El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 26 de octubre de 2022

Una nueva etapa laboral

 


Capítulo XIII. Parte 3. Novela "Ocurrió en Lima"

-    Antay, -escuchamos al señor Ramírez- ya está todo listo. Bienvenido a la empresa. Si le parece, pase a mi despacho y le explico todo lo que necesita saber y las dudas que pueda tener.

-    Si, vamos. Gracias, -y a la asistente del señor Moretti- Gracias señora Claudia por enseñarme la oficina.

El señor Ramírez me explicó cómo funcionaba la empresa y contestó a todas mis preguntas. Para finalizar me entregó una identificación, un celular de la empresa, las claves para acceder a las aplicaciones, mi dirección de e-mail y la llave de la entrada, que según dijo tenían todos los directores.

-    Puede comenzar mañana mismo. Si piensa salir a visitar oficinas, que no sea el lunes porque a las 10 tenemos reunión de dirección. Ha sido convocada por el señor Moretti para presentarle a usted, explicar a los demás directores cuáles serán sus funciones y para que usted nos conozca a todos. Las reuniones y cualquier otra información corporativa se avisan por e-mail.

>> Me dijo el señor Moretti que usted mismo se encargará de su personal. Según los vaya reclutando que vengan con su curriculum a recursos humanos. Les haremos una entrevista. Serán, si no estoy equivocado, un asistente, dos técnicos y cuatro administrativos, ¿es correcto?

-    Si, así es. Si le parece yo mismo les iré acompañando.

-    Me parece perfecto. Pues nuevamente le doy la bienvenida. Ha entrado en una muy buena empresa. Hasta mañana. Como tenemos las oficinas contiguas nos veremos con frecuencia. ¡Ah!, una cosa más, si necesita una computadora hasta que empiecen a retirar las sobrantes de las oficinas le puedo prestar una.

-    No gracias, traeré la mía. ¿Podría quedarme ya a trabajar y ver algunas cosas en mi despacho?, ¡para qué voy a esperar a mañana si no tengo otra cosa que hacer!

-    Por supuesto. Desde este momento puede entrar y salir cuando quiera. Eso sí, su asistente siempre tiene que saber dónde está por si se le necesita para algo.

Pasé a mi despacho para comprobar la información que aparecía en las carpetas. Era completísima. Después supe que cada movimiento se registra y se envía copia a todas las direcciones para que mantengan la información actualizada. Supuse que esta información también aparecería en alguna de las aplicaciones de la empresa, ya que si no era así sería uno de nuestros primeros trabajos extraordinarios a realizar. Si se estaba creando un departamento informático, se supone que todo debería estar informatizado.

Estuve el resto de la mañana revisando información y programando el orden en que visitaría las oficinas. El viernes quería visitar la que parecía más importante y que se encontraba muy cerca de la oficina principal, para preparar desde allí, la operativa, contando con la información, de primera mano, que me pudieran facilitar. Quería, además, comenzar a retirar computadoras, cuando fui consciente de que no podía hacerlo hasta que no estuviera operativo mi personal.

Tenía que acelerar todo el proceso y no esperar dos meses para tener clara la operativa de trabajo. 

-    Antes de marchar, cerca de las tres de la tarde, pasé por el despacho del señor Ramírez. El señor Moretti me dijo que tenía dos meses para preparar la operativa y comenzar a trabajar, pero quiero hacerlo ya, comenzando de manera paulatina, oficina por oficina. Es posible que la operativa de trabajo yo la voy a tener mañana mismo que voy a visitar la oficina “Uno de San Isidro”. Pero para eso necesitaré personal trabajando. ¿Podría comenzar alguno?, por ejemplo, mi asistente y un técnico o administrativo.

-    Por supuesto que sí. Es usted el único responsable de su departamento. Lo que haga estará bien hecho, mientras no se demuestre lo contrario, ¡claro!

-    Gracias. ¡Hasta mañana!

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