El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 21 de enero de 2025

Sobre los decretos de Saint Germain

 


 

Creer es tener fe en lo que tú crees que es la Verdad. Hay, pues, un entretejido entre la creencia y la fe. Al princi­pio se hace la creencia; si se mantiene se convierte en fe. Si tú no crees que algo es verdad, no lo puedes traer a la mani­festación. Si tú no puedes creer en tus propias palabras cuando pronuncias «YO SOY tal o cual cosa», ¿Cómo puede establecerse y manifestarse el dicho de Shakespeare: «No hay nada bueno ni malo, el pensar lo hace así”. Es absoluta verdad.

No consideres el elemento tiempo. Cuando afirmes algo que desees sea manifestado, hazlo con gozo y mantenlo firmemente hasta que se manifieste. Si mantienes constante la presencia “YO SOY”, mientras haces aquello que tú deseas, entrarás en la plenitud y perfección de todo lo que ya está preparado para tu uso. Todo logro permanente debe ser el resultado del esfuerzo consciente de cada individuo.

El pensamiento del estudiante, en general, es el siguiente: «Bueno, ya comprobé que no manifiesto esta cualidad que yo deseo y debe ser porque no estoy lo suficientemente adelantado». Pero yo te aseguro que no importa lo que esté manifestando el cuerpo o ser humano, el fracaso es imposible cuando se ha puesto en movimiento el «YO SOY», ya que se ha pronunciado la Verdad, además de movilizar los atributos de Dios. Muchas veces he visto a mis discípulos a punto de manifestar una gran victoria, y no solamente han fallado en el último momento, por la duda y la falta de persistencia, sino que le han cerrado la puerta por tiempo indefinido.

Cada vez que usamos el «YO SOY», sabemos que está actuando el poder del Amor, la Sabiduría y la Inteligencia Divinas. Usa también la declaración: «YO SOY LA ACCIÓN PLENAMENTE LIBERADORA DEL AMOR DIVINO». (Recuerda que el Amor, como virtud o atribución de Dios, es una entidad viviente, ya que Dios es Vida, y todos Sus atributos están vivientes).

Del Libro de Oro de Saint Germain.


martes, 14 de enero de 2025

Karma inexorable

 


          Lo primero que se podía apreciar en Yerena era su hermosura, pero al segundo siguiente su hermosura quedaba eclipsada por su inteligencia, por su carácter y por su determinación. Y como una guinda adornando el pastel, la personalidad de Yerena, que lo llenaba todo, estaba adornada por un poder sobrenatural que se concretaba en su habilidad para curar, para predecir el futuro o para ponerse en contacto con los espíritus.

          Todo parecían virtudes en Yerena, sin embargo, no era oro todo lo que relucía. Yerena, hija de un señor feudal en la Alemania medieval, utilizaba sus poderes para su propia satisfacción, sobre todo, para satisfacer a su ego acumulando una conquista tras otra, embaucando a cualquier hombre del que se encaprichara, ya fuera caballero o campesino, ya estuviera libre o comprometido.

          Cierto día paseando por los jardines del palacio de su padre, se encontró con Ermo que se encontraba arreglando las plantas. Ermo era un hombre joven, guapo, fuerte, y nada más verle una corriente de energía circuló por el cuerpo de Yerena. Se acercó y estuvo observándole mientras trabajaba, a la vez que pensaba, “este hombre ha de ser para mí”.

          No le importó que Ermo tuviera una esposa a la que amaba, ni le importó que tuviera tres hijos de corta edad. Le acechó, le hechizó, contactó con espíritus de la oscuridad para que la ayudaran en su propósito. Y así, dos meses después podía consumar su capricho.    

          La esposa de Ermo lloró y suplicó, sin entender el cambio que había ocurrido en su esposo. La desesperación la estaba dejando exhausta, y no podía permitírselo, porque tenía que sacar adelante a sus tres hijos, de los que Ermo parecía, en su embrujo, haber olvidado.

-       Mira a los ojos a Ermo, le dije a Adelaida, a ver si te recuerda a alguien de esta vida actual.

Adelaida estaba en regresión y había acudido a la consulta para tratar de entender porque su esposo, con el que llevaba dieciocho años de feliz matrimonio, de la noche a la mañana, hace tres meses, se fue de casa para irse a vivir con otra mujer.

-       Es mi actual esposo, contestó Adelaida.

-    Y mira ahora a la esposa de Ermo, a ver si te recuerda a alguien, aunque de sobre conocía la respuesta.

-       Si, contestó, es Silvia, la nueva pareja de mi esposo.

El entendimiento de Adelaida fue total. En una vida anterior ella fue Yerena, la que cautivó a Ermo para que se fuera con ella abandonando a su esposa. En la actualidad se habían invertido los papeles: Ella era la abandonada.

Fuera ya de la regresión:

-      ¿Has comprendido como funciona al Karma?, pregunté.

-      Completamente, contestó, pero ahora ¿qué?, vamos a estar así eternamente quitándonos el marido la una a la otra.

-      No, le dije, hay que romper ese círculo. Y ahora está en tu mano romperlo. Perdona a tu esposo y a su nueva pareja hasta que no quede en tu interior ni un ápice de ira, de rabia, de pena, de tristeza o de rencor. Tienes que conseguir pensar en ellos sin ninguna emoción negativa, a pesar, incluso, de lo que hagan o digan a partir de ahora. Lo bueno sería que pensaras en ellos con amor, pero no me atrevo a pedirte tanto. Cuando ya no quede ningún resto de emoción negativa en tu interior habrás cerrado ese capítulo para siempre.

-       Si se negara a pasar la pensión o hicieran alguna otra cosa que pudiera afectarnos negativamente, preguntó.

-      Para eso están las leyes de los hombres, le respondí. Denuncia todo lo que creas que tienes que denunciar, pero no te mantengas anhelante con su resolución, ni anheles una sentencia determinada. Con tu deseo de venganza solo mantienes abierto el círculo del Karma.


DECRETO para una perfecta salud

 



lunes, 13 de enero de 2025

Hoy es tu cumpleaños y no estás

 


          Hoy es tu cumpleaños, pero no podemos celebrarlo. Ya no estás, te fuiste de mi lado hace casi tres meses, exactamente dos meses y veintidós días. Un cáncer se encargó de separarnos.

          Aunque un loco vestido de blanco, al que acudí para aliviar mi dolor, me dijo que no habías muerto, que estabas más viva que antes, que solo había muerto tu cuerpo, pero tú, la que piensas y la que amas, estás viva, sin dolor, sin edad, sin hambre, sin sueño, sin sufrimiento, viviendo la alegría y el Amor de manera permanente.

No le abofeteé porque no tenía fuerzas y, supongo que envalentonado porque le seguía escuchando, aun dijo más: dijo que podías verme a cada instante, dijo que cada noche nos volvíamos a reunir y que hablábamos y que me decías que dejara de sufrir, que ahora eras feliz plenamente y que me amabas con mucha más intensidad que cuando estabas conmigo, dijo que veías mis emociones y hasta mis pensamientos

Como esa parte en la que me decía que ahora eres plenamente feliz y que me amas con más intensidad, me gustó, le presté un poco más de atención, mientras pensaba: “si ve mis emociones y mi pensamiento podrá ver cuanto la amaba y cuanto la añoro”.

Ese pensamiento lo expresé en voz alta y el sanador me dijo: todo es energía. Ella lo es ahora aun más y los pensamientos y las emociones que también lo son, no tienen ningún secreto para los que están al otro lado.

La verdad, desde ese momento, ya no me parecía tan loco, y le observaba mientras hablaba. Es un hombre mayor y desprendía bondad, su aspecto era sereno, hablaba bajito como si tú estuvieras dormida y tuviera miedo despertarte, parecía emanar respeto por cada poro de su piel, respeto hacia ti, respeto hacia mí, respeto hacia todo.

Posiblemente tenía razón, aunque me costaba creerle, porque nunca nadie me había dicho tales cosas. Yo creía en la resurrección de los muertos, al final de los tiempos, como me habían enseñado en la iglesia desde que tengo uso de razón. Así que, si esto que dice es verdad, no podrá resucitar nadie, porque nadie está muerto.

Y aun dijo algo más: Personalmente creo que es ahora cuando estamos muertos y, si me apuras, podríamos decir que estamos en el infierno, porque esto que tú estás pasando, ¿no es un infierno?

-   Está claro que la amabas -sentenció- Por lo tanto, si la amabas con tanta intensidad seguro que deseas lo mejor para ella.

-      La amaba y la amo -respondí- y por supuesto que siempre deseé lo mejor para ella.

-       Pues que mejor -respondió- que estar al lado de Dios.

Sali de su consulta mucho más aliviado, relajado, en paz. Con una meditación bajo el brazo para realizar cada día,

-  Para que la hagas, me dijo, cada día, así podrás entrar en tu interior y reencontrarte con ella en tu silencio.

Concerté una nueva cita para la semana siguiente. Tenia ganas de volver para saber más de la vida y, también, de la muerte.

Seguiré pensando en ti, aunque creo que más serenamente. Te amo.

 

 


DECRETO para limpiar la mente

 


domingo, 12 de enero de 2025

Fragilidad

 




El 20 de febrero de 1994. Carl Sagan publica uno de los libros más importantes de divulgación científica: “Un punto azul pálido”. Esta obra se basaba en la imagen tomada el 5 de febrero de 1990 del Voyager 1 en la que se veía la Tierra desde 6.000 millones de kilómetros, la más lejana de la historia.

La instantánea, considerada por la NASA como una de las más importantes de la historia, lejos de quedarse en una anécdota, comenzó a verse como un reflejo de la presencia del humano en el universo: ínfima. Con un tamaño de apenas “0,12 píxeles”, la Tierra no se veía más que como un punto sin importancia dentro de un vasto campo de estrellas. Su brillo sin particularidad y su presencia irrelevante, convirtieron la fotografía, casi, en un tratado filosófico:

En “Un punto azul pálido” escribía Carl Sagan: “Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida”.

Si. En ese punto azul, en la inmensidad del cosmos, donde las estrellas pueden relatar historias de eternidad, vive el ser humano: un ser pequeño, frágil y vulnerable que, sin embargo, se cree el centro del universo.

La fragilidad humana es un delicado entramado de emociones, recuerdos, deseos y miedos, que se despliega en cada suspiro y en cada latido. Suspiros y latidos que pueden concluir en un instante, sin previo aviso, porque el ser humano nunca sabe cuando será el último día de su viaje en ese punto azul que le lleva, parece, a ninguna parte.

Pero no es así. Aunque viaja con la Tierra, no es esta la que le está llevando, es el propio ser humano el vehículo y su corazón el conductor. El ser humano sí que está realizando un viaje: El viaje de vivir. Con un destino, para él, desconocido, con una duración desconocida, con compañeros de viaje desconocidos, con situaciones desconocidas.

Y cada amanecer, para cada ser humano, que llega a ese nuevo día, es una página en blanco que espera ser escrita, olvidándose de su fragilidad y vulnerabilidad, guiado por ¿su corazón?, ¿por las estrellas?, ¿por su ego?, trata de avanzar a través de la incertidumbre.

La fragilidad humana no es solo física. Es cierto que puede desaparecer en cualquier momento, sin embargo, mientras está presente, con mucha facilidad, sus corazones pueden romperse, las mentes pueden nublarse y los sueños pueden desvanecerse ante los embates del destino, llenando de nubarrones su existencia. Esa es mayor fragilidad.

En los momentos más oscuros, cuando el peso de la existencia parece insoportable, es cuando la luz interior brilla con más intensidad. La fragilidad humana es un recordatorio constante de nuestra humanidad compartida. Nos muestra que, a pesar de nuestras debilidades, tenemos la capacidad de levantarnos, de sanar y de crecer. Cada cicatriz es una marca de resiliencia, cada lágrima una prueba de nuestra capacidad para sentir y perseverar.

Así, la fragilidad humana no es una debilidad, sino una fortaleza oculta. Nos recuerda que somos seres de carne y hueso, sí, pero también de sueños, de valor, de fortaleza y esperanzas. En cada gesto delicado, en cada acto de compasión, revelamos la esencia misma de nuestra humanidad: un ser que, a pesar de su fragilidad, posee una capacidad infinita para amar, crear y transformar el mundo que lo rodea.

Porque a pesar de ser más pequeños que un grano de arena y de nuestra fragilidad, tenemos un destino y una misión que cumplir: Amar, crear y transformar el mundo que nos rodea.

 


Decreto para los ojos


 

NAGA MUDRA

 


NAGA MUDRA

Naga es la diosa serpiente, simboliza la fuerza, la sabiduría, la astucia y la potencia sobrenaturales.

Naga significa “poder sobrenatural”

Cómo se hace:

Con los dedos extendidos. Cruzar las palmas de las manos para que la izquierda quede sobre la derecha.

Cruzar también los pulgares, el pulgar derecho sobre la palma izquierda, y luego el pulgar izquierdo debe cruzar el pulgar derecho.

Parecería que ambas manos se están agarrando un poco.

Sirve para:

Para la comprensión profunda.

Para solucionar problemas cotidianos con éxito.

Para obtener respuestas a preguntas sobre decisiones que hay que tomar, sobre el sentido de los acontecimientos, sobre el futuro y sobre el camino espiritual.

Ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad.

Ayuda con los problemas relacionados con el útero, la micción o la próstata.

Duración:

Es recomendado practicarlo entre 20 y 40 minutos diarios.

 


viernes, 10 de enero de 2025

Decreto para lograr comprender algo

 



VAJRAPRADAMA MUDRA

 


VAJRAPRADAMA MUDRA – (Gesto de la confianza inquebrantable)

Cómo se hace:

Cruzar los dedos de ambas manos delante del pecho.

Sirve para:

Aumenta la confianza y construye la confianza en ti mismo.

Duración:

La mañana es el momento ideal. A esta hora del día, nuestro cerebro está en su mejor momento. Por lo tanto, es más probable que pueda concentrarse fácilmente. Por lo tanto, debes practicar este Mudra de 4 am y 6 am para obtener los resultados más efectivos.

Se recomienda un mínimo de 30-40 minutos diarios. Si deseas completarlo en un tramo o en dos tríos que duran entre 10 y 15 minutos, tú decides. Según las investigaciones, la mejor manera de practicar un ejercicio durante al menos 20 minutos es obtener los mejores beneficios de ese ejercicio en particular.

Beneficios:

Eso trae positividad a tu cuerpo.

Ayuda a aumentar la confianza en uno mismo.

Ayuda a despejar las dudas y aporta confianza inquebrantable hacia uno mismo.

Ayuda a liberar el sentimiento de desesperanza.

Ayuda a combatir todas las inseguridades que tu mente lleva consigo.


Manual de vida

 


        Desde que somos pequeños, nos enseñan a comportarnos en la mesa, a cómo comportarnos en las visitas, nos enseñan a sumar, a restar, a dividir, a multiplicar y un sinfín de cosas más que parecen cruciales para enfrentar los desafíos que la vida nos presenta a medida que crecemos. Nos instruyen en los fundamentos matemáticos y sociales, pero pocas veces nos enseñan a ser verdaderamente humanos.

     No nos enseñan a ser niños, a ser adolescentes, a ser adultos, a ser padres o hijos, a ser jefes o subordinados. Tampoco nadie nos prepara para manejar nuestras emociones, entender lo que es el amor, vivir plenamente o comprender el sentido profundo de nuestra existencia. Y ahora, con más claridad que nunca, me doy cuenta de que tampoco nadie nos enseña a morir.

        La vida es un viaje lleno de aprendizajes constantes y desafíos que afrontamos sin un manual de instrucciones. Cada etapa de nuestra existencia nos presenta nuevas lecciones y retos, y aprendemos sobre la marcha, construyendo nuestro propio camino a través de la experiencia. En esta travesía, nos damos cuenta de que lo verdaderamente importante no es seguir un guion preestablecido, sino encontrar nuestra propia verdad y significado en cada paso que damos.

        En algún momento de mi vida, no puedo decir cuándo ni cómo, reflexionando profundamente sobre estos temas, llegué a comprender que, aunque no hay certezas absolutas ni respuestas fáciles, lo que realmente importa es la forma en que enfrentamos cada momento, con valentía, amor y autenticidad. Porque al final del día, la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda, y nuestro propósito radica en abrazar ambas con sabiduría y compasión.

        Y así, en esta búsqueda constante de sentido y propósito, aprendemos que no se trata de tener todas las respuestas, sino de vivir cada instante con plena consciencia y corazón abierto. Tal vez, el mayor aprendizaje de todos sea reconocer que la belleza de la vida reside en su imperfección y en la capacidad de encontrar significado en cada experiencia, por pequeña que esta sea. Es en estos momentos de reflexión y crecimiento interior donde realmente hallamos el valor de nuestras vidas, y así, construimos un legado de amor y sabiduría que trasciende el tiempo y el espacio.

jueves, 9 de enero de 2025

Decreto de Saint Germain para el logro espiritual

 



DHARMACHAKRA MUDRA (Mudra de la Verdad Espiritual)

 


DHARMACHAKRA MUDRA – (Gesto del giro de la rueda)

Mudra de la Verdad espiritual

Cómo se hace:

Ambas manos a la altura del pecho. La derecha un poco más arriba que la izquierda.

Unir el pulgar y el índice en ambas manos.

La palma de la mano izquierda mira al corazón.

El dorso de la mano izquierda mira al cuerpo.

El dedo corazón izquierdo toca el punto donde se unen el pulgar y el índice de la mano derecha.

El resto de dedos están separados y extendidos.

Esto forma la rueda que representa el flujo continuo de energía

 Sirve para:

Ayuda a conectarse con la energía cósmica.

Ayuda a sentir la pertenencia al Universo.

Duración:

Puede ser parte de la meditación diaria o como una práctica particular por algunos minutos, mientras se respira lenta y profundamente.

Beneficios:

Proporciona claridad mental.

Mejora el poder de concentración.

Aporta felicidad y satisfacción.

Fomenta una actitud positiva hacia la vida.

Induce al pensamiento positivo.

Ayuda a acelerar el camino espiritual.


miércoles, 8 de enero de 2025

Decreto para la abundancia y la prosperidad

 



Manifestación de la Vida

 


La vida, en todas sus actividades, donde quiera que ella se manifieste es DIOS EN ACCIÓN. Es por la falta de conocimiento en la forma de aplicar el pensamiento-sentimiento, que los humanos están siempre interrumpiéndole el paso a la Energía de Vida. De no ser por esa razón, la Vida expresaría su perfección con toda naturalidad y en todas partes.

La tendencia natural de la Visa es Amor, Paz, Belleza, Armonía y Opulencia. A ella le es indiferente quién la use y continuamente está surgiendo para manifestar de más en más su perfección, y siempre con ese impulso vivificador que le es inherente.

Del Libro de Oro de Saint Germain


domingo, 5 de enero de 2025

CUENTO: La dictadura del ego.

 


CUENTO: La Dictadura del Ego

 

En el silencio de la noche, mientras las luces de la ciudad titilaban como estrellas artificiales, Antay reflexionaba sobre su vida. Había construido un imperio: casas, autos de lujo, viajes y un número incalculable de admiradores virtuales. Pero en el fondo, sentía un vacío que no podía llenar. Cada conquista, cada elogio y cada éxito eran como un sorbo de agua salada: en lugar de calmar su sed, lo dejaban más sediento.

—El ego es un tirano—le había dicho una vez su abuelo, un hombre de manos callosas y palabras sabias.

Antay no lo había entendido en aquel momento. Para él, el ego era el motor de la grandeza, el impulso que lo había llevado a alcanzar el éxito. Pero esa noche, bajo la luna que parecía observarlo con compasión, esas palabras cobraron un sentido perturbador. Había dedicado su existencia a alimentar a un amo insaciable, un tirano invisible que siempre exigía más.

Recordó cómo había perdido a su mejor amigo por una discusión absurda, cómo había dejado de llamar a su madre porque sentía que no entendía su "gran visión", y cómo había ignorado las lágrimas de María, la mujer que había jurado amar. Todo en nombre de su ego, ese dictador que siempre le prometía una felicidad que nunca llegaba.

Se levantó del sofá y caminó hacia el ventanal. La ciudad dormía, pero su mente estaba más despierta que nunca. ¿Cómo había llegado a esto? Se había transformado en un prisionero de sus propios deseos, esclavo de una ilusoria necesidad de validación. Sus logros, que antaño había celebrado con orgullo, ahora le parecían monumentos vacíos.

De pronto, algo en su interior se rebeló. Una chispa de conciencia iluminó la oscuridad. Antay comprendió que, si el ego era un dictador, también podía ser derrocado. No sería fácil; ese tirano había construido sus muros con ladrillos de miedo y cemento de orgullo. Pero si algo había aprendido de su vida era que todo imperio, por más poderoso que parezca, puede caer.

Decidió comenzar con un pequeño gesto: tomó su teléfono y marcó el número de su madre. La voz al otro lado, sonó cargada de sorpresa y alegría, fue el primer rayo de luz en su camino hacia la libertad.

Esa noche, Antay hizo un pacto consigo mismo: cada día daría un paso hacia la reconquista de su humanidad. Sabía que el camino sería largo y estaría lleno de tropiezos, pero también comprendía que no estaba solo. En el fondo de su corazón, donde el ego no podía llegar, habitaba una voz más sabia y más amable, esperando ser escuchada.

La dictadura del ego no se desmorona con una sola batalla, pero Antay había dado el primer golpe. Y en ese gesto, por más sencillo que pareciera, yacía el germen de una verdadera revolución.


Ego

 


En la vasta jungla de la mente humana, el ego se erige como una entidad poderosa y omnipresente. Ese "yo" que todos llevamos dentro, definido tanto por nuestra conciencia como por nuestra propia percepción, constituye una imagen mental compleja y variopinta que afecta cada rincón de nuestra existencia.

El ego, es esa estructura mental que nos hace conscientes de nosotros mismos como individuos únicos. Es eso que nos diferencia de los demás y nos permite tener un sentido de identidad. Desempeña un papel crucial en la formación de nuestra personalidad y en cómo interactuamos con el mundo. Sin embargo, este "yo" interno no es un ente estático; se moldea y transforma con nuestras experiencias y emociones, influyendo en nuestra conducta y decisiones.

El ego es necesario y tiene varios beneficios, ya que es el responsable de la adaptación a las situaciones cambiantes y ayuda a la persona a tomar decisiones adecuadas. Es importante para mantener la autoestima y la autoconfianza, manteniendo al individuo motivado para buscar metas y lograr objetivos. Un ego saludable nos permite tener una autoestima equilibrada, reconociendo tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades. Además, el ego nos ayuda a establecer límites personales y a proteger nuestro bienestar emocional, permitiéndonos decir "no" cuando es necesario y defendiendo nuestros intereses y valores.

No obstante, el dominio excesivo del ego puede acarrear numerosos perjuicios. Un ego inflado puede conducir al narcisismo, donde una persona se considera superior a los demás, causando rupturas en relaciones personales y profesionales. La hipercompetitividad y la incapacidad para aceptar críticas constructivas son otros efectos negativos. Asimismo, un ego excesivo puede provocar una desconexión emocional, donde la empatía y la comprensión de las perspectivas ajenas se ven seriamente comprometidas.

Afortunadamente, existen diversas estrategias para mitigar el dominio del ego y fomentar una relación más armoniosa con nosotros mismos y con los demás. La práctica de la meditación y la atención plena puede ser particularmente útil, ya que nos ayuda a mantenernos presentes y a observar nuestros pensamientos sin juzgarlos. Asimismo, cultivar la aceptación, la humildad y la gratitud nos permite reconocer y valorar las contribuciones de los demás, disminuyendo la centralidad del "yo".

La autorreflexión continua también es una herramienta poderosa, permitiéndonos identificar y cuestionar nuestras creencias y comportamientos egocéntricos.

          En última instancia, el dominio del ego es una danza constante entre nuestra propia afirmación y nuestro deseo de transcendencia. Al aprender a equilibrar estos aspectos, podemos vivir una vida más enriquecida y en sintonía con nuestro entorno, convirtiendo al ego en un aliado en lugar de un tirano.

sábado, 4 de enero de 2025

A Dios rogando.....

 


Nunca he comprendido, del todo, la euforia que envuelve la Nochevieja. A pesar de haber participado en algunas de esas celebraciones, aunque la verdad es que no han sido muchas. Podría contar todas las veces con los dedos de las manos, y aún me sobrarían algunos.

Me he sumergido en la historia buscando el origen de una festividad tan arraigada en nuestras culturas. Mi investigación me llevó a la antigua Mesopotamia, donde se estima que la primera celebración de fin de año tuvo lugar alrededor del año 2000 a.C., coincidiendo con la primavera y las nuevas cosechas. Los mesopotámicos celebraban el Akitu, un festival que duraba doce días y marcaba el inicio de un nuevo ciclo agrícola.

Avanzando en el tiempo, llegamos a la antigua Roma. En el año 46 a.C., el emperador Julio César instauró el calendario juliano, fijando el 1 de enero como el primer día del año en honor a Jano, el dios de los comienzos y los umbrales. Las festividades incluían sacrificios y brindis con vino, buscando la protección de Jano.

Hoy en día, no celebramos el comienzo de un ciclo agrícola ni pedimos la protección de un dios. Nos limitamos a despedir un año y a dar la bienvenida al siguiente, con la esperanza de que sea mejor y de que se cumplan los deseos que hemos acumulado a lo largo de los años. Y me pregunto, ¿alguna vez se han cumplido todos esos deseos? ¿Por qué habrían de cumplirse este año? ¿Será porque 2025 marca un cuarto de siglo? ¿O quizás porque la suma de sus cifras da como resultado el número 9, que en numerología simboliza el final de un ciclo y la preparación para un nuevo comienzo?

          No, amigos. Lamento ser el portador de malas noticias, pero me temo que vuestros deseos no se van a cumplir por arte de magia. A menos que... a menos que trabajéis arduamente para que se hagan realidad, porque ellos no se materializarán por sí solos.

La vida no funciona de esa manera. No basta con pedirlo y esperar. Recordad el dicho: “A Dios rogando y con el mazo dando”.

Además, hay una condición esencial de la que sois totalmente responsables, aunque puede que no seáis conscientes de ello en este momento: la materialización de ese deseo debe estar prevista en vuestro Plan de Vida. Este plan fue organizado por vuestra alma antes de encarnar en ese cuerpo que se va de fiesta en Nochevieja con la esperanza de un milagro navideño.

En fin, espero si habéis ido de fiesta que hayáis disfrutado y, a pesar de todo, espero que se cumplan todos vuestros deseos, (aunque sería bueno que trabajarais en ellos).

Feliz año nuevo.  


viernes, 3 de enero de 2025

Año nuevo, vida nueva

 


Viernes 3 de enero 2025

 

          Nunca se es demasiado viejo para marcarte un nuevo objetivo o para tener un nuevo sueño.

(Clive Staples Lewis, escritor y teólogo)

 

Durante los últimos 33 años, me he mirado al espejo

todas las mañanas y me he preguntado:

“Si hoy fuese el último día de mi vida,

¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?”.

Si la respuesta era “no” durante varios días seguidos, entonces sabía que tenía que cambiar algo.

(Steve Jobs, empresario).

 

Sé el cambio que quieres ver en el mundo.

(Mahatma Gandhi, político, filósofo y abogado).

 

Han transcurrido trescientos cincuenta y nueve días desde la última vez que el Babau se asomó a las páginas de su diario. A pesar de haber sido un año intenso, colmado de experiencias suficientes para llenar innumerables páginas, parece que la desgana y la desubicación se han apoderado de él, como él mismo afirma.

Por ello, he decidido tomar su lugar y convertirme en su amanuense. Pero no estoy aquí para simplemente transcribir sus palabras o recopilar su vida, sino para ser la mano ejecutora de sus avatares y plasmar en el papel cada fragmento de su existencia.

No parecía que hubiera cambiado mucho en su pensamiento y estado emocional desde la última vez que escribió. Hace un año, él mismo definía su estado como un vacío existencial, una falta de sentido, propósito e ilusión por la vida. Y sí, doy fe: sigue igual. Sin embargo, en estos primeros compases del año, que marca el cuarto de siglo, parece, en los tres días que llevamos del nuevo año, que algo empieza a cambiar en él. Todo fue debido a una serie de pensamientos que aparecieron en el momento de tomar las uvas con las campanadas que marcaban el tránsito entre el año que finaliza y el nuevo. En realidad, no fue un pensamiento, fueron doce pensamientos.

El Babau tenía la costumbre de pedir un deseo con cada una de las uvas que iba comiendo al compás de las campanadas, pero este año, en lugar de ir pidiendo deseos de manera atropellada mientras engullía las uvas, con la primera campanada apareció en su mente un pensamiento: Pedir un deseo es la tontería más grande del mundo. Es bueno tener un deseo, pero en lugar de pedirlo y dejarlo ahí, colgado en la nada, que es la mejor manera de que el deseo no se materialice, lo que se ha de hacer es trabajar para hacerlo realidad. Como decía Einstein: “No podemos pretender que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo”.

Con la segunda campanada, otro pensamiento apareció en su mente: Estás donde tienes que estar, haciendo lo que tienes que hacer. Y este pensamiento le trajo una calma inesperada. Comprendió que cada paso, cada decisión, había sido necesaria para llegar a este momento. No había errores, solo lecciones. Cada desafío enfrentado, cada lágrima derramada, todo formaba parte de un plan mayor que aún no podía comprender del todo.

La tercera campanada resonó y otro pensamiento se deslizó en su mente: El cambio comienza desde dentro. Si quería ver un cambio en su vida, primero debía cambiar su perspectiva. La manera en que veía el mundo era un reflejo de su estado interior.  

Con la cuarta campanada, vino la realización de que el tiempo es su aliado, no su enemigo. Cada día era una oportunidad para crecer, para aprender y para acercarse más a sus objetivos. No tenía sentido apresurarse o desesperarse, porque cada cosa tenía su momento perfecto para florecer.

La quinta campanada le recordó que las conexiones humanas son fundamentales. Sus relaciones con los demás eran un espejo de su relación consigo mismo. Debía nutrir sus vínculos, ser más compasivo y abierto a las experiencias compartidas.

Al sonar la sexta campanada, comprendió que la gratitud transforma la vida. Agradecer por lo que tenía, por las personas a su alrededor y por las experiencias vividas, le daba una nueva perspectiva. La gratitud le llenaba de energía positiva y renovaba su esperanza.

Con la séptima campanada, se dio cuenta de que el perdón libera. Perdonarse a sí mismo por sus errores y perdonar a los demás le daba una sensación de libertad que nunca había experimentado. El rencor solo envenenaba su alma.

La octava campanada trajo consigo el pensamiento de que la pasión es el motor de la vida. Encontrar aquello que le apasionaba y dedicarle tiempo y esfuerzo era esencial para sentir que su vida tenía propósito y significado, a pesar de los años.

Al llegar la novena campanada, entendió que la autenticidad es poderosa. Ser fiel a sí mismo, sin máscaras ni pretensiones, le permitía vivir de manera más plena y en armonía con sus verdaderos deseos y valores.

Con la décima campanada, le llegó la convicción de que cada fracaso es una oportunidad. Los tropiezos y caídas eran parte del camino hacia el éxito. Cada error era una lección valiosa que le acercaba más a sus objetivos.

La undécima campanada le trajo la claridad de que la paciencia es una virtud. No todo llegaría en el momento que él deseara, pero confiar en el proceso y mantener la calma era fundamental para no desfallecer.

            Y finalmente, con la duodécima campanada, comprendió que él era el arquitecto de su propio destino. Cada pensamiento, cada acción, moldeaba su futuro. Tenía el poder de cambiar su vida, de construir un camino lleno de sentido y propósito. Solo necesitaba creer en sí mismo y dar cada paso con determinación.