En una charla que diera a los
discípulos residentes en la ermita, Sri Yogananda dijo:
“En la vida espiritual, uno llega a
ser semejante a un niño pequeño, carente de todo resentimiento y de todo apego,
lleno de vida y de gozo. No permitan que nada les hiera ni les perturbe.
Permanezcan interiormente serenos, receptivos a la Divina Voz. Dedíquense a la
meditación durante su tiempo disponible”.
PARAMAHANSA
YOGANANDA
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