“No deberíamos
atemorizarnos ante las pesadillas de dolor, ni exaltarnos indebidamente ante
los sueños de experiencias hermosas”, dijo el Maestro. “Al concentrarnos en
estas inevitables dualidades o “pares de opuestos” de maya, perdemos de vista
al Señor, la Inmutable Morada de la Bienaventuranza. Cuando despertemos en
Dios, nos percataremos de que la vida mortal no es más que una película compuesta
de luces y de sombras, proyectada sobre una cósmica pantalla cinematográfica”.
PARAMAHANSA
YOGANANDA
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