El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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sábado, 19 de noviembre de 2022

¿Ha sido vivida la vida?

 


Capítulo XIV. Parte 7. Novela "Ocurrió en Lima"

-    Tienes toda la razón. ¿Sabes?, hice otra regresión con Ángel.

-    No, y ¿cómo fue?, -se interesó Indhira.

Antay le relató a Indhira la progresión en la que se vio sentado en el jardín de una residencia de lujo, para adultos mayores, esperando la muerte, después de una vida material, exitosa en cuanto a la cuestión laboral y económica, se refiere, pero triste y solitaria y, por encima de todo, llena de demonios dirigidos por pensamientos de miedo ocupando, un día tras otro, su espacio mental lo que le empujó a vivir en soledad, solo por el miedo a comprometerse para evitar el posible sufrimiento a que se vería abocado si algún día esa relación llegaba a su fin.

A Indhira se le heló la sangre en las venas. “¿Le estaba contando Antay que su vida iba a terminar en solitario? ¿Quería eso decir que la vida ya ha sido vivida y que lo único que hacemos en la materia es recordar esa vivencia, como si despertáramos de un sueño e intentáramos recordarlo? Si fuera así, la que va a sufrir soy yo, porque me estoy enamorando de él”.

-    No pudo menos que interrumpir a Antay- ¿Quieres decir que tu vida va a ser así?, ¿me estás diciendo que la vida ya ha sido vivida?, ¿cómo pudiste vivir esa situación?

-    No. Mi vida no sabemos cómo va a ser, dependerá de mis decisiones, como la tuya y la de todos, porque la vida no ha sido vivida. Me dijo Ángel que lo que viví fue una recreación de cómo sería mi vida de seguir por el mismo camino. En función de las decisiones que vamos tomando va cambiando la recreación de cómo sería, por completo, la vida. Tomamos una decisión y, de inmediato, cambia la recreación de esa vida.

>> Pero creo que antes tienes que saber algo. Ángel no es solamente el nombre de la persona que conocemos, es también la definición de lo que es, es su identidad. Es un ángel que ha aparecido en mi vida para ayudarme, según dijo, a cumplir un deseo que, parece ser, está muy arraigado en mí, pero que soy incapaz de materializar.

>> Por eso aparecía cuando más lo necesitaba y desaparecía como si se evaporara.

-    Indhira no pudo contenerse- ¡O sea, que organizó todo para que nos conociéramos!

-    Parece ser que sí, así fue. Por eso tu computadora solo falló para que me llamaras. Ese mismo día decidí anunciarme como técnico y la señora Claudia encontró mi número para solucionar el problema de la empresa de tu papá y, ya ves, lo que siguió.

-    Esto es de locos. Si lo veo en una película no me lo creo. ¿Será que tenemos que estar juntos?, -Indhira no cabía en sí de gozo, aunque trató de no dar excesivas muestras de ello.

-    No necesariamente. Será lo que nosotros decidamos, -dijo Antay pensativo con la mirada perdida.

>> Déjame que te cuente como fueron las regresiones. El hecho de que Ángel sea un ángel, hizo posible el poder vivir una progresión. Yo me acosté en el sofá, él me puso sus manos en la cabeza y mi vida apareció ante mí como una película. Fue diferente a la regresión que hice contigo porque en aquella todo eran sensaciones y en esta fueron imágenes.

>> Después de la progresión me vi en tres vidas diferentes. En las tres aparecías tú. Parece ser que hemos coincido en bastantes vidas. En una era un hombre tullido, que trabajaba de zapatero, casado con alguien que parecías ser tú. Nos amábamos con locura y teníamos dos hijos. Éramos muy pobres, pero inmensamente felices.

>> En otra vida me vi como una monja en un convento, era muy joven y un poco díscola, que recibía reprimendas diarias, con mucho amor, de la madre superiora, que resultaste ser tú.

>> Y en la última visión era un pescador que trabajaba con mi padre. Estaba felizmente casado, con alguien que no eras tú, porque tu papel en esa vida era el de ser mi madre.

-    Por lo que veo he sido una constante en tu vida,- comentó Indhira.

-    Di mejor que ha sido una constante, de uno en la vida del otro. Según Ángel hemos coincidido en muchas vidas y, alégrate, no tenemos temas pendientes.

-    Y ¿cuáles han sido tus conclusiones después de una experiencia tan apasionante?, -quiso saber Indhira.

-    Que el amor ha sido el ingrediente que hizo que en las vidas que pude visualizar fuera una persona feliz y en la única de las vidas recordadas que el ingrediente es el miedo, la vida actual, no parece que vaya a tener un final feliz si sigo por el mismo camino.

>> De hecho, tanto la progresión como las regresiones, solo fueron para que fuera consciente de la fuerza que tienen tanto el amor como el miedo, el uno para la felicidad y el otro para el sufrimiento.

En ese momento tuvieron que interrumpir su conversación porque los compañeros de Antay, que habían finalizado su cena, se acercaron para despedirse. Antay hizo las presentaciones y cuando les comentó que Indhira era la hija del que podría ser su nuevo jefe parece que se impresionaron y se comportaron más delicadamente.

-    Y ¿Qué deseo es ese que eres incapaz de materializar y que necesita de la ayuda de un ángel?, -la curiosidad estaba matando a Indhira y tuvo que hacer la pregunta.

-    Deseo tener una familia.

Los dos se quedaron pensativos, rompiendo Antay el silencio con un comentario.

-    ¿Sabes?, a veces, en los momentos en los que dejo volar mi pensamiento, pienso en que estaría bien poder ver a través de un agujero como sería mi vida dentro de 5 o 10 años. Así podríamos saber, de antemano, si las decisiones tomadas son acertadas o no.

-    Si, -afirmó Indhira riendo- sería una gran cosa. Aunque aún así, seguro que nos equivocaríamos más de una vez.

lunes, 14 de noviembre de 2022

Amor de papá (y 2)

 


 

Viernes 4 de noviembre 2022

 

¿En qué momento nace el amor del papá por su hijo o el de los abuelos por su nieto? Porque tuvo que haber un momento, tuvo que haber un inicio. Está claro que ese amor no existía al no existir el hijo, y no es algo que pudiera estar guardado en una caja que se abriera y saliera a la luz con la llegada al mundo del bebé, por lo tanto, ¡insisto!, ¿cuándo fue ese momento? Y aún se me ocurre otra pregunta: Cuando nació el amor, ¿creció de manera paulatina o ya, de principio, fue como una explosión?

Lo sé. Sé que pienso demasiadas bajanades, (bajanada es la acción o expresión típica de un babau), pero ¿no es mejor pensar estas tonterías que darle vueltas en el cerebro a alguna preocupación irracional?

Puedo poner un ejemplo claro de irracionalidad: Tengo una paciente que está atravesando una delicada situación económica y se pasa el día pensando en que no tiene, que no podrá comprar, que pasaría si enfermara algún miembro de la familia, etc., etc., con lo que la ansiedad está terminando con ella.

Mis pensamientos de babau, no solo no me hacen daño, sino que, creo me ayudan a crecer porque, en este caso, me voy colocando en el lugar de los papás o abuelos primerizos y, mientras me coloco en su lugar mi trato hacia ellos es mucho más humano. Y como siempre estoy pensando cosas parecidas me voy colocando en los zapatos de las personas objeto de mis preguntas. Es una fantástica manera de erradicar el juicio y la crítica que tanto daño hacen al crítico como al criticado.

Ya me he ido, otra vez. Vuelvo con el amor del papá primerizo.

Ahora me doy cuenta de que esto va a ser más largo de lo que yo, en un principio, había imaginado. Así que, trataré de ir ordenando mis pensamientos.

Para entender lo que quiero explicar tengo que insistir en dos aspectos que yo considero muy importantes:

1)    El amor es una energía.

No es un sentimiento como creemos los seres humanos. Pero es normal que creamos que es un sentimiento, porque así nos lo han enseñado. Incluso el diccionario define el amor al prójimo como “sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa, a la que se le desea todo lo bueno” y define el amor platónico como “sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona, con la que se desea compartir una vida en común”

2)    La única razón de la vida es aprender a amar.

Pensamos que cada uno de nosotros tiene una misión en la vida y, creemos, también, que estamos pagando Karma.

Son correctas las dos creencias, pero hay una razón, muy por encima de ellas: El amor. Aprender a amar a todos por igual, amar incondicionalmente, amar a todos como Dios nos ama.

Cuando lleguemos a ese punto de amor, nuestra misión se desvanece como el humo, y nuestro Karma desaparece de inmediato.

Y aun hay otro aspecto que es necesario tener en cuenta: Cada pensamiento es energía, y esa energía forma como una nube que se denomina forma de pensamiento. Cuando el mismo pensamiento se repite, esa energía que se crea con un pensamiento, va creciendo hasta formarse una forma de pensamiento mucho más grande, tanto, que la forma de pensamiento al crecer cambia de nombre, se pasa a llamar entidad de pensamiento.

Si el mismo pensamiento lo tienen varias personas se juntan las entidades de pensamiento de cada una de ellas formando como una gran nube. Si ese pensamiento es global, esa energía creada cubre un espacio inmenso. Imaginar como será en el caso de que todo el mundo piense lo mismo.

Es el caso que nos ocupa. Todas las personas, en todo el mundo, piensan que a los hijos se les ama, por el mero hecho de ser sus hijos.

Por lo tanto, cuando, un futuro papá o abuelos, reciben la noticia de que va a nacer un nuevo miembro en la familia, es normal que aparezca el pensamiento de amor hacia ese nuevo ser, (que posiblemente sea inconsciente, porque no es necesario que sea un pensamiento consciente), y, como energías iguales se atraen, se descarga en ellos la energía de ese pensamiento global. Así se inicia el amor.

Todo es un pensamiento.

Pero llegados a este punto se me ocurre pensar que, de la misma manera que somos capaces de amar al nuevo hijo o al nuevo nieto, podríamos llegar a amar a toda la humanidad que es, a fin de cuentas, la razón de la vida.

Si consiguiéramos crear una forma de pensamiento global de amar a nuestros vecinos, por ejemplo, nos lo pondríamos más fácil a nosotros mismos, cuando volviéramos en la próxima vida dentro de 50, 100 o 200 años, ya que entonces, sería tan fácil amar a nuestro vecino como a nuestra familia.

Y lo dejo aquí, porque aún se me ocurren más preguntas, pero las dejo para el libro de la pareja que ya está en marcha.

sábado, 5 de noviembre de 2022

Para los que no son felices

 


              Si a un hambriento le colocas delante un plato de comida, se lo come seguro; si a un sediento le pones un vaso con agua, también se la bebe seguro; de la misma manera que si le regalas dinero a alguien con problemas económicos, no va a dudar ni un instante en aceptarlo, como si ofreces un trabajo en el que habría que trabajar muchas horas, pero que sería magníficamente recompensado con un gran sueldo, sería también aceptado con los ojos cerrados. Pero si a alguien con problemas emocionales, que son los problemas que azotan a la inmensa mayoría de la sociedad, le ofreces la posibilidad de liberarse de esos traumas emocionales, con un ejercicio que no cuesta dinero y que le ocuparía no más de quince o veinte minutos diarios, la respuesta será que no tiene tiempo, que no sabe, que no puede, que le faltará continuidad en el tiempo, y mil razones más.

El ejercicio, en cuestión, sería la meditación y mantener pensamientos positivos conscientes en la mente para evitar los nefastos pensamientos que con su energía negativa están perjudicando a la persona. Pero para eso habría que conseguir derribar las barreras de los hábitos, de las creencias, del estrés, de los rechazos, de los miedos, del que dirán, de su falta de tiempo, de su falta de voluntad, de su poca paciencia, de su falta de madurez, de la debilidad de su carácter y de los millones de excusas que va a plantear su mente que no quiere perder el control.

              Ante esto, no queda más remedio que preguntarse: ¿Es realmente el ser humano un animal racional?, ¿cómo es posible que sea capaz de trabajar duro, de sol a sol, a cambio de un sueldo y no sea capaz de dedicarse a si mismo quince minutos de un día de veinticuatro horas para conseguir la estabilidad emocional, cuando además en una actividad completamente gratuita?

El ser humano que es una dualidad compuesta por materia y espíritu, está, completamente, descompensado: Es, en la mayoría de los casos, 90% materia y 10% espíritu, cuando debería de ser 50% materia y 50% espíritu. Porque nadie nos pide que renunciemos a la vida, a la diversión, a la alegría, sólo habría que entrar en el propio interior quince minutos al día. ¡Es terrorífica nuestra sociedad!, ¡No tiene tiempo!, cuando, a lo peor, se pasan más de quince minutos mirando televisión.

Y el problema añadido es que estas personas están encargadas de la educación de menores, bien porque sean padres, educadores, o simplemente amigos o parientes de esos menores. El mejor aprendizaje de un niño es el ejemplo. ¿Qué ejemplo pueden recibir nuestros niños de una sociedad tan irracional y material?, ¿qué tipo de educación?, ¿qué tipo de enseñanza? Ninguna. Están haciendo adultos, mental, física y emocionalmente enfermos, como sus enseñantes.

  Espero que al menos al otro lado de la vida nos exijan algún tipo de responsabilidad por tan gran despropósito. Bueno, no. Ya sé que al otro lado de la vida no se exige nada, pero si que nos la vamos a exigir, nosotros mismos, a la vuelta a la materia. Ahí nos encontraremos otra vez con más de lo mismo. ¿Hasta cuando?, pues hasta que aprendamos. Así que, ya que estamos aquí, aprendámoslo ahora, y en la próxima vida podremos hacer otras cosas.

Un domingo diferente para Indhira

 


Capítulo XIV. Parte 1. Novela "Ocurrió en Lima"

Desde que el martes Indhira hablara con su padre, Antay era el pensamiento recurrente que daba vueltas y vueltas en su mente, sin hacer ningún amago de desaparecer. ¿Habría aceptado la oferta? No había querido llamar a su padre para preguntarle, ya que, si nunca se había interesado por ningún empleado de su padre, no quería dar demasiadas pistas de lo interesada que estaba en Antay.

Aunque pensaba que lo mejor que podía hacer era sacar a Antay de la cabeza, porque, a pesar del encuentro que tuvieron en las oficinas de la empresa de su padre, seguía sin llamarla.

Contaba los días que faltaban para la comida familiar del domingo. Los cinco días le parecieron una eternidad, pero por fin había llegado.

Indhira se encontró con su hermana Naihara unos metros antes de la casa de sus padres.

-    ¿Vienes sola?, -preguntó Indhira a su hermana al ver que no la acompañaba Giuliano, su esposo.

-    Si, Giuliano está en Arequipa, por cuestiones de trabajo hasta el martes, -le informó su hermana- y tu ¿qué?, ¿cómo vas de amores?

-    Voy igual. Pero no te lo pierdas, va a trabajar en la empresa de papá.

-    ¡Qué me dices!

-    El martes fui a ver a papá a su oficina y me encontré con Antay. Fue un encuentro fugaz y le dije que me llamara, pero nada, ni así. Por la noche llamé a papá y me contó que le había ofrecido ser el director de un nuevo departamento de informática que quiere poner en marcha en la empresa. Supongo que hoy nos dirá algo. Quiere ampliar el negocio.

-    ¡Este hombre!, -contestó Naihara a su hermana- tendría que estar jubilado y, en lugar de eso, amplia el negocio. Se morirá sentado en su despacho. Y tú, ¿por qué no llamas a Antay?, con la excusa de que papá te ha contado que le había ofrecido trabajo.

-    Quería esperar a ver que nos cuenta papá hoy. ¿Entramos?

El padre de Indhira beso a sus hijas, interesándose por cómo les había ido la semana y extrañado por la ausencia de su yerno preguntó por él a Naihara. Pero no decía nada de lo que a Indhira le interesaba. No le quedaba otra que armarse de paciencia hasta que su padre decidiera hablar de lo que estaba haciendo en la empresa. Lo contaría después de la comida, pensó Indhira, porque siempre informaba a la familia de las cosas importantes de la empresa a la hora del café.

Estuvo jugando con sus sobrinos en el jardín hasta la hora del almuerzo. Y fue, después del almuerzo, cuando su padre decidió, por fin, explicar las novedades de la empresa.

-    Escucharme que quiero contaros algo de la empresa. -¡ya era hora, pensó Indhira!- Vuestra madre me ha dado el consentimiento para que haga una ligera ampliación del negocio. 

    >> Vamos a expandirnos en Colombia abriendo oficinas en tres ciudades, y he pensado que, para descargar a los comerciales de tareas administrativas y tengan más tiempo para dedicarse a los clientes, sería bueno un apoyo administrativo e informatizado desde la oficina de Lima. Para eso estamos implementando una sección de informática con 8 personas. Por cierto Indhira, el director del nuevo departamento es tu amigo.

-    No es mi amigo papá, solo es conocido. Le vi un día y nada más, -se justificó Indhira.

-    Pues para ser solo conocido te interesaste mucho el otro día. Y él, cuando le dije que te interesaste y que le hiciste mucha publicidad, se puso rojo como un tomate. ¿Seguro que solo es conocido?

-    Anda Chiqui, no sabía que tenías un amigo especial. Cuenta, cuenta, -dijo María, su mamá.

-    Que no es especial mamá, que no es ni amigo, -cuando dijo eso Indhira sintió que algo en su interior se retorcía. Para ella estaba claro que era más que un conocido.

-  Pues no estaría mal que fuera algo más. Es joven, es atractivo, es educado, responsable y trabajador. Así tendría alguien de la familia dirigiendo la empresa, -terció el papá.

-      Papá, por favor, -rogó Indhira.

-    Ya está hija, disculpa. Pero tengo que reconocer que hemos hecho un gran fichaje. Firmó el contrato el jueves y ya se quedó a trabajar. El viernes visitó una oficina y estuvo en ella desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche y, ayer sábado, a pesar de ser feriado estuvo todo el día en la oficina. Y esta mañana me ha llamado Arana, el director de operaciones, y me ha comentado que le ha enviado un correo con el cronograma de visitas de la próxima semana. Vamos, una joya.

Al final Indhira, ante la insistencia de la familia, tuvo que contar parte de su corta historia con Antay, aunque pasando por alto la bochornosa despedida.

A media tarde los hijos de Rafael y María comenzaron a despedirse. Naihara e Indhira se fueron juntas y en la despedida Naihara le dijo a su hermana:

-    Chiqui, no esperes que te llame. Llámale tú con la disculpa de lo que nos ha contado papá. Y le das la enhorabuena por el nuevo trabajo. No dejes que se escape, por lo menos prueba a ver qué pasa.

-    No sé lo que haré. Ya te diré.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Limpieza energética

 


Como todo es energía, mantén tu cuerpo energético limpio de energías sucias, enfermas y/o contaminadas, para mantener la salud del cuerpo físico y vivir una vida plena, llena de amor, paz, armonía y felicidad.

Todo es energía.

Desde el minúsculo grano de arena que encontramos en el desierto, hasta el planeta que alberga ese desierto, es energía. Y lo son los animales y las plantas que habitan en el mismo planeta. Lo es el aire y el agua. Lo es el microcosmos y el macrocosmos. Lo eres tú, lo soy yo. Lo son nuestras emociones y nuestros pensamientos. Lo es Dios.

Albert Einstein ya lo dijo: “Todo es energía y eso es todo lo que hay”.

Pero no quiero entrar en el macrocosmos. ¡Bastante tenemos con el microcosmos, con nosotros mismos!

El ser humano es energía. Una energía muy densa que es el cuerpo, visible a los ojos de todos y, otra energía más sutil, que no puede verse a simple vista, a no ser que se sea clarividente. Esa energía que no puede verse es la que forma nuestro cuerpo energético, compuesto por varias capas de energía que conforman lo que se denomina el aura, donde se encuentran unos centros de energía en forma de disco o embudo y que reciben el nombre de chakras, que significa rueda que gira.

 Los seres humanos somos física, mental y emocionalmente, en función de la energía que hay en nuestros chakras. Por lo tanto, si queremos cambiar algo, ya sea en el cuerpo, en los pensamientos o en las emociones, solo hemos de cambiar la energía de nuestros chakras.

Todas las emociones son energía, y dependiendo de su calidad y del tiempo que permanezcan activas, así va a ser la energía generada, energía que se va a ir acumulando en el cuerpo energético, de tal manera que, cada vez que el chakra absorbe energía para alimentar al cuerpo físico, lo hace con la energía del ambiente, y la energía que se encuentra en su cuerpo energético, que es su ambiente, es esa energía sucia generada por sus propias emociones.

Por lo tanto, si en el aura se encuentra energía sucia, enferma o contaminada generada por las emociones y los pensamientos negativos, esa energía sucia es con la que se va a alimentar cada una de las células, con un claro resultado: el cuerpo va a enfermar.

Las enfermedades y las dolencias en el plano físico son el reflejo de un mal funcionamiento de nuestro plano “no físico”, es decir, de nuestro cuerpo energético, de forma que cuando tenemos pensamientos o sentimientos negativos, se genera energía negativa, sucia o enferma que provoca el mal funcionamiento de las partes del cuerpo físico a la que iba dirigida, manifestándose en forma de dolencia o enfermedad.

Los seres humanos somos y nos comportamos según la energía que hay en cada chakra, por ejemplo: Una persona con un tercer chakra cerrado o con poca energía, (El tercer chakra es la sede del poder personal), probablemente sentirá terror ante la situación de tener que hablar en público. Una persona con el segundo chakra (el de la sexualidad) muy abierto, quizás disfrute variando entre un gran número de oponentes sexuales, mientras que otro que lo tenga muy cerrado, puede sentir, incluso, dificultades para mantener una relación monógama.

La configuración y el contenido de los chakras se forman, en su mayor parte, por las pautas repetidas de nuestros actos en la vida cotidiana, ya que nosotros mismos somos siempre el punto central de dichas acciones.

 

sábado, 29 de octubre de 2022

Cambiar el pensamiento

 


Capítulo XIII. Parte 4. Novela "ocurrió en Lima"

Como todavía no tenía asistente pasé por el despacho de la señora Claudia para informarla de mi visita a la oficina “Uno de San Isidro”, y me fui para casa.

Camino de casa iba pensando en que, después del almuerzo, iba a llamar a todos mis ex compañeros para ver si les interesaba el trabajo. No creía que todos hubieran conseguido ocuparse.

Una vez en casa, comiendo lo primero que encontré en la refrigeradora, fui consciente de que el miedo que me había consumido, solo dos días atrás, se había transmutado en ilusión y responsabilidad. Hasta ahora pensaba que ya había vivido suficiente miedo en el tema de las relaciones, imaginando una posible ruptura, pero no había sido nada comparado con el terror al que me fue llevando el pensamiento ante la posibilidad de fracasar si aceptaba el trabajo.

Había experimentado que es vivir en el infierno y, no había necesitado bajar a las calderas de Pedro Botero, lo había vivido aquí, en la vida. No había necesitado morirme.

Puedo decir bien alto, por la experiencia vivida, que el verdadero infierno está en la persona, está en la mente, pues es ella la que va llevando al ego por los vericuetos del pensamiento, de la emoción y del sentimiento. Es la mente la que, pensamiento a pensamiento, va desgranando ideas, creencias, desgracias, males, sufrimientos y torturas, que hacen que la persona sufra un verdadero infierno.

Son esos pensamientos, creencias, males y desgracias las que vive realmente la persona. Pero para mí eran reales. El dolor que yo he sufrido, el miedo, la ansiedad o la angustia, solo han sido un producto de mi mente, porque nada está ocurriendo, solo es mi apreciación. Ahora tengo claro que cuando consiga mantener la mente en silencio habré alcanzado la dicha.

Si los seres humanos consiguiéramos invertir la tendencia de nuestros pensamientos se invertiría nuestra vida. Pasaríamos de ser infelices y de vivir atenazados por el miedo, como me ha pasado a mí, a vivir, si no la felicidad, si un estado de serenidad que debe de ser un estado muy próximo a la felicidad. Cambiaríamos la tristeza por la alegría y la ansiedad por la paz interior.

Está claro que es el pensamiento el que determina la salud emocional, ya que es el pensamiento el que viaja por la rabia, por el odio, por la ira, por el miedo y por el dolor, generando esa energía que, a la larga, va a afectar, también, al cuerpo físico.

Desde luego, no es una tarea fácil que una persona pueda cambiar el pensamiento, pero tampoco es imposible. Si yo lo he conseguido, al menos de momento, que soy el paradigma del miedo, puede conseguirlo cualquiera. Mis herramientas han sido la meditación, la atención, la oración y el canto de mantras. Espero conservarlas para no volver a las andadas.

miércoles, 19 de octubre de 2022

Te estamos esperando



Sábado 15 de octubre 2022

 Ya sé que estaba relatando la razón de mi viaje a Perú, pero me he levantado con uno de esos pensamientos clásicos, con los que se puede definir a un babau, y no quería dejar pasar la oportunidad de recogerlo.

Es un pensamiento que ya he tenido en otras ocasiones: Me preguntaba sobre la realidad de la vida y las cosas que la envuelven. En concreto, pensaba si todas las personas veremos lo mismo. Cuando yo veo un color, rojo, azul, negro, cualquier color, ¿todas las personas verán lo mismo que yo?, ¿con el mismo brillo?, ¿la misma tonalidad?, lo que yo llamo azul, ¿será azul para todos?

Cuando tengo estos pensamientos sigo con ellos, no hago nada para que desaparezcan. Me gusta esta filosofía barata. En fin, cosas de babau.

No creo que esto me pase, solamente, a mi. Seguro que hay otros babaus que piensan cosas parecidas, ¿o no?

  Mejor vuelvo al primer día de la primavera en el hemisferio norte del año 2010.

Pero ese día 22 de marzo sí que pasó algo. Se formó en mi mente una imagen y apareció un pensamiento asociado a ella. Me pareció que la imagen representaba a un indio de medio cuerpo. Pero no era uno de esos indios conocidos por las películas del Oeste, de las tribus apaches, sioux, cheroquis o cheyenes. No, era diferente. Entonces no supe ubicarlo. Hoy sé que no era un indio de alguna película, era un inca. Y asociado a la imagen un pensamiento: “te estamos esperando”.

Con la imagen y el pensamiento hice lo de siempre. Pensar que mi mente ya estaba jugándome, de nuevo, una broma pesada y, centré toda mi atención en la respiración y en las sensaciones de mi cuerpo, pero sin resultado. El inca seguía ahí.

Al final dejé la meditación. Siempre lo hago cuando no soy capaz de detener el pensamiento. ¡Mañana será otro día!, pensé.

Sin embargo, el inca apareció al día siguiente, con el mismo formato y el mismo pensamiento. Y al otro y al otro. Fueron cuatro días seguidos con la misma historia. Por lo que decidí descansar unos días de la meditación.

domingo, 16 de octubre de 2022

El miedo vive en el pensamiento

 


Capítulo XII. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima".

¡Vaya, parece que se ha evaporado todo tu miedo!,- Oh, pensé, parece que no estaba tan solo como me imaginaba.

-    Sí, pero me ha llevado tiempo

-    Y, ahora, visto desde tu nueva perspectiva opina: Te quedas sin trabajo, estás destrozado porque no sabes que va a ser de tu vida. Te ofrecen un empleo que parece magnífico y te asustas. ¡Quién te entienda que te compre Antay!, estás lleno de contradicciones. Otro cualquiera en tu lugar estaría dando saltos de alegría y, por supuesto, haría aceptado la oferta en el primer segundo, sin tener que pensarlo, ¿qué tienes que pensar?

-    Tengo que pensar si estoy preparado para el trabajo que me han ofrecido. ¿Qué pasaría si no doy la talla?, ¿qué pasaría si fracaso?, sí, tengo mucho miedo.

-    El miedo, Antay, solo es por algo relacionado con el pasado o por las proyecciones de fututo. Es como tu miedo a tener una relación por si un día esta fracasa. El miedo solo está en tu mente que no se atreve a salir de sus propios patrones de pensamiento.

>> Te sientes cómodo revolcándote en el fango que es tu zona de confort.

>> Aunque los cambios siempre llevan asociado algo de estrés, en tu caso, el cambio es el estrés total. Pensar en pasar de la certidumbre, aunque sea un desastre, como es tu caso, a la incertidumbre, a ti, te produce terror. Y ese terror solo es el resultado de tus pensamientos. Vives en un permanente “y si…”, y a ese “y si” le añades la peor de las situaciones. Nunca se te ocurre pensar “y si triunfo”, “y si soy feliz”, “y si hago un trabajo extraordinario”. ¿Alguna vez te has planteado pensar lo contrario de lo que piensas habitualmente?

>> Como el miedo solo es el resultado del pensamiento, lo que tienes que hacer es vivir en el presente, con total atención. En el presente no hay miedo, porque no hay fracaso. Donde hay miedo no hay libertad. Vives en una cárcel.

-    Sí, pero aún hay más. Si acepto el trabajo, nunca podré quedar con Indhira. ¿Cómo voy a llamarla?, se pensará que es por interés al ser la hija de mi jefe.

-      Antay. Ese miedo es más de lo mismo. Te dejo en tu encrucijada, para que puedas tomar la decisión que consideres mejor para ti. Busca dentro de ti. Ahí está la respuesta.

-    Pues me tendrás que perdonar, pero por mucho que busco no encuentro nada más que confusión.

-    Eso es que buscas las respuestas en tu cabeza y no es el lugar adecuado –me preguntaba para que me hablaba si no daba respuestas concretas y convincentes.

-    No me quedaba más remedio que insistir- ¿Cuál es el lugar adecuado?

-    En tu corazón están todas las respuestas. Ya te he dicho todo lo que te tenía que decir. Aunque quiero recordarte que, con miedo o sin él, la decisión que tomes siempre será la acertada. Con cualquiera de las opciones que elijas vas a aprender. Pero intenta una vez tomada la decisión, sea la que sea, centrarte en ella, sin preguntar qué hubiera pasado si hubieras elegido lo contrario. Sigue cantando, te hace bien.

Y Dios o ese pensamiento superior se callaron, quedándome solo, de nuevo, con mis tenebrosos pensamientos. ¡No entiendo como todo eso, tan contradictorio, puede morar en mí!

Seguí cantando. Gurú Ram Das estaba siendo un bálsamo para mí y no quería dejar de cantar por si volvía el miedo y no podía controlarlo.

Pero sí, por fin estaba volviendo la serenidad a mi mente. Sin ser consciente había dejado de cantar permaneciendo, ahora, atento a mi respiración.

Después de un día atenazado por el pánico, había llegado la paz. Pensé que era un buen momento para tomar una decisión y, así, como la lava de un volcán sale con fuerza por la abertura del cráter, llegó a mi garganta la respuesta que estaba negando con mi miedo: “Voy a aceptar el trabajo. Si el señor Moretti confía en mí, ¿quién soy yo para no creer en mi valía? Solo tengo que ser yo y poner al servicio de la empresa mi saber, mi voluntad, mi dedicación y mi entrega”.