Perlas para el alma
Todo nuestro mundo, toda nuestra
vida, todo lo que experimentamos está hecho de pensamientos.
Tenemos
pensamientos buenos y pensamientos malos. Nuestra mente está en un dialogo
permanente, unas veces cuestionándolo todo, juzgándolo todo, culpabilizándote a
ti y a tu entorno, atemorizándote, y otras alabándote, viendo la bondad en los
demás, expresando compasión y ternura. Por lo tanto nuestra mente, y de rebote
nuestra vida está llena de claroscuros, nada es solo luminoso, ni nada es todo
negrura.
Si aceptamos que somos lo que
pensamos, y que tenemos la vida que pensamos, está claro que tenemos una
poderosísima herramienta para ser felices, para estar alegres, para demostrar
ternura y para ser compasivos. Sólo hay que permitir los pensamientos buenos.
Si
aceptamos, también, que sólo uno mismo es responsable de sus pensamientos, y
que ninguna otra persona te obliga a pensar de determinada manera, si uno mismo
no elige los pensamientos buenos para ser feliz, que no se queje del vecino,
porque su dolor o su desdicha solo es su responsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario