(Continuación de la Nueva Religión III)
La prueba de fuego total es vivir el
Amor Divino en pareja: sin reproches, sin el domino del uno sobre el otro.
Me encanta la frase de Virginia
Satir, escritora norteamericana, que escribe del Amor Incondicional: "Te quiero amar sin
aferrarme, apreciarte sin juzgar, unirme a ti sin
invadirte, invitarte sin exigir, abandonarte sin
culpa, examinarte sin culpar y ayudarte sin insultar. Si puedo
recibir lo mismo de ti, entonces podremos encontrarnos y
enriquecernos de verdad".
Una
relación basada en el Amor Divino, es la unión de dos almas, de dos almas que
saben que con su unión sólo están cumpliendo el Plan Divino; y saben también,
porque el alma lo sabe todo, que esa relación es finita, que puede durar un
día, un mes, un año, un lustro, o una vida física, porque el objetivo de esa
relación es, como todas, acumular experiencias para el alma, aprender, enseñar,
y liberarnos de karma.
No conozco
muchas relaciones basadas en el Amor Divino, y las relaciones que no tienen
como bandera ese Amor, tienen muchas posibilidades de…………….. de todo lo que
conocemos……..: Engaños, frustración, maltratos físico o emocional, etc.
Si existiera Amor Divino, no
existiría el planteamiento de sentirse mal porque la relación se haya
desgastado. La felicidad es consustancial con el Amor Divino: Si se siente Amor
Divino, se es feliz, con independencia de la pareja, de la relación, de la
vida. Y como la relación, ya sabemos que es finita, cuando el trabajo por el
que se estableció la relación, (por supuesto que de manera inconsciente),
concluye, cada miembro de la pareja puede seguir su camino de crecimiento sin
odio, sin culpa, ayudando al otro desde el Amor que se siguen manifestando.
Para sentir el Amor Divino se ha de
vivir desde el corazón, y no desde la mente, un segundo tras otro, un minuto
tras otro, un día tras otro. No es suficiente sentirlo durante una meditación,
y ya está, no, ha de ser permanente, porque además una relación desgastada, es
ideal para perder la conexión con el corazón e instalar a la persona en la
mente a una velocidad increíble.
Si existe una relación desgastada, hay
que enfrentar la situación, con amor, e imaginar que se habla con uno mismo, diciendo
lo que a la persona la gustaría que la dijeran a ella, y diciéndolo de la forma
como la gustaría que se lo dijeran a ella. Si alguien se encuentra en ese punto
es seguro que ninguno de los miembros de la pareja sabe lo que es el Amor
Divino. En ese caso se ha de actuar, conscientemente, con ternura, sin crear
falsas expectativas; para que al menos, no acabe también el cariño existente.
El Amor no sólo es la respuesta,
el Amor también es el camino. Más amor significa más conciencia, y más
conciencia más conocimiento de quien eres, y el descubrimiento de quien eres es
una explosión de júbilo, porque ese descubrimiento te pone en contacto con tu
naturaleza esencial, el Amor, con todos sus atributos, paz, alegría, sabiduría, fortaleza, etc.,
etc. Y en ese momento se termina el dolor, se termina la enfermedad, las preguntas
tienen respuestas, los problemas se difuminan como el humo, y el miedo
desaparece sin más, porque se ha encontrado el Amor, que es lo único que
existe, lo demás sólo está en la mente.
El amor que puede morir no es amor,
el amor verdadero dura toda la vida física y no física, y si la formalización
de una pareja se basa según la sociedad y la religión en el amor, ¿Qué tipo de
parejas estamos formando entre personas que no se aman?, ¿No estaremos
fomentando la creación de núcleos en los que existe la indiferencia, la
tristeza, a veces el odio, la incomprensión, el dominio sobre el otro, el
maltrato físico y emocional, a veces la muerte. Y es en ese núcleo donde vienen
al mundo los hijos de esas parejas que no se aman. ¿Qué pueden enseñar esos
padres?, ¿Cómo van a enseñar la felicidad quien no sabe de que le están
hablando?, ¿Cómo van a enseñar la felicidad personas que dicen que…. bueno…… la
felicidad es algo que se puede conseguir algunos ratos, ¿Algunos ratos?, ¿Cuándo?,
¿Cuándo gana tu equipo?, ¿Cuándo engañas a tu pareja?, ¿Cuándo?
Casi todas las personas consideran
felicidad la consecución de un deseo. Deja de leer por un momento, y reflexiona
sobre tus momentos de felicidad, ¿Cuántos de esos momentos no están unidos a un
deseo conseguido? Reflexiona.
La felicidad, amigos míos, no tiene
nada que ver con ningún deseo cumplido, la felicidad es un estado interior, y
ese estado, no aparece a ratos, cuando se consigue es permanente, en mayor o
menor medida, pero estable. La felicidad va unida a este Amor que no muere. Si
eres feliz a ratos, es que no sabes lo que es el Amor, ni por supuesto la
felicidad. Si te enfadas, si criticas, si no respetas a todos los demás, si no
colaboras, tampoco sabes lo que es el Amor ni la felicidad. Debes de ser de una
de las miles de religiones que pululan por el planeta, no eres de la nueva
religión.
El amor que
no muere es el que vive en el corazón. Y el amor que vive en el corazón
consigue para ti la felicidad SIEMPRE, por nada, porque si, sólo porque amas.
El proceso que has de seguir es el siguiente: Primero has de aprender a amar, y
es después, cuando ya sabes amar cuando podrás amar a alguien, incluido en ese
alguien a los que serán tus propios hijos. Mientras no sepas amar, ¿Cómo vas a
amar?
Y ¿Cómo se aprende a amar?, ¿Cómo se
aprende a conducir?, pues conduciendo, ¿Cómo se aprende a cocinar?, pues
cocinando. ¿Ya sabes cómo se aprende a amar?, claro, amando. Lo mejor es la
práctica, y la mejor práctica, es la Regla de Oro: “Trata a los demás como tu
mismo quieres ser tratado”. Como se supone que lo que quieres es que te amen,
te valoren, te respeten, que no te juzguen ni te critiquen, esa va a ser la
forma en la que vas a tratar a todas las personas, “como si fueras tu mismo”;
al principio, lo has de hacer conscientemente, ya que no es ese el tratamiento
que normalmente surge de tu inconsciente. Cuando vemos a alguien que tiene un
defecto y mil virtudes, rápidamente nos centramos en criticar el defecto,
cuando teníamos mil virtudes para alabar. Eso es lo que hemos aprendido, a
buscar el fallo y a criticar lo diferente. Tenemos que desaprender lo
aprendido. Tenemos que aprender a amar en lugar de criticar.
Hay una cita preciosa de San Agustín
que dice: Ama y haz lo que quieras. Si callas,
callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con
amor, si perdonas, perdonarás con amor.
Existen medicamentos de todo tipo
para combatir cualquier clase de enfermedad, existen drogas para conseguir que
la persona viva estados de euforia o se inhiba de la realidad, existen rituales
que transportan a la persona, como si de un viaje se tratara, a vivir estados
alterados de conciencia; pero todavía no se ha inventado la píldora del Amor
Incondicional permanente.
Pero el problema no es la falta de la
píldora para conseguir el Amor, el problema es que las personas no saben lo que
es el Amor, porque si lo supieran, la cola del lugar donde se consiguiera daría
la vuelta al mundo.
¿Dónde están las colas hoy día?, en
las paradas de los mercados, en las grandes superficies, en los cines; y ¿Porqué
ahí? La explicación es sencilla, porque es ahí donde se espera encontrar la
felicidad y el Amor, en nuestro exterior, en lo que nos pueden dar los demás.
Nuestros educadores, padres y maestros, nos han enseñado eso, porque eso es lo
que ellos creen, y eso es lo que a ellos les han enseñado.
Pero no es así, no es en esos lugares
donde vamos a encontrar la felicidad y el Amor, porque si se encontrara en esos
lugares, alguien la habría encontrado, y nos habríamos enterado, porque seguro
que habría salido en la tele, pero no parece que eso haya ocurrido. Parece
claro entonces que el Amor Incondicional no se consigue con que te toque la
lotería, parece claro que no se consigue con una opípara cena, ni estando en
posesión del último invento electrónico o viendo una película ganadora de diez
premios.
No es fácil explicar lo que es el
Amor Incondicional, creo que es más difícil que explicar a un invidente como es
el color rojo. El color rojo hay que verlo, el Amor hay que sentirlo.
Quien ha conseguido sentirlo aunque
haya sido por una sola vez y haya durado un solo instante, sabe de sobra lo que
es, como es, y la manera de conseguirlo; y seguro que ya está trabajando para
volver a sentirlo. Cuando se ha sentido, ya no se tienen dudas de lo que es,
pero por si te queda alguna duda, tienes que saber que quien siente Amor
Incondicional, ni critica, ni juzga, ni controla, ni maltrata, no se siente
víctima ni superior a nadie, no se siente dueño ni sirviente de nadie, por lo
que no sabe lo que son los celos, no siente tristeza, ni orgullo, ni ira, no
tiene dudas, no tiene miedo, sólo siente compasión, sólo acepta, sólo respeta,
solo siente paz y alegría, siente seguridad; porque se sabe unido con todo lo
creado, porque se sabe parte de Dios.
Sabiendo a ciencia cierta que esos
son los efectos del Amor Incondicional, ¿No harías cola donde vendieran la
píldora del Amor? Pues no la hagas, yo te doy la píldora del Amor, de manera
gratuita, es una meditación, la meditación Metta. Seguro que has realizado
alguna vez esta meditación, te recuerdo como hacerla:
Metta significa Amor Universal.
La meditación consta de cinco partes.
El tiempo de duración de cada parte podría ser de cinco o diez minutos.
Las
cinco partes son:
Enviar
amor hacia nosotros mismos.
Enviar
amor hacia un buen amigo o familiar.
Enviar
amor a alguien con quien no se tiene trato.
Enviar
amor a una persona difícil o un enemigo.
Enviar amor a todos los seres.
-
Siéntate
en tu espacio de meditación.
-
Coloca
las manos apoyadas en las piernas con las palmas hacia arriba. Los dedos en
Gyan Mudra, (junta las yemas del pulgar y del índice en ambas manos, dejando
los otros tres dedos juntos y estirados).
-
Coloca
la punta de la lengua en el paladar.
-
Cierra
los ojos o déjalos una decima parte abiertos.
-
Lleva
la atención al corazón.
-
Empieza
respirando lenta y suavemente por la nariz, con una respiración abdominal,
alargando la exhalación en las primeras respiraciones.
-
Permite
que con cada exhalación salga toda la tensión de tu cuerpo.
Primera
parte:
-
Visualízate
a ti mismo delante de ti.
-
Siente
como sale una luz dorada desde el centro de tu corazón, y te envuelve
completamente.
-
Siente
que desde tu corazón te estás llenando de amor a ti mismo.
-
Repite
en silencio dentro de ti: Yo Soy ese Yo Soy, Yo Soy Amor, Yo Soy Paz, Yo Soy
Alegría.
-
Siente
que te amas, que te valoras, que te toleras, que te sientes feliz contigo, siente
que te respetas.
Segunda
parte:
-
Visualiza
a tus amigos y a tu familia delante de ti.
-
Siente
como sale la luz dorada desde el centro de tu corazón, y la envuelve
completamente. Es fácil, es una persona a la que quieres.
-
Siente
el amor que sale de tu corazón.
-
Repite
en silencio dentro de ti: Yo te bendigo con Amor.
-
Siente
que amas, que valoras, que reconoces las cualidades de esa persona.
Tercera
parte:
-
Visualiza
a una persona que te sea indiferente delante de ti.
-
Siente
como sale esa luz dorada desde el centro de tu corazón, y la envuelve
completamente.
-
Queremos
reconocer en esta parte a ese ser humano como un igual a nosotros.
-
Siente
el amor que sale de tu corazón.
-
Repite
en silencio dentro de ti: Yo te bendigo con Amor.
-
Siente
que reconoces la conexión entre todas las cosas, y por supuesto con esa
persona.
Cuarta
parte:
-
Visualiza
a tu enemigo.
-
Siente
como sale la luz dorada desde el centro de tu corazón, y le envuelve
completamente.
-
Es
posible que te surjan preguntas del tipo: ¿quién puede sentir amor hacia un
canalla? ¿hacia aquel que tan mala jugada me ha gastado?
-
El
que esa persona sea “mala”, no justifica que tú también lo seas Siente el amor
que sale de tu corazón.
-
Repite
en silencio dentro de ti: Yo te perdono, yo te bendigo con Amor.
-
Siente
que perdonas y bendices a esa persona.
Quinta parte:
-
Visualiza
la Tierra delante de ti.
-
Siente
como la luz dorada que sale desde el centro de tu corazón la envuelve
completamente.
-
Repite
en silencio dentro de ti: Que cada persona, que cada ser sea bendecido.
-
Siente
que envías tus sentimientos de comprensión, reconocimiento, tolerancia y amor,
hacia todos los seres humanos, hasta el último rincón de la tierra, hacia todos
los animales de todas las especies, hacia el planeta, hacia sus ríos, sus
valles, sus montañas, sus bosques. Hasta donde la existencia se exprese sin
importarnos la forma, sin discriminaciones.
-
Cuando
creas que has finalizado, vuelve a ti, siente el amor en tu corazón, disfruta
de la sensación.
-
Para
finalizar la meditación, respira más profundamente alargando la inhalación.
Capítulo (II),
parte (IV) del libro “Vivir desde el corazón es más fácil”.