Nos
pasamos la vida hablando de nuestra misión, de lo fácil que sería si supiéramos
que es lo que hemos venido a trabajar en esta encarnación.
Pues
existe un atajo para saber cuál es nuestra misión: Vivir desde el corazón,
activar la energía del Amor.
Viviendo
desde el corazón, tienes la mente serena y preparada para ser consciente de
cuáles son las puertas que se van abriendo en tu camino, de cales son las que
se van cerrando, de cuando has de variar tu dirección, de cuando has de seguir
en línea recta.
En
ese atajo no cabe otra cosa que el Amor, por lo que los juicios a los demás,
las críticas o, sencillamente, indicarles cuál es su camino, no son peajes que
se encuentren en ese atajo. Respeta el camino que hayan elegido los demás y su
forma de recorrerlo.
Intenta
lo siguiente: En cuanto abras los ojos, cada mañana, repite dentro de ti: “Hoy
no voy a juzgar ni a criticar nada ni a nadie”, y practícalo durante todo el
día. En ese nada ni nadie, también entras tú, así que empieza por respetarte a
ti, se benévolo contigo. Y ten paciencia, no puedes cambiar en un día una
tendencia de años.
La
mejor manera de cumplir el objetivo de no juzgar es vivir, conscientemente, el
presente. No dividas tu atención en infinidad de cosas, mantén la concentración,
y así tu mente estará más preparada para recibir las señales.
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