Si ahora te
dieran la noticia de que solo te queda una hora más de vida, ¿Qué harías?,
¿Llorar?, ¿Lamentarte?, ¿Sufrir por lo que dejas aquí?, ¿Pensar que pasará con
los tuyos?, ¿Tratar de negociar un poco más de tiempo?, ¿Rezar?, ¿Confesarte
rápidamente?, ¿Despedirte de los más allegados?, ¿Pedir perdón por todo lo malo
que has hecho?, ¿Perdonar las ofensas?, ¿Restituir cosas materiales o
dignidades sustraídas?, ¿Buscar la póliza de tu seguro de vida?, ¿Qué harías?
Piénsalo,
porque es algo que puede pasar, y además sin el aviso previo. Para morirse la
única condición necesaria es estar vivo. No importa si se tienen uno o cien
años, no importa si se tiene una salud de hierro o una salud quebradiza, no
importa si eres rey o lacayo, no importa si eres el papa o un monaguillo, no
importa si eres un maestro o un alumno, no importa si eres un santo o un
asesino, lo único que importa es estar vivo.
En esta hora
que te queda hasta la partida final, porqué no dedicas los cinco primeros minutos
para hacer un examen de conciencia de cómo has estado viviendo hasta ahora,
piensa en qué has invertido tu vida, piensa en cómo has vivido, piensa en tus
amigos y en tus enemigos, piensa en si tus amigos y conocidos te van a extrañar
o a respirar de alivio. Sé honesto en la hora que te queda de vida, ¿Puedes
esperar con la conciencia tranquila o existen matices que te hacen sentir el
ahogo de la culpabilidad?
Bueno,
parece ser que vas a vivir más de una hora, pero como nunca se sabe haz, por si
acaso, ese examen de conciencia, para estar preparado para la apoteosis final.
¿Cuántas obras buenas has hecho?, ¿Cuántas malas? Recuerda la Ley del Karma, la
ley de la causa y el efecto, ¿Por cuántas de tus acciones vas a tener que
pagar?, ¿Por cuantas te tienen que pagar a ti?, ¿Cuántas acciones has realizado
porque si, por amor?
Aunque ahora
parece que vas a tener un plazo mayor de una hora, como el desenlace final de
la obra de tu vida puede suceder en cualquier momento, ¿Por qué no te
preparas?, ¿Por qué no intentas reparar el mal que has hecho para que la bolsa
de tu Karma sea exigua?, ¿Por qué no vives desde ahora como si efectivamente
solamente te quedara una hora de vida?, ¿Por qué no arreglas los desaguisados
que has ido descomponiendo durante tu vida?
Perdona
donde quiera que creas que existe la ofensa, perdona al ofensor, pide perdón
por el daño que hayas podido hacer, restituye aquello que has sustraído, ya sea
material, emocional o espiritual; desenreda los engaños, las medias verdades y
las mentiras a medias; los abrazos y los besos, los “te quiero” y los silencios
que darías durante tu ultima hora dalos cada día. No importa si tienes a punto
tu póliza de vida, pero si importa si tienes a punto tu vida, tu corazón y tu
alma.
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