“¿No se
debe acaso la sabiduría de los santos al hecho de que ellos reciben el favor
especial del Señor?”, consultó cierto visitante.
“No”,
respondió el Maestro. “El hecho de que determinadas personas posean una mayor
realización divina que otras, no se debe a que Dios limite el flujo de su
gracia hacia ellas, sino a que la mayoría de los hombres impide que la
omnipotente luz divina fluya libremente a través de ellos. Todos los hijos de
Dios pueden, de hecho, reflejar con igual fulgor los rayos de la omnisciencia
divina, cuando descorren el oscuro velo del egocentrismo”.
PARAMAHANSA
YOGANANDA

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