El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 5 de noviembre de 2022

Un domingo diferente para Indhira

 


Capítulo XIV. Parte 1. Novela "Ocurrió en Lima"

Desde que el martes Indhira hablara con su padre, Antay era el pensamiento recurrente que daba vueltas y vueltas en su mente, sin hacer ningún amago de desaparecer. ¿Habría aceptado la oferta? No había querido llamar a su padre para preguntarle, ya que, si nunca se había interesado por ningún empleado de su padre, no quería dar demasiadas pistas de lo interesada que estaba en Antay.

Aunque pensaba que lo mejor que podía hacer era sacar a Antay de la cabeza, porque, a pesar del encuentro que tuvieron en las oficinas de la empresa de su padre, seguía sin llamarla.

Contaba los días que faltaban para la comida familiar del domingo. Los cinco días le parecieron una eternidad, pero por fin había llegado.

Indhira se encontró con su hermana Naihara unos metros antes de la casa de sus padres.

-    ¿Vienes sola?, -preguntó Indhira a su hermana al ver que no la acompañaba Giuliano, su esposo.

-    Si, Giuliano está en Arequipa, por cuestiones de trabajo hasta el martes, -le informó su hermana- y tu ¿qué?, ¿cómo vas de amores?

-    Voy igual. Pero no te lo pierdas, va a trabajar en la empresa de papá.

-    ¡Qué me dices!

-    El martes fui a ver a papá a su oficina y me encontré con Antay. Fue un encuentro fugaz y le dije que me llamara, pero nada, ni así. Por la noche llamé a papá y me contó que le había ofrecido ser el director de un nuevo departamento de informática que quiere poner en marcha en la empresa. Supongo que hoy nos dirá algo. Quiere ampliar el negocio.

-    ¡Este hombre!, -contestó Naihara a su hermana- tendría que estar jubilado y, en lugar de eso, amplia el negocio. Se morirá sentado en su despacho. Y tú, ¿por qué no llamas a Antay?, con la excusa de que papá te ha contado que le había ofrecido trabajo.

-    Quería esperar a ver que nos cuenta papá hoy. ¿Entramos?

El padre de Indhira beso a sus hijas, interesándose por cómo les había ido la semana y extrañado por la ausencia de su yerno preguntó por él a Naihara. Pero no decía nada de lo que a Indhira le interesaba. No le quedaba otra que armarse de paciencia hasta que su padre decidiera hablar de lo que estaba haciendo en la empresa. Lo contaría después de la comida, pensó Indhira, porque siempre informaba a la familia de las cosas importantes de la empresa a la hora del café.

Estuvo jugando con sus sobrinos en el jardín hasta la hora del almuerzo. Y fue, después del almuerzo, cuando su padre decidió, por fin, explicar las novedades de la empresa.

-    Escucharme que quiero contaros algo de la empresa. -¡ya era hora, pensó Indhira!- Vuestra madre me ha dado el consentimiento para que haga una ligera ampliación del negocio. 

    >> Vamos a expandirnos en Colombia abriendo oficinas en tres ciudades, y he pensado que, para descargar a los comerciales de tareas administrativas y tengan más tiempo para dedicarse a los clientes, sería bueno un apoyo administrativo e informatizado desde la oficina de Lima. Para eso estamos implementando una sección de informática con 8 personas. Por cierto Indhira, el director del nuevo departamento es tu amigo.

-    No es mi amigo papá, solo es conocido. Le vi un día y nada más, -se justificó Indhira.

-    Pues para ser solo conocido te interesaste mucho el otro día. Y él, cuando le dije que te interesaste y que le hiciste mucha publicidad, se puso rojo como un tomate. ¿Seguro que solo es conocido?

-    Anda Chiqui, no sabía que tenías un amigo especial. Cuenta, cuenta, -dijo María, su mamá.

-    Que no es especial mamá, que no es ni amigo, -cuando dijo eso Indhira sintió que algo en su interior se retorcía. Para ella estaba claro que era más que un conocido.

-  Pues no estaría mal que fuera algo más. Es joven, es atractivo, es educado, responsable y trabajador. Así tendría alguien de la familia dirigiendo la empresa, -terció el papá.

-      Papá, por favor, -rogó Indhira.

-    Ya está hija, disculpa. Pero tengo que reconocer que hemos hecho un gran fichaje. Firmó el contrato el jueves y ya se quedó a trabajar. El viernes visitó una oficina y estuvo en ella desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche y, ayer sábado, a pesar de ser feriado estuvo todo el día en la oficina. Y esta mañana me ha llamado Arana, el director de operaciones, y me ha comentado que le ha enviado un correo con el cronograma de visitas de la próxima semana. Vamos, una joya.

Al final Indhira, ante la insistencia de la familia, tuvo que contar parte de su corta historia con Antay, aunque pasando por alto la bochornosa despedida.

A media tarde los hijos de Rafael y María comenzaron a despedirse. Naihara e Indhira se fueron juntas y en la despedida Naihara le dijo a su hermana:

-    Chiqui, no esperes que te llame. Llámale tú con la disculpa de lo que nos ha contado papá. Y le das la enhorabuena por el nuevo trabajo. No dejes que se escape, por lo menos prueba a ver qué pasa.

-    No sé lo que haré. Ya te diré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario