El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 16 de octubre de 2022

El miedo vive en el pensamiento

 


Capítulo XII. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima".

¡Vaya, parece que se ha evaporado todo tu miedo!,- Oh, pensé, parece que no estaba tan solo como me imaginaba.

-    Sí, pero me ha llevado tiempo

-    Y, ahora, visto desde tu nueva perspectiva opina: Te quedas sin trabajo, estás destrozado porque no sabes que va a ser de tu vida. Te ofrecen un empleo que parece magnífico y te asustas. ¡Quién te entienda que te compre Antay!, estás lleno de contradicciones. Otro cualquiera en tu lugar estaría dando saltos de alegría y, por supuesto, haría aceptado la oferta en el primer segundo, sin tener que pensarlo, ¿qué tienes que pensar?

-    Tengo que pensar si estoy preparado para el trabajo que me han ofrecido. ¿Qué pasaría si no doy la talla?, ¿qué pasaría si fracaso?, sí, tengo mucho miedo.

-    El miedo, Antay, solo es por algo relacionado con el pasado o por las proyecciones de fututo. Es como tu miedo a tener una relación por si un día esta fracasa. El miedo solo está en tu mente que no se atreve a salir de sus propios patrones de pensamiento.

>> Te sientes cómodo revolcándote en el fango que es tu zona de confort.

>> Aunque los cambios siempre llevan asociado algo de estrés, en tu caso, el cambio es el estrés total. Pensar en pasar de la certidumbre, aunque sea un desastre, como es tu caso, a la incertidumbre, a ti, te produce terror. Y ese terror solo es el resultado de tus pensamientos. Vives en un permanente “y si…”, y a ese “y si” le añades la peor de las situaciones. Nunca se te ocurre pensar “y si triunfo”, “y si soy feliz”, “y si hago un trabajo extraordinario”. ¿Alguna vez te has planteado pensar lo contrario de lo que piensas habitualmente?

>> Como el miedo solo es el resultado del pensamiento, lo que tienes que hacer es vivir en el presente, con total atención. En el presente no hay miedo, porque no hay fracaso. Donde hay miedo no hay libertad. Vives en una cárcel.

-    Sí, pero aún hay más. Si acepto el trabajo, nunca podré quedar con Indhira. ¿Cómo voy a llamarla?, se pensará que es por interés al ser la hija de mi jefe.

-      Antay. Ese miedo es más de lo mismo. Te dejo en tu encrucijada, para que puedas tomar la decisión que consideres mejor para ti. Busca dentro de ti. Ahí está la respuesta.

-    Pues me tendrás que perdonar, pero por mucho que busco no encuentro nada más que confusión.

-    Eso es que buscas las respuestas en tu cabeza y no es el lugar adecuado –me preguntaba para que me hablaba si no daba respuestas concretas y convincentes.

-    No me quedaba más remedio que insistir- ¿Cuál es el lugar adecuado?

-    En tu corazón están todas las respuestas. Ya te he dicho todo lo que te tenía que decir. Aunque quiero recordarte que, con miedo o sin él, la decisión que tomes siempre será la acertada. Con cualquiera de las opciones que elijas vas a aprender. Pero intenta una vez tomada la decisión, sea la que sea, centrarte en ella, sin preguntar qué hubiera pasado si hubieras elegido lo contrario. Sigue cantando, te hace bien.

Y Dios o ese pensamiento superior se callaron, quedándome solo, de nuevo, con mis tenebrosos pensamientos. ¡No entiendo como todo eso, tan contradictorio, puede morar en mí!

Seguí cantando. Gurú Ram Das estaba siendo un bálsamo para mí y no quería dejar de cantar por si volvía el miedo y no podía controlarlo.

Pero sí, por fin estaba volviendo la serenidad a mi mente. Sin ser consciente había dejado de cantar permaneciendo, ahora, atento a mi respiración.

Después de un día atenazado por el pánico, había llegado la paz. Pensé que era un buen momento para tomar una decisión y, así, como la lava de un volcán sale con fuerza por la abertura del cráter, llegó a mi garganta la respuesta que estaba negando con mi miedo: “Voy a aceptar el trabajo. Si el señor Moretti confía en mí, ¿quién soy yo para no creer en mi valía? Solo tengo que ser yo y poner al servicio de la empresa mi saber, mi voluntad, mi dedicación y mi entrega”.

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