de esa falta de confianza en su divinidad.
Por eso es imprescindible estar siempre alerta a nuestras sensaciones, siempre nos están indicando algo, y no hay que echar tierra encima para esconder la sensación, hay que analizarlas, ya que de ahí vamos a sacar un aprendizaje seguro. Si la tapas con la tierra, o te acostumbras a vivir con esa sensación, no estarás aprendiendo la lección.
Esto complementa a todo lo que vamos diciendo un día tras otro, hacer listas con los defectos, aplicar la virtud contraria, meditar, respirar, etc.
El único objetivo de todo es despertar y recordar que:
Yo no soy el cuerpo
Yo no soy las emociones
Yo no soy el pensamiento
Yo no soy la mente
Yo Soy el Alma
Yo Soy un ser espiritual de inteligencia divina
De amor divino
De poder divino
Yo Soy un@ con Dios
Yo Soy un@ con el Todo
Yo Soy un hij@ de Dios
Y hasta que no recuerdes esto y actúes desde esa divinidad seguirás siendo un humano infeliz o como mucho un humano medio infeliz.