El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 10 de marzo de 2011

Meditación para despertar al amor

            Nuestra mente es como un carruaje tirado por cuatro caballos, en el que cada uno tira en una dirección distinta, y el ego, que es el cochero que debe guiar el carruaje, está dormido. Y en ese dormir no es consciente del camino por el que transita el carruaje, un camino de egoísmo, un camino de ignorancia, un camino de miedo, un camino de dolor.
            Ni tan siquiera es consciente el ego de que está dormido, y cree en su vida de sueño que crear bellos poemas, que pintar bonitos paisajes, que realizar profundas reflexiones, que mantener un alto coeficiente de inteligencia o razonar sobre el sexo de los ángeles, es un signo de madurez y sabiduría, cuando no es más que el camino por el que transita uno de los caballos producto de la mente infantil.
            La naturaleza esencial del ser humano no es su mente, porque la mente sólo es el instrumento del cuerpo, y el cuerpo es caduco, es perecedero, es algo que abandonamos en el momento de la muerte. Pero ¿Quién abandona al cuerpo?......., el alma….., el alma que es nuestra verdadera naturaleza, el alma que es nuestra esencia, el alma que es inmortal, el alma que es amor, que es alegría, que es paz.
            El despertar del ego sólo es madurar, sólo es abandonar la mentalidad infantil y coger las riendas de la propia vida y dejar de dar bandazos en función de los acontecimientos, es coger las riendas del carruaje para conducir los caballos al unísono por el camino del amor. El amor es el alimento que necesita el alma para crecer y desarrollarse, el amor es la respuesta a todas las incógnitas, el amor sana, el amor transforma, y a más amor, más conciencia; y es justamente esa conciencia la que nos va a ayudar a saber quiénes somos realmente y cuál es nuestra verdadera esencia.
            Todo es conciencia, y nuestra conciencia, mientras estamos dormidos nos impide relacionarnos con los demás seres de forma compasiva, de forma completa, nuestra relación con ellos será a través del egoísmo, de los deseos, de la ignorancia, del miedo o del dolor, ya que la falta de amor y comprensión nos separa de los demás seres humanos, y mucho más si todos vivimos desde ese ego dormido.
            Hemos de despertar y transitar por el camino del amor, ya que donde hay amor hay comprensión y fe. Cada acción, por sencilla que sea, afecta a los demás, y podemos hacer que el mundo cambie, solamente cambiando nosotros. No esperemos que empiece a cambiar el vecino, hagámoslo nosotros, con nuestro cambio cambiará nuestro entorno. Con nuestras muestras de amor, de fe y de comprensión, impregnaremos a nuestro entorno de una mayor conciencia, lo impregnaremos de amor, y el amor se expande a través del aire como lo hace el humo. Llena tu mundo de amor.
            Meditación para despertar al Amor
-          Siéntate en tu espacio de meditación.
-          Los ojos cerrados.
-          Las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Empieza a ser consciente de la respiración.
-          Respira por la nariz, y lleva la respiración abajo, al abdomen.
-          En las primeras respiraciones alarga de manera consciente la exhalación, y con cada exhalación, permite que se vaya relajando tu cuerpo, permite que vayan saliendo todas las tensiones.
-          Siente como la respiración cada vez es más lenta y el cuerpo está, cada vez,  más relajado.
-          Pide ayuda: A Dios, a los Maestros, a tus guías, a los ángeles.
-          Ofrece los beneficios de tu meditación, a quien te apetezca, por ejemplo, envía la energía de tu meditación a los lugares donde hay guerras, donde se padece hambre, donde existe discriminación por razón de raza, de sexo, de creencias religiosas, ofrece los beneficios de tu meditación para que no haya ningún niño en el mundo sin una mano amiga que le guie en su crecimiento, etc.
-          Visualiza delante de ti a la persona por la que sientas más amor.
-          Siente el amor que te impregna sólo por mantener en la mente la imagen de esa persona.
-          Siente como esa emoción se manifiesta en tu cuerpo.
-          Siente la energía del amor impregnando cada órgano, cada músculo, cada tejido, cada célula.
-          Permanece un tiempo, y cuando sientas la emoción del amor en todo tu cuerpo, trae a tu mente, la imagen de una persona neutral, por la que no sientas ni amor ni odio.  
-          Mantén la imagen de las dos personas juntas, y piensa que esa persona no es distinta de la otra por la que sientes amor.
-          Piensa que las dos personas tienen la misma esencia, las dos son almas, la diferencia entre ellas sólo está en tu mente. Puede ser que ames a la primera porque sea familia o amigo, pero la familiaridad y la amistad es algo de este tramo de vida, de este tramo de eternidad.
-          Tu relación con ambas va a perdurar después de esta vida.
-          Lleva la atención a tu corazón y date permiso para sentir amor por ambas. Será un amor distinto, porque nace del corazón y no de la razón.
-          Mantén las dos imágenes hasta que sientas como empieza a invadirte la energía del amor.
-          Cuando eso suceda, añade una nueva imagen al lado de las dos primeras, en este caso que sea una persona a la que odies, o que no soportes.
-          Sigue el mismo proceso. Lo que no soportas, lo que odias, sólo es algo del cuerpo. Esa persona también es un alma, y como todas las almas, es amor, es compasión, es paz, es alegría.
-          Date permiso para que el amor que sentías por las dos primeras embargue también a la tercera.
-          Mantente en tu corazón, no permitas que el caballo desbocado de la mente te lleve por otro camino que no sea el del amor, el camino de la conciencia pura.
-          Y cuando empiece a desaparecer el odio, coloca tu propia imagen junto a las tres anteriores.
-          Formar un circulo cogidos de las manos y visualiza como sale un rayo de luz de vuestros corazones, juntándose en el centro, formando una bola de energía blanca y brillante.
-          Permite que esa bola de energía crezca y crezca hasta envolveros a los cuatro en esa luz brillante, y visualiza como esa luz blanca se va convirtiendo en una energía dorada.
-          Es la energía del Amor puro, del Amor divino.
-          Mantente en meditación sintiendo ese amor todo el tiempo que te apetezca.
-          Y antes de dar por concluida tu meditación, acuérdate de agradecer la ayuda que has recibido de Dios, de los Maestros, de tus guías, de los ángeles.
-          Y termina dejando que se desvanezcan las imágenes, y respira más profundamente alargando la inspiración.
Es posible que con una sola meditación no notes nada, es normal. Tu corazón no está acostumbrado a sentir el amor, sólo está acostumbrado a razonar el amor, a sentirlo desde la mente, persevera. Recuerda, VOLUNTAD, TRABAJO y PACIENCIA.


miércoles, 9 de marzo de 2011

Meditación para el fluir de la vida

            Para la mente no existe ninguna diferencia entre lo que está sucediendo en el momento presente y los pensamientos que se manifiestan en la mente, todo es presente para la mente.
            Esta es la base de nuestro sufrimiento y de nuestro dolor. Ante cualquier acontecimiento doloroso se manifiesta sufrimiento. Pero ese acontecimiento tiene lugar en un momento determinado. En el siguiente momento ya no existe razón para el sufrimiento, el suceso ya pasó y la persona se enfrenta a un nuevo momento, que ya no tiene por qué ser doloroso; sin embargo, la persona sigue con su dolor, con independencia de lo que esté sucediendo en su vida después de aquel acontecimiento doloroso. Y todo eso es porque mantiene el evento en su mente, y su mente no sabe distinguir la realidad de la ficción, por lo que las emociones siguen siendo las de dolor de aquel suceso pasado. Además del sufrimiento que eso produce, la persona está dejando de vivir todo lo que acontece en cada momento, ya que su mente no está pendiente del momento, está perdida en la ficción, está perdida en el recuerdo, no vive, sólo recuerda.
            ¿Cuánto dura ese recuerdo?, depende…….., depende de la intensidad con que la persona elija, de manera inconsciente……., claro, mantenerse en el dolor, mantenerse en el recuerdo. Pero por mucho que la persona elija mantenerse en ese dolor, llegará un momento en el que el pensamiento empezará a suavizarse, y lógicamente también empezará a suavizarse el dolor. Para unas personas ese tiempo puede ser una semana y para otras años, todo dependerá de su carácter. Un carácter débil podrá mantener el dolor casi una vida, y otra con un carácter no tan débil mantendrá el recuerdo un tiempo casi imperceptible, y por lo tanto el dolor será de corta duración.
            En cualquiera de los dos casos, pronto o tarde, llegará un día en que el pensamiento será muy liviano y el dolor imperceptible. Para eso este trabajo, que no meditación. Se trata de aprender a dominar la mente para que no vuelva una y otra vez al recuerdo del suceso doloroso.
Ahora bien, hay acontecimientos en la vida que se mantienen realmente en el tiempo. Aquí no es necesario que la mente rememore el recuerdo, porque siempre es realidad. El trabajo en este caso difiere del anterior. El trabajo personal es “aceptación” y llevar a la mente la pregunta: Con mi sufrimiento ¿consigo que cambie la situación? La respuesta es clara. El sufrimiento de una persona no varía ni un ápice ninguna situación, y mientras se mantiene ese dolor, la capacidad de hacer, de pensar y de toma de decisiones de la persona, merma de manera ostensible. 
Además se ha de tener en cuenta que todo es energía. El dolor y el sufrimiento también lo es, y esa energía, aunque de manera inconsciente, se percibe en su entorno y afecta de manera negativa, por lo que si el sufrimiento se debe a cualquier circunstancia de otra persona cercana, esta percibe ese dolor, y a su problema se añade el dolor que percibe.
Trabajo para el fluir de la vida
-          Siéntate en tu espacio de meditación.
-          Los ojos cerrados.
-          Las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Empieza a ser consciente de la respiración.
-          Respira por la nariz, y lleva la respiración abajo, al abdomen.
-          En las primeras respiraciones alarga de manera consciente la exhalación, y con cada exhalación, permite que se vaya relajando tu cuerpo, permite que vayan saliendo todas las tensiones.
-          Siente como la respiración cada vez es más lenta y el cuerpo está más relajado.
-          Pide ayuda: A Dios, a los Maestros, a tus guías, a los ángeles.
-          Trae a la mente el acontecimiento objeto de sufrimiento. (Tanto si ha sido un suceso aislado, como si es un suceso que se mantiene en el tiempo).
-          Obsérvalo desde el punto en el que te encuentras, sólo respirando y el cuerpo completamente relajado.
-          Mantén el suceso en la mente, sin permitir que esta se vaya y divague.
-          Y después, repite en silencio dentro de ti: Ha sido, (en el caso del evento aislado), o es, (en el caso de que ese suceso se mantenga en el tiempo), la voluntad de Dios. Todos los sucesos son eslabones del Plan Divino. Todos los sucesos son experiencias y aprendizaje para mi alma. Acepto la situación…….., (puedes mencionarla), Dios en su misericordia y con Su Poder y Sabiduría sabe que es lo mejor para mí en cada momento. Acepto la situación y ofrezco mi sufrimiento. Gracias Señor”.
-          Sigue hasta que sientas que tu emoción se dulcifica.
-           En el caso del acontecimiento aislado, proyéctate al futuro para ver tu vida después de un tiempo, un tiempo en el que sientas que tu vida sigue su ritmo a pesar del suceso.
-          Permanece el tiempo que te apetezca sintiendo como el fluir de la vida no se detiene, y que volver atrás y rememorar los acontecimientos solo es debido a la mente.
-          Cuando te apetezca sal de la meditación, pero antes da las gracias: A Dios, a los Maestros y a tus guías por la ayuda recibida
-          Y empieza a  respirar más profundamente alargando la inhalación.

Repite el trabajo varios días, hasta que te sientas bien.

 

martes, 8 de marzo de 2011

Espiritualidad

            Hemos elegido nacer en un momento crucial para la Tierra y para nosotros, en el momento en que nuestro planeta está cambiando su vibración de la tercera a la cuarta dimensión, y nosotros con ella. Hemos decidido nacer en el momento de una nueva espiritualidad, de un nuevo modelo de conciencia.
            Es momento de que todos aquellos que empezáis a ser un poco conscientes dejéis de jugar a ser espirituales, ya habéis aprendido las reglas del juego. Ha llegado el momento de incluir la espiritualidad en la vida cotidiana, es momento de trabajar desde la ética de la conciencia, es momento de amar, es momento de sanar de manera total, es momento de compartir, de relacionarse, es momento de practicar y salir de la teoría, es momento de dejar atrás los prejuicios religiosos, es momento de trabajar para dirigirnos a un futuro brillante, feliz, abundante, pleno; y podemos llegar a ese futuro respetando las reglas del Amor.
            En este momento de cambio vamos a trascender de “ser humano” a “ser espiritual”, y para eso ya no valen ni escuelas ni maestros, ya que la única escuela válida es nuestro interior, nuestra intención, nuestro corazón. Porque no hay nada que aprender, todo está en nosotros, ya tenemos todo el conocimiento de Luz y de Amor, y muchos de nosotros, o ya hemos cambiado nuestra vibración o estamos en pleno proceso.
            En la actualidad el ser humano vive para él mismo, de manera individual, y ha de salir de ese individualismo para atender las necesidades del alma, empezando a desarrollar propósitos simples, para una vez conseguidos continuar con mayores empresas. Pero todo tiene un principio, y ese principio ha de ser observar si vive alguna contradicción entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Si no existe coherencia entre los pensamientos, las palabras y los actos, el ser humano se engaña a sí mismo.
            Hay que escuchar al alma y aceptar la verdad, aceptar las cosas que resuenan profundamente en el corazón y en el alma, aceptar lo que impulsa al ser humano a respirar y a sonreír. Hay que separarse de todo aquello que promueve manipulación, especulación o explotación, y no participar en nada que coarte la libertad o lesione el respeto; hay que actuar de manera honesta, clara, impecable y coherente.
            Y sobre todo ama, siente el Amor, comprométete contigo, únete a tu Ser y no busques más; deja sólo que el Amor te encuentre. Hace tiempo que el Amor te busca, y si tu alma está quieta, te va a encontrar, y sobre todo cuando estés sin expectativas, sentirás, sentirás el Amor, sentirás su fuerza.
            El Amor no se manifiesta a trocitos, según las necesidades de cada uno, sino que se manifiesta de manera total, sin dosificación y sin distinción.
            La primera manifestación del Amor es el amor a uno mismo, y es justamente eso lo que da al ser humano el “conocimiento directo”, sin maestros, sin creencias, sin escuelas.
            Creer no es saber. La persona que cree en algo, no sabe, es influenciable y acepta que otros piensen por ella, aceptando lo que otros digan como alimento de su alma. Hay que experimentar, ya que sino sólo queda la creencia, y la creencia es imitación.
            En la nueva espiritualidad el aprendizaje es muy sencillo, sólo hay que aprender a amar y a ser amado. Amar y expresar ternura requiere paciencia, ya que, a veces, la respuesta al Amor es la indiferencia, el silencio, la ignorancia. Si eso pasa, hay que retirarse de esas gentes, de la misma manera que hay que retirarse cuando es uno mismo el que no ama.
            El Amor puro florece y se manifiesta completamente, sin condiciones, sin intereses. Vívelo, a fin de cuentas, tú has elegido vivir en este apasionante momento. 

domingo, 6 de marzo de 2011

Llevarse bien con uno mismo

            Es muy importante sentirse bien con uno mismo, aceptarse tal como somos, no criticarse. Todos sabemos lo difícil que es llevarse bien con los demás y aceptarlos sin más, tal como son. Pero ¿alguna vez has pensado sobre el arte de llevarte bien contigo? Es lo más difícil.
            Si te observas y analizas verás que estás en permanente lucha contigo, y mientras mantengas esa lucha, va a ser imposible que aceptes a los demás, ya que nada ni nadie te gustará si no te gustas tú. Si te desagradas, si hay aspectos de ti con los que no estás conforme, ¿cómo quieres agradar o que te agraden los demás?, la energía que desprendes es la que perciben los otros, y esos aspectos de ti con los que no estás conforme, va a ser lo primero que reciban los que interaccionen contigo.
            Tener una relación armónica con uno mismo es la cualidad más importarte para poder conducirse bien en este mundo. Así que ante todo, debes aprender a valorar lo que vales, reconocer tus meritos, saber cuáles son tus debilidades y aceptarlas mientras las trabajas y sobre todo: amarte, amarte de verdad.
            Pero amarte no es sentir afecto por tu vanidad, por tu egoísmo, ni tan siquiera por tu poder terreno. No, amaté porque eres una parte divina, porque eres un hijo/a de Dios dotado de potencialidades divinas. Es tu amor por ese potencial lo que ayuda al desarrollo de la verdadera naturaleza del alma.
            No puedes escapar de ti aunque vayas al rincón más alejado de la tierra. Allá donde tú vayas, estás tú. Por eso, trabaja para llegar a la perfección allí donde te encuentres. No debes esperar a que tus circunstancias cambien, ya que si esperas que eso pase, nunca vas a progresar. Sea lo que sea lo que tengas a tú alrededor, afirma:
-           “Estoy bien, aunque mi entorno no sea favorable”-
-         “Si deseo meditar, encontraré la forma de hacerlo, a pesar del ambiente que me rodea”.
-          “Si deseo trabajar mi carácter, lo haré sin que influyan en mi las condiciones externas”.
Recuerda que “Querer es poder”.
Tú eres la única persona que sabe si puedes llevarte bien contigo. Nadie te conoce mejor que tú.
Depende de ti esforzarte cada día para ser mejor, para descubrir si te encuentras en paz, para tener una buena relación contigo. Cuando aprendas a tener una buena relación contigo mismo/a, sabrás como hacerlo con los demás.
Prácticas para tener una buena relación contigo
·         Escucha a tu conciencia: Tu conciencia es la voz de tu ser interior, y está ahí para ayudarte a llevarte bien y de manera armónica contigo.
·         Practica la ecuanimidad mental: Ecuanimidad es tener una actitud equilibrada. El equilibrio y la serenidad aportan una felicidad total.
·         Disfruta de la vida: La vida es una fiesta y es bueno disfrutarla, pero sin dejarse arrastrar ni deslumbrar por todo lo bueno que te vas encontrando. Y cuando el pesar se presente, afróntalo con entereza y piensa en cómo superarlo, en lugar de afligirte y quedarte pegado/a al dolor.
·         Controla los pensamientos: Es bueno practicar el arte de la concentración para poder enfocar la mente en un pensamiento en particular y que la atención no se vaya de una idea a otra.
La mayoría de las personas viven en la superficie de la vida. Si se profundiza lo suficiente, surgirá la solución, y es en esa profundidad interior donde se va a sentir la paz que va a envolver el alma.
·         Sentido común: Hay un sentido común en todas las personas: la intuición, que sin intermediarios te dice lo que debes hacer. Está presente en cada alma, pero son pocas las personas que se dejan dirigir por ella.
·         Controla los deseos: El verdadero maestro es aquel que controla sus deseos. Cuando dice “no” a las tentaciones es “no”, y cuando dice “si”  a los dictados del alma, es “si”.
·         No pierdas el tiempo: El tiempo es demasiado valioso para perderlo en actividades inútiles. El propósito supremo de la vida es la realización. Es el encuentro con Dios, así que  no malgastes ni un minuto en esa carrera hacia Dios.
A la vez que aprendes a llevarte bien contigo, practica el arte de la buena convivencia con los demás. Comienza en tu propio hogar. No seas un ángel en la calle y un demonio en casa. Si aprendes a tener una buena relación con los que convives, estarás mejor preparado/a para convivir con los demás.
Vivir en armonía con los demás no significa estar de acuerdo con todos, y tampoco significa que tengas que sacrificar tus ideales por eso. Puedes mantener tus ideales sin ser ofensivo/a; para eso actúa con bondad; y si tu bondad es motivo de ofensa o tortura para otras personas, mantente alejado de ellas.
No permitas que nada ni nadie te altere, ya que la persona que no controla sus impulsos es su peor enemigo. Cuando alguien  te irrita, es porque ha contrariado alguno de tus deseos, por lo tanto es una faceta a trabajar: hay que eliminar los deseos.
Respétate y amate, y serás amado y respetado por los demás.

jueves, 3 de marzo de 2011

La vida es perfecta

            La vida es perfecta, es completa, es total, ni le sobra ni le falta nada; somos nosotros los que decidimos experimentarla en formas diferentes, y lo hacemos de múltiples maneras, pero sobre todo lo hacemos en la dualidad del “bien” y del “mal”.
            “Esto está bien”, “esto está mal”, y bajo ese prisma actuamos durante toda nuestra vida, y es esa visión la que determina como nos encontramos. Cuando “creamos” algo que calificamos como “bueno”, nos sentimos bien, somos felices, estamos alegres; pero cuando nuestra “creación” se  decanta por algo calificado como “malo” llega a nosotros el sufrimiento, la tristeza o el dolor.
            Toda nuestra vida solo es fruto de nuestra propia creación. Es claro que no somos conscientes de ello, pero vivimos la vida que hemos decidido vivir, nuestras acciones de este momento están determinando nuestro mañana, y cuando recogemos el fruto de nuestras acciones, si ese fruto es de dolor, de desencuentros, de desengaños o de sufrimiento, en nuestra ceguera no somos capaces de comprender que sólo estamos recogiendo el fruto de nuestra siembra, de nuestro abono, del cuidado que hemos realizado de nuestras acciones en cada momento.
            Es claro que nuestra alma necesita vivir todas las experiencias, pero no es necesario que esas vivencias sean un sufrimiento continuo. Para eso la formula es vivir cada instante de la vida como si fuera el último, sin ningún condicionante, sin culpar a nadie de nada, sólo vivir ese instante, sólo estar; ni tan siquiera es necesario que investiguemos el por qué de la situación o de las acciones que nos han llevado hasta ese punto, sólo hay que aceptar el momento.
            Sólo así podremos comprobar que cuando parece que no hay esperanza aparecen apoyos o situaciones que nos llevan directamente a encontrar la salida de nuestro dolor, aparece la luz que nos va a permitir atravesar nuestra oscuridad. No son necesarios planteamientos del tipo “tengo que…..”, “debo de..…”, no es necesaria la idea de que necesitamos algo para cambiar la situación, porque esta cambia sola, y vamos a lograr cualquier cosa de manera instantánea en cualquier nivel de nuestra existencia, desde la cuestión más nimia hasta la más importante, porque no hay en la vida nada que sea más importante que nada, todo es sólo vida.
            Dios vive dentro de cada uno, desde el beato hasta el criminal, Dios vive en todos, sólo tenemos que aceptarlo, sólo tenemos que recordarlo y Dios se hace presente, porque nada en la vida es aprendizaje, sólo es necesario recordar, y en ese momento se acaba el sufrimiento.
            Hemos de permitir que se disuelvan las viejas formas de vivir con las que tan familiarizados estamos, y es cuando esas viejas ideas se desvanecen cuando realmente empieza la Vida, cuando se es consciente, cuando se alcanza la felicidad. Cuando conseguimos esto, el entorno, que todavía vive en las ideas que nosotros hemos abandonado, trata de hacer que volvamos al sufrimiento porque no puede entender en su inconsciencia, y por lo tanto aceptar, que salgamos del cercado conocido del dolor en el que ellos tan cómodos se encuentran, pero hay que aceptarlos, no ven más allá, necesitan el dolor como medio de subsistencia. Ya  llegará el día en que empiecen a plantearse su manera de vivir, entonces nosotros seguiremos estando a su lado para ayudarles en su trabajo de reciclaje, para ayudarles en su trabajo de encontrarse con ellos mismos, para ayudarles a volver a casa.
            La vida es Una, nuestro corazón lo sabe. El corazón sabe que tú y yo somos la misma cosa, el corazón sabe que no hay nada fuera de cada uno de nosotros, y siempre busca lo mejor para todos, porque lo que es bueno para ti es bueno para mí. Todos estamos embarcados en la misma nave con el mismo destino. Solamente el ser humano que vive desde la mente es capaz de odiar, de envidiar, de permitir que otro ser humano pase hambre, solamente el ser humano que vive desde la mente es capaz de matar.
            No tenemos que hacer nada para ser felices, sólo respirar, sólo aceptar, sólo mantenernos conectados a la Madre Tierra, sólo sentir a Dios en nuestro corazón, sin preocuparse por nada, sin cerrarse a la vida. Sólo así llegará la Luz a nuestra vida, sólo así conseguiremos la felicidad.  

martes, 1 de marzo de 2011

Despierta, estás viviendo una ilusión

            Crecer………., evolucionar……….., madurar……….. Siempre hablamos de crecimiento, de evolución y de madurez de carácter. Y también decimos siempre que el  hecho de cumplir años no implica ni madurez, ni crecimiento, ni evolución. Para crecer y evolucionar es imprescindible que en algún momento de la vida la persona empiece a tomar sus propias decisiones, y dejarse guiar por……., ¿el sentido común?, si, el sentido común, o esa voz interior, que es él quien te va a guiar de vuelta a casa.
            Pero para volver a casa, lo primero y principal es alcanzar a saber quién eres realmente, y por supuesto de dónde vienes, de cuál es tu casa, para volver a recorrer el camino de regreso.
            Saber quién eres, implica despertar. La inmensa mayoría de las personas duermen, ni tan siquiera nos atrevemos a decir que viven dormidos porque no es así, sencillamente duermen. No saben quienes son ni de dónde vienen, duermen guiados en su sueño por su mente poderosa, todo lo que viven es ilusión, y creen en su sueño que esa ilusión lo es todo, y se dejan guiar, y aconsejan y juzgan a los demás, sin saber que no viven, sino que tan solo duermen.
Pero esa ilusión es nada, sólo ilusión. Es ilusión su aprendizaje, ya que despiertos pueden tener acceso a todo el Conocimiento; es ilusión su mirar, ya que despiertos pueden ver más allá de la materia; es ilusión sus pensamientos que les hacen vivir una vida de creencias engañosas, ya que despiertos pueden vivir la Totalidad; es ilusión su amor, ya que despiertos pueden vivir el Amor Divino.
Es en la ilusión de ese sueño de donde nace el miedo, la crítica, la mentira, la defensa del espacio propio, los celos, la incomprensión, la desigualdad, el egoísmo, el sufrimiento, la tristeza, la desconfianza, el engaño, etc. Y todo esto, lo único que hace es retrasar, obstaculizar y empobrecer su conciencia, sus días, su vida.
Para poder acabar con todo eso, sólo hay que despertar. Incluso los que viven completamente dormidos pueden hacerlo, sólo es necesario que alguna vez pongan en duda quienes son realmente, ya que ese es el camino, saber quién eres, y alcanzar la meta de ser quien eres; de esta manera vas a tener la energía que te va a llevar a la dicha de crear la vida desde el Amor.
Despierta, vive desde el centro de tu Ser y comenzarás a ver los frutos; comenzarás a ser consciente de las sincronicidades, comenzarás a ser consciente de que eres guiado, y será más fácil para ti vivir tu tiempo, tu único tiempo: el presente; porque sólo existe hoy, lo que llamas pasado y futuro no existe, por eso has de romper con esa mente de ilusión que crea los pensamientos que te sujetan a las acciones de ayer o te proyectan al mañana.
Tu cambio es hoy, es ahora, es este el momento de empezar a tomar tus propias decisiones, y seguir los dictados de tu voz interior, sin dejar que aquellos que todavía están dormidos, viviendo su ilusión, influyan en tu nueva vida.
Y recuerda: es bueno pedir ayuda, al Universo, a Dios, a la Energía, a tus Guías o a quien creas conveniente, pero pide ayuda cuando te despiertes cada mañana, y da las gracias antes de dormir cada noche, aunque te cueste trabajo creerlo hay una cohorte de seres dispuestos a ayudarte, dispuestos a ayudarte a despertar, por nada, sólo por Amor, sólo por el placer de servirte; sólo tienes que pedir la ayuda y después entregarte, dejando que la vida sea, sin interferir con tu mente. 
             Cuando consigas dejar de vivir la ilusión, será cuando comiences a vivir. ¡Que sea ahora!, un segundo de retraso sólo será un segundo más de infelicidad.

domingo, 27 de febrero de 2011

Unidad

                En la Tierra o por encima de las nubes, en manos de Dios, de los Ángeles, de los Maestros. No existe el cielo separado de la Tierra, no hay separación. Todo es Unidad, un espacio y un tiempo únicos para todo y para todos, y en este lugar, se escribe con letras que nacen y surgen directamente del corazón, del corazón humano, del corazón de Dios. Y leemos y sentimos Amor.
                Y ya no cabe pensarlo, ni observarlo, ni atraparlo. Sólo sentirlo. Porque ya Es…….., en Todo. Y en ese Todo somos nosotros, ni vivos, ni muertos, ni amigos, ni enemigos. No hay diferencia entre nada, porque no existe la separación, porque todo Es.
                Escucha el susurro del aire, escucha ese vaivén, ese oleaje interior que en un instante se calma y en el siguiente es bravura. Siente su dulzura acariciando tu piel, inundando tu Ser con la fuerza y el poder de ser, con la fuerza y el poder de existir.
No hay lugar………, no hay espacio………, por bello que parezca a tus ojos, nada hay que pueda compararse a tu corazón. Nada es más que nada…….., nadie en más que nadie. Nada eres y eres todo, nada soy y soy todo, SOMOS TODO, unidad, integración, eres la rosa que contemplas con admiración, eres montaña que acoge, eres valle de reposo para el alma, eres agua que discurre por su cauce, eres viento que transporta las caricias, eres aire que a la vida das aliento, eres luz que necesita nuestra alma, eres padre, eres madre, eres hermano y hermana, eres pájaro que en cada rama encuentra su morada.
Dime tú si no eres nada………., vive………., siente………., vibra en cada ser que te conviertes y regálale a la tierra, a los seres, a la vida, regálale tu fragancia, la esencia de tu Ser.
Transfórmate a cada instante y siente tu poder.  No te pierdas en la separación a la que te conduce la mente, no te pierdas en el miedo que te atenaza y te impide avanzar, no te pierdas en el dolor que te impide ver tu grandeza y la de tus hermanos, no te pierdas en el sufrimiento que te separa del alma.   
No existe el miedo, no existe el dolor, ya no hay sufrimiento porque tú eres cada cosa que temías, eres la duda que te paraliza, eres cada dolor que oprimía tu pecho y cada sufrimiento que tu mente creaba.
Ahora te enfrentas a esa mente sin lucha, sin esfuerzo, sin pena, sin llanto, porque vives en ti, porque vives en tu Ser Supremo, porque vives en el Amor Divino.
Entrada publicada por Elisenda.

jueves, 24 de febrero de 2011

Juicio, critica, opinión,,,,,,,,,,, respeto

            Yo opino que…………, yo creo que lo que tendrías que hacer es…………., parece mentira que fulanito haga…………, no tienes razón en nada de lo que dices……….., hay que ver como viste………, no sé cómo no le da vergüenza………, lo mejor para ti sería………, vaya amigo que se ha echado……….
            Este es el deporte universal: Juzgar, criticar, opinar.
            ¿Quién ha dicho a nadie que su misión en esta vida sea ejercer de juez, ejercer de crítico, o ejercer de comentarista de la vida del resto del mundo?,  posiblemente nadie, y sin embargo, existen muy pocas conversaciones en las que no se juzgue a alguien, o no se le critique, o no se opine sobre lo que sería mejor para la vida de esa persona.
            Cualquier juicio, cualquier opinión, cualquier crítica, no es más que un reflejo de la propia persona, no es más que un reflejo de sus pensamientos, no es más que un reflejo de sus creencias.
            Pero, los pensamientos y las creencias de cada uno, ¿por qué han de ser aplicables al resto del mundo? Los pensamientos y las creencias de las personas no son más que una manifestación de su nivel de evolución, no son más que una manifestación de su carácter, y en ningún caso sirven para ninguna otra persona, porque cada persona está en un nivel de evolución determinado, cada persona vive una circunstancia específica en su vida, distinta a cualquier otra.
            Para que se termine el juicio, la opinión y la crítica, sólo hay que aplicar una regla, el respeto. Cuando se respeta se acepta, y ante la aceptación todo está bien. Cualquier cosa que haga cualquier persona, ha de ser aceptado y respetado, porque es algo que pertenece a su vida, a su aprendizaje y su evolución.
            Te proponemos un ejercicio sencillo, dedica un día a vivir sin juzgar, sin criticar y sin opinar lo que hagan los demás, a mirar con otros ojos, a respetar y aceptar cualquier cosa que hagan las personas de tu entorno, a colocarte en su lugar si por cualquier causa la mente pudiera contigo y surgiera la crítica. Ni tan siquiera tienes que comprender, solo respeta y acepta.
            El respeto y la aceptación es entrenamiento y practica, por lo que la crítica va a surgir, no te enfades contigo, si la crítica ha sido mental, pide perdón mentalmente y comienza nuevamente, observando lo mejor de la persona, focalizando tu atención en sus cualidades. Con la práctica, te acostumbrarás a observar las acciones de los demás como observas un día de sol, o las flores, o el vuelo de los pájaros, sin que te afecte lo más mínimo.
            Cuando consigas incorporar a tu vida el respeto y la aceptación, vas a sentirte libre, ya que el ejercer de juez permanentemente es agotador.
Dedica la vida a vivirla, no a vivir la vida de los demás. La vida es plenitud, y cada segundo que intentas vivir la vida de los demás dejas de vivir la tuya, dejas de vivir un segundo de tu tiempo que no volverá a repetirse, conviertes tu vida en una vida incompleta. La vida es demasiado hermosa para desperdiciarla, aunque sólo sea un segundo. Desperdiciar la vida juzgando, opinando o criticando a otros es además un trabajo insulso, ya que ese otro al que estás juzgando, es posible que siga viviendo su vida tan feliz, sin enterarse de tus críticas o pasando de ellas, porque sencillamente no las necesita; estás desperdiciando tu vida para nada.
Empieza ahora a mirar con otros ojos, empieza ahora a aceptar y a respetar, no esperes a mañana, no desperdicies más tu vida.




Dios escribe recto............... ¿Hacia dónde inclinas tú, tu vida?

Se dice, oímos, leímos… que Dios escribe recto con  renglones torcidos, y aunque a veces lo creemos como tal, a menudo sentimos que “eso no está bien”, simplemente porque no entendemos que significa……, pero qué más da…… No importa como escribe Dios. Es más, Él no escribe, ni tan siquiera dicta. Él es EL QUE ES. Acoge, ama, espera paciente y más que escribir, suscribe todo aquello que nosotros vamos decidiendo, aquello que nosotros vamos haciendo sin más.
Fuimos nosotros aquellos que elegimos escribir el guión de nuestras vidas. Como un borrador, en lápiz, antes de llegar aquí. Y no repasamos para ver si estaba bien o mal, como en el colegio. No, no lo hicimos porque lo elegimos sabiendo que era lo mejor para nuestro aprendizaje y nuestro crecimiento. Y ahí sí que Dios observa y guía nuestra mano, más sin intervenir, sólo guiando nuestra mano sobre el lápiz y el papel.
Y  ahora, hoy, tu, yo, tu hermano, el vecino… y cada uno de los seres humanos con los que te cruzas cada día vamos reescribiendo nuestra vida. Con tinta permanente vamos repasando lo que un día fue un borrador. Porque aunque lo elegimos, aunque ya estaba escrito, seguimos siendo libres y Dios nos permite, a nosotros, torcer nuestros propios renglones, porque Dios es Libertad, y lo permite todo.
A veces, apretamos las manos para grabar en tinta, para grabar con sangre en nuestro corazón, aquello que vamos repasando porque nos sentimos felices, seguros de que ese es nuestro camino. Más otras veces, demasiado a menudo, nos tiembla el pulso al tener que escribir lo que vamos a vivir porque no “nos gusta, no nos apetece” porque lo identificamos con dolor y sufrimiento y creemos que “es malo”. Incluso si pudiéramos borraríamos completamente algunas líneas, o todas, de ese borrador que ahora nos parece mal escrito.
No hay nada mal escrito, no hay malas elecciones, no hay sufrimiento vano si tú lo elegiste. Ahora no te toca lamentarte por lo que ES, sino agradecer, agradecer permanentemente, agradecer y aceptar, pero con el corazón, no con la mente, porque TODO ESTÁ BIEN.  Porque si consigues, aunque sea un gramo de serenidad, si te permites sentirla, cualquier acontecimiento en tu vida, constantemente mal definido por tu mente como “bueno” o “malo”, contiene en ti todo tu ser, todo lo que tú necesitas para volver a casa, para volver al Amor, para volver a Dios.
No pienses que vas a escribir, ni como lo vas a hacer. Déjate guiar por lo que un día decidiste que iba a ser tu vida para tu evolución como alma, como espíritu. Como lo viva hoy tu cuerpo físico no es importante. Sencillamente lo vive, y si no pones tu mente, es muchísimo mejor de lo que tu mismo crees, o puedas llegar a imaginarte jamás.
La vida es muy sencilla. Cierra tus ojos, siéntete papel, siéntete lápiz, siéntete, sencillamente instrumento en manos de Dios, de los Ángeles, de tus Guías, de todos los Maestros y sobrescribirás y suscribirás tu propia vida con firmeza, con seguridad, con una sonrisa permanente en tu corazón, porque sabrás que todo está bien, sabrás que nadie ni nada te oprime ni te obliga a vivir nada de lo que tú no elijas.
Sentirás que, sólo tú, puedes escribir recto o torcer los renglones de tu propia vida y que de eso depende la verdadera felicidad. Una sola elección, una sola pregunta: ¿Hacia dónde? Hacia Dios o hacia ti mismo. Tú eliges.
Te amo, te amamos.
Entrada publicada por Elisenda.

domingo, 20 de febrero de 2011

Que nos une....... que nos separa

Que aquello que une el corazón, que no sea separado por la mente.
En todas las uniones, de cualquier tipo, ya sean de amistad, de familia, de pareja, interviene en mayor o menor medida el corazón. Es en esa unión realizada desde el corazón cuando se van encontrando las afinidades, cuando se va encontrando todo lo que une, los mismos gustos, las mismas debilidades, las mismas fortalezas. Si las personas fueran añadiendo en una lista cada una de las cosas que les unen, la lista crecería y crecería sin medida.
Sin embargo, también existen discrepancias, muchas menos, cuando el corazón deja de intervenir, y se vive la unión desde la mente, se observan otras realidades que no son tan afines. Si se añadieran, como en las afinidades, en una lista, resultaría una lista escueta, infinitamente más pequeña que la lista de las coincidencias.
Es posible convivir con las discrepancias si se mantiene la unión desde el amor, desde el corazón, desde el respeto, desde la comprensión, desde la entrega, desde la admiración. Es posible convivir con las discrepancias, si no se realizan viajes a la mente.
Pero la mente no quiere perder su poder. Si se vive desde el corazón, observando y disfrutando de las afinidades, la mente no tiene razón de ser, y eso no puede admitirlo, y entonces va a provocar………, va a empezar a probar la debilidad o la fortaleza de carácter de la persona, con pequeñas cosas, centrándose, al principio, de manera sutil, en las realidades discrepantes de la unión. Si la persona le hace el juego a la mente y comienza a dar vueltas a todos los “problemas” que esta le presente, va a ir incrementando su crítica, hasta que esa crítica llega a ocupar todo el espacio de la mente. ¡Ya está!, otra vez el dominio de la mente sobre el corazón, con un resultado claro, la erosión de la unión.
Llegados a este punto, no es necesario hablar del resultado: sufrimiento, críticas, separación, maltrato emocional, rencores, resentimiento, incluso odio.
Esto no quiere decir que todas las relaciones, sean del tipo que sean, tengan que ser eternas. La estancia en la Tierra encarnados, es para la evolución del ser humano, y este siempre se va a rodear de las personas que necesita para realizar su trabajo, trabajo conjunto, ya que es en la interacción de donde surge el aprendizaje, donde se realiza el crecimiento, donde se fortalece el carácter. Y tanto si la relación dura un día o toda una vida, esta se ha de vivir desde el corazón, desde las afinidades, desde aquello que une; y si llegara el momento del adiós, si se vive desde el corazón, no existirán los reproches, ni las críticas, ni los rencores; todo será ayuda y comprensión.
Pero sólo se vive este proceso de afinidades o desencuentros, cuando se vuelcan las esperanzas de felicidad o de estabilidad, en las personas con las que el ser humano se va relacionando. Cuando el ser humano consiga ahondar en su interior, y llegue a ese lugar en el que se encuentra el Amor, la Paz, la Felicidad y la Alegría, no existirán para él ni afinidades ni desencuentros con las personas con las que vaya interactuando, ya que no necesitará nada ni nadie para ser completo, y cada relación será un complemento y una oportunidad de crecimiento.