El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 21 de mayo de 2025

Quiero más

 


Querido Dios:

 Es cierto, “somos lo que pensamos”, y entre nuestros pensamientos está ese que nos dice que siempre hay alguien que sabe más que yo, alguien más rico, alguien más importante, alguien con más poder; pero, curiosamente, también los hay menos sabios, más pobres, menos importantes y con poco poder; pero ¡qué curioso!, en esos pensamos menos.

Detrás de ese pensamiento de que hay alguien que tiene algo más, lo que sea, se forja el deseo, ¡Yo también quiero ……….. más! Y se comienza un peregrinaje mental y de emociones en pos de ese más que la mente ha decidido que necesita. Pero, es asombroso, al no pensar que tiene suficiente de lo que sea, no quiere nada con los menos ricos, menos sabios, menos importantes, con menos poder.

¡Qué poderoso es el pensamiento!, que nos hace ir en pos de “maestros”, en pos de “religiosos”, en pos de “políticos”, en pos de “famosos”.

A veces siento que ese “más” que perseguimos actúa como una máscara. Nos cubre el rostro de lo que realmente somos, porque tememos no ser suficientes. Nos hemos acostumbrado tanto a medirnos con estándares externos, a clasificarnos según logros, riquezas o reconocimientos, que hemos perdido la habilidad de encontrarnos con nosotros mismos. Miramos en el espejo y no vemos lo que somos, sino lo que nos falta ser. 

Es irónico, Dios, porque dentro de nosotros sabemos que esas comparaciones son una trampa. Sabemos que el valor verdadero de una persona no se encuentra en lo que tiene o aparenta, sino en lo que lleva en su corazón. Sin embargo, seguimos atrapados en esa red, atados a ideales y expectativas que a menudo ni siquiera son nuestras. Son voces del mundo que hemos convertido en nuestras guías, olvidando la voz suave que viene de Ti y que nos susurra: “Ya eres amado. Ya eres suficiente”.

Y esa lucha interna entre lo que deseamos y lo que somos genera cansancio, un cansancio profundo que ni siquiera reconocemos. Nos distraemos con más tareas, más metas, más ocupaciones, creyendo que llenar ese vacío con actividades nos dará paz. Pero no la da. En cambio, nos aleja más de lo esencial, de ese silencio donde podríamos escuchar Tu Voz y reencontrarnos con la Verdad. 

Sé que no estamos solos en esta búsqueda. Sé que Tú, Dios, siempre estás ahí, paciente, esperando a que levantemos la mirada del caos que nos hemos creado. Pero ¿Cómo hacerlo, Dios? ¿Cómo romper con ese ciclo? ¿Cómo encontrar la valentía para mirar hacia adentro, aceptar nuestra vulnerabilidad, y darnos cuenta de que no necesitamos buscar más porque ya te tenemos?

 Tal vez, Dios, el mayor regalo que nos diste fue el tiempo. Tiempo para detenernos, para reflexionar, para caminar descalzos por el jardín de la vida y redescubrir su belleza. Pero parece que hemos olvidado cómo usar ese regalo. Estamos tan ocupados llenándolo que no sabemos cómo simplemente habitarlo. 

Dios, no te pido respuestas fáciles ni soluciones inmediatas. Solo te pido que me des claridad, que ilumines mi mente y mi corazón para discernir lo que realmente importa. Enséñame a amar más allá de las apariencias, a construir puentes en lugar de muros, a vivir plenamente sin miedo al vacío. Porque creo, Dios, que en ese vacío es donde Tú habitas. 

Con gratitud y esperanza, 

Tu hijo.

CARTAS A DIOS – Alfonso Vallejo 


No hay comentarios:

Publicar un comentario