Creer es tener fe en
lo que tú crees que es la Verdad. Hay, pues, un entretejido entre la creencia y
la fe. Al principio se hace la creencia; si se mantiene se convierte en fe. Si
tú no crees que algo es verdad, no lo puedes traer a la manifestación. Si tú no
puedes creer en tus propias palabras cuando pronuncias «YO SOY tal o cual
cosa», ¿Cómo puede establecerse y manifestarse el dicho de Shakespeare: «No hay nada bueno ni malo, el pensar lo hace
así”. Es absoluta verdad.
No consideres el
elemento tiempo. Cuando afirmes algo que desees sea manifestado, hazlo con gozo
y mantenlo firmemente hasta que se manifieste. Si mantienes constante la
presencia “YO SOY”, mientras haces aquello que tú deseas, entrarás en la
plenitud y perfección de todo lo que ya está preparado para tu uso. Todo logro
permanente debe ser el resultado del esfuerzo consciente de cada individuo.
El pensamiento del
estudiante, en general, es el siguiente: «Bueno, ya comprobé que no manifiesto
esta cualidad que yo deseo y debe ser porque no estoy lo suficientemente
adelantado». Pero yo te aseguro que no importa lo que esté manifestando el
cuerpo o ser humano, el fracaso es imposible cuando se ha puesto en movimiento
el «YO SOY», ya que se ha pronunciado la Verdad, además de movilizar los
atributos de Dios. Muchas veces he visto a mis discípulos a punto de manifestar
una gran victoria, y no solamente han fallado en el último momento, por la duda
y la falta de persistencia, sino que le han cerrado la puerta por tiempo
indefinido.
Cada vez que usamos el «YO SOY», sabemos que está actuando el poder del
Amor, la Sabiduría y la Inteligencia Divinas. Usa también la declaración: «YO
SOY LA ACCIÓN PLENAMENTE LIBERADORA DEL AMOR DIVINO». (Recuerda que el Amor,
como virtud o atribución de Dios, es una entidad viviente, ya que Dios es Vida,
y todos Sus atributos están vivientes).
Del Libro de Oro de Saint Germain.
No hay comentarios:
Publicar un comentario