El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 3 de octubre de 2025

Entre intentos y silencios

 


 


A veces lo sagrado es que alguien escuche mientras se reconstruye

           Querido Dios:

           No estoy, en absoluto, satisfecho conmigo mismo. No me gusta cómo soy. 

Durante décadas se me ha estado cayendo la lengua de tanto decir: “todo está bien”, “el secreto de la felicidad está en la aceptación”.

Y aquí estoy ahora, en este rincón tranquilo, casi escondido de mí mismo, pensando en cosas que ocurren a mi alrededor que no están bien. Y no solo lo estoy pensando, sino que, a veces, muchas más veces de las que serían de mi agrado, dejo que esas ideas salgan por la boca. El problema añadido es que la persona objeto de esas críticas, al recibirlas, se siente atacada, incomprendida y, como resultado, ofendida. 

Es cierto que esa persona hace muchas cosas que no me gustan, pero soy consciente de que “no me gustan a mí”, y que eso no me da bula ni licencia moral para imponer mi visión. No tengo el monopolio de la verdad ni la exclusividad del buen gusto. Y, sin embargo, actúo como si la tuviera. 

Y eso me pesa. Me pesa como una piedra en el pecho. 

Llevo tiempo tratando de descubrir de dónde viene esta insatisfacción que me acompaña. Esta incomodidad con el mundo y conmigo mismo. A veces me da por pensar que he vivido demasiado tiempo escondido detrás de frases que suenan bien, pero que no terminan de resonar dentro. Frases que pronuncio por costumbre, por cultura, por miedo a decir que algo no me llena. 

¿Qué se supone que debo hacer cuando no me reconozco? 

Me miro en el espejo y veo a alguien que arrastra demasiadas contradicciones. Uno que se esfuerza por ser justo, pero no siempre es paciente. Que quiere ser compasivo, pero también es demasiado exigente. Uno que predica la paz y la aceptación, pero que en silencio crítica y se frustra.

Quisiera poder perdonarme. Pero aún no sé cómo. 

No hay manual para esto, ¿verdad?

Me da rabia, Señor, mucha. Porque quiero ser mejor, pero a veces me siento demasiado torpe. Como si tuviera herramientas, pero me faltara la fuerza o el impulso. Como si supiera los pasos, pero me quedara sin ganas de caminar.

He llegado a cuestionarme si estoy aportando algo bueno al mundo o solo estoy ocupando espacio. 

Hay días en los que pienso que fui hecho para algo más. Que hay algo dentro que aún no ha salido. Y otros días, lo que hay dentro me asusta, me confunde, me paraliza.

A veces pienso en la gente que me rodea. Familia, amigos, conocidos. Y me pregunto si ellos me ven como yo me veo. Si perciben esta lucha interna, este ruido mental, esta maraña de pensamientos que me hace sentir como si siempre estuviera buscando algo... pero sin saber exactamente qué. 

¿Será que en el fondo solo quiero sentirme útil? 

¿Será que lo que más deseo es que alguien como Tú me diga que estoy en el camino correcto, aunque tropiece? 

Lo peor no es errar, lo sé. Lo peor es sentir que ese error define quién soy. 

Y me cuesta no dejar que lo haga.

          Quisiera tener más ternura para mí mismo. 

Quisiera, sinceramente, no tener que pedir perdón tan a menudo por palabras que no debí decir, por silencios que fueron demasiado largos, por miradas que escondían juicios. 

Quisiera aprender a mirar con más misericordia.  A vivir sin necesidad de comparar ni corregir todo lo que se desvía de lo que yo considero “normal” o “correcto”.   

Estoy cansado, Señor. Pero no cansado de vivir. Cansado de no saber vivir plenamente. Cansado de vivir entre intentos.

Y en medio de todo esto, quiero hablar Contigo. No para que me des todas las respuestas.  No para que hagas un milagro. Solo para que me mires. Para que estés conmigo. Porque hay días en los que, si Tú no estás, siento que nada tiene sentido.

          Gracias Señor.

          CARTAS A DIOS – Alfonso Vallejo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario