El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 7 de octubre de 2022

Despierta

         


            La vida está llena de corazones enormes que aman, pero que permanecen dormidos bajo los efectos anestesiantes de la sociedad, mientras que la sociedad, si tuvo corazón alguna vez, ya no se acuerda. La sociedad empezó a perder su corazón cuando permitió el primer asesinato, cuando patrocinó la primera guerra, cuando distribuyó por el mundo drogas y alcohol, cuando se lucró con la explotación del hombre, de la mujer, del niño; cuando empezaron a proliferar los “ismos”, terrorismo, capitalismo, racismo, consumismo, nacionalismo, y una sociedad sin corazón, es una sociedad muerta.

          Vivimos en una sociedad sin alma, sin corazón, sin escrúpulos; ¡pero la sociedad, la forman las personas!, ¿cómo es posible que personas con corazones enormes que aman, puedan formar una sociedad sin corazón?: Por la anestesia de la propia sociedad. La sociedad anestesia creando necesidades a sus componentes, y estos, dormidos, responden como autómatas.

          La sociedad crea la necesidad de tener casa en propiedad, casa de segunda residencia, vacaciones cuanto más lejos mejor, coche para cada miembro de la familia, televisión en cada sala de la casa, días especiales: del padre, de la madre, de reyes, consumo, consumo, consumo. Resultado: cincuenta años de hipoteca, trabajar de sol a sol a sueldos de miseria, no tener relación con la familia, ¡no vivir!. En lugar de vivir los componentes de la sociedad, mueren para satisfacer las necesidades que la sociedad les ha creado.

          La sociedad es muy lista, cuando se encuentra con miembros que no caen en las redes del consumo, genera necesidades de discriminación: necesidades religiosas y necesidades políticas. Lo importante para la sociedad es que ningún miembro consiga despertar su corazón, y solo le den vueltas y vueltas a su cabeza para ver la manera de consumir más, para ser uno de los miembros más respetados de la sociedad.

          ¡Despierta!, ¡despierta! La sociedad eres tú. Si tú despiertas y tú cambias vas a cambiar el mundo. Tú puedes sacar a la calle el Amor, y la energía del Amor es mucho más poderosa que toda la anestesia de la sociedad.

          Imagina si en vez gastar el dinero en equipos de futbol se gastara en investigación. Imagina si el dinero que se dedica a financiar los ejércitos y las guerras lo enviaran a países africanos, asiáticos, centroamericanos. ¿Dónde quedaría el hambre?, ¿dónde quedaría la discriminación?, ¿dónde quedaría la enfermedad?

¡Despierta!, ¡despierta! Ayuda a despertar a los demás, y entre todos, poco a poco, construiremos un mundo distinto, un mundo mejor, para nuestros hijos, para los hijos de nuestros hijos, para sus nietos, para todos. A fin de cuentas, si existe la reencarnación, volveremos un día, y podremos así encontrarnos con el vergel que ahora estamos ayudando a destruir.       

¡Despierta!, ¡despierta!

 

jueves, 6 de octubre de 2022

Hermanos

  


Capítulo XI. Parte 1. Novela "Ocurrió en Lima"

        El resto de la semana paso en un santiamén. El miércoles volví a comer con Diana, esta vez en mi casa. Había hecho suficientes macarrones y pensando en lo sola que podría encontrarse llamé a su puerta para invitarla.

-    Hola Antay –me saludó cuando abrió la puerta. Intentaba sonreír, pero no conseguía más que una extraña mueca- Me alegro verte –dijo. Y estaba seguro de que era cierto y no un simple cumplido.

-    ¿Cómo estás? –pregunté, más por cortesía que para conocimiento. Estaba claro que no estaba bien.

-    He tenido días mejores –pobrecita, pensé. Su tristeza, de inmediato, hizo que mi mente viajara a la misma situación en la que yo llegué a encontrarme por la misma razón. En ese instante, me hice la promesa de ayudarla en todo cuanto pudiera para que su dolor fuera lo más corto posible.

-    Te invito a comer. He hecho unos macarrones exquisitos. ¿Te animas?

-    Sí. Gracias –salió, cerró su puerta y entró conmigo en mi casa. Nada más entrar dijo- Tengo otro problema. Aún no lo saben mis padres y aunque sé que se van a alegrar porque nunca les gustó Rafael, tendré que aguantar el sarcasmo de mi padre y la conmiseración de mi madre.

-    Creo que tendrías que decírselo ya –le dije y continué- cuanto antes enfrentes los problemas mejor, porque si no tendrás un doble sufrimiento. Uno por la separación y otro por tener que hacerlo público. Por lo menos libérate del segundo.

-    Tienes razón. En cuanto terminemos de comer llamo a mi madre y se lo cuento.

-    ¿Tienes hermanos? –pensaba que un hermano con el que se llevara bien sería de mucha ayuda en este momento.

-    Tengo un hermano mayor, pero es como si no lo tuviera. No nos llevamos bien. Y no sé por qué. Nunca hice nada. Para mí siempre fue mi ídolo, pero parece que no quería admiradores. Siempre me trató como si fuera un trapo.

Nos sentamos a almorzar y en un momento de silencio volví a escuchar la voz de Ángel:

-    Para entender las razones por las que dos hermanos no se llevan bien hay que comprender los motivos por los que eligen encarnar las almas.

>> Cuando encarnan, todas las almas tienen los mismos objetivos, que son recordar su divinidad y aprender a amar. Pero cada alma tiene un recorrido diferente en la materia. Unas han vivido más vidas que otras, todas con diferentes experiencias, y cada una llega a la materia con un carácter diferente, en función de las vidas vividas.

>> Los hermanos no tienen por qué ser, almas afines. Tienen, una vez en la materia, objetivos diferentes y eso hace que, en más ocasiones de las que fueran de desear, exista entre ellos rivalidad, celos, envidia, lo que hace que en su subconsciente se vayan generando razones para la separación.

>> Eligen, ambos, nacer en una misma familia para limar asperezas que hayan podido tener en vidas pasadas, para cerrar círculos, pero como ya hemos dicho, al no recordar la razón de su encarnación, viven desde la mente dándole a esta todo el protagonismo, primando en ellos los pensamientos erróneos y las caóticas emociones que les embargan.

>> De esta manera desaprovechan una magnífica oportunidad para avanzar en su aprendizaje del amor y en su camino hacia Dios, lo que les va a obligar a encontrarse en una próxima vida para trabajar, también, el desaguisado generado en la vida actual.

>> Todos los círculos deben cerrarse. No puede quedar en suspenso una mala relación. En el amor no existen celos, ni envidias, ni egoísmo, ni manipulación. El amor abarca a todos. Si queda algún cabo suelto es síntoma inequívoco de que aún falta un trecho en el aprendizaje.

>> ¿Crees tú que alguien pueda acercarse a Dios llevándose mal con su hermano? Es imposible.

-    Descubrí que, si Ángel podía hablarme sin estar presente, yo podía hablarle sin palabras y le pregunté en el mismo silencio con el que él me hablaba- ¿Qué puede hacer Diana para cambiar esa relación con su hermano, para que sea armónica?

-    Con su hermano y con cualquiera. No debe entrar al trapo en ninguna ofensa, en ninguna discusión, en ningún desprecio. Si siente que, en su interior, existe algún tipo de ira o resentimiento, debe perdonar, de la misma manera que ya te expliqué y, después de eso, puede bendecirle.

-    Nunca me has hablado de la bendición- quise aclararle, aunque supongo que no necesitaría tal aclaración.

USHAS MUDRA – MUDRA DEL DÍA

 USHAS MUDRA – MUDRA DEL DÍA



Su nombre se deriva del término ushas, que en sánscrito significa "amanecer". También se le conoce como "mudra del día" y "el origen de todas las cosas buenas".

Cómo se hace:

HOMBRES: Cruzar los dedos, de manera que el pulgar derecho quede sobre el izquierdo y presionar ligeramente el pulgar izquierdo con el derecho.

MUJERES: Colocar el pulgar derecho entre el pulgar izquierdo y el índice, ejerciendo presión con el pulgar izquierdo.

Sirve para:

Concentra la energía sexual del segundo chakra y la orienta a los chakras superiores.

Duración:

Entre 5 y 15 minutos diarios.

Beneficios:

Ayuda a despejarse por las mañanas, así que se puede practicar cuando aun estés medio dormido.

Armoniza el sistema hormonal.

Otorga agilidad mental e interés por las cosas.

miércoles, 5 de octubre de 2022

APANA MUDRA – MUDRA DE LA DIGESTIÓN

 

APANA MUDRA – MUDRA DE LA DIGESTIÓN 


Cómo se hace:

Las puntas de los dedos corazón y anular tocan la punta del dedo pulgar, manteniendo estirados los otros dos dedos restantes.

Sirve para:

Desempeña un importante papel en nuestra salud ya que regula el sistema excretor.

Expulsa sustancias tóxicas del organismo.

Elimina problemas de vejiga.

Duración:

De 5 a 45 minutos diarios

Como cura, 3 veces al día durante 15 minutos.

Beneficios:

Regula la diabetes.

Cura el estreñimiento.

Ayuda a excretar con regularidad.

Ejerce un efecto equilibrador sobre el estado de ánimo.

Otorga paciencia, serenidad, confianza, equilibrio interior y armonía. 

El tiempo todo lo cura

 




Capítulo X. Parte 6. Novela "Ocurrió en Lima"

Sacando unos marcos de fotos, de una de las cajas, recordé las fotos que el padre de Indhira tiene en la mesa de su despacho y, entonces, fui consciente de que llevaba veinticuatro horas sin acordarme de Indhira, ni de mi desastrosa despedida del sábado anterior. Es cierto que el tiempo lo va curando todo, porque ya no me parecía tan desastrosa como en un principio.

No cabe ninguna duda de que nuestro estado emocional está conectado, por completo, al pensamiento. Un día intenso de trabajo, sin tiempo para pensar, ha sido suficiente para dejar de lado toda la parafernalia asociada a la mente. No me he sentido mal por mi actuación con Indhira, ni me he sentido ni bien ni mal por la impresión que causó en mí, ni tan siquiera le he dado vueltas a la progresión o a las regresiones realizadas con Ángel, ni me he cuestionado que estaba haciendo abriendo cajas para Diana, a la que ayer no conocía. ¡Cuánto poder tiene el pensamiento!

Comenzaba el trabajo, propuesto por Ángel, de amarme a mí mismo, aprendiendo, primero, a compararme con otros más bajos, más feos o menos inteligentes que yo y, segundo, dejando de compararme. Ahora me atrevo a añadir un nuevo punto, centrarme, con total atención, a lo que sea que esté haciendo, en cada momento. Es lo que Ángel define como “todo está bien”. Pero, también, he aprendido otra cosa: Nadie aprende en cabeza ajena. De poco sirven los discursos. Es mucho más importante un segundo de práctica que toda la teoría del mundo.

A las siete de la noche el departamento de Diana estaba en perfecto estado de revista. Nadie hubiera dicho que se había mudado la tarde anterior. Hasta colgamos algunos cuadros y fotos, que le hacían ilusión,
en el salón y en su habitación.

Durante unos momentos tuve una ligera discusión con mi pensamiento. Él insistía en que debía de irme a casa, haciendo una despedida parecida a la que le había hecho a Indhira. Mi opinión era diferente. Pensaba que estaba sola y que se sentía desprotegida. No es que quisiera convertirme en su protector, pero no podía dejarla abandonada sin más.

Ganó mi opción y le ofrecí a Diana cenar antes de despedirnos. Yo me encargué de pedir algo para la cena.

Estábamos los dos tan cansados que, una vez terminada la cena, decidí despedirme.

-    ¿Estarás bien? –le pregunté mientras me levantaba para irme a casa.

-    Si, Antay. Muchísimas gracias. Has hecho hasta bonito el que podía haber sido el peor día de mi vida. Te lo agradezco infinito. Nunca llegarás a entender el bien que me has hecho. Nunca lo olvidaré.

-    Bueno, Diana, no exageres. Cualquiera hubiera hecho lo mismo. Descansa. ¡Hasta mañana!

La lucha del guerrero

 Lunes 3 de octubre 2022

 

¡Caray!, cuánto tiempo ha transcurrido desde la última vez que pasé por aquí.

Y es que el día, cada vez, se me hace más corto, porque entre las tareas, que me tocan, de la casa, y las terapias, se va una buena parte del día. El resto lo paso escribiendo, pero como lo hago en varias ventanas a la vez, asomarme al diario es, casi, la última opción.

Pero hoy mientras me duchaba ha pasado una idea por mi cabeza, (que no es nueva), y que merece archivarse, con honores, en la intimidad de un babau, es decir, aquí.

Se trata de la muerte.

Decía que no es nueva la idea, porque desde que tengo memoria espiritual, es un tema recurrente.

Por memoria espiritual me refiero desde el momento que empecé a hacerme preguntas sobre la vida, hace ya un buen puñado de años. Aunque parece que fue ayer, porque ha pasado tan rápido, que es como si me hubiera comido la vida de un tirón, sin sentarme a hacer una buena digestión.

Las preguntas eran las habituales que aparecen en todos los manuales: ¿qué hago aquí?, ¿estaría antes de nacer en algún lugar?, la muerte, tengo claro, que es un final, pero ¿será, a la vez, un principio o una continuación de algo?, ¿por qué parece la vida tan injusta, solo en función del lugar y la familia de nacimiento?

Buscando la respuesta a esas preguntas leí infinidad de tonterías, y otras, que no lo parecían tanto. Al final, me organicé una creencia a mi medida, porque no creo que ninguno de los que deambulamos por la vida podamos afirmar a ciencia cierta, sin temor a equivocarnos, donde estábamos antes de nacer, como estábamos, si volveremos al mismo lugar a no, cual fue la razón por la que nacemos y porqué unos nacen en un palacio y otros debajo de un puente.

Por supuesto, al ser mi creencia, la he organizado con una especie de protección, (que no es de mi invención, ya que, también, aparece en todos los manuales), para evitar el sufrimiento, en todo lo que pueda, porque algún sufrimiento resulta casi inevitable. Lo que si consigo con mi salvaguarda es que el sufrimiento sea leve y de corta duración.

La protección tiene un nombre, se llama aceptación. El secreto para vivir una vida feliz es aceptar todos y cada uno de los acontecimientos que se van sucediendo en nuestra vida. Y mi frase fetiche o de culto es “todo está bien”.

Pues con mi frase de culto, “todo está bien”, la muerte, que es, en realidad, el motivo de este escrito, también está bien.

Vuelvo así al tema de la muerte que es la idea que resbalaba por mi cuerpo con el agua de la ducha esta mañana.

Pero es un tema que voy a terminar mañana, porque son las once y media de la noche. Para mi tardísimo, teniendo en cuenta que a las cinco ya estoy en marcha con la primera terapia.

 

Martes 4 de octubre 2022

 

La idea que ayer me inundaba a la par que el agua era: ¿por qué las personas le tendrán miedo a la muerte y no quieren que les llegue con lo liberadora que es?

Entiendo que la muerte, en muchas ocasiones, viene precedida por la enfermedad y, posiblemente, el dolor, pero la culminación de esa enfermedad con la muerte es, sin lugar a dudas, la remisión de cualquier dolor, de cualquier sufrimiento, de cualquier preocupación.

La muerte solo es un proceso más de la vida, en realidad, es el único suceso seguro por el que tiene que pasar todo aquello que tiene vida.

No estamos preparados para morir, pero no debe de extrañarnos, porque tampoco estamos preparados para vivir y, sin embargo, anunciamos a voz en grito que estamos viviendo.

Según Elisabeth Kübler-Ross, que es una pionera en los estudios sobre la muerte. Las personas en fase terminal suelen pasar por los siguientes cinco estadios emocionales: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Si nos vamos, directamente, a la última etapa, la aceptación, utilizando mi frase favorita “todo está bien”, nos ahorraremos un estado emocional que no es el más alentador cuando aquello que tenemos frente a nosotros es la muerte.

En mi creencia, la muerte es el más fabuloso suceso que nos ocurre a los que tenemos vida, porque nos devuelve al estado del que partimos

El problema estriba en el desconocimiento de la divinidad del hombre. Este es, sin ningún género de duda, la primera y principal razón, no solo de la infelicidad, del sufrimiento, y de la insatisfacción del ser humano, sino, también del miedo a la muerte.

Pero, es más, ese desconocimiento es la única causa de nuestras repetidas encarnaciones y de nuestros viajes de la esencia a la materia. Porque la razón de tanta sinrazón, la razón de tantas reencarnaciones, la razón de tanta vida “que parece inútil” y de tanta muerte, sólo es para activar el recuerdo de nuestra divinidad y vivir en la materia como vivimos cuando nos encontramos al otro lado de la vida física.

El origen del hombre es Dios, y ese será su destino. Y a pesar de tantas vidas absurdas, a pesar de todos los intentos del ser humano por permanecer dormido, todos llegarán a Dios, más pronto o más tarde, pero todos llegarán. Sin embardo, para llegar a Dios, hay que encontrarle. Y hay que hacerlo en la vida física. Es aquí, en la materia, donde el hombre ha de realizar su trabajo de exploración y de reencuentro con Dios.

Es aquí donde el ser humano tiene que luchar, en soledad, y mantener una lucha sin cuartel “con su mente contra su mente”. En la batalla para encontrar a Dios, tiene el guerrero que luchar consigo mismo y vencerse, sin sentirse derrotado.

El hombre sin Dios es nada, es como una hoja movida por el huracán de su mente que va posándose, de manera despiadada, sobre los deseos incumplidos, sobre los amores rotos, sobre las enfermedades del cuerpo y las soledades del alma.

Es tan profundo el sueño del hombre, que incluso los que sueñan con el despertar, cuando entreabren los ojos, exclaman en su fuero interno “Ah, ya entiendo de que se trata”, pero todo se queda en eso, en el entendimiento. Intelectualizan el concepto de Dios, sin integrar en cada célula de su cuerpo el concepto de que no sólo él es Uno con Dios, sino que también lo son todos los que le acompañan en su viaje por la vida, lo son los que le acompañaron en anteriores viajes, y los que le acompañarán en los siguientes.

Eso quiere decir que todos somos lo mismo, que todos somos Hijos de Dios, que todos somos Uno con Dios, es decir, que todos somos hermanos.

Para el hombre que integra el concepto de Dios en cada célula se han acabado las religiones, se han acabado las políticas, las razas, los nacionalismos, las diferencias de clases, se han acabado los juicios y las críticas a sus hermanos, se han acabado los miedos. Porque integrar el concepto de Dios en cada célula significa abrirse al Amor Universal, significa abrirse a la compasión, a la misericordia, significa olvidarse del perdón porque nunca se va a sentir ofendido, significa vivir como si Dios estuviera frente a él, en cada ser humano, en cada animal, en cada planta. Significa que se ha liberado del miedo a morir.

La mayoría de los seres humanos, tienen terror a la muerte. Sin embargo, la venida a la vida es muchísimo más aterrador, porque el alma libre, el alma que recuerda, el alma que vive en el Amor, se ve constreñida en un cuerpo, a merced de un ego amnésico y de una mente enfermiza, rodeada de una energía oscura y pesada. Todo lo contrario de la vida al otro lado de la materia, que es al lugar al que volvemos cuando se acaba la vida.

martes, 4 de octubre de 2022

Escondidos tras una máscara

            


            Cuando nacemos somos limpios y puros. Las capas formadas de nuestra aura son brillantes, transparentes, cristalinas. Pero no nos dura mucho, a lo sumo, hasta que empezamos a caminar, ya que es esa etapa de nuestra vida cuando conocemos una palabra nueva que vamos a escuchar y a repetir muchísimas veces a lo largo de nuestra vida: “NO”.

El “no” lleva implícito muchas cosas, en principio es la negación de la expresión natural del niño y eso hace que empiece a aprender a reprimir conductas y emociones, empieza a colocarse una máscara, la máscara de la represión; con ella puesta el niño empieza a reprimir los impulsos que salen de su interior.

Pero el niño sigue creciendo y empieza a coleccionar máscaras de todo tipo y condición, máscaras que serán distintas, en función del escenario en que se encuentra, con los amigos, que, por supuesto, es distinta a la máscara de andar por casa. En casa tiene varias, la máscara para tratar con mamá, la máscara para tratar con papá, la máscara para tratar con los hermanos, la máscara para tratar con los abuelitos; y el niño sigue creciendo y se convierte en un adulto, y sigue acumulando máscaras, la máscara para tratar con los compañeros de trabajo, la máscara para tratar con su pareja, la máscara para tratar con su jefe, etc., etc., etc.

Representa tantos personajes, que ni la propia persona sabe como es, sólo es una representación de sí misma, ya que, en función de la circunstancia, de la persona que tiene delante o el lugar en que se encuentra, irá colocándose una máscara u otra. Entonces ¿quién es realmente esa persona?, ¿la que actúa en casa cuando está sola?, ¿la que actúa cuando está con la familia?, ¿la que actúa en el trabajo?, ¿quién es realmente la persona?, ¿sabe la persona realmente quién es?

No, la persona no sabe quién es y ni tan siquiera como es. Físicamente la persona no sabe cómo es porque ella no se ve, lo único que ve es su reflejo, y ¿quién la dice que lo que refleja el espejo y ella ve, es lo mismo que ven los demás?; por lo tanto sabe cómo es su reflejo, pero no como es ella. Y en cuestión de carácter, tampoco sabe como es, la persona cree que es la imagen que ella se ha construido de sí misma, construcción realizada en función de las máscaras, pero lo que cree la persona que es, sólo es otro reflejo, en este caso mental.

Según va madurando la persona, a lo largo de muchas vidas, según va construyendo su carácter, va dejando máscaras, estas van desapareciendo, hasta que la persona llega un momento que arroja la última máscara y vive sin ellas. En ese momento, la persona ya es ella, ya no actúa, sólo vive. ¿Cuándo ocurrirá eso? Sólo ocurrirá en el momento en que la persona deje de vivir desde la mente y viva desde el corazón, en el momento en que sea Amor y ya no tenga miedo de mostrarse tal cual es, en el momento que sea consciente de su divinidad. Mientras no sea consciente de eso y viva temerosa de perder su empleo, de perder a su pareja, de que sus hijos no se casen con un buen partido, etc., seguirá usando máscaras, es normal, con algo hay que tapar la hipocresía.

Hay que ser como los niños, limpios, puros, brillantes, cristalinos y luminosos, y eso sólo lo puedes hacer viviendo, sintiendo y actuando desde el corazón.

      

Dar para recibir

 


Capítulo X. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima"

Me pareció volver a escuchar la voz de Ángel:

-    El problema es la falta de amor. Cuando dos personas se enamoran se sienten muy bien, con los mismos gustos y las mismas aficiones, que no dudan en calificarse como almas gemelas.

>> A partir de aquí, solo les queda irse a vivir juntos. Y lo hacen porque vivir separados les supone un verdadero tormento.

>> Pero ¿Cuál es el objetivo de la pareja?, está claro que ser felices. Pero tienen un error de concepto, esperan ser felices con el amor que reciban de la otra parte. Esperan ser felices cada uno de los miembros de la pareja, pero no pasa por su cabeza el que sea feliz la otra parte por el amor que uno mismo le entregue al otro. Los dos quieren recibir, pero no se han planteado que tienen que dar.

>> Una cosa está clara, si no tienen en su interior suficiente amor no podrán dar mucho. Y para dar amor hay que aprender a amar, lo mismo que para respetar hay que practicar el respeto, ser generoso con uno mismo para poder serlo con los demás, valorarse uno mismo para valorar al otro, en definitiva, hay que ser feliz por uno mismo, para ser felices en pareja.

Cuando abrí los ojos, por un momento me asusté porque sentí movimiento en la cocina, hasta que fui consciente de que Diana estaba en la casa.

Me asomé a la cocina y la encontré preparando el desayuno.

-    Buenos días. Has sido tan amable y me has hecho un favor tan grande que la única manera que se me ocurrió para compensarte fue preparando el desayuno –me dijo, y continuó- Nunca entenderás cuanto bien me has hecho con tu compañía. Espero que no te moleste.

-    Buenos días. No me molesta en absoluto. Es un placer levantarse y encontrarse el desayuno preparado –era sincero, aunque mi pensamiento, que había permanecido en silencio, me decía muy bajito, como si tuviera miedo de que Diana pudiera escucharle “ten cuidado que hoy te prepara el desayuno y mañana ya veremos a ver si no se queda a vivir en tu cocina”.

Desayunamos hablando de los planes inmediatos de Diana. Tenía una semana de fiesta en la empresa en la que trabajaba como administrativa. En la semana esperaba dejar la casa en condiciones para vivir lo más cómoda posible. Lo primero era abrir las cajas para ir colocando la ropa y las cosas que había traído con ella.

-    ¿Qué te parece si paso contigo y probamos el microondas a ver si vuelve a saltar el interruptor? –pensaba que si no hacíamos eso nos íbamos a encontrar en el punto de partida.

-    Sí. Gracias. Porque estos primeros días voy a cocinar poco y todo será a base de microondas.

Cuando terminamos de desayunar Diana insistió en lavar los platos. Cuando terminó pasamos a su casa.

El problema del microondas era un cruce en el enchufe con lo que quedó funcionando en poco tiempo y viendo todo el trabajo que Diana tenía por delante y observando que su estado de ánimo había vuelto a resentirse, al entrar en la casa, me ofrecí a ayudarla a abrir cajas mientras ella colocaba lo que yo iba sacando de las cajas.

Diana se encargó de pedir unas pizzas para almorzar y no demorar el trabajo que iba a buen ritmo, por lo que hoy mismo es posible que su departamento estuviera en perfecto orden, como si hubiera vivido en él toda la vida.

Conejillos de indias

 


Capítulo X. Parte 4. Novela "Ocurrió en Lima

        Ángel se calló y me quedé pensando en mi teoría de que somos como conejillos correteando en la superficie de la Tierra sin tener el más mínimo conocimiento de nada. Y sabiendo “nada” tenemos que dominar a la mente, entender que somos todos iguales e hijos de Dios, que estamos aquí para aprender a amar y que, además, ha sido nuestra elección.

 ¡Claro!, Diana, al igual que yo, de esto no sabe nada, y es la primera vez que se encuentra sola, sin ninguna esperanza de que se revirtiera la situación.

Le ofrecí comer alguna cosa que aceptó y, entonces, hablé, un poco, de mí. No mucho. Lo justo para que entendiera que su situación era “el pan nuestro de cada día” y que somos muchos los que pasamos por el mismo trance.

Mi día había sido intenso. El trabajo en la empresa del padre de Indhira, el encuentro con Ángel, con las regresiones incluidas, y para rematar el día el encuentro con Diana. Después de cuatro horas, desde que llamó a mi puerta, me encontraba un poco cansado y necesitaba dormir, pero ella, que había comenzado a sentirse mejor, no daba señales de cansancio o de querer pasar a su casa. Supuse que entrar sola en su casa activaría nuevamente su soledad y le ofrecí quedarse a dormir en el sofá en el que estaba sentada.

Aceptó sin dudarlo ni un instante. La tuve que acompañar a su casa, porque no quería pasar sola, para recoger su pijama y regresamos, ya para dormir.

En diez minutos estábamos, ella en el sofá y yo, en mi habitación, en la cama. Y en cinco minutos más dormía como un bebé.

Tuve un sueño extraño, del que recuerdo pelos y señales, en el que la protagonista fue una bolsa de basura:

“La bolsa de plástico negra con capacidad para cincuenta litros y que apenas estaba llena hasta la mitad se encontraba descansando al lado de la puerta de casa esperando, como cada día, que alguno de los miembros de la familia la sacara para realizar sus acostumbrados paseos. Primero de la mano de los dueños de la casa hasta el contenedor y, después, en el tour turístico en el que se encontraban las bolsas del vecindario hasta, lo que para ellas era, el balneario de vacaciones, aunque también podrían denominarlo como “el jardín del Edén” o “el paraíso”, porque allí iban a diseccionarlas completamente para reciclar a cada uno de los integrantes de la bolsa para su reutilización.

La bolsa se estaba impacientando. Se acercaba la hora en la que el vehículo que la transportaba solía llegar y, en la casa, no se apreciaba ningún tipo de movimiento.

No le gustaba el retraso porque cada vez que se retrasaba luego tenía que estar, durante toda la noche y buena parte del día siguiente, en el contenedor completamente sola.

¡Ah!, ¡por fin había movimiento en la casa! El esposo se estaba poniendo los zapatos a la vez que le decía a su esposa:

-    Cariño, me voy a la reunión del colegio.

-    Llévate la basura al salir –le dijo su esposa.

-    No puedo –contestó el esposo- ya voy tarde

-    Pero si solo es medio minuto cruzar al otro lado –le dijo la esposa un poco molesta- Di que no te apetece y quedas mejor.

-    Te he dicho que no puedo –volvió a repetir el esposo levantando la voz.

-    No es que no puedas –gritó la esposa- lo que pasa que no te sale de las narices bajarla. Te recuerdo que la basura la hemos hecho los tres. Y siempre la saco yo sin tener que salir.

-    Pues no me sale de las narices, ¿vale? -y dando un portazo se fue de la casa, dejando a la pobre bolsa de basura allí, tirada en el suelo y, lo que es peor, a su esposa roja de ira.

La bolsa estaba perpleja. El matrimonio había discutido por ella. ¡Ella que solo era una bolsa de basura!

-    ¡Qué importante debo ser! -pensó la bolsa de basura, cuando discuten por mí- En esta familia, yo, una bolsa de basura, soy más importante que el amor y el respeto. Aunque no deben de quererse mucho cuando discuten por mí como si yo fuera la amante de uno de ellos.

La esposa tuvo que sacar la bolsa de basura y a cada paso que daba renegaba más y más de su esposo, mientras el ego de la bolsa de basura se inflaba tanto que podría haber ido ella sola al contenedor volando. ¡Qué importante soy!, seguía pensando la bolsa de basura”.

Fue extraño, pero muy real. Es como si fuera una enseñanza más de Ángel. ¡Es increíble!, discutimos con la pareja hasta por una bolsa de basura.

lunes, 3 de octubre de 2022

Para encender la luz del alma

 

Martes 27 de septiembre 2022

 

El otro medicamento es la meditación.

En la mayoría de los casos nuestra mente trabaja a un ritmo vertiginoso día y noche. Nuestros pensamientos son un maremágnum continuo de horarios, preocupaciones económicas, fantasías sexuales, listas de la compra, problemas domésticos, inquietud por los hijos, planes de vacaciones, etc., como un carrusel que nunca se detiene. Esos pensamientos suelen girar en torno a las actividades cotidianas y crean unas pautas mentales que no dejan lugar para el silencio. En la actualidad, los seres de oscuridad copando los puestos de información y poder se encargan de que los pensamientos estén ocupados por el miedo, teniendo en los medios de comunicación su gran aliado.

El problema es que hoy tenemos los mismos pensamientos que ayer y los mismos que vamos a tener mañana. Nuestras mentes están ocupadas en la misma conversación interior todos los días.

Aprender a estar en silencio y a meditar implica descubrir como entrar en los espacios que existen entre los pensamientos.

En ese silencioso espacio vacío entre nuestros pensamientos, podemos disfrutar de una sensación de paz total que normalmente nos es desconocida, lo que sucede es que con todos los pensamientos que pasan por nuestra mente cada día, no hay tiempo para entrar en ese espacio entre pensamientos, sencillamente ¡porque no existe!, y eso trae como consecuencia el que nos sintamos tensos, inquietos, estresados, y eso en el mejor de los casos, ya que también podemos enfermar, porque el cuerpo solo es un reflejo de lo que pasa por nuestra mente.

La manera tradicional de controlar esos pensamientos es la meditación. Meditar es experimentar alivio del desasosiego y del parloteo constante de la mente para llegar al silencio y sentir paz interior.

Meditar significa que no debe haber ningún movimiento en la mente, que debe estar completamente quieta. No hay movimiento, no hay tiempo, no hay pensamiento. Meditar es un “arte”, es colocarlo todo en su sitio, de manera que no haya ningún tipo de confusión.

En la meditación, la mente descubre por sí misma la grandeza de todo lo que es verdadero, descubre cual es el objetivo de la vida, de lo sagrada que es la vida y todo lo que la envuelve, con lo que llegados a este punto se tratan todas las cosas con respeto, ya que todo, absolutamente todo es sagrado.

¿Qué sucede cuando se ha acostumbrado a la mente a estar a disposición del alma, serena y sin pensamientos? A partir de ahí, adviene la felicidad, la auténtica felicidad, se siente el Amor, el Amor Divino, se siente la unión con todo, la unión con todos, la unión con Dios.

    Este es nuestro único trabajo en esta vida, esa es nuestra única misión, ninguna otra. No es necesaria la búsqueda de ninguna misión, ya que, a partir de ese momento, todo lo que sucede en la vida, se desarrolla como si estuviéramos sobre una alfombra voladora que nos lleva de un acontecimiento a otro, sin prisas, sin problemas, sin expectativas.

La meditación proporciona el alivio que buscan, los que se acercan a ella, para dejar el estrés, el miedo o la ansiedad, pero proporciona mucho más, ya que nos enseña que dentro de cada uno de nosotros existe un poder, una energía, una paz y una sabiduría que podemos aprovechar cuando al fin nos damos cuenta de que están ahí.

Con la meditación, además de buscar respuestas lógicas en la ciencia y la filosofía, o de fe en la religión, se pretende trascender el estado ordinario de conciencia y traspasar de algún modo la realidad ordinaria, despertando a otra visión de las cosas que nos llena y da sentido a nuestra existencia. Se eleva la vibración y nos acercamos a la quinta dimensión.

Lo importante es conectar nuestro corazón con nuestra esencia divina, con Dios. El corazón tiene una vibración más alta que el cerebro, a pesar de haber sido considerado, hasta hace poco, como una simple máquina de bombear sangre.

El amor incondicional, la gratitud, la bendición y el perdón tienen las vibraciones más elevadas. Es de sabios, por tanto, procurar emitir en estas frecuencias.

Nada es imposible. Siempre he creído que si una persona lo ha conseguido, lo puede conseguir el resto.