Por
experiencia aprenderás la verdad: que las cosas que más se valoran y más se
anhelan no sirven de nada una vez que se consiguen. Quienes no las tienen
imaginan que, si las tuvieran, sería suyo todo lo bueno que se puede desear;
hasta que un día las tienen, y el ardor de sus deseos es el mismo, es la misma
agitación, el mismo hastío por lo que poseen y el mismo deseo de lo que no.
EPICTETO
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