El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 18 de septiembre de 2022

Buscando la espiritualidad

             


            Los seres humanos nunca hemos vivido realmente de acuerdo a la enseñanza recibida. La enseñanza de los Grandes Seres y de los Grandes Maestros han servido, por un lado, para editar libros y más libros con sus enseñanzas, y para producir películas y más películas sobre sus vidas y, por otro lado, para que algunos hombres, más avispados, vivan a expensas de esas enseñanzas, atemorizando a todos con castigos realmente malvados, impropios de alguien que es el adalid del amor.

 Los seres humanos no vivimos de acuerdo a lo que sabemos ni po­nemos en práctica los conocimientos adquiridos: No dejamos que la Luz llegue a nosotros, estamos controlados por los deseos, la ambición, la codicia y la carne, en vez de escuchar la voz interior, esa voz que nos acerca a nuestra esencia espiritual. Esencia espiritual que da la sensación de haberse perdido y encontrarse solo en los libros.

              La espiritualidad se habla, pero no se vive. La espiritualidad se busca, sin tener una idea clara de lo que realmente significa, por eso no se encuentra. Nos emocionan miles de frase hermosas que aparecen en las redes sociales, sin ser capaces de aplicar en nuestra vida ni uno solo de esos sabios consejos, pero los reenviamos, y los compartimos, creyendo, que así vamos a conseguir vivir la espiritualidad. Pero por muchas veces que las compartamos, seguimos con nuestras preocupaciones, nuestros miedos, nuestras dudas, nuestra ansiedad, nuestra frustración por no cumplirse nuestros deseos. Porque cuando realmente se vive la espiritualidad, todo eso desaparece.

              Donde buscamos la espiritualidad no la vamos a encontrar, no está en nada que se encuentre en el exterior, ni en libros, ni en películas, ni en cursos, ni en conferencias, ni en las cocinas, ni en las salas de yoga, ni en las iglesias.  La espiritualidad no es necesario buscarla porque ya habita en nosotros, somos seres espirituales.

              Somos seres espirituales viviendo durante una temporada, una experiencia humana. Experiencia en la que estamos atrapados desde hace muchas vidas, y de la que tratamos de salir, está claro que, sin éxito, ya que, si consiguiéramos salir, se acabaría para siempre nuestra experiencia dentro del cuerpo. Se acabaría el sufrimiento.

              Para darnos de bruces con nuestra esencia espiritual, sólo es necesario bucear en nuestro interior. Y para entrar dentro de nosotros es imprescindible el silencio, el silencio mental, y para conseguir ese silencio tenemos que meditar. De poco sirve, el practicar de vez en cuando, ha de ser algo que tenga continuidad en el tiempo, ha de llegar a convertirse en nuestra actividad más importante.

Trata al otro como tú mismo quieres ser tratado, colócate en sus zapatos antes de criticarle, ayúdale cuando lo necesite, perdónale cuando sientas que te ha ofendido. Sabrás que estás muy cerca de la espiritualidad cuando nunca te sientas ofendido. Así no tendrás que perdonar, porque donde no existe ofensa no es necesario el perdón.

A fin de cuentas, no somos este cuerpo, al que le dedicamos muchas horas de nuestro día, somos el alma, somos ese espíritu con el que queremos volver a conectar.

2 comentarios:

  1. Alfonso, avui sembla que estàs una miqueta enfadat. M'agrada tot el que dius, però avui t'he sentit enfadada. Es així? Molts petons.

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    1. Hola Dolors. No estoy bailando de alegría, pero no, no estoy enfadado. Si acaso, un poco triste.

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