El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 7 de septiembre de 2022

Diario íntimo de un babau (6) ¿Dónde queda Dios?

 

Domingo 4 de septiembre 2022

 

Es increíble como Dios mueve los hilos para que llegue a nosotros aquello que necesitamos.

Pero ese movimiento de hilos…, ¿es cosa de Dios o es que está planificado por nuestra alma para que así ocurra?

Ayer sábado me ocurrió un suceso, muy positivo, (que no voy a relatar para no aburrirte), que me ha tenido, el resto de la tarde y la noche del sábado y la mañana de hoy domingo, pensando sobre las coincidencias, sobre las sincronicidades o, sobre las causalidades.

Pero al final he desechado todos los pensamientos, para centrarme en una sola cosa: La Grandeza Divina.

   

Lunes 5 de septiembre 2022

 

Yo creo que todo, absolutamente todo, sucede dentro de un Plan, el Plan Divino. Y dicho Plan no puede ser modificado o influenciado por nosotros, porque es un Plan ideado y organizado por Dios. En realidad, aunque pudiéramos hacer alguna modificación, sería imposible, porque no tenemos el más mínimo conocimiento de que exista un Plan.

Por lo tanto, algo que es ideado y organizado por Dios solo puede ser bueno, porque Dios es Amor.

Sin embargo, en la vida se dan situaciones, tan dramáticas, que más parecen ideadas y organizadas por el mismísimo Satanás.

Entonces, ¿dónde queda Dios?

Yo tengo mi propia idea o, mejor, creencia de cómo funciona todo este tinglado.

Hablaré de “mi creencia”. Porque si no hablara de mi creencia tendría que hablar de las creencias de otros, ya que es imposible de saber, a ciencia cierta, como pueden existir el hambre, la guerra, la miseria o los asesinatos, solo por nombrar algunas de las peores situaciones con las que convivimos los seres humanos, si todo procede de Dios.

¡Uf!, no se si no me estaré metiendo en un jardín en el que no he sido invitado, pero, a fin de cuentas, esto es entre tú y yo, diario. Nadie más tiene porque saber de las luchas que mantengo con mi propio pensamiento.

A pesar de que me gustaría ser breve y conciso, me temo que no va a poder ser, porque para llegar a explicar, con la máxima claridad posible, mi creencia, para llegar a entenderla en su totalidad, tendré que extenderme un poco.

¡Ah! Y, además, me va a llevar varios días, porque no dispongo del tiempo suficiente para sentarme a escribir varias horas. Si puedo hacerlo durante dos horas seguidas ya me doy por satisfecho. 

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