El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
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sábado, 30 de abril de 2016
jueves, 14 de abril de 2016
viernes, 1 de abril de 2016
sábado, 26 de marzo de 2016
lunes, 8 de febrero de 2016
Camino del corazón
PERLAS PARA EL ALMA
Para transitar por el camino que nos va a llevar a Dios, tenemos que
hacer un ligero reciclaje en nosotros mismos. Tenemos que transitar el camino
nos va a llevar al interior, a nuestro interior, tenemos que transitar el camino que nos va a llevar de la cabeza
al corazón, el camino que nos va a llevar desde los pensamientos al Amor y ese
viaje hacia el interior, se realiza suavemente, deslizándose con la respiración
consciente, tratando de dominar los pensamientos, manteniendo una atención
constante y aceptando todo lo que el fluir de la vida nos ofrece, que no es más
que aquello que nos envía el Universo, fruto de la atracción que nuestros
pensamientos han generado con anterioridad.
viernes, 1 de enero de 2016
Dos y dos no son cuatro en la Ley del Karma
Dos y dos no
son cuatro en la Ley del Karma. El enunciado de la Ley del Karma dice que “Toda
causa produce un efecto”. Según esta ley lo que hacemos, lo que pensamos y lo
que decimos crea una energía que luego vuelve a nosotros como un boomerang. Puede
parecer demasiado dramático y apocalíptico, y lo es, pero no en todos los
casos.
Es cierto
que es la ley del Karma la que nos mantiene atados a la rueda de nacimientos y
muertes, y es por lo tanto su aplicación la que está retrasando la finalización
de nuestra carrera en la materia. Es cierto que todo es energía y que su
manifestación siempre lleva algún engarce posterior, como el engarce de un
eslabón a otro en la cadena, cualquier pensamiento, cualquier palabra,
cualquier acción, son movimientos de energía que generan una reacción, un
rebote, un efecto, que recae directamente sobre el emisor.
La Ley del
Karma es una Ley total y absolutamente proporcional, es una Ley total y
absolutamente justa. Pero se me ocurre una pregunta que, es posible, que tú
también te hayas hecho: ¿Qué pasa si un loco, de tantos como hay sueltos, quita
la vida de manera violenta a una persona considerada un santo?, ¿Tendría que
volver el santo en otra vida para cobrarse la deuda?, y si volviera y quitara
la vida a su asesino ¿No iniciaría una nueva rueda de Karma?, y ¿Cuándo se
acaba el Karma en un caso de asesinatos, uno al otro, el otro al uno y así
sucesivamente?, cualquier acción que otra persona comete contra mí, ¿Es la
primera acción o es la respuesta a una acción mía en otra vida anterior?
Sin embargo,
a pesar de lo justa y proporcional que es la Ley, podemos afirmar que dos y dos
no son cuatro en la Ley del Karma, y para entender tal afirmación posiblemente
algunos ejemplos pueden ser más ilustrativos que líneas y líneas de teoría. Vamos
a tratar de plasmar algunos casos. Por supuesto que ni son todos los que
aparecen, ni aparecen todos los que son. Pero siempre se puede extrapolar el
ejemplo, y si te queda alguna duda, escribe un e-mail o deja un comentario en
la entrada.
Un asesinato
entre dos personas normales. (Puedes cambiar la palabra asesinato por robo, o
por maltrato, o por engaño, o por cualquier otra). Bueno, ya sabemos que muy
normales no son cuando se quitan la vida. Con el término normales queremos
expresar que son personas a las que aún les queda un largo trecho en la
materia. El señor A le quita la vida al señor B, por lo que sea, nunca hay
ninguna razón que pueda justificar una muerte. En realidad no existen razones
que justifiquen las malas acciones, las malas palabras o los malos pensamientos.
En una nueva reencarnación,
posiblemente en la siguiente, aunque no necesariamente, en los Planes de Vida
del señor B y del señor A, va a aparecer reflejado un encuentro, no
contemplando, por supuesto, en ese encuentro el asesinato de vuelta del señor B
al señor A, sino contemplando la petición de perdón del señor A, y la
aceptación de ese perdón del señor B.
Es bueno
destacar que nunca, en ningún Plan de Vida, aparece contemplado ningún aspecto
de venganza. Los Planes de Vida son Planes de crecimiento, de aprendizaje, de
perdón, de acercamiento a Dios. En ellos solamente va a aparecer todo lo
relativo al perdón, a la bendición, a la comprensión, al Amor. El Plan de Vida
lo conoce el alma, pero esta al encontrarse encerrada por el ego en la materia
no puede hacer más que sufrir desde su confinamiento, y mandar impulsos de ese
Plan al corazón, pero el corazón no grita, solo susurra, y el susurro se pierde
envuelto por el ruido que produce la vileza de las mentes.
También sabemos que los Planes de
Vida se cumplen en un ínfimo porcentaje, otro gallo cantaría si se cumplieran a
rajatabla, con cuatro o cinco vidas tendríamos más que suficientes. Volviendo a
nuestros protagonistas, es muy posible que en su encuentro, el señor B recuerde
en su inconsciente que el señor A le quitó la vida, y al primer desencuentro
que tengan va a asesinar al señor A. Y así van a permanecer en esa rueda de “me
matas”, “te mato”, hasta que uno de los dos pida realmente perdón y perdone a
su vez.
Con independencia de que sea
perdonado o no, para él, en ese momento, en esa vida, habrá pagado su deuda
kármica por los asesinatos. Pero ¿Qué le ocurre al otro que ni pide perdón ni
perdona? Seguirá en su rueda ahora con un nuevo “contrincante”, que ellos
mismos se asignarán, al haber salido de la rueda el anterior. El nuevo “contrincante”,
será otro que se encuentra prácticamente en las mismas condiciones: mantenía una
rueda de asesinatos con otra persona que en un momento también pidió perdón y
perdonó.
Algo similar ocurre cuando se comete
un asesinato o cualquier otro atropello a una persona calificada de “santa”, que
llena de misericordia va a perdonar de inmediato al agresor. El Karma que ha de
pagar el asesino será ejecutado por una tercera persona, como el “contrincante”
del párrafo anterior.
Aunque para los seres humanos cada vida física
nos parece nueva y que empieza de cero, no es tal. Tenemos un bagaje de vidas
importante a nuestras espaldas, y cada una es continuidad de la otra.
Desencuentros, maltratos, asesinatos, enfados, pueden ser acciones que llevamos
repitiendo, con las mismas almas, decenas de vidas, (que no es demasiado
comparado con los cientos que vivimos), sin llegar a pensar que es algo que se solucionaría
con el arrepentimiento y el perdón.
A pesar de que el mundo científico
trata de demostrar todo, aun nadie ha demostrado las bondades de los desencuentros
con otras personas, más bien al contrario, Ya que empiezan a aparecer estudios
que relacionan la salud física con el carácter y con el estado de ánimo. Por lo
tanto, ¿Para qué seguir por ese camino?, terminémoslo de una vez y para
siempre. ¿Cómo?, ya lo sabes ¡Perdona!, y si es algo penado por la sociedad,
que sea aplicado al agresor todo el peso de la ley, pero no carguemos más con
ninguna deuda kármica. Nos está atando a la materia, nos mantiene separados de
Dios.
viernes, 25 de diciembre de 2015
Derribando tabúes de la pareja
Un alto
porcentaje de infelicidad y sufrimiento tiene su origen en la relación de
pareja, cuando curiosamente elegimos a nuestra pareja para, en teoría, pasar
toda una vida de felicidad.
Hay parejas,
o mejor dicho los miembros que componen la pareja, que después de cierto tiempo
sienten que les falta algo, que no disfrutan con la relación, que no son
felices, que se sienten incompletos. Y, por supuesto, la relación comenzó con
todos los requisitos necesarios: Maripositas en el estómago, un estado de devoción
en el que casi tocaban a Dios, una necesidad permanente de verse, tocarse,
escucharse, sentirse, con cara de iluminados por su sonrisa permanente y con un
olvido total del resto del mundo.
Después de
esos comienzos, pueden haber establecido una relación legal o de hecho, no
importa, los papeles están bien para las cuestiones legales, pero para la
cuestión del “ser”, para las cuestiones energéticas, para los compromisos
adquiridos o para su compromiso con Dios, (si, con Dios), no importa si la
relación es legal o no.
Y al cabo de
cierto tiempo, no importa cuánto, ni como era el tipo de pareja formada, ¡Oh,
el amor se acabó!, y ahora ¿Qué?, porque las estructuras sociales, religiosa,
familiares y en muchas ocasiones económicas, les obligan, aunque mejor estaría
decir se obligan ellos mismos, a seguir juntos, con todo lo que eso significa:
silencios, gritos, rencores, chantajes, infidelidad, engaños, maltratos, etc.,
etc.
A pesar de
esas estructuras sociales, es posible que se separen unos veinticinco millones
de parejas anualmente en el mundo, (son cálculos extrapolados), y en muchos
casos, no en todos afortunadamente, también es posible que antes, durante y
después de la separación, o uno o los dos miembros de la pareja, hagan la vida
imposible al otro.
El origen del problema no es otro que
el desconocimiento de lo que es una relación de pareja y de la razón por la que
se forma, así como del ingrediente o ingredientes imprescindibles, tanto para
mantenerla como para darla por concluida.
Toda nuestra vida gira en rededor de
parámetros erróneos, siendo el más grave la creencia de que somos un cuerpo,
sin ninguna misión, salvo la de ser “personas de provecho” y conseguir lo
mejor: mejor empleo, mejor casa, mejor coche, mejor pareja, mejores hijos,
mejor todo. Como consecuencia de eso, todas nuestras acciones van a ser
erróneas después de una lucha despiadada y sin cuartel con la propia vida.
Los seres humanos llegamos a la vida
con un Plan establecido. Recogido en ese Plan se encuentran nuestras
relaciones. Por lo tanto primer error: Las relaciones no son fruto de la
casualidad o del encuentro con nuestra media naranja o nuestra alma gemela; las
relaciones se establecen para aprender algo, para enseñar, para recibir algo que
se debe o para pagarlo y están establecidas de antemano, de la misma manera que
está establecida su duración, no tanto en tiempo, ya que el tiempo solo es algo inherente a la
materia y el Plan viene establecido desde el otro lado de la vida, sino en
cuanto a la conclusión del trabajo, o cuando se comprueba que el trabajo va a
ser irrealizable, (como sucede en un alto porcentaje de parejas).
Por lo tanto sería bueno desterrar la
romántica idea de que se establece una relación para toda la vida, porque no va
a ser así, o no va a ser así en un ochenta por ciento de relaciones, aunque no
todas llegan a romperse. Si prefieren sufrir y ser infelices, es su decisión.
El segundo problema o error es que en
las relaciones está ausente el Amor, y está ausente porque eso es justamente lo
que tratamos de aprender con nuestras encarnaciones en la materia vida tras
vida. No sabemos Amar, y lo que llamamos amor, que es en lo que basamos la
relación, no es más que una mezcolanza de apego y deseo. Si a esa mezcla le
añadimos el pensamiento social, la presión familiar, el fariseísmo religioso,
los hijos y la posible precaria situación económica, la ruptura de la pareja es
como una bomba atómica explotando en el salón de la casa familiar.
La metralla de la bomba son un sinfín
de desencuentros en los que se llegan a utilizar hasta los niños como arma
arrojadiza. Hay una parte de la pareja, normalmente los padres, que puede
llegar a perder completamente el contacto con sus hijos por las maniobras y
malas artes de la otra parte. Es terrible.
Todo esto se podría evitar si todos fuéramos
conscientes de nuestro papel en la vida. Pero ya que eso parece difícil de
conseguir podemos asirnos al amor, aunque sea esa emoción que sentimos los
humanos. Si se pusiera un poco de amor en la pareja es posible que se pudiera
mantener en la ruptura y utilizarlo en la separación junto con el respeto y la
generosidad, aplicando además la Regla de Oro: No quieras para el otro, lo que
no quieres para ti. Así no se utilizarían a los hijos como arma arrojadiza, no existiría
ningún tipo de chantaje, y los dos miembros de la pareja arreglarían la vida de
separados conjuntamente, de la misma manera que organizaron de manera conjunta
la unión.
Siempre en estos casos se comenta “Es
que las cuestiones del corazón son difíciles”. El comentario es erróneo, la
formación de la pareja y su separación solo es una cuestión de la mente, otra
cosa sería si entrara en juego el corazón con el auténtico Amor. Las cosas del
corazón son las más fáciles.
sábado, 19 de diciembre de 2015
Y ¿Quién no es Dios?
Y ¿Quién no es Dios? Dios
no es ese Ser que premia a los buenos y castiga a los malos. Dios no discrimina
al que no cumple los preceptos del que si los cumple. Dios Ama de igual manera
al beato y al asesino, Dios se sienta en la mesa del pobre y en la mesa del
rico, Dios habita en el corazón de todos, en el de la prostituta también, igual
que en el corazón del cardenal. Dios Ama a todos, a todos por igual, porque
todos somos Sus hijos, porque todos somos Su Creación, y su Amor es infinito,
es incondicional, es eterno.
Sin
embargo, las distintas creencias religiosas, habiéndose apropiado de la patente
de Dios, guiados por sus pensamientos erróneos quieren hacernos creer que ellos
están en posesión de la auténtica verdad, y si seguimos sus leyes alcanzaremos
la felicidad, alcanzaremos la salvación, llegaremos a Dios.
La Verdad ya vive en nuestra alma, la felicidad ya está en nuestro corazón, no necesitamos
la salvación porque nunca ha peligrado nuestra existencia y llegaremos a Dios
todos, porque para eso estamos aquí para llegar a Dios. Es posible que unos
tarden más que otros, pero será por su propia decisión, no porque lo impida
ningún alabardero de ninguna claque.
martes, 8 de diciembre de 2015
La Ley de la Atracción desde otra perspectiva (y 2)
La
llegada a la vida se realiza con un Plan determinado, perfectamente organizado,
con un objetivo definido, con unas tareas establecidas, con unas personas
asignadas y unos acontecimientos pactados. Pero al llegar a la vida no
recordamos nada. Amnesia total.
Sin
embargo, a pesar de que no recordamos absolutamente nada de nuestra Plan de
Vida, y tampoco sabemos a ciencia cierta cuál es la razón de nuestra estancia
en la vida, el alma, que si tiene conocimiento de nuestro Plan va enviando
imputs, que son eso que denominamos corazonadas, para indicar, de la única
manera que puede, cual es el camino a seguir y cuales los pasos a dar.
Pero
para nuestra desdicha las corazonadas las filtramos por el arel de la mente y
no pasa ni una migaja. Y el espacio que debía de ocupar la corazonada queda
vacio, y en ese vacío van tomando forma los deseos del ego, maquillados de mil
maneras maravillosas: El dinero necesario para que estudien los niños, las
vacaciones necesarias a la orilla del mar para mejorar la circulación, la nueva
casa con más espacio para todos, etc., etc., etc.
Y
las Leyes del Universo que no utilizamos para nuestro propio crecimiento, para
acercarnos a Dios, para dejar de sufrir o para aprender a amar, intentamos
utilizarlas para satisfacer nuestros anhelos.
La
Ley de la Atracción funciona sin tener que trabajar absolutamente nada para
cualquier aspecto negativo. Es normal, lo negativo permanece de manera
permanente en la mente y en las emociones, con lo cual es fácil atraer lo
negativo. Lo positivo, aquello que deseamos ya nos cuesta un poco más de
trabajo.
No voy
a decir que hemos de hacer para que sea más fácil, lo importante es que no
atraigamos nada. Dediquémonos al Plan de Vida y dejemos de lado los caprichos.
La
Ley de la Atracción y el Plan de Vida van paralelos, como si de una carrera se
tratara. En realidad es como si se tratara de una carrera con tres caballos. Uno
negro que corresponde a la atracción de energías negativas, uno blanco que
corresponde a la atracción de energías positivas, y otro bayo que corresponde
al Plan de Vida.
Depende
de la intensidad de cada uno para que
sea ese el que se haga real en nuestras vidas. De momento gana por varios
cuerpos de ventaja el caballo de las emociones negativas, le sigue de lejos el
caballo de las emociones positivas, y más lejos aún se encuentra el caballo
bayo.
Al
caballo negro le espolean las emociones negativas que conviven con la persona,
no descansa nunca. El dolor, el sufrimiento, la sensación de carencia, los
celos, el miedo y tantas y tantas emociones negativas están perennes en la
persona.
Al
caballo blanco le mueven las emociones positivas. Es normal que vaya lento, las
pocas emociones positivas que tiene la persona son las que intenta trabajar
para atraer eso que desea, y somos tan perezosos y faltos de voluntad que se
nos olvida a los cinco minutos de iniciado el trabajo.
Al
caballo bayo le mueven las corazonadas, lo que es lo mismo que decir que no se
mueve.
¿Qué
sería bueno hacer? Frenar al caballo negro, y dejar que al caballo blanco y al
caballo bayo los montara el mismo jinete, y sería fantástico si consiguiéramos que
el jinete fuera Dios.
Si
dejamos nuestros planes y nuestros deseos en manos de Dios, entonces primará el
Plan de Vida sobre los deseos, a no ser que los deseos formen parte del Plan de
Vida.
Luchar por nuestros deseos desestimando el Plan de
Vida va a generar más Karma y no se va a eliminar el que teníamos previsto en
nuestro Plan. La vida no es divertirnos para tratar de olvidad la infelicidad,
la vida es abolir la infelicidad amando.
Podemos olvidarnos de la Ley de la Atracción para
conseguir cosas, y debemos tenerla en cuenta para no atraer nada negativo.
Y para atraer el Plan de Vida hagamos como dijo e
hizo la Virgen Maria: “Hágase en mi Tu Voluntad”.
martes, 17 de noviembre de 2015
No al no. La vibración de la Tierra
La espiritualidad no se gana en las cocinas comiendo verdura, ni en
los centros de retiro manteniéndose diez días en silencio, ni en las
bibliotecas leyendo tres libros diarios.
Se gana en el corazón. Se gana Amando.
Se gana en el corazón. Se gana Amando.
Hari Krishan Singh
Cada vez que leo o escucho que la
Tierra está cambiando su vibración y que todos nosotros estamos más cerca de la
“iluminación”, miro a mi alrededor para ver si me estoy perdiendo algo bueno,
porque lo que veo mirando al frente no me indica que avancemos ni un ápice en
nuestro crecimiento como raza.
Y cuando leo
de rejillas, de nuevos portales de energía, me quedo tan frio como cuando
escucho hablar de la evolución del planeta. Convivimos con el hambre, con la
miseria y con las guerras, votamos y elegimos a mandatarios corruptos,
asistimos a los oficios que dirigen las distintas confesiones que viven
enfrentadas, las diferentes civilizaciones se observan de reojo, sin fiarse
unos de otros, los mas locos matan por no sabemos muy bien que, unos matan a
cientos para defender sus ideas o para satisfacer a su dios, otros de uno en
uno para ganarse la vida. Todo eso genera en el mundo sufrimiento, odio y
temor. El respeto, y la generosidad con el otro no existen. Ante esto me sigo
preguntando, ¿Dónde está el avance?
La vibración
de la Tierra no va a cambiar sola, como no cambia la de las personas porque si.
La persona tiene que trabajar para sí misma, y será ese trabajo y su cambio el
que consiga que la Tierra cambie su vibración. Pero no será el de una sola
persona, han de ser miles, millones las personas que cambien para afectar a la
vibración de la Tierra.
No amigos,
no existe tal evolución del Planeta. Lo que existe es la evolución de las
personas, y hoy más personas que ayer se encuentran un poco más adelante en el
camino del despertar, ¡Solo faltaría que no fuera así!, pero nada
extraordinario, cada persona va a tener que seguir haciendo su trabajo, la tan
cacareada evolución de la Tierra no la va a llevar en volandas. Es al
contrario, es la evolución de las personas la que va a conseguir la evolución
del Planeta. La diferencia estriba que en el mundo de la globalización en el
que nos movemos nos apuntamos los méritos de otros, o creemos que hemos
alcanzado algo porque tenemos la oportunidad de leer algo de alguno de los
enseñantes, pero eso no basta. No basta con leer, no basta con escuchar, hay
que practicar, hay que practicar el Amor. Nada más tiene valor. La evolución,
la espiritualidad no se gana en las cocinas comiendo verdura, ni en los centros
de retiro manteniéndose diez días en silencio, ni en las bibliotecas leyendo
tres libros diarios. Se gana en el corazón.
Proponía en
la entrada anterior cambiar conscientemente los pensamientos para influir en
las formas de pensamiento globales. Esto es más de lo mismo. Es la única manera
de influir en los otros. Es la única manera de avanzar como raza.
Para empezar
digamos “no al no”. Vamos a dejar de manifestarnos por el “No a la guerra”, por
el “No al terror”, por el “No a la discriminación”. Cuando hacemos eso estamos
pensando en la guerra, en el terror y en la discriminación para negarlas, y eso
supone darles energía.
Cambiemos la pancarta en nuestra
manifestación por “Si a la Paz”, “Si al Amor”, “Si a la Igualdad”.
Pasemos de la cocina al respeto del
otro, pasemos del retiro a la humildad, pasemos de la biblioteca a la
generosidad, pasemos del ego al corazón, pasemos de las ínfulas al Amor. Esa es
la única manera en que la Tierra va a cambiar su vibración.
jueves, 12 de noviembre de 2015
Aquí está la solución a tus problemas (y final)
Es muy fácil decirlo, pero me ha costado bastante tiempo
llegar a mi interior, y además, cuando consigo llegar, siempre sucede algo, un
ruido, una música, un pensamiento, que me devuelve de inmediato al exterior volviendo
a la locura de la vida, y además no soy consciente de inmediato, tardo en
reaccionar. ¡Engancha tanto la mente!
Sin embargo, algo sucede cuando
entro: La locura se vuelve paz, el deseo se vuelve aceptación, el deseo de
venganza se vuelve perdón, la tristeza se transforma en alegría, el estrés se vuelve sereno, el orgullo
convive con la humildad y el desdén se vuelve compasivo. La preocupación
desaparece y el miedo se desvanece en brazos del amor. Encuentro justificación
a la sinrazón del mundo, me olvido de juzgar a mi vecino y de criticar a mi
jefe, entiendo a todo el mundo. A mí no me importa. Todo está bien.
Los deseos materiales se evaporan
como el humo, y aparecen otro tipo de deseos, los deseos espirituales, pero no
agobian, no preocupan, todo tiene su tiempo, las cosas de Dios también lo
tienen.
Dentro de mí no existe ni pasado, ni
presente ni futuro. Sólo ahora. Sé que soy un ser espiritual viviendo una
experiencia humana, sé que soy lo que quiero ser, sé que nada en la vida es
permanente, ni importante, ni imprescindible, sé que todo es pasajero, ya que también
lo es la misma vida.
Sé todo lo que necesito saber, y
tengo todo lo que necesito tener. No necesito más. Todo está en mi interior.
Todo está bien.
sábado, 7 de noviembre de 2015
La vida sin Amor
Es mayor nuestro deseo de ser
espirituales,
que nuestra voluntad para trabajar y conseguirlo.
Hari Krishan Singh
La sociedad está total y absolutamente centrada en
la materia, manteniendo completamente abandonado al espíritu. Alguien puede
pensar que para mantener el espíritu ya están las religiones, sin embargo,
tampoco es así.
¿Cómo aprendemos en nuestro crecimiento?, ¿Qué saben
del Amor nuestros padres, nuestros maestros, nuestros modelos?, no saben nada,
absolutamente nada. Esta es la raíz del problema. Los que tienen que enseñar lo
que es el Amor, lo que es la felicidad, lo que es la paz a los que llegan a la
vida, no saben. Por eso cuando sus hijos crecen y tienen que enseñar a sus
propios hijos, tampoco saben.
Alguna vez, alguien tendrá que romper la inercia de
ignorancia que inunda la Tierra. Y aunque es cierto que cada vez son más las
personas que comienzan a tener un conocimiento teórico de la auténtica realidad
de la vida, es necesario que esa teoría se concrete en práctica para que la
nueva enseñanza se cimente en los conocimientos realmente necesarios para
superar con nota la principal asignatura de la existencia del alma: El Amor.
Pero pasar de la teoría a la práctica es un paso
complicado en el que se necesita una buena dosis de voluntad para dejar de
leer, o de ver, o de escuchar, para practicar. Vale más un gramo de práctica
que toneladas de teoría. Y hoy por hoy, todo queda en las frases bonitas que
colgamos en las redes sociales o en los libros que vamos leyendo antes de
dormir o en los medios de transporte. Es más un deseo de ser espiritual que
trabajar para conseguirlo. Pero menos es nada, está bien, por algo se empieza.
Si los Maestros, si los guías, si todos los que nos
contemplan desde el otro lado de la vida, pudieran expresar alguna emoción, sería
expectación. Ellos que están poniendo a nuestro alcance, de manera permanente,
los medios para que podamos conseguir nuestro fin, pueden comprobar cómo no
solo vamos desperdiciando todas las oportunidades vida tras vida, sino que
cargamos a nuestras espaldas nuevos episodios de desencuentros con nuestros
hermanos.
Y no se molestan, y no se enojan, y no lo tienen en
cuenta para privarnos de nuevas oportunidades, ellos siguen cuidándonos con
mimo y nos siguen ofreciendo y entregando su Amor de manera desinteresada, de
la misma manera que lo hace una madre hacia su bebé recién nacido.
Habría que ver como se comportarían nuestros egos en
las mismas circunstancias: Ofreciendo oportunidades que son reiteradamente
rechazadas. Es seguro que se escucharían comentarios como: “Púdrete, con todo
lo que hago por ti y no lo aprovechas”, “Nunca más me pidas ayuda”,
“Desagradecido”, “Todo lo hago por tu bien”, y un sinfín de lindezas por el
estilo. Es lo que hacemos habitualmente.
Dios no lo hace y sus ayudantes más cercanos
tampoco. En nuestro comportamiento está la primera diferencia, ahí está la
prueba irrefutable de nuestra falta de Amor. Llevemos el ejemplo a nuestra vida
diaria. ¿Somos capaces de demostrar esa paciencia infinita, que no es más que
una demostración de Amor, con cualquiera de nuestra familia o amigos?
Conocemos de sobra como es la vida sin Amor porque
es nuestra propia vida, porque es la vida de la Tierra. ¡Cuántos momentos de
tristeza, de ansiedad, de dolor, de melancolía, de miedo!, ¡Cuanta locura,
cuanta sinrazón!, ¡Cuántas muertes, cuanta hambre, cuanta injusticia! Nada de
eso se tiene o se da cuando se Ama. La vida que podríamos disfrutar por su
increíble belleza, la hemos convertido en un valle de lágrimas. Todos los
frutos que regala la generosidad de la Tierra los acaparan cuatro que los
venden al resto a precio de oro. Nos matamos los unos a los otros física y
emocionalmente por una moneda, por un espacio de poder, por un instante de
gloria.
Queremos poder, queremos gloria, queremos riquezas,
pero tenemos mal enfocado nuestro objetivo, porque queremos conseguirlo a costa
de nuestros hermanos, explotándoles a ellos, robándoles, engañándoles,
matándoles. Hay que variar ciento ochenta grados la mira y apuntar al corazón,
a nuestro corazón, y dispararle sus propios dardos, que no son otra cosa que
amor.
Cada dardo lleva implícito una de esas frases
bonitas que corren por las redes sociales, para que su esencia impregne cada
célula y paulatinamente se vaya integrando en el ser.
Permitámonos recordar alguna de las frases para
comenzar el trabajo de integración:
Es dando que se recibe.
Quien realmente Ama sólo
desea la felicidad del otro.
Es bendiciendo como somos bendecidos.
Juzgar y criticar diciendo “Es por tu bien”, no es
Amor, es ego.
Es amando como vamos a recibir amor.
No desees para los demás lo que no deseas para ti.
Con la vara que mides te medirán.
Somos lo que pensamos.
Vivimos la vida que hemos decidido vivir.
Si algo de tu vida no te gusta cámbialo. Si no
puedes acéptalo.
El resultado siempre será el mismo si siempre haces
las cosas de la misma manera. Si quieres que cambie el resultado final has de
modificar la manera de hacer.
El pensamiento es creador.
No dejes que tu mente te lleve al pasado, ya pasó.
No dejes que te lleve al futuro, es fantasía. Déjala serena y tranquila en este
momento.
Cuando pienses, cuando hables, cuando hagas piensa
que quien está delante de ti eres tu mismo.
Somos esclavos de todo lo que hemos conquistado.
Antes de intentar cambiar a otros cambia tú.
Tus pensamientos y tus acciones de hoy están
determinando como será tu mañana.
Solo se puede ser feliz quien se conforma con todo.
Mientras no se cambie el punto de mira no solo no
viviremos en el Amor, sino que ni tan siquiera se puede saber de qué se está
hablando. Es seguro que los que se han erigido en “jueces del mundo”, en “críticos
intolerantes”, en “perfeccionistas de los demás”, desprecian cualquier idea o
creencia que no sea coincidente con la suya propia. Esa es una manifestación
más de la falta de Amor y de la sobredosis de miedo que arrastran, porque de la
misma manera que la oscuridad es falta de luz, la falta de Amor provoca miedo.
Miedo a que otros sean mejor que él, miedo a que le quiten la razón, miedo a
que le engañen, miedo al ridículo, miedo a lo que puedan pensar los demás,
miedo a perder lo que ha conseguido, miedo a la muerte, miedo a la vida. Aunque
pudiera parecer lo contrario, no se valora a si mismo, por eso es imposible que
conozca la valía de los demás, tampoco se respeta, razón por la que maltrata a
todo el mundo, camina por el mundo aterrado tratando de ver entre las sombras
para preservar su integridad. Vivir así es no vivir, y no vive porque no sabe
de Amor.
Puede parecer exagerado, pero no lo es. Reflexiona sobre
tu vida. Es posible que encuentres alguna coincidencia, y si no la encuentras
en tu vida, (a veces nos cuesta ver realmente como somos), observa las vidas de
los que te acompañan en ella.
Sabemos que algún día finalizará tremenda locura, aunque
desde el observatorio actual de la vida no parezca próximo dicho fin.
viernes, 23 de octubre de 2015
Aquí está la solución a tus problemas (2)
¿Cómo entrar en el interior de uno
mismo? Es muy posible que esta sea la segunda pregunta del millón. Después del
¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿Adónde voy?, esta creo que es la pregunta que
le sigue en importancia a las preguntas de la identificación, a esas preguntas
en las que la respuesta nos sitúan un poco bajo el foco de lo que somos los
seres humanos. Porque una vez sabido quienes somos, hemos de contactar con
nosotros mismos, y ese contacto se va a realizar dentro, mirando al corazón,
escuchando al alma; y para establecer el contacto dentro, hay que entrar, y
para entrar hay que saber cómo.
Ya son muchas las personas que saben
que son hijos de Dios, y saben que hacen aquí, pero no terminan, o mejor no
empiezan a actuar como tal, como abanderados de la Divinidad, podríamos decir,
espero no cometer un sacrilegio, como los auténticos voceros de Dios, como los
auténticos representantes legales de sus intereses en la Tierra, ¿Quién mejor
que un hijo para representar al Padre?
Y ¿Por qué no lo hacen? Pues porque
no saben muy bien cómo actuar, el conocimiento que tienen es meramente
intelectual, falta la experiencia, a pesar de esas meditaciones en las que
cuando finalizan dicen “que fuerte”. Ese “que fuerte”, es como una gota de agua
recibida, en comparación con el océano que les está esperando. La realidad es
que pasar del conocimiento intelectual a la voz de la experiencia por haber
integrado el conocimiento es posiblemente el paso más difícil que hemos de dar
como seres humanos. Y ese paso es precisamente entrar a nuestro interior.
Por eso tenemos que hablar de la
relajación, de la meditación, del viaje a la India, de la charla que escuchamos
al maestro, al gurú o al monje tibetano, por eso tenemos que hablar de una
determinada técnica o de lo intenso que fue el último intensivo. Todo esto son
pasos correctos y posiblemente necesarios, aunque no imprescindibles, para
poder dar el paso hacia nuestro interior, paso que significa dejar de vivir en
la cabeza para vivir en el corazón, paso que significa abandonar la periferia de la conciencia para sumergirnos totalmente en ella.
El viaje hacia el interior, se
realiza suavemente, deslizándose con la respiración consciente, después de
dominar los pensamientos, manteniendo una atención constante y aceptando todo lo
que el fluir de la vida nos ofrece, que no es más que aquello que nos envía el
Universo, fruto de la atracción que nuestros pensamientos han generado con
anterioridad.
Las cinco líneas anteriores bien
podrían ser el prologo de cientos de tratados que hablan de la respiración
consciente, de la atención plena, de la meditación, del perdón y de la
aceptación, de la fuerza de los pensamientos y de las Leyes del Universo.
Cuando me siento delante de la
computadora para escribir lo que será un nuevo post, lo hago solamente con una
idea inicial, una especie de titulo, y nunca sé, en ese momento hasta dónde
puede llegar. Es tecleando que van apareciendo las ideas que se van plasmando
prácticamente sin ser totalmente consciente. En este caso, al llegar a estas
cinco líneas he sido consciente de que me he metido, o me han metido, en un berenjenal,
y de que la salida no va a poder ser lo que pretendía, que era escribir un post
de dos folios máximo, esto se va a tener que convertir en una especie de
tratado. No, por supuesto que no lo voy a hacer, no estoy preparado para eso,
ya hay maestros que han dictado esos tratados, pero si voy a intentar, resumir
ese prólogo de tratados según mi humilde, corta y personal experiencia.
Así que aquí termina esta segunda
entrada. Seguiré, utilizando el mismo titulo en las siguientes
.
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lunes, 5 de octubre de 2015
En el umbral del Paraiso-(La vida de Ramón)
Esta es la
historia de Ramón, un jubilado a punto de cumplir setenta años, ahora abuelo a
tiempo completo, que como hobby ha dedicado media vida a la búsqueda de algo,
que el mismo no sabe muy bien cómo definir, pero que casi a media voz, como si
le diera vergüenza, dice “busco a Dios, pero me siento tan poquita cosa”.
Ramón es una excelente persona, el
primero en ayudar en las distancias cortas, aunque alejado de los grandes
compromisos, ya sean sociales, económicos, políticos o religiosos. Sus familiares
con ese cariño infinito que sienten por él le dicen con frecuencia: “Ramón, o
papá”, según de donde venga la perorata, “es que no puedes ayudar a todo el que
se te acerca, no puedes perdonar lo que te deben, no puedes hacerte el tonto de
esa manera porque te están tomando el pelo”.
“Mira”, contesta él, “si pueden
devolvérmelo y no lo hacen, no es mi problema, es el suyo. Para mí no es
imprescindible, y si creyendo que soy tonto y me engaña, él es feliz, pues
¡Bendito sea Dios!, allá él con su conciencia”.
Esta es su manera de ir por el mundo.
No entiende de separatismos políticos o religiosos, no entiende la
discriminación, no entiende, por ejemplo, cuando desde las altas jerarquías de
la iglesia condenan sin paliativos a homosexuales, a divorciados o a madres
solteras. “Ahora afortunadamente”, dice, “tenemos un Papa que sí parece que
habla por boca de Dios, al menos más que otros”.
Ramón es un observador, no habla,
solo escucha, y eso le ha hecho conocedor de la idiosincrasia humana. Como él
dice: “Cuando abren la boca ya sé si hablan con verdad o me va a engañar” o,
“dejarles que hablen, pobrecitos, es su única manera de tener protagonismo”.
No ha realizado ningún tipo de cursos
o talleres tan de moda hoy día, no hace intensivos ni retiros, él sólo lee y
medita. Me contaba que le tenía un miedo cerval a la muerte y que a través de
la lectura empezó a pensar en la lógica que tenía la reencarnación y en que
todo lo que venimos a hacer a la vida es aprender, “Aunque tengo que
reconocer”, dice, “no sé muy bien cuál es el aprendizaje. Los autores no se
ponen mucho de acuerdo, lo que me da a entender que no lo saben. Me gusta eso
que tú dices de que sólo tenemos que aprender a amar, parece lógico”.
Lo que iba asimilando de los libros
lo ha ido incorporando a su propio ser a través de la meditación. Me contaba de
su experiencia meditativa: “La reencarnación me empezó a parecer lógica
observando la tontería de mucha vidas, y sobre todo tantas y tantas vidas vacías,
carentes de amor y de cariño, y sobre todo con tantos engaños. Tenía que haber
algo más pensaba. Pero a medida que avanzaba en mi meditación, era como si en
cada meditación recibiera información adicional, porque al finalizar la
meditación parecía que había integrado en mi ser, en el lugar donde se acumula
la sabiduría, que no se cual es, lo que había leído y aceptado como cierto.
Esto hizo que desapareciera el miedo a la muerte y empezara a plantearme otros
objetivos de vida”.
“¿Cuáles son esos otros objetivos?”, pregunté
yo, dando por sentado que los objetivos anteriores eran los que todo el mundo
tiene, buscar la felicidad, aunque no lo sepan, pero tratando de encontrarla en
los lugares equivocados. “Los objetivos que ahora busco”, contestaba Ramón, “es
hacer felices a los demás. Eso me hace feliz. Lo leí una vez, y no lo entendía
muy bien, pero ahora, al practicarlo, lo he entendido perfectamente. Mi
felicidad pasa por la felicidad de los que me rodean”.
Si tenía alguna duda de la bondad de
este hombre, ahora se había disipado. Pero la razón de esta entrada, no es por
su bondad, ni sus anécdotas, es por lo que me siguió contando Ramón:
“Últimamente me están pasando cosas muy raras, y cada vez con más frecuencia. A
veces es como si me desconectara del mundo. Estoy con mi esposa, con mis hijos
o con mis nietos, y la mente, que ya sabes lo caprichosa que es, da entrada a
un pensamiento del tipo: ¿Qué será de Ana, mi nieta, el día de mañana?, y en
ese momento surge la desconexión y me entra una serenidad especial, y esa
serenidad lleva implícito no que sepa que será el día de mañana, sino que no debo
preocuparme porque lo que va a ser ya lo ha pedido, lo ha pactado y lo ha
programado, así que no va a ser lo que ella no quiera ser”. “Ya sé”, siguió
Ramón, “que eso, ni ella, ni nadie de la familia lo saben, ni tan siquiera yo,
pero la sensación que recibo, o la energía como tu dices, me serena hasta el
extremo de dar las gracias a Dios”.
“Te ha sucedido en más ocasiones”, le
pregunté.
“En muchas más”, me contestó, “prácticamente
cada vez que tengo alguna duda, alguna pregunta, alguna inquietud, de alguna
manera es como si me desconectara de la vida y me enchufaran a no sé donde,
pero me llega tal serenidad que dan ganas de seguir teniendo dudas. A veces
incluso después de eso, se la respuesta a la pregunta que me hacia en mi mente,
y sin que nadie me diga nada, se que lo sé”.
“Ramón”, le interrumpía yo, “eso es
como estar en el umbral del Paraíso. Es como si estuvieras aquí y Allá. Y ¿Qué haces?
“Nada”, contestó él, “doy las gracias”.
jueves, 24 de septiembre de 2015
Enfados del alma (2)
Hasta prácticamente
hoy, nunca, o en contadísimas ocasiones entraba en el blog para ver
comentarios. Creo que lo he hecho una o dos veces, con lo que los comentarios
ahí están, pero nada más.
Cuando hoy he entrado
he visto alguno como el que trascribo a continuación: “Hola, me gustaría que
profundizaras en el comentario del enfado del alma, porque no me queda nada
claro que las enfermedades vengan de un enfado del alma”. Este comentario es
del 8 de Abril y fue motivado por una mini entrada, (las entradas minis, que
son casi pensamientos, las recojo en algo que denomino “Perlas para el alma”).
No sé a quién pertenece el comentario porque aparece como anónimo. Espero que
lea esta entrada para aclarar en lo posible sus dudas.
La entrada en cuestión
decía: La verdadera y futura curación se
efectuará cuando la vida del alma pueda fluir sin impedimento ni obstáculo a
través de cada aspecto de la materia, pudiendo entonces vitalizarla con su
potencia y eliminar así los bloqueos que son fuente de enfermedades.
Un sinfín de enfermedades tienen su origen en un enfado del
alma. Solo hay que ser honestos con uno mismo, escuchar lo que dice el corazón
y seguirlo al pie de la letra.
Para entender, en
primer lugar, que el alma se enoje, y en segundo lugar, que sea origen de
enfermedades, por supuesto no de todas, es imprescindible saber que el ser
humano cando nace a una nueva vida tiene, normalmente, un bagaje de vidas
importantes a sus espaldas.
Lo que nace a una nueva
vida es un cuerpo, pero de ese cuerpo, toma posesión “algo” que permanece
inmutable vida tras vida, “algo” eterno, “algo” divino, ese “algo” es el alma.
El alma es un chakra que se encuentra situado a unos treinta centímetros por
encima de la cabeza. El cuerpo físico se encuentra dentro del radio energético
del alma, podemos decir, por lo tanto, que somos un alma que contiene un
cuerpo, más que un cuerpo que contiene un alma.
Es el alma quien
atesora los recuerdos de todas las experiencias vividas en los diferentes
cuerpos que ha ido habitando en la materia. Es el alma quien recuerda muertes
traumáticas, quien recuerda maltratos, quien recuerda engaños y traiciones,
quien recuerda amores y desamores, quien recuerda felicidad y sufrimiento. Es
el alma también quien firma, (por expresarlo de una manera que entendamos), el
contrato de vida, por lo tanto sabe perfectamente la razón de su venida a un
cuerpo, sabe el porqué de cada encuentro, sabe la razón de miedos y traumas,
sabe cuál es el trabajo a realizar y cuando debe hacerse.
El problema es que
cuando alcanzamos el uso de razón para la humanidad perdemos el contacto con el
alma para la espiritualidad. Nos enseñan a creer en lo que vemos y tocamos, y
claro el alma no se ve. Nos hablan del alma, como nos hablan de Dios, pero sin
enseñarnos que es realmente el alma y quién es realmente Dios. Nadie nos habla
de nuestra divinidad, nadie nos dice que somos eternos, nadie nos dice que vivimos
desde siempre y que vamos a vivir para siempre.
Por lo tanto todo lo
que conoce el alma no lo conoce la razón, pero no porque sea imposible, sino
porque vivimos desconectados del alma.
Como no somos capaces
de conectarnos con nuestra alma, de alguna manera tenemos que recibir los
“imputs” para hacer aquello que hemos pactado hacer. Sólo el alma lo sabe. Es
el alma la única que puede hacer algo para que reaccionemos y encaminemos
nuestros pasos hacia el punto que teníamos previsto antes del nacimiento del
cuerpo.
¿Cómo lo hace? El alma
se encarga de enfermar al cuerpo con la enfermedad necesaria para pagar Karma
con el sufrimiento por la enfermedad, o
para visitar a un terapeuta que le enseñe a la persona a meditar para sanarse,
o para encontrarse con alguien que le hable del perdón, o para que haga aquello
que necesita para la realización de su contrato.
Permitirme que haga un
punto y aparte para recomendaros que leáis, si no lo habéis hecho la entrada
que lleva por título “La mochila kármica de los bebés”. En ella relato cuatro
casos en los que los recuerdos que el alma trae de otras vidas están afectando
a la vida actual.
A
estas enfermedades que son un aviso del trabajo a realizar, es lo que yo llamo
“enfados del alma”. No son tales enfados, el alma no se enfada nunca, solo hace
su trabajo para que “nosotros” hagamos el nuestro.
Nos
ahorraríamos enfermedades y sufrimientos si realizáramos el trabajo más
importante: Conectarnos con el alma, vivir desde el alma.
La información que aparece en “La
mochila Kármica de los bebés” ha sido recibida a través de varias canalizaciones
que han realizado los papas de los niños, que presentaban diferentes problemas
a los que no parecía encontrársele explicación. Si alguien estuviera interesado
en realizar alguna canalización podéis escribir a mi correo alvaga88@gmail.com
Ya he tomado las medidas oportunas
para leer a partir de ahora cualquier comentario que se realice en cualquier
entrada. Me llegará de inmediato.
miércoles, 23 de septiembre de 2015
Apana Vayu Mudra - Mudra del corazón
APANA VAYU MUDRA –
MUDRA DEL CORAZÓN
Cómo se hace:
Las puntas de los dedos corazón y anular tocan la punta del
dedo pulgar, mientras que el dedo índice toca la base del pulgar, manteniendo
recto el dedo meñique.
Sirve para:
Beneficia el corazón.
Funciona como una inyección en la reducción del infarto.
Es tan poderoso como una pastilla debajo de la lengua.
Reduce los gases del cuerpo.
Duración:
Practicar tantas veces como se pueda.
Pacientes con problemas cardiacos y pacientes BP practicar
durante 15 minutos cada día. Dos veces al día para obtener mejores resultados.
Beneficios:
Fortalece el corazón y regulariza las palpitaciones.
Regula el sistema excretor.
Reduce los problemas gástricos.
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