El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 18 de octubre de 2022

El valor de la amistad

 


Capítulo XII. Parte 6. Novela "Ocurrió en Lima"

El timbre de la puerta hizo que diera por finalizada mi meditación.

Diana, con cara de preocupación, estaba al otro lado de la puerta.

-    Solo entreabrir la puerta pude escuchar a Diana- estaba muy preocupada, porque antes vine y me extrañó mucho que no estuvieras en casa, cuando sabía que no tenías otra cosa que hacer.

-    Hola Diana, gracias por tu interés. Estaba en casa, pero sin mucho ánimo y me estaba recuperando con una meditación.

-     ¿Qué pasó?, ¿fue mal tu reunión de esta mañana?, -se interesó Diana.

-    No, al contrario. Me ofrecieron ser el director de un nuevo departamento de informática y me asusté. Pero ya estoy recuperado.

Le conté a Diana como fue mi entrevista con el señor Moretti. Cuando finalicé se quedó en silencio, durante un momento, como no entendiendo la razón de mi miedo.

-    Y ¿cuál es el problema?, ¿aspirabas a más? Pasar de no tener trabajo a encontrarte, de la noche a la mañana, con la dirección de un departamento, en una empresa importante, no parece que sea un castigo, ¿dónde está el problema, que no acierto a verlo?, -Diana se quedó callada, con los ojos como platos esperando mi respuesta.

-    Era miedo Diana.

-    Pero vamos a ver. ¿No eras el encargado en tu antiguo trabajo? Y, además, por lo que me has contado, prácticamente sin jefe. ¿Cómo vas a fracasar en algo que dominas a la perfección?

>>Antay, tú, que me has estado sermoneando, desde que te conozco, diciéndome que me centre en el presente, que deje de darle vueltas a una relación que ya no existe y que tampoco me recree en deseos de futuro, ahora, vas tú y ante una oportunidad única, que no es algo que se presente cada día, te asustas hasta el punto de pensar en declinar la oferta. No es normal Antay. Tienes que superar ese miedo y, tienes que hacerlo ya porque pasado mañana tienes que dar una respuesta y esa respuesta tiene que ser sí. Además, me interesa que aceptes. Yo quiero formar parte de ese nuevo equipo.

-    ¿Sí?, ¿vendrías a trabajar conmigo?

-    Con los ojos cerrados. Confío en ti mucho más que tú mismo. Y para el resto del equipo podrías contactar con tus antiguos compañeros. Seguro que más de uno está como tú, sin trabajo.

-    Tienes razón. Hoy es el primer día de mi nueva vida y, también, de la tuya. ¿Vamos a celebrarlo?

-    Vamos.

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