El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 14 de septiembre de 2022

La fuerza del perdón



 Capítulo VIII, parte 3. NOVELA "Ocurrió en Lima"

         Me gustaría tener una familia –lo decía en serio-. Me encantaría tener una familia.

-    ¿Cómo lo vas a conseguir si cada vez que alguna persona despierta algo en ti sales corriendo por si un día decide dejarte?

 -    No sé. Tienes razón. Tengo que sacarme este miedo que me paraliza. Pero no sé cómo hacerlo.

-    Tienes que superar la ruptura que tuviste tiempo atrás.

-    Sí, pero recuerda que la ruptura fue por un abandono –quise aclararle a Ángel, que lo que pasó fue que me cambiaron como a un cromo, de la noche a la mañana. Hoy salía conmigo y al día siguiente ya estaba con el otro.

-    Sea lo que sea, es como una espina, clavada en ti, que entra más profundo, abriendo la herida y haciendo que sangre, cada vez que estás o piensas en otra persona que te gusta. Tienes que sacar esa espina. Mientras no lo hagas te va a seguir pasando lo mismo y vas a sufrir, cada vez, porque te recuerda la ruptura y es como si estuvieras rompiendo en ese momento. Para la mente todo es presente. Pueden pasar cincuenta años y tú puedes seguir sintiendo la misma rabia, el mismo dolor y el mismo sufrimiento. Tienes que sacar esa espina –concluyó Ángel.

-    Yo no sé cómo hacerlo. Debe de estar bien clavada la espina porque es un amargo recuerdo que no me abandona.

-    Tienes que perdonar.

-    ¿Qué? –este hombre estaba loco, ¿cómo se puede perdonar una cosa así?

-    Recuerda que todo es energía. La rabia, la ira y el odio también lo son. Tu ex pareja está viviendo tan feliz y tú, sin embargo, llevas años recordándola dedicándole tu rabia. Esa rabia lo único que hace, como bien puedes comprobar en ti, es no dejarte vivir feliz. Solo sufres y lo pasas mal.

-    ¿Tengo que buscarla y decirle que la perdono?, ¿no es un poco loco?

-    No, para nada. Como la rabia que hay en ti es energía, solo tienes que sacar esa energía.

-    ¿Cómo se hace eso? –tenía la suficiente fe en Ángel para intentar seguir sus consejos.

-    Cuando te sientes a meditar piensa en ella. Imagínate que está delante de ti. Imagina un rayo de luz que llega a tu cabeza y baja hasta tu corazón. Deja que ese rayo salga de tu corazón y llegue al suyo mientras repites en silencio: Yo te perdono todo lo que me has hecho. Yo te bendigo con paz y con amor. Te deseo lo mejor. Vete en paz.

>> Haz eso dos o tres veces cada día durante varios días, o semanas, o meses, o años.

-    ¿Hasta cuándo?

-    Hasta que el recuerdo no te haga daño.

>> Sacando la rabia se irá el miedo que tienes a comenzar una relación. Estarás aprendiendo a amar. Pero no se aprende a amar de la noche a la mañana. Los seres humanos solo venimos a la vida a aprender a amar y para eso necesitamos muchas vidas. Hasta entonces, hasta que sepas amar, tienes que guiarte por las sensaciones.

-    ¡Qué fácil es decirlo! El sábado tuve dos sensaciones. Una que me gustaría volver a ver a Indhira y la otra que mejor no lo hiciera porque podría sufrir. ¿Cómo sé cuál es la buena?

-    La que no te hace sufrir Antay. Y cuando eres consciente de que has tomado la decisión equivocada, como parece este caso, solo tienes que rectificar.

-    Bien. Rectifico y la llamo y ¿si no quiere saber nada de mí? Volveré al punto de partida.

-    Sí, es cierto, pero lo harás desde otra perspectiva, ya no te sentirás mal por el papelón que hiciste en la despedida, como ahora. No será por tu miedo. En ese caso solo tienes que aceptar la situación y será más fácil porque ya no tendrás la duda de que habría pasado. Habrás vencido al miedo. Y vencer al miedo te acerca al amor.

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