Capítulo XV. Parte 7. Novela "Ocurrió en Lima"
En las
cinco horas y media que duró el viaje, Pablo siguió poniéndole al día de los
temas que él consideraba importantes, referentes, no solo a la empresa, sino de
los temas personales de los que Pablo tenía conocimiento, que eran los
concernientes al funcionamiento en público, de su relación familiar. Por lo que
estaba escuchando de su relación con Indhira y con los niños, eran la envidia
de familiares y conocidos.
Se
sentía feliz de lo que estaba escuchando porque, parece ser, que había
conseguido tener una familia como siempre había deseado.
Nada
más desembarcar del avión puso un muevo mensaje a su esposa:
- Cariño,
ya hemos llegado. Nos vamos al hotel a dejar las maletas y a comer algo rápido
porque a las 3 nos esperan.
- Indhira,
que estaba pendiente del celular, contestó de inmediato- Papá llamó hace un
rato para saber si habíais llegado. Está como loco de contento con esta
operación. Dice que el domingo, en lugar de almorzar en su casa, nos invita a
toda la familia, al completo, a un restaurante para celebrarlo. Tener cuidado.
Te amo.
- Yo también te amo. Te llamo a la noche.
Diana,
que fue la que reservó el hotel, hizo un gran trabajo porque el hotel se encontraba
justo enfrente de las oficinas donde celebrarían la reunión. Dejaron las
maletas en la habitación y bajaron al comedor a almorzar. En el almuerzo Pablo
terminó de ponerle al corriente de con quien se iban a reunir, de lo que iban a
tratar y de lo que tenía que decir. Si no existía ninguna complicación, que no
tenía por qué haberla, según le dijo Pablo, una vez que firmaran, la empresa
que ahora dirigía sería un tercio más grande.
La
reunión se realizó tal como había pronosticado Pablo. Se sintió tan cómodo y
tan metido en su papel de presidente que, no solo se limitó a sonreír, sino
que, participó activamente en los temas generales, con bastante acierto,
mientras que los asuntos concretos los manejó Pablo con verdadera maestría.
Finalizada
la reunión concretaron una visita de trabajo y una reunión con todos los
directores para el día siguiente.
A las
siete de la noche volvieron al hotel. Quedaron en ponerse ropa cómoda y
encontrarse en el hall del hotel para salir a dar un paseo y cenar. Pero antes
de separarse para ir cada uno a su habitación Antay le preguntó a su amigo.
- Pablo,
¡ayúdame!, voy a llamar a casa. ¿Cómo trato a Indhira?, ¿por su nombre o le
digo amor, cariño, mi vida, amor mío?, -cuando hable con ella, que al menos la
llame como lo hago siempre.
- Pues
usas todas, menos el nombre y decir amor mío. Usas, con frecuencia amor, cariño
y mi vida. Cuando tienes que decir su nombre la llamas Chiqui, que es como la
han llamado siempre en su familia. Nunca Indhira.
- Gracias
Pablo, -y se separaron yendo cada uno a su habitación.
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