Al amanecer repítete: me voy a encontrar con un entrometido, con un desagradecido, con un soberbio, con un falso, con un envidioso, con un insociable: esas cosas les suceden por su desconocimiento de los bienes y los males.
Yo, que he comprendido la naturaleza del bien, que es bella, y la naturaleza del mal, que es fea, y la naturaleza de aquel que yerra, que es mi semejante, no por participar de una sangre y una semilla, sino de un intelecto que es parte de la divinidad, no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues nadie me hará caer en vergüenza, ni tampoco puedo encolerizarme con un semejante y odiarlo; hemos nacido para una tarea en común, como los pies, como las manos, como los párpados, como las filas de dientes superiores e inferiores.
Por ello, actuar
unos en contra de otros es contrario a la naturaleza; y obrar en contra de la
naturaleza es también indignarse y mostrar aversión.
Marco Aurelio
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