El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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jueves, 10 de noviembre de 2022

Llamada

 


Capítulo XIV. Parte 3. Novela "Ocurrió en Lima"

Desde que Indhira llegó a su casa mantuvo una lucha incruenta consigo misma. Todo su ser, excepto su mente, quería llamar a Antay. Sin embargo, su mente la estaba boicoteando presentándola las más escabrosas situaciones según se iba acercando a la decisión de llamarle:

-    Ten en cuenta que tiene terror a comenzar una relación. -era el argumento de su mente.

-    Y ella misma le iba rebatiendo las razones a su mente- Sí, pero hay que tener en cuenta que él lo pasó muy mal.

-    Y, ¿tú?, -seguía su mente- ¿no lo pasaste mal?

-    Pero es diferente, -se defendía Indhira- yo estaba más preparada.

-    Ante una ruptura pocas personas están preparadas. Lo importante es como se recupera y, este pobre chico aún no se ha recuperado. Y si no se ha recuperado, con el tiempo que ha pasado, no se va a recuperar nunca. No va a ser feliz porque siempre va a estar esperando que termines con él, –son terribles las mentes presagiando desgracias.

Pensaba que llevaba en la misma situación dos semanas porque, aunque habían ocurrido muchos acontecimientos, la realidad era que solo habían pasado quince días desde el maravilloso sábado que pasaron juntos Antay y ella. Estaba decidido, le iba a llamar, a pesar de lo que pronosticaba la agorera de su mente, e iba a ser ahora.

Eran casi las 8 de la noche. Antay acababa de despedir a Diana y a sus compañeros cuando sonó su celular. En la pantalla apareció el nombre de Indhira.

-    Sin pensarlo dos veces respondió a la llamada- Hola Indhira, ¿cómo estás?

-    Hola Antay, -escuchó la voz de Indhira que sonaba tranquila y tan alegre como la recordaba- estoy bien, creo que tengo que felicitarte, o ¿no?

-    Supongo que lo dices por el trabajo en la empresa de tu papá, -algo tenía que decir, porque no había otra razón de la que ella tuviera conocimiento. Y, tampoco podía saber de otra razón, porque no la había.

-    Sí, lo digo por eso, -y continuó Indhira- hoy, como cada domingo he comido con mis papás y mi papá nos ha contado los cambios en la empresa, en la que tú pareces ser la estrella.

-    Bueno, más que la estrella, yo diría que el nuevo, -contestó Antay.

-    Siempre tan modesto, ¿cómo te sientes?

-    Estoy muy contento. Si me hubieran dicho que eligiera un lugar para trabajar y un trabajo dentro de esa empresa habría elegido algo así, sin dudarlo. En realidad, más que contento estoy exultante.

>> Ahora mismo, acaban de salir de mi casa mis antiguos compañeros, a los que les he explicado como es el nuevo departamento, para ver si les interesaría acompañarme en una aventura tan apasionante y todos han aceptado.

-    Me alegro infinito. Mi papá está encantado y alucinando porque ya has trabajado tres días, incluido ayer que era feriado.

-    No tiene mérito. Ya sabes que no tengo mucho que hacer. Trabajar, para mí, es un buen entretenimiento, -ya estaba bien de hablar de mí, pensó Antay, y cambió el tema de conversación- y a ti, ¿cómo te va?

-    Cómo siempre. Haciendo terapias y masajes, -le contestó Indhira- Tenemos que vernos, un día, para tomar un café y me cuentas las impresiones de tu nuevo trabajo con más tranquilidad.

jueves, 20 de octubre de 2022

El nuevo trabajo

   



Capítulo XIII. Parte 1. Novela "Ocurrió en Lima"

       - ¿Qué ha decidido Antay? –me preguntó el señor Moretti, mientras se adelantaba hacia mí extendiendo su mano para estrechar la mía, en cuanto entré en su despacho.

-    Aceptar la oferta. Será un placer trabajar para usted, -dije mientras nos estrechábamos las manos.

-    No va a trabajar para mí, -me rectifico el señor Moretti- va a trabajar para mi empresa.

-    Pues será un placer de igual manera, -contesté.

-    Me he adelantado, dando por supuesto su respuesta positiva, y ya tenemos preparado su contrato. Solo falta añadir sus datos personales y podemos firmar hoy mismo. Mañana puede comenzar a trabajar.

-    Gracias, -contesté- pero quiero que sepa que no ha sido una decisión fácil.

-    ¿Qué me dice?, ¿cuáles han sido sus dudas? –preguntó sorprendido el señor Moretti.

-    Más que dudas ha sido miedo. El primer pensamiento, cuando me ofreció el trabajo, fue tener miedo a no dar la talla, a no responder a las expectativas que, se supone, espera de mi trabajo, -me sentí bien contando mis temores.

-    Antay, es bueno ser responsable, pero un exceso de responsabilidad, que puede llevar al miedo, ya no lo es, -y continuó- su valía está más que demostrada por su trayectoria laboral y, con esto que acaba de decir me reafirmo en el concepto que me formé sobre su seriedad y responsabilidad. ¿Se han disipado sus dudas y desaparecido sus miedos?

-    Por completo señor.

-    ¿Sabe?, el martes por la noche me llamó mi hija para interesarse por su visita a la oficina. ¡No sabía que se conocieran!, y cuando le expliqué mi plan y mi ofrecimiento se pasó media hora alabándole y diciéndome que había tomado una decisión acertada. Parece ser que le ha causado una gratísima impresión.

Me hubiera gustado que se abriera la tierra y me tragara porque sentí como iban subiendo los colores a mi rostro y, no podía disimular escondiendo mi cara, así que allí estaba yo, rojo como un pimiento frente al señor Moretti que esbozó una ligera sonrisa y comentó:

-    ¡Vaya! Ya veo que la grata impresión ha sido por parte de ambos, -y cerrando el tema con mucha delicadeza dijo- Indhira es una gran chica. Vamos a ver al señor Ramírez, nuestro director de recursos humanos.

domingo, 16 de octubre de 2022

El miedo vive en el pensamiento

 


Capítulo XII. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima".

¡Vaya, parece que se ha evaporado todo tu miedo!,- Oh, pensé, parece que no estaba tan solo como me imaginaba.

-    Sí, pero me ha llevado tiempo

-    Y, ahora, visto desde tu nueva perspectiva opina: Te quedas sin trabajo, estás destrozado porque no sabes que va a ser de tu vida. Te ofrecen un empleo que parece magnífico y te asustas. ¡Quién te entienda que te compre Antay!, estás lleno de contradicciones. Otro cualquiera en tu lugar estaría dando saltos de alegría y, por supuesto, haría aceptado la oferta en el primer segundo, sin tener que pensarlo, ¿qué tienes que pensar?

-    Tengo que pensar si estoy preparado para el trabajo que me han ofrecido. ¿Qué pasaría si no doy la talla?, ¿qué pasaría si fracaso?, sí, tengo mucho miedo.

-    El miedo, Antay, solo es por algo relacionado con el pasado o por las proyecciones de fututo. Es como tu miedo a tener una relación por si un día esta fracasa. El miedo solo está en tu mente que no se atreve a salir de sus propios patrones de pensamiento.

>> Te sientes cómodo revolcándote en el fango que es tu zona de confort.

>> Aunque los cambios siempre llevan asociado algo de estrés, en tu caso, el cambio es el estrés total. Pensar en pasar de la certidumbre, aunque sea un desastre, como es tu caso, a la incertidumbre, a ti, te produce terror. Y ese terror solo es el resultado de tus pensamientos. Vives en un permanente “y si…”, y a ese “y si” le añades la peor de las situaciones. Nunca se te ocurre pensar “y si triunfo”, “y si soy feliz”, “y si hago un trabajo extraordinario”. ¿Alguna vez te has planteado pensar lo contrario de lo que piensas habitualmente?

>> Como el miedo solo es el resultado del pensamiento, lo que tienes que hacer es vivir en el presente, con total atención. En el presente no hay miedo, porque no hay fracaso. Donde hay miedo no hay libertad. Vives en una cárcel.

-    Sí, pero aún hay más. Si acepto el trabajo, nunca podré quedar con Indhira. ¿Cómo voy a llamarla?, se pensará que es por interés al ser la hija de mi jefe.

-      Antay. Ese miedo es más de lo mismo. Te dejo en tu encrucijada, para que puedas tomar la decisión que consideres mejor para ti. Busca dentro de ti. Ahí está la respuesta.

-    Pues me tendrás que perdonar, pero por mucho que busco no encuentro nada más que confusión.

-    Eso es que buscas las respuestas en tu cabeza y no es el lugar adecuado –me preguntaba para que me hablaba si no daba respuestas concretas y convincentes.

-    No me quedaba más remedio que insistir- ¿Cuál es el lugar adecuado?

-    En tu corazón están todas las respuestas. Ya te he dicho todo lo que te tenía que decir. Aunque quiero recordarte que, con miedo o sin él, la decisión que tomes siempre será la acertada. Con cualquiera de las opciones que elijas vas a aprender. Pero intenta una vez tomada la decisión, sea la que sea, centrarte en ella, sin preguntar qué hubiera pasado si hubieras elegido lo contrario. Sigue cantando, te hace bien.

Y Dios o ese pensamiento superior se callaron, quedándome solo, de nuevo, con mis tenebrosos pensamientos. ¡No entiendo como todo eso, tan contradictorio, puede morar en mí!

Seguí cantando. Gurú Ram Das estaba siendo un bálsamo para mí y no quería dejar de cantar por si volvía el miedo y no podía controlarlo.

Pero sí, por fin estaba volviendo la serenidad a mi mente. Sin ser consciente había dejado de cantar permaneciendo, ahora, atento a mi respiración.

Después de un día atenazado por el pánico, había llegado la paz. Pensé que era un buen momento para tomar una decisión y, así, como la lava de un volcán sale con fuerza por la abertura del cráter, llegó a mi garganta la respuesta que estaba negando con mi miedo: “Voy a aceptar el trabajo. Si el señor Moretti confía en mí, ¿quién soy yo para no creer en mi valía? Solo tengo que ser yo y poner al servicio de la empresa mi saber, mi voluntad, mi dedicación y mi entrega”.

viernes, 14 de octubre de 2022

Antay elimina sus pensamientos de miedo


Capítulo XII. Parte 4. Novela "Ocurrió en Lima"

Era tal el estado de nervios en el que me encontraba que no fui consciente de haber caminado para llegar a casa, pero estaba claro que lo había hecho porque me encontraba sentado en el sofá de casa. Estaba aterrado ante la idea de fracasar. No recuerdo haber tenido tanto miedo en toda mi vida.

Mi pensamiento se había convertido en un ente siniestro que me iba haciendo preguntas, cada una más truculenta que la anterior: ¿Seguro que estás preparado para realizar ese trabajo?, ¿qué pasa si aceptas y fracasas?, vas a perder la tranquilidad con la que vives ahora.

Esto era igual que con las relaciones, que para no sufrir mejor no involucrarme emocionalmente, pues para no fracasar en el trabajo mejor no aceptar la oferta. Si ahora como trabajador independiente podía ganarme la vida, ¿para qué quería más?

Llevaba horas tirado en el sofá de casa inmerso en una batalla incruenta con mi pensamiento. Estaba emocional y mentalmente agotado. Era consciente de la fuerza que el pensamiento estaba ejerciendo sobre mí, presentando todo tipo de escenas dramáticas, cada una más truculenta que la anterior y, lo más triste, no es que me dejara llevar por ellas, sino que me daba perfecta cuenta del infierno mental y del estado tan lamentable en el que me encontraba.

“¡Basta!, ¡no puedo seguir así!, ¡tengo que hacer algo!”, me grité a mí mismo.

Acostado, como estaba en el sofá, comencé a cantar el himno a Gurú Ram Das, que era un mantra que había aprendido en mis escasas incursiones en páginas de espiritualidad.

Cantaba rápido y con rabia para evitar que la mente tuviera un solo resquicio por el que deslizar, de manera sibilina, ningún pensamiento.

No habrían pasado ni diez minutos cuando sonó el timbre de la entrada. Supuse que debía de ser Diana, pero no me apetecía abrir y comenzar a explicar el absurdo miedo que me envolvía de la cabeza a los pies, por algo que ella, como todos los mortales, menos yo, calificaría como positivo, muy positivo. No siempre le ofrecen a alguien que, además, está sin trabajo, dirigir un departamento en una empresa solvente.

No me moví del sofá y seguí recitando el mantra una y otra vez.

La velocidad con la que recitaba el mantra se iba reduciendo de manera paulatina. La rabia con la que cantaba llegó a desaparecer y, parece que, se llevó con ella el miedo que, desde hacía horas, era el rey de mi pensamiento y de mis emociones.

Seguía cantando con un ritmo lento y una entonación suave.

El espacio que el miedo había ido desocupando se fue rellenando de una energía que, a veces, sentía como un escalofrío recorriendo mi columna y que se ramificaba por brazos y piernas. Sentía esa misma energía vibrando en mi cabeza.

Y con un poco de miedo, (hay que reconocer que soy un miedica), me atreví a preguntar:

-    ¿Estás ahí?, -esperaba encontrar a ese pensamiento mío que se hace pasar por Dios o a Dios haciéndose pasar por mi propio pensamiento.

Pero no. Parece que esta vez no estaba. Si era Dios debía de estar disfrutando del mantra, tanto como yo, y si era el pensamiento debía de haberse adormecido con el canto, por lo que seguí cantando.

Media hora más de canto fue suficiente para sentirme otra vez en mi centro, cuando sentí dentro de mí:

-    ¡Vaya, parece que se ha evaporado todo tu miedo!,- Oh, pensé, parece que no estaba tan solo como me imaginaba.

miércoles, 12 de octubre de 2022

Antay encontró trabajo

 


Capítulo XII. Parte 3. Novela "Ocurrió en Lima"

-    Entiendo. La nueva idea es la siguiente: Voy a poner en marcha algo que me ronda por la cabeza hace un par de años, ampliar el negocio. Quiero implementar un departamento de informática que se encargue, no solo, del mantenimiento de todos los terminales y de las aplicaciones, de todas las oficinas, sino, también, que se encarguen de introducir y dar de baja del sistema todas las propiedades. La idea es que los comerciales se encarguen más del trabajo de campo y de atención de clientes, liberándoles, en lo posible, de tareas administrativas. Este nuevo departamento tendría, además, a su cargo la instalación de nuevas aplicaciones en las oficinas de Colombia, que en la actualidad son ocho en Bogotá, pero tengo previsto ampliar a otras capitales como Barranquilla, Medellín y Bucaramanga.

>> ¿Qué le parece la idea? –concluyó el señor Moretti.

-    No le puedo decir señor. No conozco el rubro de la inmobiliaria. Conozco la informática y sé que puedo hacer cualquier cosa. Pero me parece que una sola persona para todo eso es totalmente insuficiente.

-    Por supuesto que es insuficiente. He pensado que el departamento podía iniciar su andadura con seis personas, dos técnicos de primer nivel y cuatro administrativos, más el director – el señor Moretti hizo un silencio, supongo que esperando mi opinión.

-    ¿A cuántos comerciales tienen que apoyar los administrativos informáticos?, y ¿cuántas fallas presentan los equipos? –era imprescindible tener, al menos, esa información para estimar las personas necesarias.

-      Comerciales son algo más de mil. Las altas para introducir en el sistema podrían ser, como máximo, unas cien diarias. El tiempo para introducir cada alta puede variar entre quince minutos y cuarenta y cinco minutos. Las bajas se dan en un minuto cada una. Y las averías o problemas de equipos, calcule uno a la quincena, aunque espero que se reduzcan, ya que al centralizar el trabajo en los administrativos informáticos se reduciría el parque de terminales, como mínimo, en un cincuenta por ciento.

>> Mi cálculo ha sido, que para introducir en el sistema cien altas a media hora, por término medio, son un total de cincuentas horas al día. Si cada administrativo trabaja ocho horas, diarias, serían necesarias seis personas. Por supuesto, los técnicos mientras no tengan que realizar reparaciones apoyarían, durante toda la jornada, al personal administrativo. Esa sería una condición que aparecería en el contrato.

>> ¿Qué le parece? –y el señor Moretti se quedó esperando mi parecer.

-    Aunque no sabía muy bien donde quedaba yo en todo el montaje, le di mi opinión- Me parece correcto. Supongo que si esas personas no fueran suficientes se plantearía su incremento, al menos, en un administrativo, -y continué- ¿Me cuenta todo esto porque piensa en mí como uno de los técnicos?

-      No exactamente –y un nuevo silencio del señor Moretti, mientras me miraba fijamente a los ojos. Es como si fuera analizando a su interlocutor, (yo en este caso), en los silencios que iba dejando después de sus preguntas y, sobre todo, de sus respuestas.

-    Alguien tenía que romper el silencio- Entonces, ¿cómo un administrativo?

-    No. Quiero que sea el director del departamento. Que lo organice, que busque al personal, que visite todas las oficinas en Perú, tenga en cuenta que tenemos 60 oficinas, repartidas 30 en Lima y otras 30 en provincias, que retire los terminales que considere oportuno y que prepare la operativa con la que vamos a funcionar. Y para todo esto tiene sesenta días.

>> ¿Está de acuerdo?

-    ¿Me permite que me tome un par de días para pensarlo? –la verdad es que estaba un poco asustado.

-      Sí, me parece correcto. Su despacho y las oficinas, del que sería su departamento, estarán en la planta de arriba de este mismo edificio. Todos los viajes son a cargo de la empresa más una cantidad fija para gastos personales cada vez que viaje. Para los desplazamientos por carretera, y los desplazamientos en Lima y el Callao, tendrá vehículo de la empresa. Y contará con un asistente, que también tendrá que buscar usted mismo, aparte de las otras seis personas. Por supuesto, a todas las personas, que usted elija, las entrevistará el señor Ramírez, director de recursos humanos, que tendrá la última palabra en la contratación.

>> Del sueldo no se preocupe, será generoso y, contará, además, con un incentivo anual si se cumplen objetivos.

>> ¿Qué le parece si nos encontramos el jueves a esta misma hora? Si su respuesta es positiva, entre el jueves y viernes preparamos su contrato y el lunes comenzaría a trabajar.

-    Gracias. Nos encontramos el jueves, -casi no me salían las palabras.

-    Pues nos vemos el jueves –dijo el señor Moretti levantándose y extendiendo la mano, dando por concluida la entrevista.

lunes, 3 de octubre de 2022

Te amo

 


Decía Siddhartha Gautama, el Buddha, que “Nosotros somos lo que pensamos. Todo lo que somos lo somos por nuestros pensamientos. Y con nuestros pensamientos, construiremos nuestro mundo”.

Pero no quiero hablar del pensamiento, quiero hablar del amor. Del amor entre los miembros de la pareja, del amor entre los miembros de la familia, del amor entre los amigos.

Al principio de cualquier relación se expresa abierta y claramente el amor que se siente por la otra persona, Las frases: “te amo”, “te quiero”, “te adoro”, “no puedo vivir sin ti”, son la moneda de cambio en esos inicios de relación. ¿Qué sucede ante tal profusión de palabras y pensamientos de amor? Vuelve a leer la frase del Buddha: “Somos lo que pensamos, todo lo que somos lo somos por nuestros pensamientos. Y con nuestros pensamientos, construimos nuestro mundo”.

¿Qué mundo se puede construir cuando, una buena parte del día, el pensamiento es de amor hacia la persona amada? Pues se construye un mundo maravilloso, un mundo de amor. El pensamiento de amor hace que la energía poderosísima del amor empiece a impregnar el cuerpo energético, de tal manera que le va limpiando de impurezas. Si la pareja de enamorados siguiera eternamente manifestándose de pensamiento, palabra y obra su amor, este se iría incrementando día tras día, sin remitir ni un solo gramo. Pues ocurre lo mismo con cualquier otro tipo de relación.

Los niños que crecen en el amor crecen más sanos, más alegres, más saludables. Los niños necesitan la demostración del amor tanto como la pareja de enamorados, tanto como cualquier persona. Las palabras de amor, las caricias, la ternura, son la clave de un cuerpo sano, de una mente serena, de unas emociones estables.

Decir “te amo”, cuantas más veces mejor, es la letanía que hace que todos los cuerpos, físico y energético, actuando desde ese amor consigan la estabilidad física, mental y emocional de la persona.

Pero todo pasa, y también la necesidad de expresar el amor. Cada vez se distancian más los “te amo”, con el resultado contrario. La energía de amor y la limpieza energética que se generaba al repetir la letanía, deja de generarse, inundándose el cuerpo energético con la energía de los problemas y del miedo. La pareja empieza a preguntar: ¿ya no me quieres?, y la respuesta es: “pues claro que te quiero”, y una nueva pregunta: “y ¿por qué no me lo dices?”.  Y la respuesta es: “porque ya lo sabes”.

Con los niños pasa lo mismo, después de besos, caricias y achuchones, se encuentra el pobre niño, no solo con que ya no recibe muestras de amor, sino que le tratan como si fuera un adulto exigiéndole cada día más. El niño no va a preguntar si han dejado de quererle, pero su comportamiento puede cambiar de manera radical.

No se debe dar nada por sabido. Si quieres que tu amor se incremente trabájalo, si quieres que los tuyos sean felices demuéstrales tu amor. Es muy fácil, basta un “te amo” unas cuantas veces al día, basta un beso al entrar, al salir, al despertar, al dormir, basta una caricia, al pasar el pan, al abrir la puerta.

Somos lo que pensamos, porque la energía va detrás del pensamiento. Expresa tu amor mientras está fuerte para que no se debilite y, cuando se debilite, si quieres que se incremente, empieza a expresarlo nuevamente.

Si no lo haces, seguirás siendo medio infeliz y vivirás instalado en el miedo que es la energía contraria al amor.      


jueves, 29 de septiembre de 2022

Miedo

 


Capítulo X. Parte 1. Novela: "Ocurrió en Lima"

        Desde que Ángel se fue de mi casa, permanecí sentado reflexionando sobre todo lo que había pasado desde que salí de la empresa inmobiliaria.

¡Qué lejos me parecía que quedaba la mañana! Había sido un día intenso de emociones y enseñanzas.

Han sido muchas las lecciones impartidas por Ángel, desde que nos conocimos o, mejor, desde que “ellos” decidieron enviarle en mi ayuda.

Está claro que los temas de los que me ha ido hablando Ángel debían de ser necesarios para mi estabilidad emocional o para mi crecimiento. No sé muy bien cómo llamarle, aunque poco importa el nombre. Como él dice, ¡qué más da!, lo importante no es el nombre, es todo lo recibido.

Estoy aprendiendo cuan inútiles son los miedos emocionales, esos generados por el pensamiento, como mi miedo a formalizar una relación para evitar un hipotético sufrimiento en caso de una, también, hipotética ruptura.

Somos increíblemente estúpidos los seres humanos o, al menos, yo lo era. ¿De cuántos momentos agradables me habré privado por mi ridículo miedo?, porque la carrera que me he dado para separarme de Indhira ha sido reciente, pero, ahora, soy consciente de que ha habido otras muchas huidas en mi vida. Me he pasado la vida cerrando la puerta a lo que más he deseado, formar una familia, dejando abierta la puerta de enfrente, para que entrara, con algarabía o de puntillas, la soledad, que es lo que estoy viviendo y, aunque crea que es algo que estoy disfrutando, la triste realidad es que me pesa como una rueda de molino atada a mi espalda.

Cuando escuchaba a Ángel hablar sobre las recreaciones, que se ven desde el otro lado de la vida, se me abrieron los ojos como platos. Pues bien, creo que aún los tengo igual de abiertos. Aunque casi se me cierran de golpe cuando escuché el timbre de la puerta de mi departamento.

No era habitual que alguien tocara en las puertas de los departamentos sin haber pasado antes por el filtro de los vigilantes de la entrada del edificio. Solo podía ser algún vecino o alguien que se hubiera colado de la calle. Lo segundo parecía improbable, ya que nunca se había colado alguien en el edificio. Tampoco era muy normal que los vecinos se pasearan por la escalera. Creo que solo la vecina que vivía a la derecha de mi puerta, una abuelita muy agradable, había tocado la puerta una vez y eso porque a mí se me habían olvidado las llaves en la parte exterior de la cerradura y tocó para avisarme.

Me acerqué a la puerta y pregunté sin abrir:

-    Si, ¿Quién es? –la inseguridad ciudadana es un problema tan grave en nuestra ciudad que se hace imprescindible tomar todas las precauciones posibles.

-    Hola –escuché una voz de mujer al otro lado de la puerta- disculpe, soy su vecina. Me acabo de mudar, me he quedado sin luz y era para ver si usted podía informarme del lugar donde se encuentra el interruptor general.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Seres de oscuridad

 




                               Lunes 26 de septiembre 2022

 

Es la entrega número 13 del diario y les ha tocado el fatídico número a los señores de la oscuridad. 

¿Quiénes son los seres de oscuridad?

La Biblia dice que Dios creó un espíritu poderoso, inteligente y hermoso, que era el jefe entre los ángeles. Su nombre Lucifer, que significa “el que brilla”. Pero Lucifer, también, tenía libre albedrío y podía hacer sus propias elecciones.

La belleza, sabiduría y poder de Lucifer, que eran los atributos creados en él por Dios, le llevaron al orgullo. Su orgullo condujo a su rebelión, pero nunca perdió ninguno de sus poderes y habilidades. Desde su rebelión está dirigiendo una revuelta cósmica contra su Creador. Su estrategia es reclutar a la humanidad para que se unan a él, tentándoles para independizarse de Dios y desafiarle.

Y la mejor manera de hacerlo es evitando que los seres humanos eleven su vibración y no hay nada mejor que el miedo para que eso no ocurra.

El miedo tiene una frecuencia de vibración larga y lenta, activando solo ciertos puntos de nuestra cadena de ADN, mientras que el amor tiene una frecuencia alta y muy rápida, impactando en muchos más puntos y, por ende, extrayendo mayor energía y potencial de nuestro ADN.

La pandemia generada por el Covid hace que toda la humanidad esté vibrando en la frecuencia de la incertidumbre, la desesperanza, la angustia y el miedo, situaciones que debilitan el sistema inmunitario disminuyendo las defensas, creando así un caldo de cultivo óptimo para la proliferación, no solo del virus sino, de todo tipo de enfermedades tanto físicas como mentales. El miedo, en concreto, tiene la misma vibración que los virus. Por lo tanto, no hay mejor caldo de cultivo para los virus que el miedo.

Todos los seres humanos que, en la actualidad, estamos encarnados, estábamos al corriente, antes de venir a la vida, de que la pandemia podía ocurrir y elegimos estar a este lado de la vida, en este momento histórico, por múltiples razones: Unos para crecer con el sufrimiento, otros para aprender a liberarse del miedo y otros para reforzar su amor y ayudar, en todo lo que puedan, a sus hermanos.

Y, de la misma manera que hay muchos seres, cercanos a la Luz, encarnados en la actualidad, también, hay encarnados muchos seres de oscuridad que, además, ocupan puestos muy importantes en las estructuras económicas, de poder y de mando de la Tierra.

Estamos inmersos en una guerra, sin cuartel, en la que las armas son el miedo y la individualidad. Nos han aislado, nos han hecho temerosos a los unos de los otros y nos han hecho perder la conciencia de unidad. Nuestra vibración ha bajado en picado, estamos perdiendo la conciencia colectiva, (la poca que teníamos), de que todos somos lo mismo. Los seres de la oscuridad parece que están ganando la batalla, pero no van a ganar la guerra porque somos muchas las personas que, de manera consciente o no, estamos trabajando para mantener la vibración, mediante la oración, la meditación y la ayuda al prójimo. La Tierra va a seguir su proceso.

Hace tiempo que se ha descubierto, científicamente, el poder de la oración y de la meditación.

Los estudios han demostrado que la oración es un medicamento poderosísimo, ya que no solo regula todos los procesos del organismo humano, sino que, también, repara la estructura de la conciencia. 

Sin lugar a dudas, la influencia de la oración en nuestras acciones y conductas, es muy grande en sentido positivo, hasta tal punto que, las personas que tienen el hábito de orar, viven con más paz interior y manifiestan una gran serenidad.

Rezar es hablar con Dios. Es dirigir el corazón hacia él.

A través de la energía generada con la oración se puede alcanzar la armonía y la unión del cuerpo, la mente y el alma, que es lo que otorga a la frágil constitución humana una fortaleza invencible

Por supuesto, en la oración, no importa la religión. La oración nos pone en contacto con el Ser Supremo, nuestro Padre, Creador de todas las cosas.

Mañana seguiré con el otro medicamento: la meditación.