Entre todas
las otras máximas de las que a menudo echarás mano, debes tener estas dos muy
presentes:
La
primera es que las cosas en sí no llegan al alma, sino que se quedan inmóviles fuera,
luego todas tus inquietudes provienen solo del modo en que interiormente opinas
de ellas.
La
segunda, que todas estas cosas que ves en cuanto hayas vuelto los ojos habrán
cambiado y ya no serán lo que eran.
Considera,
frecuentemente, cuantas mutaciones has presenciado ya: el mundo es continua mutación;
y la vida, lo que opines de ella.
MARCO
AURELIO

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