El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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domingo, 16 de octubre de 2022

Como vivir desde el corazón (2 de 3)

 


          Para vivir desde el corazón, sólo hay que vivir en silencio. Y para conseguir el silencio sólo hay que meditar.

Pero ya es bastante difícil la meditación, como para mantenerla horas, todas las horas del día en que nos mantenemos despiertos, y poder así vivir el ahora, y poder gozar de la sabiduría y las sensaciones del corazón. Por lo tanto, tendremos que hacer algo más.

Las herramientas necesarias para vivir desde el corazón son cuatro. La mente, la atención, la voluntad, y la paciencia.

Es una paradoja, pero necesitamos la mente para dominar a la mente. Necesitamos atención para observar a la mente, necesitamos, como para todo en la vida, ya sea física o espiritual, voluntad para volver al trabajo una y otra vez, cada vez que esta se distraiga, y necesitamos paciencia para llegar al final del camino: el corazón.

Sobre todo recuerda que cualquier camino que quieras recorrer comienza con un primer paso, y que con ese primer paso vas a recorrer un tramo pequeñito, en la vida física menos de un metro. No quieras con ese primer paso llegar al final del camino. No, el camino ha de recorrerse con tranquilidad y con perseverancia, teniendo claro que buscas, y volviendo al camino cada vez que los acontecimientos te separen de él.

Con todo esto claro, ya solo queda comenzar a caminar:

Lo primero que has de hacer es meditar. Medita cada día. Comienza por once minutos si no tienes práctica, y vete ampliando el tiempo para llegar, al menos, a los treinta minutos diarios. Si ya meditas, sigue con tu meditación. Si no lo haces búscate alguna con la que te sientas cómodo. Y si no sabes cual, puedes hacer la meditación para una mente neutral que viene a continuación.

Durante todo tu día, lleva la atención a tu respiración, siente el aire entrando por tus fosas nasales, siente como se expande tu abdomen, siente después como sale el aire y como se relaja tu abdomen, e imagina que estás respirando desde el corazón. Si aun no has adquirido una práctica meditativa, a la tercera respiración, tu mente ya se habrá distraído, para esto necesitas, una vez que seas consciente de tu distracción, voluntad para volver tu atención a la respiración. Haz esto durante todo el tiempo que puedas permanecer consciente.

Como mantener una mente meditativa durante todo el día es una tarea harto difícil, mantén también la atención en todos los procesos de tu mente. Observa cómo se comporta tu mente, para dar prioridad a algunas de las energías del corazón: Intuición, desapego, compasión, ecuanimidad, amor. 

martes, 26 de abril de 2022

Y la vida sigue fluyendo, a pesar de todo

 

          Piensa en un rio de aguas tranquilas y trasparentes que discurren por su cauce sin oposición, con continuidad, y que después de un recorrido, más o menos largo, desemboca en el mar. La vida es como ese rio, nunca se detiene, siempre continua, siempre en movimiento, un segundo tras otro, discurriendo como las aguas del rio, siempre cambiantes, nunca es igual. La vida fluye en cada uno de nosotros como las aguas fluyen por su cauce.

        ¿Qué pasa si hay una roca en mitad del rio? El agua choca contra ella, rebota, retrocede, se abre en dos partes, se crean remolinos, los sedimentos que parecían dormidos en el lecho del rio suben a la superficie enturbiando el agua. Pero unos metros por delante de la roca el agua vuelve a su tranquilo discurrir. La vida, también, es como el rio, hasta que, a veces, nos encontramos con piedras que se interponen en el fluir de nuestra vida.

Sin embargo, mientras el agua del rio se torna serena una vez traspasado el obstáculo, el normal fluir de la vida en los seres humanos no vuelve después del obstáculo, porque la mente se encarga de fabricar más rocas y de arrojarlas al cauce de la vida.

          Es lo que pasa en el río cuando hay muchas rocas, a lo largo y ancho de su cauce. El agua ya no discurre tranquila, todo lo que hay son remolinos, y el avance del agua es un torbellino sin control. Cuando nuestra mente, (y pasa demasiadas veces), es como un tío vivo, llena de luces y ruido, dando vueltas y más vueltas, en torno a los problemas, a los miedos, a la autocompasión, se parece a ese rio lleno de obstáculos, y nosotros, creyéndonos que vamos a llegar al mar subidos en esa balsa, fabricada por nuestros pensamientos, en la que creemos tener seguridad, terminamos perdiendo la vida sólo por el hecho de no vivirla de manera consciente.

          Nuestros pensamientos repetitivos, nuestro esfuerzo por asirnos con desesperación a la seguridad, nuestro miedo a perder el control, nuestras indecisiones, nuestro apego al sufrimiento, hacen incluso que, en el cauce de la vida, por delante de las rocas, levantemos una inclusa que detiene completamente el agua, emponzoñándose, pudriéndose.

          Nos han enseñado que la única manera de tener éxito es generando y manteniendo un esfuerzo constante, es realizando un trabajo excesivo, es renunciando a nuestro propio placer, porque a eso le llaman egoísmo. Nos han enseñado que sólo se puede aprender son sufrimiento, que la letra con sangre entra que, antes de hacer, hemos de pensar en “que pensara la gente”. Es mentira, ¡nos han engañado!

          El aprendizaje es una diversión, el éxito no se persigue, el verdadero éxito llega cuando dejamos de ofrecer resistencia, cuando no nos aferramos a la vida, porque aferrarse a la vida persiguiendo el éxito, es perder el éxito y la vida. Rompamos las compuertas y limpiemos nuestro cauce de escollos para dejar que la vida fluya, sin perdernos en el tío vivo de nuestros pensamientos. Detengamos el carrusel de tu mente y bajemos, de nuevo, a la vida.

          Dejar que la vida fluya a través nuestro, es aceptar. Fluir, aceptar, no quiere decir que nos crucemos de brazos con resignación, no. Quiere decir que elijamos la paz en lugar del miedo, que elijamos la alegría en lugar de la tristeza, que elijamos la acción en lugar de las dudas, quiere decir que lo importante es la felicidad y no el pensamiento de los que nos rodean, quiere decir que elijamos el amor ante cualquier otra circunstancia, quiere decir “si”, “si a la vida”.

          Un buen trabajo sería empezar a aceptarte a ti y empezar a presentarte ante los demás tal como eres, sin máscaras:

Para eso podrías colocarte delante de un espejo y observar la expresión de tu cara. Toma conciencia de tu expresión, no juzgues si es un rostro serio, si es lánguido, si parece enfadado……… sólo observa.

Empieza a decir cosas hermosas a ese rostro que se refleja en el espejo: “que belleza”, “te quiero”, “que ojos tan bonitos”, sonríe y empieza a ver como es tu rostro cuando sonríes. No juzgues nada, no busques el por qué de nada, sólo quiérete, solo acéptate, y podrás observar como tu rostro se relaja y cambia. Haz este ejercicio durante cinco minutos cada día antes de tu meditación y que sea luego ese rostro el que sacas de casa para presentarte ante el mundo.

A partir de tu propia aceptación, será más fácil aceptar la vida. Poco a poco, vete desterrando el “no” y, empieza a utilizar el “si” con esa sonrisa que practicas en el espejo, empieza a aceptar los cambios de la vida sin oponerte, empieza a decidir sin darle vueltas y más vueltas que solo sirven para envenenar tu mente. Empieza a vivir todos los instantes, sin perderte ni uno solo.

El pensamiento lleva al sufrimiento y a la soledad. Para rasgar el velo de la soledad clica aquí.

 

martes, 15 de marzo de 2022

Poner un nombre

 



Los seres humanos tenemos la costumbre de querer ponerle nombre a todo, de querer entender todo, de querer saber, pero las cosas pasan con nombre o sin nombre, entendiéndolas o no. 


Con la energía que se gasta tratando de ponerle nombre o buscando una explicación, a todo lo que sucede en la vida, se pierde la vida y se escapan los detalles porque la mente está ocupada eligiendo que nombre ponerle a eso que se le está escapando a la persona de las manos.

domingo, 16 de febrero de 2020

Diario íntimo de un Trabajador de la Luz (1)


Mi nombre es Antay y soy un Trabajador de la Luz.



Yo sé que todo es Dios, sé que vivimos en Dios y que Dios habita en nuestro interior. Esta para mí es una premisa fundamental porque toda mi vida emocional y mental gira en torno a ella.

Aunque es fácil de entender la literalidad de la información, puede que no lo sea tanto su aceptación y, mucho menos, en caso de entenderlo y aceptarlo, integrarlo en cada una de las células, para vivir y actuar desde ese conocimiento.

Los seres humanos vivimos en Dios, de la misma manera que el pez vive en el agua. Esto para mi está fuera de toda duda, cuando, curiosamente, dudo de casi todo.

Para que se hagan una idea de mi capacidad de dudar, a veces cuando veo mi imagen reflejada en un espejo me pregunto si la imagen reflejada será igual que la imagen real e, incluso, me pregunto si los demás me ven igual que la imagen que yo puedo ver reflejada en el espejo. Otras veces, por ejemplo, cuando estoy escribiendo con un bolígrafo rojo me pregunto, tontamente, si todos verán el rojo igual que yo lo veo. Hasta ese punto llega mi capacidad de dudar y de hacerme preguntas, parece que, con muy poco sentido.

Pues bien, la primera frase escrita sobre Dios para mi es una Verdad Absoluta.

Pero me costó trabajo entenderlo y, sobre todo, aceptarlo. Aun no sé si está integrado en mí.

Creo que somos un alma inmortal que viaja, de vez en cuando, a la materia revistiéndose de un cuerpo y cuando está fuera de un cuerpo, es decir, al otro lado de la vida, está en las mismas condiciones que cualquier otra alma. Por eso, para mí, es muy fácil imaginar a otros puntos de luz que en la actualidad no tienen cuerpo, pero que si lo han tenido, como bien pudieran ser Buda, Moisés, Jesús, Mahoma o Gurú Ram Das, solo por citar a alguno de los grandes maestros que han sido inspiración de religiones. 

Puedo cerrar los ojos y tratar de visualizar o imaginar puntos de luz, y así imagino a esos maestros de la misma forma que imagino a los seres conocidos, por mí, que se han ido con anterioridad. Pero imaginar a Dios me parecía más difícil porque no ha tenido cuerpo. Y así le fui dando vueltas durante mucho tiempo hasta que una reflexión hizo saltar la tapa de la duda en mil pedazos: “Si yo soy un punto de Luz. Dios es la Luz”. Por lo tanto, no lo podía imaginar como un puntito frente a mí. Él lo era todo, lo llenaba todo, yo estaba dentro de Él. Todos estamos dentro de Él. 

 Pero también sé que no somos Dios, que somos seres humanos, con nuestras limitaciones, con nuestras dudas y nuestros miedos, con nuestras creencias, nuestras contradicciones, nuestros errores, nuestras preocupaciones y nuestros deseos.

Quiero hacer un inciso antes de seguir. El día que los seres humanos dejemos de dudar, dejemos de tener miedo y amemos a todos como Dios nos ama, ese día no solo viviremos en Dios, sino que sentiremos el poder de Dios en nosotros mismos.

 He pasado una buena parte de mi vida asustado, tratando de esconderme, lleno de dudas y retando en muchas ocasiones a Dios.

Llevo tiempo viviendo en un tremendo error. Creo que trabajo para Dios porque me dedico a la sanación, a formar terapeutas, a guiar meditaciones y tratando de convencer a los pacientes y a los alumnos de que la auténtica sanación solo la van a encontrar ellos mismos, cuando aprendan a vivir desde el alma. Por eso creía que trabajaba para Dios. Por lo tanto, si estaba trabajando para Él, ¿por qué le encontraba tan lejano y tan esquivo?, a pesar de vivir en Él y que Él mismo anide en nuestro interior.

El problema es que tenemos un instrumento muy poderoso con nosotros: Nuestra mente.

La mente es nuestro auténtico enemigo. Tenemos que derrotar a la mente, pero, curiosamente, la batalla la tiene que liderar la misma mente. Curioso ¿no?, hemos de derrotar a la mente desde la mente.

Hoy algo ha cambiado…….. CONTINUARÁ

jueves, 6 de octubre de 2016

Todo es ilusión

PERLAS PARA EL ALMA



El dolor del ser humano, el miedo, la ansiedad o la angustia, solo son un producto de su mente, porque nada está ocurriendo, sólo es su apreciación. Cuando el ser humano consiga mantener su mente en silencio habrá alcanzado la dicha.

sábado, 4 de junio de 2016

¿Aún duermes?

PERLAS PARA EL ALMA



Cuando al ser humano le llega el conocimiento de que es un alma, que es un ser divino, que es una parte de Dios, y se lo cree e integra ese conocimiento, comienza a utilizar su corazón.

Mientras eso no ocurre es porque sigue dormido soñando la ilusión de ser un cuerpo, creyéndose independiente de los otros que conviven con él en su encarnación, con la ilusión de vivir separado de Dios. 

El ser dormido necesita vivir los sueños y estos solo se los puede proporcionar la mente, llenando al soñador de dolor, de preocupaciones, de sufrimientos.


Cuando el ser comienza a despertar deja de ser dominado por la mente para vivir desde el corazón. Así habrá comenzado a transitar el camino de retorno a Dios.


miércoles, 25 de mayo de 2016

Nacer, morir

PERLAS PARA EL ALMA



La mayoría de seres humanos adultos, tienen terror a la muerte. Sin embargo, la venida a la vida es muchísimo más aterrador, porque el alma libre, el alma que recuerda, el alma que vive en el Amor, se ve constreñida en un cuerpo, a merced de un ego amnésico y de una mente enfermiza, rodeada de una energía oscura y pesada. Todo lo contrario de la vida al otro lado de la materia.


viernes, 20 de mayo de 2016

Somos perfectos (Tú también)

PERLAS PARA EL ALMA




Basta ya de ceguera, basta ya de hipocresía, poner en práctica todo eso que habéis leído, todo eso que habéis aprendido curso tras curso, todo eso que recibís en las meditaciones, en las clases de yoga, ¡hacedlo ya!, ¡es el momento!, aunque el tiempo no existe, eso es en otros planos, aquí, para vosotros en la tercera dimensión, si existe, y puede ser que se esté agotando el tiempo para que abráis definitivamente vuestro corazón.

Coger ese ascensor estacionado en la mente y accionar los mandos para bajar al piso del corazón. Vivir desde él,  entregaros a los demás completamente, y recibidlos como son, como ángeles, como vuestros hermanos, no queráis cambiarlos, son perfectos, están ahí tal como ellos han elegido ser para realizar su trabajo y ayudaros a vosotros a realizar el vuestro, si tratáis de cambiarlos, estáis actuando en contra del Plan Divino.

Ligeros de equipaje (En manos de Dios)

PERLAS PARA EL ALMA


Podemos hacer, en nuestras manos está, que toda la vida sea plácida y serena, desterrando los miedos que son como una losa que los seres humanos tenemos que ir arrastrando por el camino de nuestra vida, porque además no sirve para nada ese pesado equipaje.

Pongámonos en manos de Dios. Detengamos la locura de nuestra mente. Dejemos hablar al corazón, y si no entendemos con claridad cuál es nuestra misión en la vida, podremos intuirlo, y si ni tan siquiera lo intuimos, vivamos con amor, esa manera de vivir va a hacer que nuestra vida sea un paseo, libre de equipaje, por un ancho camino sembrado de pétalos de rosa.

martes, 17 de mayo de 2016

El "arte" de meditar

PERLAS PARA EL ALMA


En la quietud de la mente no hay movimiento, no hay tiempo, no hay pensamiento. Eso es meditar. Meditar es un arte, es colocarlo todo en su sitio de manera que no haya ningún tipo de confusión. En la meditación, la mente descubre por sí misma la grandeza de todo lo que es verdadero, del objetivo de la vida, de lo sagrada que es la vida y de todo lo que la envuelve, con lo que llegados a este punto se tratan todas las cosas con respeto, ya que todas son sagradas.

         Pero…… ¿Puede la mente estar realmente quieta? ¿Puede detener su cháchara tanto en la meditación como en la vida diaria? ¿Puede dejar que comparar de manera permanente? ¿Puede atender al cien por cien? ¿Puede prestar completamente su atención a todo lo que sucede? O permanece siempre comparando con el conocimiento acumulado con situaciones anteriores, con lo que se espera o se desea, con el resto del mundo.

         Un magnifico entrenamiento es vivir la vida con total atención, atención sin comparar, atención con cada célula del cuerpo. Si se presta total atención a la vida, sin utilizar el propio conocimiento, sin las creencias, sin los deseos, entonces hay verdadera atención, y esa atención es silencio, y ese silencio es meditación, verdadera meditación.


         Es en ese momento cuando se produce la transformación de la mente, y la vida se convierte en comprensión, en misericordia, en amor. Es en ese momento cuando alcanzamos la meditación. Es en ese momento cuando la meditación se convierte en un arte. En ese momento cuando abrazamos a Dios.


miércoles, 6 de abril de 2016

Cámbialo

PERLAS PARA EL ALMA



         Las cosas son como son. La vida es como es, y sólo te queda aceptarla.

        Pero si hay algo que no te gusta y no puedes aceptar, entonces trabaja para cambiarlo, pero no le des vueltas en tu mente.


      Lo que tu calificas como problemas dando vueltas y vueltas en tu mente, ensucia y marchita tu cuerpo energético, envilece y adormece a tu mente, embrutece y enferma al cuerpo físico, entristece al alma, te aísla de la vida y te separa de Dios.    

    

martes, 16 de febrero de 2016

También es necesaria la mente

Una mente lúcida y un buen corazón
acompañados por sentimientos cálidos,
son las cosas más importantes.
Si la mente no se dirige a los pensamientos positivos y elevados,
 nunca podremos hallar la felicidad. 
Dalai Lama

Decimos con frecuencia que el corazón es el instrumento del alma, que hay que dejar que hable, que se ha de permitir que las intuiciones salgan a la luz porque son los mensajes cifrados del alma para seguir el Plan de Vida, para volver a Dios.

         Y cuando decimos eso añadimos que hemos de detener el carrusel de la mente, que hemos de dominar los pensamientos, que hemos de terminar con la tiranía que la mente ejerce sobre nuestras vidas. Es como si en el viaje al corazón tuviéramos que abandonar a la mente una vez maniatada y debidamente amordazada.


         Si, hay que dominarla pero no enterrarla, ha de ponerse al servicio de la vida sin consentirla caprichos, ha de ejercer su papel de primera dama con honradez, con mesura, sin corrupción. Porque para poder viajar al corazón, alguien tiene que dar la orden, alguien tiene que dirigir el proceso, alguien tiene que explorar el camino, alguien tiene que evaluar las diferentes opciones, alguien tiene que analizar los primeros pasos, alguien tiene que sentarse a descansar de vez en cuando y contemplar el camino, alguien tiene que esperar pacientemente resultados.

         Y ¿Quién ha de ser ese alguien?: La mente, pero controlada por aun no sé muy bien quien, no sé si es el alma, no sé si es la conciencia, no sé si es el ego, no sé si es el mismo corazón o la misma mente. Lo único que sé es que necesitamos la mente. Descansada, controlada, dominada, desapegada, pero, a fin de cuentas, mente.


sábado, 30 de enero de 2016

Pensamiento consciente

         Cuando consigo mantener el pensamiento consciente de que soy un hijo de Dios, de que solo estoy ejecutando un plan establecido de antemano, de que me encuentro momentáneamente sobre un escenario representando un personaje que a su vez trata de recordar sus orígenes, y que todos los que me acompañan están también representando su papel y tratando de activar sus recuerdos, siento una serenidad especial. La serenidad del que sabe que “todo está bien”, y de que nada malo puede suceder porque Dios me está llevando de la mano, la serenidad del que no tiene que competir para demostrar nada a nadie, la serenidad del que sabe que no ha de esperar a una próxima parada para encontrarse con Dios, porque Él es quien conduce el autobús, porque Él es el cobrador, porque Él es mi vecino de asiento.



         Cuando consigo mantener el pensamiento consciente de que solo estoy tratando de recordar por donde volver al camino que me llevará a casa, recibo con generosidad los frutos que se encuentran a ambos lados de los caminos que me llevan al camino central, y sé que siempre voy a recibir aquello que necesite.

         Tengo que reconocer que me cuesta trabajo y que tengo que permanecer muy atento, porque para mí es difícil, supongo que para ti también lo debe ser, y que como yo tratas de boicotearte manipulando tu vida para que sea tal y como se va proyectando en la estepa de la mente, pero cuando consigo cambiar la estepa por el paraíso, y consigo mantenerlo durante un tiempo merece la pena, porque me inunda la Energía Divina.


¡Inténtalo!, si yo puedo a veces, seguro que tu también. 

sábado, 12 de diciembre de 2015

¿Por qué no somos felices? (1 de 2)


Pues no somos felices por nuestra mala memoria. Al olvidar los seres humanos quienes somos, nos hemos separado de Dios. Pero no sólo nos hemos separado de Dios, no hemos separado los unos de los otros. La separación genera conflicto, la separación genera sufrimiento, la separación es el germen de las guerras.

Nos hemos separado tanto y, llevamos tanto tiempo separados, que nos creemos seres independientes, casi con el objetivo de cuidar y defender lo que consideramos nuestro. Criticamos, juzgamos y atacamos más o menos solapadamente a todo lo que es diferente: Diferente creencia, diferente religión, diferente opción política, diferente nacionalidad, diferente tendencia sexual, diferente color de piel, diferente cultura, en fin, todo lo que sea diferente se encuentra en nuestro punto de mira.

¡Qué ironía!, y resulta que todos somos iguales, que todos somos lo mismo, y buscamos la diferencia en el ropaje que envuelve al alma, en el cuerpo, que es nuestra envoltura con fecha de caducidad.


Es muy posible, que un importante porcentaje de personas ya sepan, porque se lo han enseñado alguna de las múltiples religiones que abundan en la Tierra, que somos Hijos de Dios. Pero sirve de poco porque es un conocimiento meramente intelectual, para nada integrado en la persona, con lo cual su vida no se desarrolla bajo el paradigma del ser espiritual, sino en la densidad de la materia.

Cuando las religiones cuentan que somos Hijos de Dios, es muy posible que ni ellos mismos, los enseñantes, lleguen a entender la grandeza de lo que están diciendo y que para ellos sea como para sus feligreses una frase bonita que ahí queda, sin llegar a entender realmente su significado.

Si existieran los cromosomas espirituales, ser Hijos de Dios quiere decir que llevamos Su herencia genética.

Ya es momento de avanzar en pos de nuestra verdadera identidad, ya es momento de empezar a reconocer al hermano, ya es momento para dejar de sufrir,  ya es momento de adentrarnos en el camino que nos conduce a Dios.

             Hablar de adentrarnos en el camino que nos conduce a Dios es plantear una nueva manera de vivir, es llegar a vivir como lo que somos, como Hijos de Dios.

            Alguien podría pensar que estamos planteando una vida monacal o una vida de soledad, retiro y oración. Nada más lejos de la realidad, vivir como Hijos de Dios significa mantener la misma vida física pero muy diferente en cuanto a pensamientos y emociones.

            Vivir como Hijos de Dios implica una vida de Amor, no una vida de miedo; una vida de alegría, no una vida de tristeza; una vida de paz, no una vida de ansiedad; una vida de felicidad, no una vida de sufrimiento; una vida de servicio, no una vida de egoísmo. Vivir como Hijos de Dios no está reñido con el trabajo, ni con la familia, ni con el dinero, ni con las vacaciones, ni con los amigos, ni con las fiestas. Pero si está reñido con no cumplir los compromisos, con no cumplir la palabra, con la mentira, con la falta de respeto, con la pereza, con la corrupción, con la infidelidad, con la maldad, con la traición, con la crítica, con los falsos testimonios, con el abuso de poder, y otros  muchos males que son moneda de cambio en nuestra sociedad actual.

 Vivir como Hijos de Dios implica justamente lo contrario de las vidas anodinas que mantienen sobre la Tierra cientos de millones de personas.

Vivir como Hijos de Dios supone madurar y dejar de comportarse como bebés, supone una expansión de la conciencia y supone, también, construir el carácter.




viernes, 11 de diciembre de 2015

La vida es........ un circo


La vida interior es la auténtica y verdadera vida, es el sendero que nos va a llevar a la placidez y a la serenidad total, es el camino que nos acerca a Dios, alejándonos de las oscilaciones en la que nos mantenemos viviendo la vida del exterior, oscilaciones que nos llevan del dolor al placer, de la oscuridad a la luz, del amor al miedo.
No podemos permitir dejarnos arrastrar por la corriente de los pensamientos negativos, que nos quieren hacer experimentar como verdadero lo que sólo es ilusión, la ilusión de todas las cosas que percibimos por los sentidos y nos presenta la mente. Y es esta ilusión la que hace que nos hundamos en la más trágica de las desesperaciones o sintamos el más dulce de los placeres.
Pero tanto la desesperación como el placer tienen un carácter efímero, que en el peor, o mejor de los casos, puede durar lo que dura una vida. Y ¿Qué es una vida comparada con la eternidad?
La vida es la escuela para la eternidad. Cada vida, cada tiempo de encarnación, es un curso de aprendizaje para alcanzar la graduación del Espíritu, la graduación del Alma, y si nos dejamos arrastrar por las ilusiones que nos presentan los sentidos, acabaremos cada curso sin haber alcanzado el nivel imprescindible para pasar al próximo curso, repitiendo vidas que no sólo pueden resultar inútiles, sino que pueden ser un lastre por la acumulación de causas pendientes, que hemos de solucionar en vidas posteriores.
Todas las situaciones que se presentan, todas las personas que nos rodean, todas las circunstancias vividas, están ahí justo en el momento oportuno para aprovechar la mejor de las enseñanzas. Es nuestra opción vivir la enseñanza con la mente, desde los planteamientos del propio interés material, desde el resentimiento, desde la ira o desde los celos, o vivir desde el interior donde habita la misericordia, la compasión y el amor.


La mente en como un circo, como un espectáculo de ilusiones, en el que van apareciendo un número de prestidigitación tras otro, con el único fin de preservar su poder, de mantener la atención, de defender su espacio, y todo desde una sólida base creada por ella misma: el aislamiento, la separación de todo. El ser humano no es un ente aislado, sin embargo, él se lo cree. Él no cree realmente que sea un Espíritu, no cree que sea un Alma, no cree que el cuerpo sea una simple, aunque muy importante, vestimenta, no cree que está interconectado con el resto de almas, no cree que sea parte de una misma Energía, no cree que haya sido creado a imagen y semejanza de Dios, y que el objetivo de cada tiempo de encarnación sea el aprendizaje para la unión con su Alma, la unión con la Energía, la unión con Dios.
El ser humano no es un ente aislado. El ser humano no está sólo. Este es el primer aprendizaje, el siguiente es vivir desde el interior. Desde el interior se puede observar el espectáculo que presenta la mente de manera imparcial, sin implicarse en los números de ilusión que van apareciendo en el escenario de nuestra mente y que sólo buscan, la hipotética satisfacción de ella misma, satisfacción que nunca va a conseguir, ya que la mente es ávida de sus deseos e implacable de sus obsesiones, y nunca tiene suficiente, siempre quiere más.
Vivir desde el interior, manteniendo en reposo a la mente, nos hace recordar el camino para el retorno a casa, el retorno a nuestra verdadera casa, la casa del Alma, la casa de Dios.

martes, 8 de diciembre de 2015

La Ley de la Atracción desde otra perspectiva (y 2)


La llegada a la vida se realiza con un Plan determinado, perfectamente organizado, con un objetivo definido, con unas tareas establecidas, con unas personas asignadas y unos acontecimientos pactados. Pero al llegar a la vida no recordamos nada. Amnesia total.

Sin embargo, a pesar de que no recordamos absolutamente nada de nuestra Plan de Vida, y tampoco sabemos a ciencia cierta cuál es la razón de nuestra estancia en la vida, el alma, que si tiene conocimiento de nuestro Plan va enviando imputs, que son eso que denominamos corazonadas, para indicar, de la única manera que puede, cual es el camino a seguir y cuales los pasos a dar.

Pero para nuestra desdicha las corazonadas las filtramos por el arel de la mente y no pasa ni una migaja. Y el espacio que debía de ocupar la corazonada queda vacio, y en ese vacío van tomando forma los deseos del ego, maquillados de mil maneras maravillosas: El dinero necesario para que estudien los niños, las vacaciones necesarias a la orilla del mar para mejorar la circulación, la nueva casa con más espacio para todos, etc., etc., etc.

Y las Leyes del Universo que no utilizamos para nuestro propio crecimiento, para acercarnos a Dios, para dejar de sufrir o para aprender a amar, intentamos utilizarlas para satisfacer nuestros anhelos.



La Ley de la Atracción funciona sin tener que trabajar absolutamente nada para cualquier aspecto negativo. Es normal, lo negativo permanece de manera permanente en la mente y en las emociones, con lo cual es fácil atraer lo negativo. Lo positivo, aquello que deseamos ya nos cuesta un poco más de trabajo.

No voy a decir que hemos de hacer para que sea más fácil, lo importante es que no atraigamos nada. Dediquémonos al Plan de Vida y dejemos de lado los caprichos.

La Ley de la Atracción y el Plan de Vida van paralelos, como si de una carrera se tratara. En realidad es como si se tratara de una carrera con tres caballos. Uno negro que corresponde a la atracción de energías negativas, uno blanco que corresponde a la atracción de energías positivas, y otro bayo que corresponde al Plan de Vida.

Depende de la intensidad de cada uno  para que sea ese el que se haga real en nuestras vidas. De momento gana por varios cuerpos de ventaja el caballo de las emociones negativas, le sigue de lejos el caballo de las emociones positivas, y más lejos aún se encuentra el caballo bayo.

Al caballo negro le espolean las emociones negativas que conviven con la persona, no descansa nunca. El dolor, el sufrimiento, la sensación de carencia, los celos, el miedo y tantas y tantas emociones negativas están perennes en la persona.

Al caballo blanco le mueven las emociones positivas. Es normal que vaya lento, las pocas emociones positivas que tiene la persona son las que intenta trabajar para atraer eso que desea, y somos tan perezosos y faltos de voluntad que se nos olvida a los cinco minutos de iniciado el trabajo.

Al caballo bayo le mueven las corazonadas, lo que es lo mismo que decir que no se mueve.

¿Qué sería bueno hacer? Frenar al caballo negro, y dejar que al caballo blanco y al caballo bayo los montara el mismo jinete, y sería fantástico si consiguiéramos que el jinete fuera Dios.

Si dejamos nuestros planes y nuestros deseos en manos de Dios, entonces primará el Plan de Vida sobre los deseos, a no ser que los deseos formen parte del Plan de Vida.

Luchar por nuestros deseos desestimando el Plan de Vida va a generar más Karma y no se va a eliminar el que teníamos previsto en nuestro Plan. La vida no es divertirnos para tratar de olvidad la infelicidad, la vida es abolir la infelicidad amando.

Podemos olvidarnos de la Ley de la Atracción para conseguir cosas, y debemos tenerla en cuenta para no atraer nada negativo.

Y para atraer el Plan de Vida hagamos como dijo e hizo la Virgen Maria: “Hágase en mi Tu Voluntad”.

viernes, 30 de octubre de 2015

Aquí está la solución a tus problemas (4)

Decíamos en una de las entradas anteriores que el viaje hacia el interior, se realiza suavemente, deslizándose con la respiración consciente, después de dominar los pensamientos, manteniendo una atención constante y aceptando todo lo que el fluir de la vida nos ofrece, que no es más que aquello que nos envía el Universo, fruto de la atracción que nuestros pensamientos han generado con anterioridad.

Podemos resumir todo el párrafo anterior en una sola palabra “Atención”. Mantener la atención permanente en el fluir de la vida es el tobogán que nos permite deslizarnos hacia nuestro interior. Es paradójico, vivir la vida con total atención, que no es más que ser total y absolutamente conscientes de los sucesos de la vida en el exterior, hace que podamos llegar al interior y vivir esos sucesos desde dentro.

Y eso es así porque la atención está desprovista de pensamiento, que es el principal, y casi me atrevería a decir único, enemigo del ser humano, mucho más que cualquiera de lo que podamos calificar como peligro extremo, como podría ser encontrarnos de frente con un ladrón asesino, o estar flotando en el mar sentados en una barca de juguete en mitad de un tornado. Porque el asesino y el tornado todo lo más que pueden hacer es acabar con nuestro cuerpo y, sin embargo, los pensamientos ennegrecen la conciencia y destrozan la vida en el cuerpo.



Recordar, somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Cuando se acaba el cuerpo se interrumpe la experiencia en la materia, pero seguimos vivos con toda nuestra luz y nuestra conciencia al otro lado de la vida. Si se ennegrece la conciencia se va a necesitar más tiempo, más vidas, más experiencias humanas para volver a dejarla limpia y clara. Se retrasa, en definitiva, la unión con Dios.

Ya sabemos que para los que viven en la periferia de la conciencia asomados al exterior en el balcón de la vida, la vida física es lo más grande y solo pensar en perderla les aterra, pero llegará el día que piensen en la muerte como una liberación. Una liberación de la vida, que aunque sea una experiencia hermosa, no deja de ser un tanto monótona y pesada.

Sigamos con la atención: El secreto para mantener la atención, es dominar el pensamiento, y se domina el pensamiento con atención. Es una especie de círculo vicioso. Desde luego no se puede decir que nos lo pusimos fácil al otro lado de la vida. Es posible que con una mente menos poderosa hubiéramos terminado antes, aunque bien es cierto que el mérito no sería el mismo que con nuestra mente actual.

Como no podemos cambiar nuestra mente, ¡es la que tenemos!, no nos va a quedar más remedio que dominarla, y para eso podemos, y me atrevería a decir que debemos utilizar algunas herramientas que sirvan de apoyo para facilitar el trabajo: respiración y meditación.

Vamos a repetir algo súper conocido: “Todo es energía”. El pensamiento también lo es. Y tengamos en cuenta otra máxima: “La energía siempre sigue al pensamiento”. Esto quiere decir que donde va el pensamiento se va la energía. Por lo tanto, si cuando se tiene un pensamiento se piensa: “No quiero tener este pensamiento”, lo que se está haciendo es alimentar con energía extra al pensamiento. Es como decir: “No pienses en un elefante blanco”, ¿Qué es lo primero que viene a la mente?, pues un elefante blanco. Para eliminar un pensamiento se le ha de retirar la energía. Para eso lo mejor es llevar la atención a otro lugar que no sea el pensamiento, y el mejor lugar para desviar la atención, entre otras razones porque siempre está ahí, es la respiración. Si cuando se tiene un pensamiento, la persona es consciente de ese pensamiento, y quiere que desaparezca de su mente, solo tiene que llevar la atención a la respiración y mantenerla, y de inmediato el pensamiento se esfuma, como el humo.

¿Qué significa llevar la atención a la respiración y mantenerla? Significa meditar. La definición de la meditación lo dice: Meditar es mantener la mente limpia de pensamiento.

Por lo tanto, meditar para mantener la mente sin pensamientos, va a hacer que se viva la vida con total atención, y va a ser esa atención el lubricante que va a permitir el deslizamiento suave hacia el interior.


¡Bien, ya estoy dentro!, y ahora ¿Qué? ¿Cómo encuentro eso que estoy buscando?